Mi hermana, la heroína – Capítulo 15

Traducido por Sharon

Editado por Narumi

Corregido por Maru


El día en que Charles viene a visitarme llegó, me sentía un poco emocionada.

Amaba vestirme para ocasiones importantes: hacerme ver linda eligiendo ropas y accesorios cuidadosamente me hace feliz. No hay parte de mi cuerpo que me avergonzara, o me sintiera obligada a cubrir bajo hermosas ropas, pero amaba los vestidos.

En síntesis, quería estar más hermosa de lo normal para esta ocasión especial. Después de todo, debía darle la bienvenida al Tercer príncipe con la apariencia adecuada, ¿no?

Elegí un vestido blanco y azul, totalmente diferente del que vestí en el baile. El corsé era de un intenso azul con líneas blancas, embellecido con botones dorados. Una capa blanca y suave como la crema caía desde mis hombros hasta el suelo, cubriendo la parte de atrás de mi falda. El contraste era exquisito.

La primera que lo vio fue Mishuly, a quien llamé a mi habitación.

—Entonces, ¿cómo me veo con este vestido?

—¡Eres hermosa!

Era la única que estaba elegante hoy: mi hermana, quien estaría linda aunque llevara harapos, inmediatamente aprobó mi decisión. No importaba que, por ser una niña, su vocabulario respecto a los “elogios” fuera pobre. Siguió repitiendo que estaba hermosa:

—¡Maravillosa! ¡Estabas hermosa con ese vestido rojo, ese con volantes! ¡Pero con este azul, suave, estás aún más hermosa! ¡Estarías linda con cualquier cosa! —me dijo con sus ojos más azules que el cielo de mediodía.

Encontré el modo en que intentaba expresar lo que pensaba muy tierno:

—¡Ay, gracias! —me pavonee un poco—. ¡Pero es normal! ¡Después de todo, soy tu hermana!

—¡Es cierto, la mejor y más hermosa hermana del mundo!

—¡Seguro! ¡Y, del mismo modo, ciertamente eres la más linda y mejor de todas! ¡Me pregunto qué pensará Charles de todos estos cumplidos que me hiciste!

—¿Qué? —me preguntó con la boca abierta—. ¿Charles…?

—Perdóname, olvidé advertirte: recuerdas cuando te hablé sobre él, ¿no? ¡Es el chico de quien me hice amiga en el Baile! ¡Ya que está viniendo hoy de visita, pensé que debería verme apropiadamente!

—¿Viene aquí? Así que este vestido… ¿te lo estás poniendo para él?

—Sí, sí —dije—. ¡Quiero hacerle saber de lo que soy capaz!

—Este vestido… para tu amigo Charles..

Interrumpí mis planes y miré a mi hermana: no sabía por qué, pero repentinamente cualquier rastro de alegría se desvaneció de su rostro. Incluso sus ojos azules y cabello dorado parecieron perder su brillo.

—¿Mishuly?

—Chris…

¿Qué sucede? Mientras intentaba descubrirlo al investigar su expresión, ella levantó su cabeza y me miró directamente a los ojos:

—Estás poniéndote este traje sólo por él, ¿no?

—¡S-Sí!

Por supuesto, después de todo era el Tercer príncipe Heredero. Aún así, la pregunta de Mishuly parecía implicar algo más: repentinamente me sentí oprimida y juzgada por su dura mirada.

—Sí, eso es Mishuly. Lo visto por Charles.

—Ah. Lo entiendo —respondió sin esconder su decepción—. Te encontrarás con él pronto, ¿no?

—Sip…

Percibí algo extraño en ella, algo más amenazante que los simples, e incluso algunas veces lindos, celos entre hermanas.

—Mishuly, ¿qué sucede?

—Volveré a mis cosas, Señorita Christina.

Estaba a punto de detenerla y pedirle una explicación cuando golpearon tres veces a la puerta.

—Señorita, el príncipe está por llegar. Si está lista, me gustaría que me siguiera —dijo una voz desde afuera.

—Ehm… ¡Sí, estoy yendo!

¡Qué buen tiempo! ¡No puedo dejar la situación con Mishuly de esta forma!

Tan pronto como la sirvienta anunció su llegada inminente, la escuché murmurar con los dientes apretados:

—Charles…

Su mirada era afilada, nunca la había visto de esta forma.

