La Princesa derriba banderas – Capítulo 38: La revisión literaria de la princesa reencarnada


—Más rápido de lo que esperaba. —dijo el rey con su característica falta de expresión.
En cuanto cayó la noche, me presenté en los aposentos del rey. Estaba preparada para que me gritaran y que no fuera una molestia, pero mis expectativas fueron traicionadas cuando me habló con desinterés en su lugar.
— ¿Es así? —dije entredientes, sintiéndome agotada.
Estaba esperando que se burlara porque había tardado, por lo que no estaba segura de cómo responder. De hecho, él probablemente se estaba burlando de mí, pero no tenía deseos de pelear.
—Entonces le he mantenido esperando.
—Esperando. No, no lo hice.
Me detuve — ¿En serio?
En ese instante las palabras salieron de mi boca.
Estuve tan cerca de chasquear la lengua. Quería regresar. Quería darme media vuelta y salir, MAL.
Sin preocupación por la mirada sin vida de mis ojos, padre tomó un candelabro y caminó a paso ligero.
En la espaciosa habitación decorada con patrones floridos que tenían intrincados detalles en oro y blanco en un estilo renacentista, había una puerta de apariencia sencilla que no calzaba con el lugar.
El sacó una antigua llave del bolsillo de su pecho y la introdujo en la puerta, me dirigió una mirada. No dijo nada, pero tenía la sensación de que sus ojos decían que debía darme prisa.
Alejando mis deseos de huir, lo seguí de cerca.
La luz tenue iluminaba la habitación, la cual estaba desprovista de adornos, un brusco contraste al opulento exterior. El tamaño de esta, era un cuarto de la habitación anterior, y porque las paredes estaban ocupadas con libreros, sentía que era mucho más pequeña, no tenía ventanas, pero el aire no era pesado.
Con excepción de los libreros, los únicos muebles que habían era una mesa y un sofá.
Sin dudar, padre tomó uno de los libros del librero y me lo entregó, como si me estuviera forzando a leerlo.
Ignorando el desconcierto reflejado en mi rostro, él dejó el candelabro en la mesa baja y se acomodó en el sillón.
Acercándose a una jarra con vino, se sirvió un poco con movimientos descuidados y bebió de la copa como si fuera agua. Después de hacer eso, padre sacó un marcador que estaba en un libro grueso y comenzó a leer.
En serio se estaba poniendo cómodo.
¿Quién era esta persona? ¿Mi padre? No, absolutamente no. Probablemente era su doble, pensé.
Me levanté sin expresión alguna, confundida.
El hombre ante mí, Randolf von Weryard, era mi verdadero padre, pero era una persona muy reservada y yo no tenía nada que ver con él.
Pero a pesar de que su vida privada era un misterio para mí, había asumido que probablemente trabajaba incluso en vacaciones.
Quiero decir, ¿Cómo sería mi padre si no estuviera trabajando? Fuera de las actividades normales como comer o dormir. No podía imaginarlo como a una persona normal. De hecho, ¿Él dormía? Eso era todo lo que podía pensar.
—……
Él realmente está cómodo.
Su cuerpo está hundido en el cuero de alta calidad del sofá, mientras estaba inmerso en su libro y bebía una segunda copa de vino. Por norma, de ningún modo sería considerado como buenos modales la forma en la que estaba tumbado.
Iluminado por el candelabro, sus facciones estaban suavizadas y mi padre de hecho parecía un ser humano ordinario.
— ¿No lees? —preguntó.
—Lo haré. —respondí automáticamente.
—Entonces siéntate. ¿Hasta cuando pretendes estar parada?
—……………
Er, ¿Dónde?
Con el libro bajo mi brazo, silenciosamente me volví y examiné la habitación. Como había mencionado previamente, solamente estaban el sofá y la mesa. No tenía esperanzas de que hubiera un segunda sofá.
Incluso si él me ordenaba que me sentara, no había donde hacerlo.
¿No me digas que el quiere que me siente en el piso? Miré fijamente la alfombra oscura que estaba en el piso.
