La Princesa derriba banderas – Capítulo 80: El miedo de la princesa reencarnada

Traducido por Raine

Editado por Sakuya


Ruidos fuertes continuaron resonando desde arriba.

Respiré y contuve mi corazón ante el repentino shock que salió de la nada.

Está bien, Klaus me protegerá.

Después de todo, los marineros también estaban luchando y Lobo dijo que echaría una mano.

—Tengo que creer en ellos y hacer lo que tengo que hacer —Me dije y me giré para mirar a la persona frente a mí.

El tratamiento de fractura de Kurt había terminado. Dicho eso, solo era envolver su pierna y la vaina juntas como soporte. Además de huesos rotos y contusiones, no hubo un trauma notable, pero tenía miedo de moverlo, así que por eso fue acostado en el piso con un paño doblado como sustituto de una almohada.

Sin embargo, su sufrimiento todavía era claro como el día: profundas arrugas se formaron en sus cejas, sus mejillas rojas estaban hinchadas y una fina capa de sudor cubría su frente. Quizás todas las fracturas y contusiones le habían provocado fiebre.

—…ugh.

Kurt soltó un pequeño gemido. El sudor cayó de su frente mientras agitaba su cabeza con una cara dolorosa. Le aparté el flequillo y le limpié la frente con un paño.

Los pequeños rasguños y cortes parecían dolorosos. Me encantaría limpiar la sangre y el barro de sus heridas, pero eso es imposible hasta que la señorita Bianca regrese de la cocina con más agua.

Mientras limpiaba suavemente el barro de su rostro con mi dedo índice, los párpados cerrados de Kurt comenzaron a moverse.

— ¿Kurt?

Como si respondiera a mi llamada, sus párpados se abrieron lentamente. Al principio no había vida en esos ojos, pero después de unos segundos, la vida volvió a ellos y Kurt comenzó a mirar a su alrededor.

Usando su mano derecha, trazó las sábanas con los dedos. Al notar que estaba buscando algo, inadvertidamente tomé su mano. Agarrando su mano con las mías, sentí una débil fuerza de él.

—Kurt. —Nuevamente, llamé su nombre.

Sus ojos se movieron hacia el origen de la voz. Me encontré reflejada en sus ojos. Sus labios comenzaron a moverse… pero no había sonido.

Quería concederle cualquier demanda que deseara. Sólo había un puñado de cosas que podría hacer en este momento, pero incluso así.

—Por favor, repítelo una vez más —le pedí que repitiera esas palabras sin voz.

Pero Kurt no intentó abrir la boca. En cambio, miró en mi dirección con sus ojos borrosos por la fiebre alta. Su mano derecha se extendió suavemente y de alguna manera rozó mis mejillas.

Las yemas de sus dedos acariciaron suavemente mi rostro que estaba confundido más allá de las palabras. Fue tan gentil que uno dudaría que hubiera alguna fuerza detrás de esto.

Nunca le apartaría su mano, pero me hizo cosquillas. Mientras me miraba a mí, que estaba preocupada por qué hacer, sonrió suavemente.

—La diosa… estuvo aquí… todo este tiempo…

— ¿Huh?

El pequeño malentendido se ahogó en el clamor de arriba. Antes de que pudiera repetir, sus ojos se cerraron una vez más. La mano que acariciaba mi mejilla cayó y su respiración se hizo más audible.

Me pregunto qué dijo. Sin embargo, mirando su expresión, creo que no fue desagradable ni doloroso.

Di un suspiro rápido, agarré una sábana y cubrí a Kurt con ella.

— ¡Mary, perdón por la espera!

—Señorita Bianca.

La señorita Bianca que entró corriendo en la habitación, notó que Kurt dormía y rápidamente cerró la boca. Me levanté y tomé la tina que me entregó.

—Perdón por todo el alboroto.

—No, es bueno que hayas vuelto a salvo.

—Está bien. Parece que el enemigo aún no ha llegado a las cubiertas inferiores… pero…

— ¿?

Mientras me susurraba, la señorita Bianca hizo una mueca agria y desvió su mirada de mí. Cuando estaba a punto de preguntarle… la puerta detrás de la señorita Bianca se abrió.

La señorita Bianca tomó mi mano y me empujó detrás de ella.

—Perdón.

— ¡Lo siento, Mary!

— ¿Mia?

Además de ella, estaba un criado con la señorita Flora en sus brazos.

—Una persona herida está durmiendo. Por favor quédate en silencio.

Mia se disculpó con la señorita Bianca por ser ruidosa. El hombre hizo una pequeña reverencia hacia mí y caminó hacia las camas donde recostó suavemente a la señorita Flora.

La señorita Flora estaba asustada, pálida y temblorosa. Esa figura de ella, sosteniendo sus rodillas como una pelota, parecía ser más pequeña de lo habitual.

