La Princesa derriba banderas – Capítulo 51: La Confrontación de la Princesa Reencarnada

Traducido por Yousei

Editado por Sakuya


De alguna manera me las arreglé para obtener la palabra de padre. Todo lo que quería era regresar, por lo que rápidamente hice mi despedida. Salí al pasillo y me quedé ahí un rato, haciendo respiraciones para calmar mis nervios.

Tan pronto como puse un pie en el pasillo, vi a los dos soldados que cuidaban el dormitorio de mi padre y a mi propio guardia, Klaus. Se supone que solo deberían estar esos tres. A quien no esperaba ver dio un paso en mi dirección, el fuerte sonido de los pasos contra el piso de mármol de patrones geométricos hacía eco en el pasillo. Me congelé y casi comienzo mi retirada, pero la puerta de caoba estaba a mi espalda. No tenía a donde correr.

—Rosemarie.

Una voz monótona, que aparentemente estaba intentando ocultar su furia.

Me preparé para lo peor y levanté mi cabeza.

Frente a mí estaba una mujer joven con su dama de compañía a cuestas. Ella tenía la piel blanca como la nieve y unos hechizantes labios rojos. Una hermosa nariz y unas mejillas sutilmente sonrojadas. El arco de sus cejas reflejaba su fuerte personalidad, y sus ojos azules, con un color similar a una gema, estaban fijos en mí.

La tela del vestido que estaba usando era terciopelo verde oscuro de alta calidad. Tenía una flor bordada en el frente con hilos de oro y plata y las mangas estaban decoradas elegantemente con encaje. Su elegante vestido y su cuidadosamente arreglado cabello dorado platino, le daban a esta muy hermosa mujer una imagen madura apropiada para su edad.

¿Por qué no puedo ir a ningún lado sin evitar encuentros de este tipo?

Con el corazón lleno de suspiros y quejas, le di una sonrisa falsa.

— ¿Cómo se encuentra, madam?

En el momento en el que saludé a madre, frunció el ceño profundamente. Vaya, que aterrador.

Su mirada fría me hacía querer escapar a las montañas, pero resistí.

Madre abrió su boca, lista para imponerse ante mí, y se detuvo. Ella probablemente se percató de que no estábamos en el mejor lugar, porque me llamó a su habitación, la que estaba al lado de la de padre. ¿Qué clase de tortura es esta?

Esta vez de verdad quería correr en la dirección opuesta, sin mirar a ningún lado, pero me resigné y obedientemente la seguí.

Fui guiada a la silla de ejecuciones… digo, a su habitación. Estaba amueblada de forma extravagante. El interior opulento, que favorecía enormemente el uso de estuco en su diseño, le sentaba. El techo estaba tallado con finos detalles, y un enorme candelabro hecho de oro y adornado con piedras preciosas sostenía las velas, su luz se reflejaba en las joyas, era doloroso para la vista.

El sofá de madera negra que tenía las piernas curvas y pies en forma de bola, tenía tapicería roja con diseños en plata y oro. Para completar el set, teníamos una mesa con las mismas piernas curvas y pies en forma de bola, la que se encontraba entre mi madre y yo cuando me sentó. Ella me escudriñó desde el otro extremo de la mesa.

Mi dolor de estómago volvía a medida que el silencio se alargaba.

¿Qué era esto, una táctica intimidatoria?

Sus labios pintados de rojo finalmente se separaron después de que pasara más de medio minuto.

—Me pregunto, ¿qué estabas haciendo en la habitación de su majestad?

Cuando incluso yo raramente puedo entrar, tenía implícito la pregunta.

Puesto que estaba yendo y viniendo a menudo, ella se iba a dar cuenta en algún momento. Sabía que me iba a enfrentar a su rechazo, pero era más aterrador de lo que hubiera imaginado.

Las personas hermosas, pero severas, eran terriblemente intensas, pensaba a la distancia.

La pareja real mantenía habitaciones separadas.

No levantaría ni una ceja si en el reino se practicara poligamia, pero padre no tenía ni concubinas ni amantes. ¿Por qué él dormiría en otro lugar? La respuesta era obvia: porque era lo que él había decidido.

No sabía la razón, pero asumí que él probablemente prefería dormir solo. Para ser honesta, no estaba realmente interesada, por lo que nunca indagué.

—Hablé con padre un poco.