—Ven.
Levanté mi cabeza para mirar a mi padre quien me estaba haciendo señas. Siéntate aquí, el indicaba, dándole palmaditas al sofá donde él estaba echado.
—Uh.
Quiero decir, seguro, era un enorme sofá y había espacio suficiente para que alguien como yo se sentara.
Comprendía, pero mi mente gritaba NO. Que clase de castigo era este, ¿Tengo que leer sentada al lado de mi padre?
—No puedo dejar que te lo lleves, debes leerlo aquí.
Debí haber traído una silla conmigo, pensé. Al final, dejé atrás mi insatisfacción y todo lo que dije fue —Si padre.
Sería imperdonablemente mal educado quitarlo del camino. —Permiso. —dije, sentandome en la parte del sofá que estaba menos ocupada cerca de su abdomen.
Si había  llegado tan lejos, entonces tenía que tomarlo en serio. En cuanto a padre, pensemos en él como el nuevo respaldo de una silla.
Deje el libro sobre mis piernas.
Como se esperaría de una antigüedad, el color de las páginas había cambiado y las letras de la portada se habían desgastado y desaparecido.
Respire profundamente para calmar los latidos de mi corazón al sostener tal antigüedad en mis manos. Acaricie la tapa azul índigo y abrí el libro.
—…………
Viendo el interior, la primera página ya me comenzaba a causar problemas.
En serio. NO. ¿Esto también iba a ser un problema? ¿Realmente estaba pasando? Pensé, estupefacta.
De hecho, para ser honesta, Esto debió haber sido la primera cosa de la que debería haberme preocupado. Era una idiota, por no haberlo pensado antes. ¿Por qué no resolví este problema antes de visitar a mi padre?
Incluso si me lamentaba ahora de mi poca precaución, no había nada que pudiera hacer.
Podría encontrar una solución para la próxima, pero ¿habría otra oportunidad?
Dominé mi dedo tembloroso.
Ahh, soy una completa idiota. Una tonta, una muy grande.
No hay forma, no me digas…
—………………
¡No me digas que no puedo leerlo!
Me sentía enferma. El libro sobre mis rodillas había sido escrito hace mucho tiempo, en el pasado.
Naturalmente, los caracteres serían diferentes a los de la escritura moderna. No podía leerlos para nada.
¿Por qué no me había dado cuenta de algo tan obvio?
— ¿No puedes leerlo?
Dejé escapar un pequeño chillido, y me sobresalte ante la pregunta repentina.
Lentamente me volví hacia mi padre quien estaba boca abajo en el sofá y me di cuenta de que había dejado su libro y estaba mirándome.
Sudor frío recorrió mi espalda.
—Yo………… —Mi voz fallaba producto de los nervios.
¿Ahora qué?¿Qué debería hacer? ¿Debería ser sincera y decirle la verdad o lanzar un farol? No sabía cuál era la mejor opción. Dependiendo de la respuesta, no obstante, era posible que perdiera mi oportunidad de leer esos libros.
Mi cabeza giraba sin comprender. Incluso si tenía la costumbre de hacer planes para el contraataque, no sabía nada acerca de mi padre.
La respuesta que pude dar fue:
—No puedo leer ahora… pero…lo haré.
Antes de que pudiera darme cuenta, había dado una respuesta tonta.
Quería matarme, ¿Qué diablos fue eso?
No puedo ahora, ¿pero lo haré? ¿Que tal si no hubiera una forma? o ¿que el esfuerzo fuera fútil?
—Ya veo.
Espera, ¿ninguna réplica?
No me digas que ¿ignoró mi desliz? Estaba desconcertada. No importaba que tan intensamente lo mirara, padre no mostraba expresión alguna. No sonreía, no estaba enojado. Quizá estaba disgustado pero no podía decirlo por la expresión de su rostro.
— ¿Puedes leer libros de historia modernos?
—Si.
Si hablábamos de los libros de historia modernos, entonces podía leer la mayoría de ellos. Los había estudiado desde que tenía cinco años de edad, y lo consideraba un logro.
—Entonces deberían haber partes que puedes entender, mira esta sección.
Padre puso su mano sobre el libro y señaló una de las frases en el libro.
—Aquí dice “El reino de Nebel”
Po-podía entenderlo.
Aunque su apariencia era más similar a un patrón que a palabras.
—Los caracteres complicados han sido simplificados con el tiempo. Naturalmente, habrán muchos términos y expresiones geográficas obsoletas.
Después, de que él me explicó eso, entendí lo que me quería decir.
Cuando intentaba reemplazar los patrones complejos como enredaderas o plumas con puntos y curvas, se parecía bastante al lenguaje moderno.
El lenguaje de mi nación, el Reino de Nevel, era similar al alfabeto de 26 caracteres.
En otras palabras, si contaba el número de patrones, simplificados y apilados en el alfabeto moderno, podría leer.
—Padre ¿podría tener un poco de papel?
Ahora que yo tenía el liderazgo, repentinamente me sentí revitalizada, y me volví a mi padre entusiasmada.
Me dijo que usara lo que quisiera, entonces tomé papel y lápiz de la habitación contigua y comencé a garabatear vigorosamente.
A mi espalda, padre había vuelto a su libro, pero ya no parecía tan interesado en el.
— ¿………?
Muy bien, todo copiado.
Asintiendo con satisfacción, revisé mi trabajo. ¿Me había olvidado de algo? Conté y me detuve, con la cabeza ladeada en confusión.
No importaba cuantas veces contara, habían 30.  ¿Tenía 4 de sobra?
— ¿No te sobran cuatro? —preguntó padre de forma oportuna, como si pudiera oír mi monólogo interno.
— ¡¿?!
Estaba demasiado sorprendida para hablar. Este hombre realmente estaba intentando quitarle un par de años a mi vida. Pensé mientras ponía mi mano sobre mi corazón sobresaltado.
—Olvida el resto. Solo debes saber que esos cuatro siempre van juntos.
—Err… ya veo.
El podría haber sido un poco más amable al respecto, pero aún sonaba como un consejo.
Cuando vi el libro, en efecto los cuatro caracteres siempre iban juntos.
Los exclui y comparé el alfabeto moderno con los veintiséis caracteres restantes, descubriendo en el proceso que tan diferentes eran los otros 4 que habían sido excluidos del resto.
Los otros caracteres habían sido moldeados en base a la naturaleza y seres vivientes, pero había un grupo de cuatro que eran únicos, no podía imaginar sus orígenes. Y aún así me llenaban de angustia cuando los miraba.
¿Qué era lo que decían?
—Estos representan al Señor Oscuro.
Era mi padre quien había vuelto a hablar, como si leyera mi mente.
—Sobre todas las cosas, estaba prohibido mencionar al Señor Oscuro por su nombre, por eso fueron lo suficientemente cuidadosos para usar caracteres únicos para referirse a él. Este  grupo de cuatro caracteres fue creado con el propósito de indicar “Señor Oscuro” y posteriormente fueron prohibidos. Se desconoce cómo leerlo. Su pronunciación no existía, o como decían los rumores, era el nombre de una persona de la época, pero nada es seguro.
Salté ante esas palabras. — ¡¿Quiere decir que el Señor Oscuro era humano?!
— ¿No te dije que no es seguro? —Respondió fríamente.
Eso quería decir que más de una teoría había sido traspasada y había sobrevivido hasta estos tiempos.
—Suficiente, comienza a leer. Tan pronto como termines, me iré a dormir.
Padre bostezo. Sentí que estaba viendo un acontecimiento realmente extraño por primera vez.
Antes de que me echara, debería leer lo que pueda. Siguiendo el ejemplo de mi padre, decidí concentrarme en el libro y comencé a leer también.

♥ ❤ ♥

               

8 respuestas a “La Princesa derriba banderas – Capítulo 38: La revisión literaria de la princesa reencarnada”

  1. Bueno, de momento el en realidad no parece el tipo de hombre desalmado que expreso el primer príncipe, se que no debería hacer juicios tan pronto pero siento que no es tan malo… Me recuerda en cierto modo a mi serio padre, nunca se lo que esta pensando pero se que me quiere… Probablemente .-.

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