Desafortunadamente, no podía rechazarlo: además de ser el príncipe, Charles es mi primer amigo, no sería correcto olvidarlo. Acaricié su cabeza para despedirme:

—Lo siento, Mishuly. Ahora debo irme…

No respondió.

Decidí que arreglaría las cosas con ella más tarde.

Me giré hacia la puerta para responderle a la sirvienta, y en ese momento sentí algo que me sostenía. Mishuly tenía una solapa de mi vestido en sus pequeñas manos.

—¿Qué sucede?

—Chris…

Noté que sus ojos estaban húmedos y que estaba a punto de llorar.

—No quiero que te vayas… Me siento sola sin ti.

Enfrentando tal manifestación de amor, mis ojos se abrieron por la sorpresa; ella no era de mostrar sus sentimientos tan abiertamente. Tenía un comportamiento pasivo por lo que era bastante raro que fuera tan abierta.

Me arrodillé para poder verla mejor a los ojos.

—Escucha Mishuly —dije con firmeza—. ¡No voy a dejarte sola! ¿Lo entiendes?

—¡Sí! —En su rostro una sonrisa floreció mientras se lanzaba a mi cuello. Le regresé su entusiasmo al abrazarla con fuerza.

—No vas a dejarme para irte con alguien más, ¿no?

—¡Seguro! ¡NUNCA!

—¡Eso es, NUNCA! Ni siquiera por Charles, ¿no?

—¡Sip! Quiero decir… ¿sí? Um, ¡sí! ¡Ni siquiera por él!

—¡Eso es! ¡Estará bien, DEBERÍA estarlo! ¡¡¡Te amo mucho!!!

—¡Yo también, Mishuly!

Riendo, continuamos jugando con quien más amábamos. Ese era nuestro pequeño paraíso, un mundo ideal donde mi hermana el ángel había construido para nosotras… Alguna clase de puro, imaginario Edén donde la felicidad que nunca había sentido antes reinaba.

Desafortunadamente, una voz fuera de lugar abruptamente interrumpió la magia que había sido creada:

—Perdóname, Señorita Christina, pero sería bueno que se apresurara…

Me había olvidado por completo de la sirvienta que esperaba. Sus palabras me trajeron de vuelta a la realidad; me puse de pie sin decir nada y me dirigí a la puerta:

—¿Chris?

Ya que no quería nada más que la tranquilidad de Mishuly, no atravesé la puerta; de hecho, decidí hacer exactamente lo opuesto.

—¡Listo!

Giré la llave del cerrojo y cerré la puerta desde adentro.

—Muy bien.

—¿Muy bien? Señorita, ¿podría ser que se encerró dentro?

—¡Síp! Y por el momento no tengo intenciones de salir —dije con sinceridad.

—¿¿¿Perdone???

—Señorita Christina, ¿se da cuenta de lo que está haciendo?

—Hoy realmente no puedo dejar a Mishuly. Infórmele al príncipe Charles que la fecha de nuestro encuentro deberá posponerse.

—¿P-Pero está consciente de que es imposible, Señorita? ¡Estamos hablando de la Familia Real! ¡Deje de bromear por favor!

—Puede ser un miembro de la Familia Real, pero Mishuly es mi ángel. ¡No quiero dejar a mi amada hermana aquí!

—Señorita Mishuly, por favor, si está allí, ¿podría convencer a su hermana de salir?

—¡No! —dijo con resolución yendo, por segunda vez en el día, contra su naturaleza obediente.

—¡¿Quéééééé?!

—Señorita Mishuly, ¿qué sucede con usted ahora? ¡Iré a obtener una copia de las llaves!

—¡No se apresure! ¡Mientras tanto, llenaremos la cerradura con cera, por lo que no podrá poner ninguna llave allí nunca más!

—¡¿Podría parar con las bromas por favor, Señorita?!

Nunca habrían esperado que una niña diseñará tal plan, pero yo era diferente. Era demasiado lista para ellos: ¡No permitiré que la sirvienta asalte mi castillo!

Me giré hacia Mishuly con una sonrisa, para anunciarle el cambio en el programa:

—¡Bien Mishuly! ¡Ahora tú y yo tenemos el día completo para divertirnos juntas!

—¡Síp!

