La Princesa derriba banderas – Capítulo 59: La petición de la princesa reencarnada (5)

Traducido por Raine

Editado por Sakuya


[Nota del autor: Algunas descripciones son gráficas, por lo que debe estar prevenido.]

—Está eso, pero todavía no le he preguntado a la pri… la señorita Marie por qué me buscó hoy.

El maestro Julius sonrió con dificultad.

Era fácil decir por su expresión, ligeramente rígida, que se lo había buscado él mismo, como siempre era tan cortés y calmado, fue realmente reconfortante verlo un poco descompuesto, pero ahora no era el momento de sentarse y disfrutar del espectáculo.

La señorita Bianka asintió con seriedad, como si dijera: “Tienes razón, eso es de suma importancia” pero la interrumpí con ansiedad y volví a preguntar:

— ¿Qué quiere decir cuando dijo que los barcos no pueden irse?

— ¿Eh? —dijo, mirándome confundido.

Lo cual fue natural, ya que no he tenido la oportunidad de decirle que quería un pasaje en su nave. Probablemente debería haberlo hecho en el orden correcto, pero ahora era demasiado tarde. ¿Qué debería hacer?, me pregunté en mi aturdimiento.

Al ver mi confusión, Sir Leonhard vino en mi ayuda.

—Perdóneme —dijo. —Nos gustaría escuchar lo que tiene que decir también.

—No me importa, pero ¿será de alguna utilidad para ustedes?

—Por favor. Déjame explicar después.

Después de un momento de pensar, el Maestro Julius estuvo de acuerdo.

—Muy bien.

Comenzó a hablarnos de un rumor siniestro que se originó en una sola nave.

Hace aproximadamente un mes, un barco de una isla al extremo sureste del continente, entró en una pequeña ciudad portuaria en el vecino Reino de Grund.

Dado que procedía de una tierra tan lejana, el viaje debe haber sido considerable, pero en realidad hubo muy poco daño al barco en sí. Sin embargo, por alguna razón insondable, más de la mitad de la tripulación estaba cerca de la muerte.

Tres de ellos murieron al entrar. De los 15 enfermos restantes, seis más murieron sin cura. Después de mirar el registro de la nave, un rumor comenzó a extenderse entre los marineros: “Aquellos que permanezcan en el mar por mucho tiempo serán perseguidos por los muertos”.

— ¿No es una enfermedad? —Preguntó Sir Leonhard.

—Me pregunté lo mismo. Hasta ahora, no estoy realmente seguro. —El Maestro Julius no confirmó ni negó su pregunta. —Pero incluso si lo fuera, no parece que se transmita directamente de persona a persona. Ninguno de los síntomas ha aparecido en la gente de Grund. Eso incluye a quienes enterraron los cuerpos, a los cuidadores, así como a los médicos.

Afortunadamente, no parecía que la enfermedad se propagara a través de la transmisión de gotas o el contacto, pero si más de la mitad de las personas en el mismo barco la sufrían, entonces también había motivos para sospechar de otras fuentes. Por ejemplo, el agua o los alimentos podrían haber sido contaminados.

Mientras escuchaba silenciosamente su conversación, di vuelta a las posibilidades en mi cabeza.

Al principio, estaba preocupada por conseguir un barco, pero si esta enfermedad era infecciosa, entonces debía ser la máxima prioridad. Una hipótesis deducida del juego era todavía una hipótesis, después de todo. No significaba que el momento en que la enfermedad surgiría como una epidemia o el Reino en el que se propagaría, no cambiaría.

—Si fue una enfermedad de causa desconocida, los temores de los marineros no son injustificados, —dijo Sir Leonhard. —Pero se está volviendo un poco exagerado.

Con la expresión llena de disgusto, la señorita Bianka intervino.

—Exactamente. ¿Cómo se convirtió en una historia ridícula sobre los “muertos”?

— ¿Qué estaba escrito en el registro de la nave?

El maestro Julius sacó un pedazo de papel con lo que parecía ser un resumen de los contenidos y comenzó a leerlo.

—Al principio no era nada fuera de lo común: registros normales del clima, el estado del mar, el estado de los suministros, las condiciones de los navegantes y similares. Sin embargo, después de un mes o dos de registros, algo inusual comenzó a aparecer gradualmente.

— ¿La condición empeorada de los marineros?

—Sí. Había pasado aproximadamente un mes cuando los marineros comenzaron a quejarse de la languidez en el cuerpo y dolores en las rodillas. “Probablemente un resfriado, el sueño debería curarlo”, fue lo que se escribió en el registro. No obstante, al contrario de lo que se esperaba, sus condiciones físicas no sólo no mejoraron, sino que los espíritus de los hombres también se desanimaron.

La fatiga y los dolores en las articulaciones eran síntomas del resfriado común. A menos que empeore, el descanso debe ser suficiente para recuperarse de casos como el resfriado común o la neumonía. Sin embargo, cuando todavía no había mejoría incluso después de dormir, existía una alta probabilidad de que fuera algo más.

