¡No seré un enemigo! – Capítulo 59: Saliendo del territorio Everal

Traducido por Kiara

Editado por Ayanami


Mañana será la partida del ejército Everal, la cual se había retrasado varios días, de la fecha original. Los soldados más lentos partirán primero. El comandante supremo sería Allan, sustituyendo a Reggie, que todavía no se encuentra bien y, por lo tanto, nuestra partida tuvo que retrasarse.

Tuve que moverme junto con el ejército. Una vez más, estaba entre la multitud que viajaba en carruaje.

A diferencia de cuando estábamos enfrentando al ejército de Ruain, esta vez, vamos a tener un viaje de larga distancia que durará varios días. Aunque me dieron un carruaje discreto, en forma de caja de música, todavía me siento mal porque me dieron el privilegio de viajar en él para mejorar mi comodidad.

Cuando expresé mi pensamiento, todos dijeron por unanimidad:

—Sería problemático si no pudiera luchar bien cuando sea el momento.

Como tenían razón, finalmente, asentí con este arreglo.

Si tuviera un dolor muscular por montar a caballo, tendría problemas para manejar mi poder mágico y, definitivamente, sería peligroso. Si no pudiera usarlo en el momento necesario, solo sería una carga para ellos.

Me sentí como si los caballeros, los soldados y todos me trataran como una mercancía que debía ser transportada con mucho cuidado, aunque no sentía que esto fuera algo significativo…

Sin embargo, no sabía si se cansarían o no. En ese momento, debería pensar en algo para elevar su moral. Estaba preocupada por la recuperación de Reggie y si los enemigos nos atacarían o no, mientras estábamos en movimiento…pero mi preocupación estaba justificada bajo este tipo de circunstancias. Aun así, no fue como si Reggie se fuera sin ningún equipo, sino que teníamos una formación con dos delanteros en la línea del frente que se movían por separado, en caso de que nos atacaran en el camino. La preparación se hizo muy bien.

Mientras me persuadía, me puse la ropa nueva que Maya había preparado para mí.

La longitud del vestido rojo violáceo se ajustó según mi pedido, por lo que el dobladillo estaba ligeramente por encima de mis tobillos. Para cubrir la piel expuesta, usé un par de botas y pantalones oscuros que serían útiles en caso de que tuviera que montar a caballo.

Si montara un caballo con un vestido, mis piernas, definitivamente, estarían expuestas, ya sea mientras cabalgo o solo estando encima del caballo, definitivamente, las expondría. Además, quería que mi falda estuviera bien, incluso si se enrollaban durante el improbable caso de que tuviera que lanzarme con todo mi poder nuevamente.

Incluso me sentiría avergonzada de tener mi falda doblada, si no fuera por el peligro que enfrentaba.

Teniendo eso en cuenta, también pedí pantalones.

—Me pregunto si también debería usar pantalones —murmuró la señora Beatrice, aunque, a veces, la vi vestirse como un hombre durante los momentos en que salía de la residencia a patrullar.

Y luego está la capa. Fue hecha a medida, estaba unida a una chaqueta para protegerme del frío y que me resultara más fácil la travesía.

Mi atuendo es lindo, pero genial al mismo tiempo, por lo que tener al Maestro atado a mi cintura parecía estar fuera de lugar. Como la temporada se estaba volviendo más calurosa, no tuve que usar la chaqueta todo el tiempo, pero era indispensable durante la noche. También había varias prendas de repuesto listas.

Después de usar mi atuendo completo, la señora Beatrice me abrazó.

—Por favor, regresa a casa a salvo…en el peor de los casos, sino sale bien, he arreglado un plan con Vayne para que podamos huir juntos al extranjero.

En el peor de los casos, huyamos juntos. Sonreí en respuesta a las palabras de la señora Beatrice.

—Confiaré en eso, si llega el momento en que no podamos seguir adelante. Pero, trabajaré duro para que podamos ganar. Para que Allan también pueda regresar aquí.

—Los estaré esperando.

La marquesa no dijo nada como tienes que ganar o por favor cuida de Allan.

Como vamos a una guerra, no hay nada seguro, el futuro es demasiado incierto como para poder confiar en la victoria.

Además, Allan se mantendrá en la vanguardia como representante de Reggie. Siendo sinceros, creo que mentalmente él ya está preparado para esta clase de situación. Además, la señora Beatrice no puede dejar el territorio indefenso, ya que el Marqués está herido. Ella debe sentirse frustrada por no poder unirse a nosotros.

—Daré lo mejor —dije mientras salía de la habitación.

Mi equipaje ya fue llevado por los sirvientes. Solo falto yo.

Los soldados que partían con nosotros estaban parados en fila afuera de la puerta del castillo. Colocados en el centro, estaban algunos de los carruajes que contenían el equipaje, los caballeros, Allan, mi carruaje y los guardias que cubrirían los carruajes en alerta. Detrás de nosotros, las filas de soldados continuaban, conduciendo los carruajes que transportaban mercancías y donde se encontraban los comerciantes que servían en la guerra y su equipaje.