[Traducido por Reino de Kovel]

Elegí palabras inocuas, pero la intensidad de su mirada no disminuyó. Lo sabía, entrar a la habitación de padre era de por sí un crimen para ella.

—Su majestad está ocupado. No debes ser egoísta y forzar tus deseos e incomodarlo.

Asentí obedientemente. —Sí, madame. Mis disculpas.

Su expresión fría no se entibió ni un poco.

—Su majestad es un hombre de gran benevolencia, pero esa no es una razón aceptable para molestarlo. ¿Crees que serás perdonada solo porque eres una niña? Deshazte de tu comportamiento consentido.

—Sí… madame.

Me tomó un momento decirlo, pero creo que lo dije bien.

Quiero decir, ¿de quién estaba hablando?

Padre, ¿benevolente? ¿Había algo malo en sus ojos? ¿Es que ella realmente creía que yo era una persona perezosa que usaba su estatus como niña para librarse?

No, padre no era el tipo de persona que hacía excepciones por alguien, sin importar su edad o su género. Madre debería saber al menos eso.

Ella simplemente no podía aceptar el hecho de que a quien había permitido estar cerca de él era a su hija y no a ella misma.

—Si tienes algo que preguntar, ven a mi primero. ¿Entendiste?

Sí, madame.

No podía decirlo fácilmente.

No cuando no tenía intenciones de pedirle permiso a ella, quien solamente me diría que me alejara.

Siempre había sido de ese modo. Ella pensó que era natural para Johan y para mí escuchar a todo lo que decía. Asumió que era razonable que los niños obedecieran absolutamente a sus padres, y nunca trató de preguntar cómo nos sentíamos. Ella probablemente pensaba que mis razones para visitar a padre eran triviales también.

— ¿Rosemarie?

Su voz se afiló mientras se impacientaba. Sus ojos se entrecerraron como los de un gato.

Sabía que ella estaba a punto de explotar. La parte astuta de mí conocía que poner una fachada falsa y pretender que iba a obedecer era la cosa más segura que podía hacer, pero yo apenas era mi propio aliado cuando mi boca comenzó a moverse.

—Me disculpo, sin embargo, no puedo hacer eso.

— ¡Qué-!

Los ojos de madre se abrieron en par. Ella estaba sin habla, pero yo podía deducir sus pensamientos: Dios, ¿acaso ella me está desafiando abiertamente?

Ahora que lo pienso, no nos hemos visto la una a la otra recientemente. En el corazón de madre, de seguro yo no he cambiado en relación a cuando tenía 5 años y estaba confinada a mi habitación. Aún la misma niña inexpresiva, sin encanto y obediente.

Ese era el nivel de su interés en mí, pensé, y una risa vacía luchaba por salir. Pensándolo bien, aunque ella odiaba que nosotros tuviéramos algún contacto con nuestro hermano mayor, nunca se molestó en interferir.

Realmente, nada le importa a esta mujer, solo padre.

No podía odiar tan honesta perseverancia, pero no podía siquiera imaginar en seguir su ejemplo. Mi cegador descubrimiento me dejó con una sensación fría.

Tenía que ser cuidadosa de no seguir en su estela.

—Rosemarie… ¿Entiendes lo que estás diciendo?

Sus manos temblaban, quizás porque estaba muy enojada, estaban fuertemente apretadas.

La miré al momento que asentí. —Sí, madame.

Había algo que necesitaba hacer, y el plazo final estaba cada vez más cerca. No tenía tiempo para estar estancada en un lugar como este. Si ella quería meterse en mi camino, que así sea. Yo pasaría sobre ella.

—He recibido permiso de padre para entrar a su habitación. Incluso si usted es mi madre, no tiene la autoridad para anularlo.

— ¡Tú-!

—Si le estoy causando algún problema, seguramente padre me lo dirá el mismo. Hasta entonces, no planeo contenerme. Solo hago lo que necesito hacer.

Sabía que estaba incitando una pelea, pero no tenía la intención de retirarme habiendo llegado tan lejos.

Probablemente seguiré frecuentando la habitación de padre los próximos dos años. Si ella intentara detenerme cada vez, no lograría hacer nada.

—Rosemarie…

Su voz sonaba como si retumbara desde el piso, pero yo ya había dicho lo que necesitaba por lo que me levanté para escapar.

♥ ❤ ♥

               

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