La poseída hija del Duque – Capítulo 41

Traducido por Maru

Editado por Tanuki


—Justo ahora… ¿Qué está pasando aquí?

Todos guardaron silencio ante la pregunta de Lilia. Incluso Kris desvió torpemente la mirada hacia otro lado. Cuando Lilia volvió sus ojos hacia sus dos seguidoras, se encogieron, temblando.

—No tiene nada que ver contigo.

Al parecer, incapaz de soportar el silencio, Kris habló. Lilia la miró y asintió en acuerdo.

—Cierto. Y lo que decido hacer tampoco es asunto tuyo.

—¿Ah?

Cuando Kris estaba inclinando su cabeza ante la declaración de Lilia, ésta se dirigió hacia Sera, parándose ante su escritorio.

—Sera —al no haber respuesta, Lilia volvió a llamarla, esta vez más fuerte. —¡Sera Valdia!

Será dio un respingo al escuchar su nombre completo y tembló en su asiento. Miró a Lilia con timidez, quien la miraba sin expresión y con tranquilidad.

—Necesitamos hablar. Ven conmigo.

—Eh… Mmm… ¿A dónde…? —preguntó Sera con miedo en los ojos.

—¿Importa eso realmente? Solo ven conmigo ya —dijo Lilia con irritación.

—¡S-Sí!

Sera se levantó de su asiento al oír la frialdad en las palabras de Lilia. Lilia comenzó a andar, y Sera la siguió.

—Bien entonces, todos, que tengan un buen día.

Cuando Lilia dijo esas palabras con una sonrisa cuando se despidió de ellos, todos en la clase no pudieron evitar endurecer sus expresiones al unísono.

Lilia trajo a Sera de regreso a su habitación en los dormitorios. Se sentaron en una mesa una frente a la otra. Había tazas llenas de té negro que Lilia había encargado a Alisa preparar de antemano.

En medio de la mesa estaba el dorayaki comprado desde la zona sur. No eran exactamente la mejor combinación para el té negro, pero Sakura seguía molestando a Lilia sobre cómo quería probarlos de nuevo para que Lilia los trajera aquí. Tina, de hecho, los trajo ayer cuando fue a visitarla.

Lilia tomó un dorayaki y le dio un mordisco, indicando a la joven con la mano que también cogiera uno para sí misma. Sera, mientras se mostraba perpleja por todo esto, se estiró para tomar uno y probarlo.

 —¡Oh! Está… realmente bueno…

—¿Verdad? Es un producto confeccionado en el distrito sur. Es una de mis nuevas cosas favoritas.

Será miró con sorpresa al escuchar sobre el distrito sur. Aunque a Lilia le parecía ridículo que pudiera ser impactante a tal grado, probablemente ella misma habría tenido la misma reacción si hubiera escuchado que otros noves de alta clase habían ido al distrito sur.

—Bueno entonces, Sera. Ya es hora de que lleguemos a la cuestión del asunto.

Con Lilia comenzando la conversación real, Sera cerró los ojos en silencio y asintió. Enderezando la espalda, fue a mirar directamente a los ojos de Lilia con seriedad.

—Sera, ¿qué planeas hacer de ahora en adelante?

—Estaba pensando volver a casa.

Su respuesta fue lo que esperaba.

—Por todos los problemas que le he causado, señorita Lilianne, por favor, acepte mis disculpas.

Será bajó profundamente su cabeza. Al ver esa escena, Lilia se echó a reír con desdén.

—Así que, básicamente vas a huir. Qué decepcionante.

—Que usted me diga eso…

Los ojos de Sera se estrecharon, pero pronto volvió en sí misma con un sobresalto y bajó la cabeza una vez más. Lilia sintió que ya había bajado bastante la cabeza, pero decidió dejarla hacer lo que quisiera.

—Hablé precipitadamente. Mis más humildes disculpas.

Ah… eso dice, pero probablemente fueron sus verdaderos sentimientos.

La que llevó a Sera a este punto fue Lilia sobre todo. Además, hubo un incidente en el que Lilia, de hecho, escapó del príncipe y se encerró en su casa. Probablemente de allí procedían esas palabras. Sin embargo, Lilia lo ignoró. Siguiendo con el tema, miró fríamente a Sera.

—No importa lo que nadie diga, el hecho de que elijas la opción de huir no cambiará. O tal vez, ¿estás planeando volver después?

