Mi hermana, la heroína – Capítulo 68

Traducido por Sharon

Editado por Tanuki


Ahora que lo pienso, Surfania y Leon sólo se vieron una vez.

Además, a penas se dijeron una palabra el uno al otro. La interacción más cercana que tuvieron fue sobre un juego de mesa.

Es malo para la Nobleza olvidarse de alguien tan fácilmente, pero no puede evitarse que si es es el caso.

—Bueno, no es como si fueras poco impresionante, o que tu situación fuera tan fácil de olvidar.

—Gracias por esa mala consolación.

Él puso su mano en mi hombro, pero no hay gratitud en sus palabras.

Mientras esto sucedía, Surfania corrió a la esquina del cuarto. Encerrándose allí, miró a Leon con la guardia alta.

Déjenme decir lo que pienso sobre esta situación.

Es interesante.

—Vamos, Leon. Ve a hablar con ella.

—No puede ser. Está siendo completamente precavida. Luce como si no me conociera para nada.

—Está bien, va a acostumbrarse.

Lo molesté porque Surfania está actuando de forma divertida. Por el contrario, es una buena oportunidad para que se acostumbre a interactuar con las personas.

Leon se acercó lentamente a Surfania, que está siendo precavida.

—Bueno, entonces Señorita Chris, ¿cómo llegaste a saber de este lugar?

—¿Hm? Una de las sirvientas reside cerca de esta Iglesia. Cuando regresó de sus vacaciones, me dijo que te vio aquí, Marywa.

Después de investigar un poco, descubrió que Leon también viene.

Vine pensando que podría verlos. Le dije a Marywa que vendría de visita, así que ese no era un problema.

Estoy pensando en traer a Mishuli la próxima. Haber traído a Surfania esta vez fue un mero ensayo.

Pero las cosas se volvieron más interesantes de lo que esperaba.

Observé a Surfania, que está amenazando a Leon con su mirada.

—Ya veo, así que es así. Bueno, no estaba intentando ocultarme, pero no esperaba que una de las sirvientas me viera.

—Sí. Entonces, ¿por qué viniste?

La sirvienta dijo que la vio en la Iglesia, pero no por qué viene.

Marywa misma tiene cierta posición social. No hay motivos para que hiciera todo este camino desde la ciudad.

—Simplemente estuve enseñándole a este talentoso y diligente niño con un gran futuro. Ya que tuve la fortuna de conocerle, pensé que podría invertir en él un poco.

—Hmm.

En efecto, en “Laberinto del Destino” Leon está descrito como alguien talentoso. Marywa tiene algo de visión. Estoy convencida de sus motivos, pero algo me molesta.

Así que miré su expresión.

—¿Quién es más talentoso, él o yo?

—No comparo a mis estudiantes. Tú eres tú y Leon es él mismo.

Como alguien que es formal a pesar de no estar trabajando, Marywa evitó mi pregunta y mi intento indirecto para recibir un halago con un argumento indiscutible. Hice un puchero en silencio.

En primer lugar, la Familia Noir le está pagando a Marywa para educarme, pero Leon está recibiendo la misma educación en esta Iglesia gratis. Quizás le preguntaré cuán lejos ha progresado.

Como si leyera mis pensamientos, ella habló.

—Para empezar, ¿cómo pretendes compararte con un niño que recibe educación una vez a la semana? Y con una ventaja tan grande, además…

—…

Me quedé callada mientras pensaba con seriedad. Marywa rompió el silencio.

—Pero viendo a la Señorita Surfania y Leon…

Miré lo que me señaló.

Surfania sigue escondida en una esquina, manteniendo a Leon alejado. Él mismo está manteniendo su distancia conscientemente, como si no supiera que hacer con un animal pequeño.

—Es una vista bastante interesante, ¿no crees?

—Sí.

Estoy de acuerdo por completo.

Lo más interesante es ver a Surfania mostrando su timidez tan abiertamente. Luce como un gato que vio a alguien por primera vez.

—¿Realmente va a debutar en la sociedad en el futuro?

—¿Quién sabe? Bueno, una situación como esta en verdad es una sorpresa. Sin embargo, no importa cómo la critiquen los demás, ella es libre a vivir como lo desea.

—Bueno, debería importar.

—Por favor dile eso a la Señorita Surfania.

Marywa y yo estamos hablando emocionados sobre Surfania sin preocuparnos de nada.

—Sin embargo, por lo menos deberían hablar entre ellos, aunque sea un poco. De otra forma, afectará su motivación negativamente.

—Dejando a Surfania a un lado, ¿esto en verdad afectará a Leon?

—Sí. Inmensamente, debo añadir.

Me pregunto sobre eso. No sé por qué con exactitud, pero Marywa parece segura.

—Dicho eso, Surfania es extremadamente tímida… Dudo que pueda superarlo en sólo un día.

—Hacer que muerda el anzuelo probó ser efectivo. ¿Quizás sepas qué le gusta, Señorita Chris?

—Hmm… Diría que las novelas de entretenimiento y los juegos de mesa, si es que hay alguno aquí.

—Ah, sí hay.

¿En serio?

Nunca podría imaginar que eso se relacionaría a la Iglesia. Marywa me dio un simple asentimiento en respuesta a mi mirada sorprendida.

—Sí, al parecer el sacerdote de aquí está interesado en ellos. Vamos a ver… Aquí están.

Sacó un juego de un armario sin pensarlo dos veces. Ella tiene una comprensión perfecta de dónde están las cosas en este lugar.

—Sí, ahora que tenemos la carnada… ¡Leon! ¡Ven por un segundo!

Tomé el juego de mesa de Marywa y llamé a Leon.

—Hey, Chris. ¿Ella me odia por alguna razón?

—Surfania actúa de esa forma frente a las personas que no conoce.

Parece más deprimido de lo que pensé. Aunque es natural cuando alguien que conoces actúa en guardia contra ti.

Leon suspiró aliviado.

—Ya veo. Sólo es tímida.

—Sí. Se vuelve insolente una vez que se acostumbra… De cualquier forma, ayúdame con los preparativos.

—¿Huh? ¿Preparativos para qué?

—Para que te lleves bien con Surfania. Ven, vamos a mover el escritorio primero.

—B-Bien.

Le di mi apoyo al confundido Leon. Movimos las sillas y pusimos algunos escritorios juntos, entonces ubiqué los asientos para que estuvieran uno frente al otro.

—Entonces, pondré esto aquí. Ahora, siéntate Leon.

Puse el tablero en la mesa. Ahora para la parte difícil: hacer que su oponente venga.

—¡…!

Surfania miró lo que preparamos y tembló en respuesta.

Se acercó a la mesa con cautela, paso a paso.

Esto es… Divertido.

—Heh… Hehe… ¡¿Hm?!

—Señorita, vamos a disfrutar esto en silencio.

Marywa contuvo mi risa por mí. En efecto, es altamente posible que Surfania se ponga de mal humor si nota que estamos disfrutando de la situación. Asentí en silencio y moví su mano gentilmente.

Es raro ver a Marywa disfrutando de esta forma. Estoy sorprendida por descubrir que podrían gustarle las bromas.

Observamos a ambos, hasta que Surfania finalmente se sentó frente a Leon.

—Um, ¿vamos a jugar?

—…

Surfania asintió ante su sugerencia sin decir nada.

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