—Me estaba escondiendo en la cocina y, de alguna manera, les seguí. Lo siento, Mary.

—También me disculpo. Estaba buscando algo que pudiera funcionar como arma o armadura en la cocina, pero todos fueron tomados de antemano… Estoy avergonzado —dijo el caballero anciano, bajando la cabeza.

— ¿Dónde está su escolta?

Ciertamente, la señorita Flora debe tener una escolta exclusiva.

En respuesta a mi pregunta, el viejo abrió la boca, pero el fuerte grito de la señorita Flora lo interrumpió antes de que pudiera decir algo.

— ¡En el piso de arriba! ¡Me dejó sola para ir a pelear!

—Señorita Flora, por favor, quédese callada.

A la señorita Flora, quien estaba asustada, justo ahora su rabia excedió su miedo. Ella ignoró las advertencias de Mia y rodó en su cama con lágrimas de arrepentimiento saliendo de sus ojos.

— ¡Aunque es solo una escolta! ¡Cómo puede dejarme en un momento tan importante como éste! ¡Le diré a papá cuando lleguemos a casa!

—Señorita Flora.

— ¡¿Qué?!

Llamé de pie junto a ella. Ella me miró con sus ojos llorosos.

—Cállate.

— ¿Por qué demonios estás ordenando…

—Si haces demasiado ruido, podría atraer al enemigo.

—Ku…

La señorita Flora se tragó mis palabras después de mucha persistencia.

Si miras su expresión, uno podría decir que no estaba completamente convencida.

—Pero… Esto no está bien… —Murmuró la señorita Flora con una pequeña voz. Las pequeñas gotas que se formaban en las comisuras de sus ojos cayeron según la gravedad.

¿Fueron esas lágrimas por tu frustración hacia la escolta, o por la situación en la que te encuentras? Probablemente sean las dos cosas.

No se me ocurrían palabras de consuelo para la señorita Flora que derramaba lágrimas.

El resentimiento contra circunstancias irrazonables, incluso yo tampoco podría aceptarlo.

Mi cabeza sabía que estábamos siendo atacados por piratas, pero mis emociones seguían poniéndose al día.

¿Por qué roban? ¿Por qué lastiman a los demás? Quería preguntarles. ¿Cómo puede su corazón llenarse de tanto odio?

Como estoy ahora, nunca podría calmar a nadie.

Un silencio incómodo cayó sobre la habitación. Pero poco después, un fuerte ruido cortó el silencio.

— ¡!

La puerta se abrió bruscamente.

La primera en reaccionar fue la señorita Bianca. Ella me protegió detrás de ella y desenvainó su daga.

Pero quien apareció fue un miembro de la tripulación y no el enemigo.

—Ah, mi error… Ustedes, chicas, se están escondiendo aquí, ¿eh? Iré a otro lado. —El marinero apoyó su cuerpo contra la pared, dijo con una sonrisa amarga pero su rostro estaba distorsionado por el dolor. La sangre goteaba por los dedos de su mano izquierda sosteniendo su herida en el otro brazo. El sangrado estaba formando un charco rojo en el suelo.

— ¡Estás herido! —La señorita Bianca detuvo rápidamente al marinero que se alejaba tambaleándose.

—Estoy bien. No es un gran…

— ¡Como si lo estuvieras! —La señorita Bianca gritó frustrantemente por encima de su voz, lo empujó hacia la habitación y me lanzó una mirada. Respondí con la mirada a través de la línea de visión y saqué un paño sin usar de mi bolso.

—Ahora te trataré. Por favor siéntate.

—Eh, ¿damita?

Mirando los brazos del marinero avergonzado, el área afectada era el antebrazo a la derecha. La sangre brotaba de la herida. El corte debe haber cortado una arteria.

Detengamos el sangrado lo antes posible.

Estaba tan extrañamente tranquila que me sorprendí a mí misma.

Quizás fue gracias a Kurt, quien me calmó. También me gustaría agradecer a Lobo que me devolvió a mis sentidos. Ahora mismo, me enfocaré en el tratamiento.

Colocando el agente hemostático sobre la herida, cubrirlo con un paño y presionarlo. La tela pronto se puso roja. Agregué un segundo paño.

—Señorita Bianca, ¿puede por favor sostener esto?

—Bien. —La señorita Bianca asintió y se movió rápidamente. Mientras sostenía eso, agarré las vendas en lugar de las telas.

—Esto será apretado, por lo que podría doler.

— ¿Oh?

— ¡E-espera! ¡¿Qué están haciendo?!

Justo cuando estaba enrollando los vendajes, se escuchó la voz desagradable de la señorita Flora. Sin embargo, no podía permitirme vacilar aquí, así que la ignoré.

— ¡¿No vendrían los piratas a buscarlo también?!

—Señorita Flora, por favor, cálmese.

— ¡Cállate! ¡Cállate! ¡Cállate! ¡¡Cállate!! Mira, si no lo echas ahora mismo… ¡¿muhgufh?!

— ¡Por favor, disculpe nuestra grosería! —Fue Mia quien selló la boca desenfrenada de la señorita Flora con su palma.

¡Déjamela a mí! Por favor, concéntrate en tratarlo, fue lo que pareció decirme a mi cara confundida.

Para no desperdiciar los esfuerzos de Mia, puse más presión sobre el vendaje y luego lo até lo más fuerte que pude.

—Levanta tu brazo más alto que tu corazón… Sí, así. Pasará un tiempo, pero por favor mantén tu brazo así.

—Muy bien… Damita.

— ¿Sí?

—Eres increíble.

Dejando caer la tela mojada llena de sangre, levanté la cara ante las palabras del marinero. Su tez estaba lejos de ser buena, pero sus ojos brillaban.

—A pesar de que eres pequeña y tienes una cara de muñeca, tu coraje no pierde ni siquiera con los hombres adultos. Eso es juego sucio.

—Um…

Me pregunto si estoy siendo elogiada.

Di un sonido extraño como respuesta cuando me pilló desprevenida y el marinero se rio de buena gana. Parecía que no quería decir nada malo.

—…No creo que tenga tanto coraje.

Solo había estado en el extremo receptor.

Estaba siendo protegida y malcriada a la vez. La razón por la que podía estar aquí ahora es porque me dije a mí misma que me controlara. Y temía que incluso un pequeño golpe hiciera que mi postura se derrumbara en un instante.

— ¡Uh! ¡Libérame, Mia!

Un eco seco sonó.

La señorita Flora, que finalmente retiró la mano de Mia de su boca, también dio un manotazo a la otra mano que trató de cerrarle la boca nuevamente.

— ¿Quién demonios crees que soy? ¡Hay un límite para tu grosería!

—Lo siento mucho, pero por favor cállese por ahora.

— ¡Eres una tonta insolente!

A diferencia de Mia que respondió con calma, la cara de la señorita Flora estaba roja de ira.

¿Qué tengo que hacer? Me gustaría que se callara, pero decir cualquier cosa ahora solo agregaría aceite al fuego.

Miré a mi lado y me encontré con la señorita Bianca.

¿Apagarle las luces? Ella murmuró algo e hizo un gesto con la mano como si balanceara una espada. Aunque era peligroso, hacer más ruido que esto también era desagradable en sí mismo.

— ¡Esto y aquello es siempre esa chica! ¡Nadie escucha lo que yo digo!

Mientras contemplaba cómo manejar la situación, la señorita Flora me señaló y me gritó. Mis ojos se abrieron con sorpresa y vergüenza.

—Señorita Flora…

— ¡No te atrevas a tocarme! —La señorita Flora lloró aún más mientras apartaba la mano del caballero. Luego se levantó y se dirigió hacia la puerta.

— ¡Oye! ¡¿A dónde crees que vas?!

— ¡Dije que no me toques!

Incluso ignoró las llamadas de la señorita Bianca y abrió la puerta.

Yo tampoco podía dejarla ir, así que la agarré del brazo.

— ¡No, regresa!

— ¡No me ordenes qué hacer!

Sabía que afuera era peligroso, pero tal vez con la sangre subiéndole a su cabeza, no estaba escuchando a nadie. Finalmente, fui arrastrada afuera junto con ella.

El bullicio sonaba más cerca de lo esperado. Demasiado cerca.

Levanté la cara y me di la vuelta. Detrás de la señorita Flora, una sombra que se avecinaba bajaba las escaleras. Contuve el aliento. Lo primero que vi fue un pie descendiendo, luego un sable mojado en su mano derecha que goteaba sangre.

¡Debemos escondernos! El cerebro me ordenó, pero mi cuerpo no se movía.

La señorita Flora, sin darse cuenta del peligro que se acercaba, todavía intentaba sacudirme la mano.

— ¡Duele! ¿Por cuánto tiempo planeas agarrarme?

El hombre reaccionó a su voz y levantó la cara.

Ahí, una bestia con ojos podridos brillaron como si hubiera encontrado una presa.


Raine
Estuve tan contenta de traducir la parte donde le tapan la boca a la latosa de Flora... para que volviera a odiarla por el resto del capítulo y quisiera matarla al final de él.

4 respuestas a “La Princesa derriba banderas – Capítulo 80: El miedo de la princesa reencarnada”

  1. Me acabo de dar cuenta que ya no hay más capitulos 😭😭😭😭😭 mil gracias por todos los caps hasta ahora no creí encontrar tantos de esta hermosa historia 💖💖💖💖💖

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