Mi hermana, la heroína – Capítulo 4

Traducido por Sharon

Editado por Nelea

Corregido por Maru


Existía una forma de propiedad conocida como ‘reverencia’.

Pon un pie adelante y atrás, ahora gentilmente dobla la rodilla de la otra pierna, y ligeramente eleva el dobladillo de tu falda. Para el final, debes doblar la cintura e inclinar profundamente tu cabeza.

Un saludo realmente formal. Sin embargo, sólo era realizado por las mujeres. Por lo tanto, se debía cumplir un gran estándar de gracia y finura.

Actualmente, estaba venciendo a esta ‘reverencia’.

—Por favor tenga en cuenta que la reverencia es tanto el principio como el final de un acto formal. Como tal, la importancia de entender tal etiqueta es la mayor prioridad.

Las clases de Marywa nunca fueron indulgentes, pero su increíble alta tensión de hoy me había sofocado.

En cuanto a la razón de su inusual pasión, era bastante simple: el Palacio Real tendrá un baile pronto. Claramente estaba en el programa de Marywa demostrar la eminencia de sus habilidades de tutoría a través de mi desempeño.

—Joven Ama, cuando las señoritas de su edad efectúan una reverencia elegante y mantienen una introducción elocuente, ante los ojos de los demás, nadie creerá que se trata de otra persona que no sea la hija de un aristócrata.

El estatus de un tutor en la sociedad está directamente relacionado a la gracia de su estudiante. Si mi actuación en el baile era espléndida entonces los rumores de una tutora excepcional, llamada Marywa, comenzarán y se expandirán.

Bueno, sin importar los objetivos de Marywa, no me preocupaba por ello. ¡Después de todo yo, Christina Noir, era una genia!

Ser reconocida, evaluada y estar en el pináculo de la adoración es mi destino en la alta sociedad. El prestigio de Marywa seguramente crecerá como resultado de mis esfuerzos. Yo, como su estudiante, ¡les permitiré disfrutar de mi brillantez cuando ese día viniera!

—Ahora bien, Señorita, haga una reverencia y preséntese como le enseñé.

Ante la urgencia de Marywa, hice una reverencia y me presenté como una dama lo haría.

—Es un placer conocerla, Señorita Toinette. Soy la primera hija de la Casa Noir, Christina Noir. Hablando en nombre de mi Casa, deseamos una duradera y feliz relación.

Una reverencia junto con una auto-introducción. Expresada en un humilde tono, hablé no como la niña de siete años Christina, sino como alguien propia del nombre de Casa Noir. Al terminar de hablar, no olvidé sonreír con gracia y levantar mi cabeza para encontrarme con sus ojos.

—Muy bien.

Marywa anunció su satisfacción por mi perfectamente ejecutada reverencia. Fue perfecta después de todo, así que esto era esperable. ¡Ya que yo, una genio, lo evaluó, la perfección era esperable!

—Para ser franca, no esperé tal impresionante progreso en sólo un día. Deberíamos terminar las lecciones por hoy entonces. Algunas ligeras revisiones cada tanto deberían ser suficientes para la reverencia y la introducción, así que vamos a proceder con las siguiente lección.

—Sí, Señorita Toinette.

—Muy bien… Sin embargo, la Señorita estaba inusualmente obediente hoy. ¿Las líneas entre su actuación y su verdadero yo se mezclaron?

¡Realmente estaba de buen humor, la rigurosa Marywa de verdad bromeó conmigo!

Ciertamente, como Marywa dijo, me quedé tranquila luego de las lecciones de reverencia de hoy. Habiendo mantenido la apariencia de una apropiada señorita, terminé siguiendo obedientemente sus instrucciones y hablé en un tono cortés.

—Ese no es el caso, Señorita Toinette. Mi actitud de hoy no es algo que deba ser elogiado. De hecho, aunque es un poco embarazoso, una vez que se me enseñó la forma correcta de hacer una reverencia, fui dejada en profundas reflexiones.

—¿Profundas reflexiones, dijo?

Puede ser que mi discurso cortés fue inesperado ya que el látigo en la mano de Marywa se mantuvo domesticado. ¡Realmente estamos hablando entre sí como compañeras humanas!

—¿Podría ser que estuvieras considerando los orígenes de la reverencia? Si es algo como eso entonces estaré feliz de aliviar sus dudas.

—Eso es incorrecto.

Algo como eso, podía entenderlo sólo con verlo. Parecía haber sido creada y propagada para exhibir la gracia de la mujer además de su sumisión a las normas de la sociedad estándar.

Por lo tanto, los pensamientos de Marywa nunca estarían al mismo nivel que los míos.

—No pude evitar notar que mi pie se ve exactamente a algo cada vez que hago una reverencia.

—¿Exactamente a algo?

—Sí.

—¿De qué se trata?

Mi mansa y pura apariencia hoy habían producido resultados. Tiré lejos mi acto de señorita y sonreí ligeramente hacia la curiosa e indefensa Marywa.

—Piernas de rana.

—¿Ha?

Se quedó sin palabras ante mi inesperada observación.

Su boca continuó abriéndose y cerrándose, pero ninguna palabra salió de allí.

—¿R-Rana…? ¿S-Señorita…?

—¡Ku, Kuku, FuFuFuFu, FuFuFuFu!

Viendo tal extraña expresión en el rostro de Marywa, la sonrisa que estuve conteniendo todo el tiempo surgió. Estallé con olas y olas de risa.

Me contuve durante las lecciones de reverencia, pero ahora que no necesitaba hacerlo, hinché mi pecho con orgullo y puse mis manos en mi cintura, poniendo una pose desalentadora y doblando mi cabeza hacia atrás.