—Has venido, Kiara.

Allan noto mi presencia y asintió al verme.

—Date prisa y sigue adelante. Wentworth ya está esperando.

—Sí —dije, caminando hacia el carruaje.

Caín ya estaba allí, montado en el caballo que conduciría el carruaje. Luego, me abrió la puerta del carruaje como si fuera un asistente.

—Por favor, trátame bien, Caín.

Cuando le dije eso a Caín, que estaba al lado del carruaje, se echó a reír.

—No seas demasiado dura conmigo, señorita Kiara.

Tomando prestada su mano que permanecía extendida, me subí al carruaje.

En poco tiempo, el sonido de la trompeta resonó y causó que la ventana del carro vibrara. Dentro del carruaje, que comenzó a moverse después de eso, miré hacia los muros del castillo que se elevaban en lo alto.

Reggie no estaba allí, ya que el médico le ordenó quedarse en la cama.

La marquesa Beatrice y el marqués Vayne estaban de pie frente a la puerta, despidiendo a los soldados que partían.

♦ ♦ ♦

Los cuatro días siguientes a nuestra salida de la frontera, pasaron sin ningún evento en particular.

Como todavía nos estábamos moviendo dentro del territorio, no había ningún soldado de Ruain esperando para embarcarnos, a pesar de eso, nos mantuvimos en guardia. Afortunadamente, no había pasado nada.

El ejército se dirigía directamente al oeste.

Durante el día nos movimos y cuando caía la noche nos movíamos a las ciudades cercanas para pasar la noche. En esos momentos, me quedo dentro de la ciudad el mayor tiempo posible.

Después de todo, soy la única mujer entre un montón de hombres. Aunque soy una maga y soy tan temida como un demonio, no sería bueno que algo suceda mientras estoy durmiendo. Además, parece que los demás se sienten aliviados de tenerme aislada.

Sentí pena por tener que dormir sola dentro de un edificio, pero no sería bueno si tuviera que fatigar mentalmente a mis aliados, así que obedecí, en silencio, la orden de Allan.

De esa manera, no habrá necesidad de molestar a otra persona para que arregle mi propia carpa.

Estaba pensando en eso, cuando entré en una habitación en una posada dentro de la ciudad, acompañada por Caín. Entonces, tuve una idea.

—Ah, pero puedo hacer una cabaña con la tierra, creo que sería mucho mejor que una tienda de campaña.

Intentemos sugerirle eso a Allan mañana. En cualquier caso, el atributo mágico del Maestro era diferente al mío, por lo que no podemos asegurar qué tipo de cosas soy capaz de hacer con el suelo.

Entiendo que la utilidad de mi poder está basada en mi imaginación, determinación y en acostumbrarme a usar el poder mágico.

—Pero hay un límite para tu magia. Incluso si has dicho que no hay necesidad de tener en cuenta un lugar para descansar, ¿dónde dormirás si has agotado toda tu energía? Ujijiji.

Al escuchar el comentario del Maestro, respondí —En ese caso, debería compartir con alguien más, por ejemplo, en la tienda de Allan o Caín.

—¡¿Eh?!

Para mi sorpresa, Caín fue el más asombrado de todos nosotros. A pesar de que, generalmente, no muestra ninguna de sus expresiones, sus mejillas, ahora, estaban rígidas.

—Ah, disculpa Caín. Seguramente me convertiría en una molestia si tenemos que dormir juntos, ¿verdad?

—Eso…no es.

Me disculpé, y la respuesta de Caín llegó un poco tarde. Por lo tanto, seguramente le molestó, ¿verdad? No sabía si el Maestro entendió su pensamiento, pero se estaba riendo de una manera muy extraña,

—Ujyajyajya.

Aun así, Caín me comentó su razón, tal vez, lo hizo porque sintió pena de haberse rehusado.

—No podemos poner demasiadas carpas, así que también estoy durmiendo con los demás soldados.

—Ah, eso es correcto. Realmente, lamento decir tonterías sin pensarlo debidamente, pero seguro que Allan, si ocupa una tienda el solo, ¿verdad? Intentaré negociar con él sobre compartir la tienda en caso de emergencia.

Tengo que preguntarle a Allan.

Mientras me hacía una nota mental, me senté frente al escritorio dentro de la habitación, sacando un bolígrafo, tinta y papeles que estaban en mi equipaje de mano.

Los papeles estaban unidos con un hilo en el borde, haciéndolo parecer un cuaderno.

—Señorita Kiara, ¿va a escribir una carta?

Caín, finalmente, volvió a ser el mismo cuando me preguntó qué estaba planeando escribir.

—Voy a…escribir todo dentro de mi alcance de conocimiento.

Esa es una de las cosas que puedo hacer por Reggie.

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