—¡Señorita Christina, se lo ruego, salga! ¡No lo encuentro divertido para nada, al igual que esa vez en que se encerró en la despensa! ¡Por favor, solo abra la puerta!

El jaleo que armó la sirvienta mientras golpeaba la puerta era ruidoso; era una lástima para ella que yo estuviera 100% seria y que no fuera un simple capricho.

—Entonces Mishuly, ¿qué hacemos ahora? ¿Qué hay de leer algún libro e ignorar el ruido?

—¡No, quiero que me leas una historia!

—¡Entendido! ¡Vamos por la historia!

—¡Oh, la escuché, se está quejando del ruido! Entonces me veo forzada a llamar al duque… aunque él siempre se suma últimamente por lo que sería una pérdida de tiempo… ¡Aquí está! ¡Encontré la solución!

No sé qué solución pensó, pero sabía que no sería capaz de penetrar mi fortaleza de cualquier forma. Probablemente llamará a otros miembros de la servidumbre, y juntos intentarán tirar la puerta.

—¡Le diré a la Señorita Toinette que venga!

Bueno, definitivamente no esperé ese movimiento.

—¿Chris?

Viendo que estaba sin palabras e inmóvil, Mishuly intentó llamar mi atención y me miró con una expresión de duda. No sé qué decirle a la sirvienta, quien, tomando ventaja de mi silencio, continuó hablando sola:

—¡Incluso esa vez en la que se encerró en la despensa fue la Señorita Toinette quien resolvió la situación! ¡Aunque no sea el día de sus clases, enviaré un carruaje a buscarla y puede que llegue a tiempo! ¡Lo haré inmediatamente!

—Perdóname, estábamos pasándolo bien. No necesita llamar a la Señorita Toinette. Iré ahora.

—¡Chris! —gimió Mishuly.

Sé que estoy rompiendo su corazón, y el mío también, pero desafortunadamente no puedo hacer nada al respecto.

Amablemente moví su mano, la cual apretaba mi vestido.

—Perdóname Mishuly, pero no puedo escapar de mi deber como una hija del duque Noir. Debo ir —le expliqué para consolarla.

Incluso la sirvienta, escuchando mis palabras, estaba asintiendo al otro lado de la puerta.

—Eso es cierto, Señorita Mishuly.

Ella realmente escuchaba todo.

—Oh… lo entiendo.

Aunque visiblemente arrepentida, Mishuly finalmente pareció entender y no intentó contenerme.

—Entonces irás porque es parte de tus obligaciones, ¿no?

—Um, sí…

—Y no porque quieras ver a Charles, ¿no?

—¿Qué? Ciertamente no.

Actualmente, también quería verle, pero este encuentro sigue siendo parte de mis deberes.

—¡Muy bien! ¡Ve entonces! —Ella sonrió, dándome el permiso para ir.

—¡Eres una buena chica! —dije, acariciando su suave cabello dorado.

—¡Por cierto, Chris!

—¿Dime?

Temía que si permanecía aquí más tiempo, la sirvienta definitivamente pierda su temperamento, pero no puedo resistirme al dulce murmullo de Mishuly:

—¿Puedo venir y jugar en tu cuarto entonces?

—¡Por supuesto!

Usualmente yo voy a su habitación, pero una vez que el encuentro con Charles terminara, le diré que se puede quedar jugando conmigo tanto como quiera.

—No te quedes sola con él… Eso es todo.

—Me iré ahora… Espera, ¿qué acabas de decir?

Me pareció que susurró algo.

— ¡Nada! —dijo mientras sonreía con suavidad—. Entonces, ¡diviértanse!

—¡Gracias! ¡Nos vemos después!

Mi querida.

Ella es la pureza y sinceridad en persona, mi hermana.

9 respuestas a “Mi hermana, la heroína – Capítulo 15”

  1. Mishuly es sospechosa, sera que ella tiene recuerdos también? No estoy segura, pero en este capitulo he descubierto la parte no angelical de Mishuly, ademas, parece que el sindrome sis-con a sido contagiado a ella, pues, mas claro que la luz, los celos fueron sin duda de gran magnitud……

  2. Porque creo que la niña angel sera toda una yandere?? Tiene todo los sintomas, celosa, cambia de humor rapudamente y le hace hacer promesas de ese tipo?? Si tuviera un tag yandere, tragedia o gore me lo creo…

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