—FuFu, Fuhahahaha, Fuwa. ¡Ha Ha Ha Ha! Hey, Marywa. La forma de las piernas durante una reverencia es de esa forma; definitivamente es una rana parándose sobre dos piernas. ¡En otras palabras, todas las señoritas del mundo, en sus abultadas faldas copian las piernas de las ranas! Sobre todo, ahora que me di cuenta de ello, será extremadamente difícil no reírse de ello. Gracias a ello, todo el tiempo durante la lección de hoy estuve desesperadamente conteniendo la risa…

Debido a que mi broma fue muy larga, la ira del látigo también fue la peor hasta ahora.

Bueno, si mi penitencia era sólo esto, entonces podía ceder.

Sin embargo, mientras acariciaba con ternura la marca del látigo que recibí, algo increíble alcanzó mis oídos.

—Señorita, realmente no piensa que esto terminará con sólo uno, ¿cierto?

—¿Eh…?

Mirando hacia abajo a la yo que se encontraba perpleja y se había olvidado del dolor, estaba el hombre fingiendo ser una vieja sirvienta, Marywa Toinette. Su expresión estaba llena de furia silenciosa.

—Christina Noir.

Superando todas las formas de formalidad, una voz escalofriante resonó fuera de su boca.

Marywa siempre tuvo una mirada severa, pero sus labios dibujaron una fina línea y comenzaron a temblar. Con el látigo en su mano, y el sonido de chasquido del viento, finalmente me di cuenta que fui muy lejos.

Sin embargo, ya es demasiado tarde.

—¿Ma-Mary…?

—Es Señorita Toinette.

Mi tímida y suplicante voz fue cruelmente apagada.

—Expresando tales pensamientos estúpidos, riendo tan fuerte y sin gracia, e incluso pisoteando las bases de la etiqueta de las señoritas. ¡El precio por tales actos, PREPÁRESE PARA SENTIRLO!

—Eh, Esp……¡GyaaAAAAAAAAAAAAAA!

Con la ‘Lección de Etiqueta’ finalizada, fui dejada con tiempo libre luego de que Marywa saliera hasta la cena. De manera óptima, utilicé ese tiempo para abrazar a mi amada Mishuli.

Ya que Mishuli es dos años menor y tiene un cuerpo más pequeño, encajaba perfectamente en mi regazo. Tomando completa ventaja de ello, sostuve a Mishuli con fuerza.

—¿Hermana mayor…?

Mishuli, que estaba en mi regazo, inclinó su cabeza confundida.

No podía evitarse que estuviera curiosa sobre mi extraño comportamiento de hoy. Inmediatamente después de que Marywa se fue, me introduje en su cuarto y me mantuve abrazándola desde entonces. Podía adorar demasiado a Mishuli, pero hoy definitivamente fue excesivo.

Fue inevitable.

Para curar mis heridas emocionales por las lecciones de etiqueta de hoy, tuve que pegarme a Mishuli de esta forma. Era necesario para disfrutar de la sanadora calidez que fluía de mi hermana.

Pensé que tampoco encontraba esta pose desagradable. Tenía una expresión curiosa en su rostro, pero creí que estaba bien así que comenzamos a hablar.

—Hermana mayor, hermana mayor.

—¿Qué sucede, Mishuli?

—¿Qué hiciste en las lecciones de etiqueta de hoy?

Oh, mi querida hermana menor, tu elección de tema es simplemente demasiado preciso…

Cuando recordé mi encuentro con la muerte en el abuso infantil de hoy, mi sonrisa inmediatamente se endureció.

—¿Hermana mayor?

—Fu, Fufu, fue normal, Mishuli, no sucedió mucho. Hmm, déjame ver… Si tuviera que explicar las lecciones de hoy, entonces diría que me ayudaron a entender los sentimientos de los caballos.

—¿Los sentimientos del Señor caballo? ¿Qué sentimientos son esos?

Mishuli, que todavía no entendía qué era la etiqueta, me preguntó inocentemente.

Ante su pregunta, terminé recordando los horrores de antes y me quedé mirando en la distancia.

—Aprendí sobre el dolor del caballo. En el futuro, cuando aprenda a montarlos, decidí nunca usar sin pensar el látigo.

—¿Látigo?

—Sí. NUNCA podría mover ese flexible objeto hacia alguien, algo tan terrible… Porque duele, realmente duele.

—¿Fu-un?

Mi hermana menor, quien nunca fue golpeada por un látigo, inclinó su cabeza confundida.

Está bien. Deseo que Mishuli pueda vivir una vida donde nunca sea golpeada por un látigo durante el entrenamiento y entienda los sentimientos de un caballo. Ser golpeada por eso en el trasero cientos de veces o retorcerse en ilusiones para soportar el dolor es algo que no debería relacionarse con su vida.

—No lo entiendo por completo… Cosas como los sentimientos del Sr. Caballo, y el látigo de etiqueta son realmente misteriosas.

Como Mishuli dijo, las clases de etiqueta estaban llenas de misterios.

Es de esperarse que mi hermana pequeña piense lo mismo que yo.

—Como esperaba de mí Mishuli, realmente eres inteligente.

—Ehehe.

Mientras acariciaba tiernamente su cabeza, mi amada hermana menor rió como si le estuviera haciendo cosquillas.

3 respuestas a “Mi hermana, la heroína – Capítulo 4”

  1. Después de tantos latigazos, Christina debe tener callos en el trasero por lo que ya no debería dolerle.

    La institutriz: “Usted no aprende verdad?. jpg”

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