La poseída hija del Duque – Capítulo 37

Traducido por Maru

Editado por Tanuki


Aun habiendo dicho eso, Lilia entendió a lo que Sakura se refería. No hacía mucho, sería fácil imaginar a Lilia escribiendo una nota similar. Pero ahora, Lilia podía admitir libremente que sus acciones pasadas eran deplorables.

Si puedes pensar eso, estás bien, Lilia.

Me alegro de que ese sea el caso. Por el momento, Lilia decidió leer las notas. Pero cuando vio la última, se quedó inmóvil.

—Lilia, ¿qué está mal?

Al ver a Tina inclinando inocentemente la cabeza, Lilia respondió con una vaga sonrisa. Tomó solo la última nota y devolvió a las otras a donde las encontró.

—Tina, no las deseches. Aunque, me doy cuenta de que mantenerlas cerca es desagradable.

—¿Eh? Mmmm… seguro. Está bien…

Tina parecía reticente, pero esto podría ser útil más tarde. Lilia no podía permitirse tirarlas.

—¿Estás tomando eso, Lilia?

—Sí… Solo lo tomo prestado por un tiempo. Aunque podría no devolverlo. ¿Está bien?

—No me importa… pero ¿qué vas a hacer con eso?

Tina hizo esa pregunta con nerviosismo. En este momento, Lilia y Tina podían tener una conversación normal. Sin embargo, en el pasado, Lilia había hecho algunas cosas aterradoras. Y esa misma Lilia estaba a punto de tomar esa nota, llena de intenciones maliciosas, con ella. Las acciones de Lilia estaban llenas de nada más que malas implicaciones. Y Lilia no tenía intención de ocultarlo.

—Reconozco la escritura, así que voy a visitar a la persona que la escribió.

Esas palabras parecieron confirmar las sospechas de Tina, y su rostro se nubló en una expresión compleja. Tina no parecía estar segura de si debería estar feliz de que Lilia estuviera actuando por su bien, o de si debería estar asustada por lo que iba a hacer.

—Mmmmm… Lilia. No tienes que preocuparte tanto por mí… Entonces, no hagas nada cruel, ¿vale?

—Entiendo. Respetaré tu voluntad. Solo le voy a dar una advertencia.

Lilia miró directamente a Tina, y dijo eso con una sonrisa. Tina dejó escapar un suspiro de alivio y le dio las gracias con su propia sonrisa débil.

—Me iré, entonces. Oh, sí, sobre la ropa… ¿está bien si la tomo prestada por un tiempo más?

—Por supuesto. Ah bien. Si estás contenta con esa ropa, puedes tenerla. Mi padre me dijo que te lo dijera.

Lilia se preguntó cuándo podría haberse reunido con su padre. Estaba un poco sorprendida, pero decidió aceptar felizmente la buena voluntad de Tina. Dejando a un lado a Tina, su padre podría estar escondiendo otras intenciones detrás de esas palabras. Pero ni siquiera habiéndolo conocido antes, ella decidió no preocuparse demasiado por eso. Sin embargo, si algo saliera de eso, ella no se contendría.

No tienes piedad, eh…

Sacando de su mente la forzada risa de Sakura, Lilia se despidió gentilmente de Tina y salió de la habitación.

—Señorita Lilia.

Tan pronto como ella cerró la puerta, alguien la llamó, así que se detuvo. Cuando se dio la vuelta, vio a Aira y Kayten.

—¿Cómo… cómo está Tina?

Al oír eso, Lilia frunció un poco el ceño. “¿Por qué no lo revisas por ti misma?”, quiso decir, pero por el momento, respondió con sinceridad.

—Ella está bien. Era la misma de siempre.

—¿Es así? Eso es un alivio…

—Por supuesto, claramente se está forzando.

Cuando agregó eso, las expresiones felices de Aira y Kayten se congelaron. Se volvieron más bien descorazonados.

—¿Qué podemos hacer? No tenemos el poder de hacer nada…

—Si nuestros títulos nobiliarios fueran un poco más altos… tal vez podríamos apoyarla…

—A pesar de vuestra preocupación, ni siquiera pusisteis un pie en su habitación, eh.

Estas dos son tan inútiles, pensó Lilia para sí misma. Cuando Lilia las reprendió con algo de decepción, Aira la miró con el ceño fruncido.

—Hablé con Tina innumerables veces hoy. Pero por lo que pude ver, ella no parecía ser diferente. Sin embargo, de alguna manera, sabía que ella se estaba presionando a sí misma…

Parecía que Aira quería prestarle a Tina su fuerza. Lilia se sintió algo aliviada. Si esa era su intención, entonces todo estaba bien. Lilia asintió en afirmación. Cuando miró a Kayten, la estaba mirando fijamente.

—¿No hay algo que puedas hacer, Señorita Lilia?

—Bien ahora…

Apartó la mirada de esas dos y miró hacia la puerta de la habitación de Tina. Ella no podía oír nada a través de la puerta. Tina… ¿qué estás pensando ahora?

—Tengo un favor que pedirles

Cuando escucharon eso, sus ojos se abrieron de par en par. Su sorpresa porque Lilia les pidiera algo la irritaba un poco, pero no tenía sentido entablar una discusión al respecto, por lo que no dijo nada. Las miró a ambas con severidad y habló.

—De ahora en adelante, cuando Tina salga, por favor, vayan con ella. Incluso solo hacer eso hará toda la diferencia.

—¿Eh…? ¿Solo haciendo eso?

—Sí. Es mucho más fácil acosar a alguien cuando está solo.

Tú eres la experta, Lilia.

Cállate.

—También, tomen esto.

Lilia sacó una hoja grande de papel con una complicada formación mágica dibujada en ella. La dobló dos veces y se la tendió a Aira. Ella se veía claramente confundida, pero la tomó y miró a Lilia en busca de una explicación.

—Al tomar prestado el poder de los espíritus del viento, esta formación mágica llevará tu voz a cualquiera. El objetivo de este hechizo soy yo, así que si alguna vez surge algún problema, contáctame en cualquier momento.

—¿E-Está realmente bien?

—Sí. Sin embargo, su mensaje solo será entregado a mí. No podré responder. Así que no lo desperdicies en algo estúpido.

Lilia les advirtió, por si acaso. Si Aira lo usara fuera de las emergencias, sería un problema real. Aira y Kayten asintieron firmemente en comprensión.

—Es hora de que me vaya. Oh sí, antes de que me olvide, Señorita Aira, gracias por el mapa. Contaré contigo de nuevo en el futuro.

—Ah, me alegro de que haya sido útil. Si estás de acuerdo con esas tiendas, no dudes en preguntarme más en cualquier momento.

Lilia asintió, y comenzó a regresar.

Después de volver, Lilia se dirigió a su habitación. Se hundió en su silla y comenzó a planear su próximo movimiento.

Como pensé, no te conformas con solo una advertencia, ¿verdad?

Obviamente. No después de ver su cara.

Tina estaba admirablemente poniendo una fachada de calma. De hecho, en ese momento parecía que ya se había calmado. Sin embargo, Lilia lo vio. Sus ojos estaban rojos e hinchados. Tina había estado llorando. Con solo pensarlo, Lilia estaba a punto de hervir de rabia.


Maru
Tengo bastante curiosidad por saber quién será. Ojalá sea el príncipe intentando inculparla y lo abofetee o algo jajaja

6 respuestas a “La poseída hija del Duque – Capítulo 37”

  1. Lilia el mejor personaje, me gusta hasta el momento su avance.
    Solo espero que el estupido príncipe o alguien más la trate de inculpar, no.lo soportaría

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