—A continuación, se escribió que grandes moretones aparecieron en sus muslos.

— ¿Moretones? ¿No fueron por golpearse contra algo en alguna parte? —preguntó sospechosamente la señorita Bianka, mientras examinaba al Maestro Julius.

—Varias personas tuvieron el mismo síntoma. Me resulta bastante difícil creer que todos se golpearan los muslos al mismo tiempo, —respondió fríamente. —Además, después de que hubieran pasado más días, sus bocas y su piel comenzaron a sangrar. Con el tiempo, se les cayeron los dientes, se les abrieron viejas llagas y esos marineros murieron ensangrentados.

Un silencio cayó sobre el grupo.

La expresión de Sir Leonhard era sombría y la señorita Bianka estaba ligeramente pálida.

Al escuchar estos síntomas inimaginables, también sentí que la sangre se drenaba de mi cara.

—Ya es un poco tarde, pero estoy empezando a cuestionar tu juicio por contar esa historia delante de Marie. —La señorita Bianka miró con frialdad al maestro Julius.

— ¡N-no! —Sacudí mi cabeza rápidamente. —Quería estar aquí, así que no te preocupes por mí.

Ella no se veía satisfecha, así que le puse una sonrisa. Probablemente estaba tensa y estoy segura de que mi complexión era terrible, pero esperaba que ella no le prestara atención.

Puede que no haya sido una historia agradable, pero realmente creí que necesitaba escucharla.

— ¿Es así como esta historia fue atada a los muertos, por estas horribles muertes?

—Si sólo eso fuera todo. Hay muchos entre los marineros que han experimentado las etapas iniciales de los síntomas. Cuanto más tiempo esté un barco en el mar, mayor será el recuento. Los marineros temen que les llegue el turno de morir si están atrapados en un largo viaje.

Dado que la aparición de los síntomas correspondía al número de días a bordo, el rumor debe haberse manifestado ahí.

—Por etapas iniciales, ¿te refieres a la fatiga y los dolores en las articulaciones? —preguntó la Srta. Bianka. —Eso no es inusual.

El maestro Julius suspiró.

—Puede que no sea más que histeria, pero sin una razón o una cura, convencerlos es difícil.

—Sin embargo, no puedes mantener los barcos atracados para siempre. Esto perjudicará tu negocio, así como los medios de vida de sus navegantes.

—Soy consciente de eso.

Mientras la señorita Bianka y el maestro Julius conversaban, revisé la información que tenía a mano.

— ¿Mm? —Hice un pequeño ruido.

— ¿Señorita Marie? —Sir Leonhard preguntó en voz baja para que los otros dos no escucharan. Me miró con preocupación, pero estaba tratando desesperadamente de unir mis pensamientos por lo que no podía ni siquiera lograr una respuesta decente.

Fatiga y dolores articulares en las etapas iniciales.

Sus espíritus se volvieron inestables… y después de caer en la depresión, aparecieron hematomas en los muslos.

Además, después de más días, había sangrado de las encías y la piel.

Se les cayeron los dientes, se abrieron viejas llagas y finalmente murieron. La enfermedad de un marinero.

—Yo…

¿Por qué me estaba golpeando el déjà vu?

Tan pronto como me pregunté, la respuesta vino a mí.

Nunca he conocido a nadie que haya sufrido esas condiciones.

Pero estaba segura de que sabía lo que era.

No fue el vívido recuerdo de la experiencia de primera mano, sólo un simple conocimiento.


[Sakuya: Si alguien ve One Piece, hay encontraran cual es la enfermedad y la cura :3]

6 respuestas a “La Princesa derriba banderas – Capítulo 59: La petición de la princesa reencarnada (5)”

  1. Apuesto por la peste negra o peste bubonica, se contagia por las pupas de las ratas. Es una bacteria, Yersinia pestis. Síntomas: fiebre, tos, sangrados, la piel se oscurese en las extremidades, etc. Tarda un montón en desarrollarse la enfermedad y por eso existe el nombre de cuarentena porque los barcos tenían que estar 40 días en las afueras del puerto para que luego los dejen entrar así no desarrollaban síntomas durante ese tiempo. Si producen trampas para ratas y prácticas de limpieza /orden para que haya menos ratas, se soluciona… Los gatos no sirven porque también pueden tener pulgas.

  2. Respondiendo a Sakuya-san la enfermedad en realidad es solo la deficiencia de vitamina C o conocido como….
    SIGA LEYENDO EL PRÓXIMO CAPÍTULO. 😉

    GRACIAS POR LA TRADUCCIÓN! SIGAN ASÍ! 🙂 🙂 🙂

    Y lo de One Piece es real… viva la serie y sus enseñanzas.

Responder a Dino Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido