La propuesta del Héroe – Volumen 1 – Capítulo 12: El vizconde de Milford

Traducido por Maru

Editado por Tanuki

Corregido por YukiroSaori


Aunque quería escapar del castillo, parecía imposible hacerlo.

—Incluso si escapas, hay espíritus, por lo que es fácil para Greed encontrar tu paradero. ¿No ves que es inútil?

Las palabras que Milly dijo ayer seguían rondando en mi mente. Según lo que ella declaró, entonces no había ningún lugar al que escapar en este mundo. Para escapar del héroe, quizás la única forma era morir…

Para ser honesta, desde el evento en el salón, esperaba, deseando como si me aferrara a una soga, que resultara ser un malentendido y cancelaran el matrimonio.

Me pregunté si enviar una carta a mis padres para el permiso de matrimonio se debía a la determinación incomparable que sentía Greed. Recordaba ese sentimiento; era como estar rodeada de paredes en todas las direcciones y ver cómo estas se iban estrechando cada vez más. Era prácticamente inevitable sentir que se estaba formando una red circundante.

La propuesta de Greed, las historias de Milly, y ​​luego las palabras del rey y la carta de mi padre.

Como pensé, debería haberlo rechazado todo en ese momento.

Pero, ¿cómo podría haberme negado con esa atmósfera? Incluso si retrocedía el tiempo, no tenía el coraje de rechazarlo.

Podría haber sido una historia diferente si alguien más despertara interés en mí. Pero eso solo llevaría a un triángulo amoroso.

Aunque mi corazón pertenecía a la persona que amaba, el corazón de una doncella podría tambalearse después de recibir una propuesta de un héroe fuerte y atractivo. ¿A quién elegiría la doncella indecisa, al amor o a ser amada?

Oh, lo siento. Al intentar escapar de la realidad, caí en una ilusión.

Pero, tenía fe en misma y en que habría  elegido al que me gustaba. Esa sería la razón para rechazar el matrimonio. Y quizás, mucho después añadiría una frase como: “De hecho, anhelaba secretamente al héroe”, y convertir el recuerdo en una historia dramática, como en una novela.

El héroe que nos dio la esperanza de la luz. Pero él no se adaptaba a mí, que era un personaje ordinario y totalmente secundario. Debía haber otra persona que pudiera hacerlo más feliz. Así, la Aria en mi mente estaba derramando lágrimas y rechazando el cortejo de aquella persona que anhelaba… De nuevo, lo siento. ¡Debo dejar de perderme en sueños tan escalofriantes!

¿Quién es ese personaje? ¡Siguiente!

El héroe era guapo. No lo voy a negar. Su buen aspecto era malo para mi corazón. También era fuerte. Después de todo, era un desastre ambulante y un arma definitiva.

Las perspectivas de futuro del héroe eran prometedoras. Incluso si no fuera el héroe, siendo tan amado por los espíritus, tendría una gran demanda por todo el mundo.

Al ser deseada por tal héroe, ¡era la doncella más afortunada del mundo!

¡No es así!

Para el futuro del que era poco probable que pudiera escapar, intenté sugerirme esas cosas al menos, pero me pareció inútil.

Odiaba este lado de mí. ¡Este lado de mí que estaba intentando ser racional incluso cuando escapaba de la realidad!

Oh, supongo que solo tengo que rendirme y aceptarlo.

Mientras estaba sentada en el sofá de la oficina real, siguiendo el juego de evadir la realidad, una inquietud se apoderó de mí al pensar en un futuro envuelto en nubes oscuras.

—Esta es la respuesta de tu padre. ¿No tienes curiosidad?

Aun así, el rey me recordó la carta de mi padre.

Mientras sacudía la cabeza con poco ánimo, envié una mirada llena de odio a la carta con el sello de mi familia, la casa Milford y dije:

—No puedo leerlo, pero creo que sé la respuesta. Seguramente pone algo como: “Ya que es algo problemático, le dejó la decisión a mi hija según su voluntad. Ja, ja, ja.” ¿No es así?

El rey sonrió con ironía a lo que dije.

—La risa no estaba incluida, pero si tomas las palabras floridas y los eufemismos, tienes toda la razón… Como era de esperar de la hija de ese vizconde de Milford.

Ese vizconde Milford.

Soy la hija de un vizconde normal, como los otros personajes comunes. Pero los miembros de mi familia, especialmente mi padre y mi hermano mayor, son algo inusuales. Tanto que el rey y otros nobles los llaman usando el artículo “ese”.

El vizconde de Milford era una antigua familia que existía desde la fundación del reino de Schwarze. Sin embargo, en la actualidad eran simplemente considerados una familia antigua. Vivían en una zona rural en el extremo sur del país y carecían de industrias o productos especiales. El título de “vizconde” se había mantenido desde su fundación y se decía que dependiendo de las dificultades de la petición, pasarían o no a la acción.

¿Por qué señalaban de esa manera a mí familia? Todo se debía a los jefes de la familia a lo largo de las generaciones.

Era un asunto problemático. Los líderes familiares tenían una actitud problemática, mostrando poco interés en cualquier cosa que no fueran sus propios pasatiempos. Vivían siguiendo el lema de: “Deja para mañana lo que puedas hacer hoy”. Este temperamento se transmitía de generación en generación, y también se reflejaba en los principios de mi familia, o al menos eso creía.

«Si surgen problemas difíciles, ¡posponlo!»

Recordé que cuando respondí a la propuesta del héroe, también dije eso.

Debido a que tales palabras estaban en los preceptos de la familia, era importante conocer los caracteres de cada generación. Sería problemático que todos se parecieran entre sí. Sin embargo, a pesar de esos desafíos, el jefe de familia siempre se las arreglaba para sobresalir, y en ocasiones parecía recordar al rey. Mantener una buena relación con los países vecinos en tiempos de guerra era fundamental, evitando conflictos y buscando la paz..

Sin embargo, aunque el rey ofreció elevar su rango, el vizconde lo rechazó debido a los problemas que conllevaba. Apostaba a que pensó que sería complicado porque tendría que participar en eventos frecuentes en el castillo. Prefirió hacer tareas cuando quisiera, sin buscar poder, convirtiéndose así en un vizconde excéntrico que no causaba ni bien ni mal.

Desde entonces, parece que la familia del vizconde de Milford llegó a llamarse “esa”. Supe de esos comentarios cuando llegué al castillo.

El personal del castillo dudó de mi ingreso y no pudieron evitar hacer comentarios:

—¿Es esa la hija del vizconde Milford?

—¿Puede ella estar de servicio en el castillo?

—¿Qué pasa si ella renuncia porque es problemático?

Eso fue lo que me dijeron. Si lo pensabas, fueron groseros.

Solo mi padre y mi hermano mayor eran problemáticos. Mi madre y yo éramos personas extremadamente comunes. Parecía que esa personalidad prominente solo se manifestaba en los hombres de la familia. Pensaba que si no estaban malditos, eran hombres admirables pero con ciertos rasgos negativos.

Cuando llegué al castillo para convertirme en la doncella A, al principio conocí al mago de la familia real, Famir, y ​​le supliqué espontáneamente que investigara si había unamaldición. Esa experiencia era nostálgica y dolorosa.

Porque Famir dijo:

—No hay maldición. Es solo que el temperamento se incorporó al gen.

¡Qué problemático!

Una maldición era cien veces mejor. No estaba segura de si esto era patético o ridículo, pero pensé seriamente en romper mi relación con mi padre y mi hermano mayor. Observándolos desde lejos, trabajar con ellos era extremadamente problemático podrían convertirse en los puntos clave de una historia. Vivir con esas personas no era divertido.

¿Cuánta irritación me habían causado esos hombres que siempre decían su frase favorita: “Eh, es problemático”? Mi tendencia a reflexionar tanto se debía a ellos dos.

Un padre tan problemático y un hermano mayor no podían obligarme a casarme porque recibieron presión de la familia real. Dado lo complicado de dejarles la decisión, era más sencillo ver arder el fuego que obtener una respuesta clara. Existía la posibilidad de que se disculparan y argumentaran que sería problemático convertirse en parientes del héroe si este llegara a proponer matrimonio.

Pensando ahora en esto, era dudoso si el estado de Milford estaría a salvo o no, por lo que respondieron que todo estaba bien a petición del rey.

—Bueno, por eso Aria, todo depende de tu juicio. Por favor decide con cuidado.

—Ah, sí…

Después de escuchar al rey, salí de la oficina. Se sentía como si todos mis puntos de energía estuvieran agotados. Aunque no fue directo, era obvio que la realeza me obligaba a casarme.

Si ese era el caso, me rendía.

Me dirigí a la habitación de la princesa y suspiré profundamente. En el camino, los soldados y las doncellas me miraban con curiosidad y susurraban entre ellos, lo que me hacía sentir más deprimida. Aparentemente, el caso de ayer parecía haberse extendido en el castillo en un abrir y cerrar de ojos.

No me digas, ¿es este el final de mi vida normal?

Estaba planeando conocer a una persona común como yo, casarme y tomar la felicidad ordinaria. Sin embargo, digamos que aún no había tomado una decisión definitiva al respecto.

Fue poco después que otro golpe sorprendente me sacudió…Después de entrar en la habitación de la princesa, poco después de anunciar mi regreso, la princesa, que sostenía un papel grande, corrió hacia mí.

—¡Aria, hay un gran problema! Una primicia adicional sobre esa propuesta de matrimonio fue publicada en el “Hero Times”. ¡Te mencionaron, Aria!

La princesa extendió el papel hacia mí mientras gritaba.

—¿Eh?

Vi la primera página de un periódico delante de mí y me quedé con los ojos muy abiertos.

¡NOTICIAS URGENTES!

¿UNA APASIONADA HISTORIA DE AMOR CON EL HÉROE, GREED??

La Sra. A, doncella de la princesa Louise del reino de Schwarze. Parece que se conocieron cuando se le pidió al héroe que rescatara a la princesa del país, que fue secuestrada por un demonio. El héroe, que rescató espléndidamente a la princesa, pareció proponerle matrimonio en el salón del castillo real. ¿Se casarán pronto? The Hero Times continuará persiguiendo esta deliciosa noticia.

Había un gran retrato de una mujer que se parece a mí al lado del artículo. Sin embargo, los ojos estaban ocultos con una línea negra en la imagen.

Si fuera mi yo ordinario, habría desatado mi lado más sarcástico. Sin embargo, mi mente estaba en blanco en ese momento.

—Aria, ¡tu alma dejó tu cuerpo! ¡Vuelve!.

Escuché la voz de la princesa y sentí mi cuerpo temblar. Parecía que el alma que se fue regresó de repente.

—¿Qué…? ¿Qué demonios es esto…?

Unos segundos después, mi grito resonó en la habitación de la princesa.

2 respuestas a “La propuesta del Héroe – Volumen 1 – Capítulo 12: El vizconde de Milford”

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