A esa pregunta, Sera negó débilmente con la cabeza, como era de esperar. Lilia sintió que podía, muy ligeramente, entender lo que Sera estaba sintiendo. Ella misma que había escapado, y si no fuera por Sakura, probablemente nunca habría regresado a la academia. Aunque, de acuerdo con la “historia” de Sakura, sí que volvió.

—¿Entonces no pretendes permanecer en esta academia?

—No… Honestamente, no puedo soportarlo. Me he dado cuenta durante esta semana.

Eso era bastante comprensible. Aunque Lilia solo había visto su situación durante la hora del almuerzo, definitivamente no tomaría mucho más tiempo para ser ignorada por completo. En cierto sentido, era incluso más duro que simplemente ser acosada.

—Bien entonces, Sera. Me pregunto si tienes alguna intención de tomar la tercera opción.

—¿La… tercera opción?

—Sí, Sera. Tú, serás una de las mías.

Sin entender la declaración de Lilia, Sera inclinó la cabeza.

—Aunque no es como si te estuviera diciendo que te conviertas en mi sirvienta, o algo así. En cierto sentido, sería como volver a como estábamos antes de todo esto. Siguiendo por debajo de mí y obedeciendo mis órdenes. Todo el tiempo estarías bajo mi protección. Eso no es tan malo, ¿verdad?

—Eso sería… muy ventajoso para mí, pero… ¿Qué saca de todo esto, señorita Lilianne? En cualquier caso, no veo ninguna razón para que acepte a alguien considerado como un enemigo de Su Alteza. Y estoy segura de que las otras dos aceptarán esta misma oferta…

—No tengo necesidad de algo así.

La expresión de Sera se contrajo al escucharlo. Hasta hace poco, ella había estado exactamente en el mismo barco que las otras dos, y nunca esperó escuchar realmente que eran innecesarias. Poniéndolo de esa manera, era como si toda su vida escolar hasta la fecha hubiera sido negada en esencia. Pero, por supuesto, fueron ellas las que eligieron aferrarse a Lilia, por lo que tampoco tenían derecho a culparla.

—No necesito a alguien que pueda traicionarme en cualquier momento. Y respecto a eso, ya no tienes a nadie en quien puedas confiar más que a mí. No habría manera de que me traicionaras. No podría escoger una pieza de ajedrez más conveniente.

Lilia dejó escapar una risa vulgar. La cara de Sera palideció en respuesta, pero no se negó.

—Sin embargo, Su Alteza me tiene en el punto de mira en este momento.

—Oh, ¿eso es un problema? No hay necesidad de preocuparse por ese tipo de persona en absoluto.

Este tipo de conversación definitivamente se podría castigar con lesa majestad fuera de la academia. Los ojos de Sera se agrandaron, y luego, dejó escapar una sonrisa irónica.

—Había tenido la impresión de que todo esto podía haber sido un plan para volver con Su Alteza, pero esas palabras ahora son sus verdaderos sentimientos, ¿eh?

—¿Volver con Su Alteza? ¿Yo? Por favor, no digas eso ni en broma; es bastante desagradable.

—Señorita Lilianne, tal vez eso sea demasiado.

Alisa, que estaba de pie detrás de Lilia, finalmente sintió que ya no podía mirar más y reprendió a su dama para que se preocupara más de sus palabras, a lo que Lilia simplemente se encogió de hombros y respondió que tendría más cuidado. Sera miró el intercambio con gran interés.

—Parece bastante cercana a pesar de que sea su criada.

—Bueno, no es como si hubiera una regla en contra de ser cercano a tus sirvientes o algo así.

—Sí, supongo.

Sera dejó escapar una risa relajada, pero muy rápido volvió su expresión a una más seria. Miró directamente a los ojos de Lilia, mientras ésta le devolvía la mirada. Sin un rastro de alegría, preguntó con seriedad.

—Señorita Lilianne, ¿está realmente bien? Puede ser extraño venir de mí, pero como estoy ahora, creo que no soy más que una responsabilidad.

—Bueno, ciertamente no lo creo. En este momento, te estoy pidiendo que vengas bajo mi mando. Toma ya una decisión y dame tu respuesta.

Cuando Lilia comenzó a sentir un poco de irritación y fortaleció el tono, Sera inmediatamente se inclinó hacia ella. Era para disculparse, así como para añadir:

—Estaré bajo su cuidado, señorita Lilianne.

—Muy bien. Mis mejores deseos.

Al escuchar esas palabras de Sera, una sonrisa satisfecha apareció en el rostro de Lilia.

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