La Princesa derriba banderas – Capítulo 77: La Torpeza de la Princesa reencarnada

Traducido por Yousei

Editado por Sakuya


—No queda mucho…

Contando las bolsas alineadas en la cama, murmuré rendida.

La medicina que había traído se estaba agotando. Aunque era de esperarse pues he estado atendiendo personas por todos lados.

Aún quedaban un par de hojas para el mareo, pero mi antidiarreico y la medicina digestiva, estaban a punto de acabarse. Por otro lado, no había necesitado usar ninguna venda. 

Miré atentamente cada bolsa otra vez antes de regresar sus contenidos cuando sentí una mirada sobre mí.

Levanté la mirada y mis ojos se encontraron con cierto caballero escolta. Aunque eventualmente terminé desviando la mirada. 

¿No le daba vergüenza mirarme tan fijamente? ¿Ni un poco? Bueno, no sería Klaus si le incomodaran cosas como estas, supongo.

—Si tienes algo que decir entonces dilo.

—No, nada en particular. 

—Sigue mirándome de ese modo y me harás un agujero. 

Tapé una de las bolsas antes de soltar un suspiro.

Klaus estaba pensando en mis palabras con una mano sosteniendo su barbilla.

—Puede que sea simplemente el hábito que tengo de mirar a su alteza…

¡Remedia ese retorcido hábito tuyo! ¡Ahora!

—He pensado un poco en eso, pero no pensaba decirle.

¿Entonces la respuesta a mi pregunta es “no”?

No sé si está actuando o si realmente se le soltó un tornillo, este tipo.

—Entonces, ¿qué estabas pensando?

Solté la pregunta por capricho sin mucho interés.

Klaus silenciosamente murmuró —De verdad no es nada importante. Mi señor dijo que ayudar a otros es su segunda naturaleza.

Me sorprendí ante sus palabras.

—Eso no es cierto.

—Sus acciones “ayudando a otros”, incluyendo a aquellos que no se dan cuenta, incluso cuando saca la paja corta. Es cierto, ¿no?

Él no me estaba tomando el pelo. Tampoco había rastro de odio o repulsión en su voz. Pero me estaba irritando por alguna razón.

—Yo no he sacado ninguna paja corta.

—Incluso si usted ayuda a otros, ellos solo son una gota en el océano. Incluso si Mary salva la vida de una sirvienta, no será considerado el logro de la “princesa”.

— ¡!

Klaus me miró fijamente y contuve el aliento.

Recordé la conversación de Wolf y Paul.

Al final, la princesa Rosemary sería considerada una egoísta y mimada princesa. Algunas personas pensarían favorablemente de mí, pero eso es por todos los logros de mis hermanos y mi padre, y el hecho de que somos familia. No tenía ningún logro propio.

Klaus no se contuvo y fue directo al punto. Cuando me percaté de mi torpeza, bajé la mirada. Mis manos apretadas dejaron arrugas en la cama.

—Pero, aun así, no puedo dejar a una persona necesitada sola, y estoy convencido de que esa persona es usted.

— ¿…Eh?

Una extraña voz se me escapó.

Levanté mi rostro solo para encontrarme con sus ojos nuevamente. La cabeza de Klaus se inclinaba curiosa mientras yo titubeaba.

— ¿Es así?

—Sí, así es.

Estaba segura de que me iba a regañar.

Mirando su cara, él decía la verdad, eso era realmente lo que quería decir.

—Es así.

Mis hombros cayeron.

Pensando en ello, Klaus siempre había sido así. Él podía ser extraño a veces, pero cuando era necesario, él era un tipo sincero y honesto.

Aunque no todos sabían esto.

— ¿Terminó con eso?

—Sí… ¡¿Ahhh?!

La nave repentinamente se detuvo y exclamé sorprendida. 

Me agarré de las sábanas para evitar caer de la cama. Klaus me ofreció su mano, pero no fue un remezón tan fuerte por lo que no la tomé.

—Me pregunto si fue una gran ola.

—Eso es porque el viento está fuerte hoy.

Justo como dijo Klaus, el viento había sido fuerte los últimos días. No sabía si era algo bueno para la nave, pero al parecer, íbamos adelantados al calendario.

—Parece que llegaremos a Flamme antes de lo esperado.

Aunque no era propensa a marearme, aún extrañaba estar en tierra.

También quería vegetales frescos, por lo que estaría contenta si llegábamos antes. Sí, en contraste, a mí, quien estaba en la novena nube, la expresión de Klaus era oscura.

— ¿Klaus?

—Llegar muy pronto también es un problema.

¿Eh? ¿No es mejor llegar antes?

—Más adelante debemos pasar por unas pequeñas islas, y a este paso, será por la noche.

— ¿Entonces está la posibilidad de que encallemos?

—Eso no es todo…

Las palabras de Klaus eran pesadas. Él era tan serio que no sonaba como él para nada.

Esperé que continuara, pero dudó.

—Evaluaré la situación. Me aseguraré de que las velas sean más pequeñas y tomaré otras contramedidas, por favor no se preocupe. —Klaus caminó hacia la puerta.

Él me miró una vez, y tras un breve silencio dejó la habitación.

— ¿Qué fue todo eso? —Repetí la pregunta de mi cabeza en voz alta.

Recordé el mapa que había memorizado y seguí la ruta de la nave en mi cabeza.

Las pequeñas islas que mencionaba Klaus era probablemente aquellas al sur – sureste de Flamme.

No había otra ruta si querías desembarcar en el puerto de la ciudad portuaria de Flamme.

Muchas pequeñas islas inhabitadas eran conocidas por causar un sin número de naves encallar por la noche, cuando era difícil ver. Pero por la actitud de Klaus justo ahora, parece que las islas no son el único peligro ahí fuera.

El océano es aterrador después de todo. Tormentas, truenos, enormes olas, tiburones, y … ¿fantasmas? Como si fuera posible.

—Um~ —Después de que intenté pensar acerca de eso en vano, solté un pequeño gemido.

Me eché en la cama y cerré los ojos.

Creo que me he calmado ahora.

Al principio estaba nerviosa por dejar mi país. Aparte del golpe de calor de Mia, no había vuelto a ocurrir nada, me había vuelto engreída. 

Uno nunca debe olvidar; el océano es un lugar aterrador – un hombre que se aleja del camino es mucho más aterrador que cualquier fantasma.

Más tarde me daría cuenta de este hecho.

2 respuestas a “La Princesa derriba banderas – Capítulo 77: La Torpeza de la Princesa reencarnada”

Responder a Tato Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido