Riku – Capítulo 40: Memorias Nostálgicas

Traducido por Gorrión

Editado por Nelea

Corregido por Sharon


En el Castillo de Karkata, todos estaban alegres con la victoria.

No pudieron matar al General enemigo, pero destruyeron más de la mitad de su Ejército y los obligaron a retirarse. Ninguno de los Demonios esperaba obtener una victoria tan grande a pesar de su gran desventaja en números.

Todos llenaron la plaza. Bebían alcohol, tocaban instrumentos, cantaban y celebraban su victoria. Era una fiesta en que los soldados y los residentes se mezclaban. Pero también había gente que no participaba.

Riku bajó una de las escaleras dentro de la Fortaleza junto con sus subordinados. La escalera conectaba con la mazmorra, y estaba llena de un aire frío que no era causado por la frialdad del invierno. El viento no estaba soplando, por lo que no debería ser posible sentir tal frío.

Sin embargo, el humor dado por las paredes de piedra aburridas y las escaleras empinadas que no tenían pasamanos haría el corazón congelarse en un significado diferente.

Suprimiendo su prisa, Riku bajó cuidadosamente las escaleras paso a paso, para afirmar su posición.

—Ah, ah… Los otros chicos deben estar disfrutando sus bebidas ahora, ¿sabes? Aunque yo también quería beber…

Podía escuchar las quejas de Vrusto detrás suyo, pero Riku no le respondió. No tenía paciencia para contestar cada una de sus quejas, cuyo número ya había llegado a tantas que perdió la cuenta. Como Riku le ignoró, Asty respondió en su lugar.

—Esto también es parte del trabajo Teniente Segundo Asuteroid, de gozaru. Se dice que los soldados deben cumplir su deber sin vacilar, de gozaru.

—Estúpida, no es eso. Es sólo que el que más trabajo en esta batalla fui yo, ¿sabes? Pero aún así, no llegué a participar en la fiesta e incluso fui obligado a bajar a esta maldita mazmorra.

Vrusto soltó un suspiro que se sintió un poco forzado. Pero Riku, sin importarle quién fuera el que estuviera nervioso y con la mirada inestable, no tenía la intención de seguir la conversación de nadie.

Originalmente, había planeado ir a la mazmorra sola. Iba a encontrarse con el enemigo, pero no podía hacer que la gente pensara que iba a tener una conversación secreta con los prisioneros o que intentaba dejarlos escapar. Por eso había traído a estas tres personas en las que podía confiar.

—No te preocupes; lo haremos pronto. Está a punto de morir después de todo —murmuró Riku con molestia.

Estaba actuando como un niño que tenía un juguete nuevo. A pesar de que obtuvo lo que deseaba, todos ellos se derrumbaron. Fue un desarrollo aburrido.

Bajando el último escalón de la escalera, Riku miró hacia el oscuro pasillo.

Al principio del corredor había un carcelero sentado en una silla. Cuando él notó a Riku, se levantó y la saludó.

—Encantado de conocerte, Teniente Comandante Barusak. Me llamo Tipus, soy quien maneja esta zona.

—Gracias por el buen trabajo. Ahora bien, ¿dónde está?

—Sí, a partir de ahora voy a guiarla. Hemos recogido todas sus posesiones, así que no debe haber peligro… Sin embargo, por lo que los médicos dijeron…

—Lo sé. Es un milagro que siga viva —contestó Riku a su explicación.

Cada paso resonaba en el pasillo. Un aire mucho más frío los envolvió a todos. La pequeña luz de las lámparas que colgaban de la pared iluminaba débilmente la mazmorra.

Después de pasar por muchas puertas, el carcelero paró delante de una cierta celda. Con movimientos experimentados, quitó la barra que estaba cerrando la puerta y con un ruido sordo, abrió la puerta.

—Es aquí.

—Gracias.

Después de echar una ojeada al carcelero que respetuosamente había bajado la cabeza, Riku entró en la celda.

Estaba menos sucia de lo esperado y sólo le faltaba un poco de limpieza. El lugar daba una sensación muy sencilla por no tener nada excepto una cama individual algo sucia. Acostada en ella había un humano cubierto de gasas blancas y vendajes. La persona apenas respiraba, su pecho voluptuoso subía y bajaba lentamente. La mayor parte de su cara estaba cubierta de vendas, pero parecía que sus ojos y su boca estaban bien.

Cuando Riku se acercó, sus ojos se abrieron ligeramente, mirándola como si hubiera recordado algo.

—Ha sido un largo tiempo. ¿Has estado bien? —Riku habló como si se hubiera encontrado con un amigo a quien no veía hace mucho tiempo. Entonces, los ojos ligeramente abiertos se abrieron de par en par repentinamente, como si estuvieran a punto de caerse.

—¿Riku… Ojou… sama?

—¿Oh? Mary sigue llamándome Ojou-sama.

Sorprendida, Riku puso sus manos cerca de su boca. Y luego, con una sonrisa digna de una Barusak, el rostro de Mary perdió el color. El despojo que había pensado que había muerto estaba vivo. Sólo eso ya valía la pena sorprenderse. Más que eso, con la forma en que Riku había venido a interrogarla en la mazmorra del enemigo, Mary debe estar muy confundida.

Con una mirada en blanco, Mary abrió la boca.

—¿Por qué estás aquí?

—¿Por qué piensa Mary que estoy aquí?

Como si estuviera preocupada por ella, Riku extendió su mano hacia su cuerpo. Y entonces, presionó su mano en la parte vendada donde le informaron que tenía la peor herida. Al hacerlo, como era de esperar, Mary retorció su cara por el dolor hasta el punto de quedar blanca.

—¡¡…!!

—Para que estés tan llena de heridas… Te dolió, ¿verdad? Ah, también estás muy herida aquí. ¿Estás bien?

Riku empujó el dedo en la herida como si no notara que Mary torcía la cara en angustia. Mientras mostraba un rostro preocupado, en su corazón, Riku presionaba felizmente los lugares donde más le habían herido a Mary. Debido a eso, ella comenzó a respirar profundamente de su boca.

—Ah, lo siento. ¿Tal vez toqué un lugar que te dolía?

Llena de satisfacción por el sufrimiento de Mary, puso una expresión como si acabase de notar lo que estaba haciendo. Pero no quitó su mano, en su lugar, presionó con más fuerza.

En los ojos de Mary, rastros de odio comenzaron a aparecer. Pero no había manera en que Riku terminara con eso. Ella movió su mano hacia la mejilla de la sirvienta.

—Siempre he querido encontrarme con Mary. Siempre pensé en expresar mi gratitud cuando nos reunamos de nuevo. Sí, sí, por ejemplo, realmente te gustaba decir eso… Si no me equivoco, era… “No obstaculices el camino de los Jóvenes Maestros hacia el dominio, ¿bien?” Era algo así, ¿verdad?

Mientras aflojaba las cejas como si estuviera compadeciendo a Mary, Riku dejó caer su codo en el vientre de Mary con toda su fuerza. Por supuesto, en ese lugar las heridas eran superficiales. Si fuera por ella, golpearía el lugar donde las heridas eran profundas, pero si lo hiciera se perdería la diversión.

Sería un desperdicio que Mary muriera porque la golpeó demasiado.

Con ese ataque inesperado, Mary gritó de dolor. Debido a este chillido penetrante, Riku sintió el impulso de cortarle la cabeza de inmediato, pero lo soportó. Todavía tenía mucho tiempo para divertirse.

—Ah, lo siento. Cometí un error. No estaba en el vientre. ¿Estaba pisando el pie? ¿ves? De este modo.

Mientras decía eso, Riku agarró el pie derecho de Mary que se fracturó al caer de su caballo y lo retorció con toda su fuerza. Un grito tan fuerte hasta el punto en que Riku quería cerrar su boca inmediatamente se levantó. A pesar de que antes estaba demasiado débil para gritar, ¿cómo podría ser posible que todavía tuviera fuerzas? Los seres humanos eran más resistentes de lo esperado.

—¿Acaso no solía decir “No use su posición de hermana mayor para acercarse a él y engañarle”, o algo así? Fueron muy buenos recuerdos. A Mary realmente le gustaba Rook. Es por eso por lo que me amenazabas. Me pisaste un pie así… Ah, lo siento. No era el pie derecho; Era el izquierdo, ¿verdad?

Dejando ir la pierna derecha, torció el pie izquierdo que, al igual que el otro, estaba fracturado. Tenía tantos vendajes que no se podía saber cuáles eran para las fracturas y cuáles para las heridas de flechas.

Pero a Riku eso no le importaba. Al final, lo único que importaba era saber que era un lugar muy lesionado.

Mientras pensaba en lo que debía hacer para divertirse, escuchó las voces de Vrusto y de los demás.

—… Uwaa, como se esperaba de Ojou-chan. Realmente desagradable…

—Ya veo, es una técnica de tortura, de gozaru. Será bueno para el aprendizaje, de gozaru.

—A-Aprendizaje, ¿dices?

—Estúpida. Eso no es tortura ni nada de eso. Sólo que Ojou-chan es muy maliciosa.

Los tres hablaban de muchas cosas por su propia conveniencia. Se volvió para decirles algo, pero entonces notó que los labios de Mary se movían.

—¿Qué pasó… con el Joven Maestro?

Debido a ese silencioso murmullo, Riku se tragó las palabras por la sorpresa.

No podía creer cómo tenía la calma para preocuparse por su amo a pesar de estar bajo esta condición. Mientras acariciaba su pie izquierdo, Riku sonrió alegremente.

—¿Quieres que te lo diga?

—¿Le ha sucedido algo al Joven Maestro?

—¿Quieres que te lo diga? —repitió las mismas palabras con una sonrisa.

Parecía presagiar una tormenta. La cara llena de dolor se transformó en una expresión salvaje. Riku no lo encontró divertido. A pesar de que dejó caer su pie bruscamente en la cama, su rostro no cambió.

—Los soldados derrotados… O su General, incluso debería saber al menos… Qué clase de destino tienen.

Por supuesto, Riku no sabía lo que le pasó a Rook. Mary estaba en el Ejército que invadió la fortaleza, por lo que Rook debería haber estado allí también. Pero él dio la vuelta y corrió. Probablemente está vivo, lo más probable es que volviera a su territorio y ahora el cobarde estuviera en su propia habitación caliente.

Pero Riku quería ver el rostro angustiado de Mary.

—T-Tal cosa… ¿Dónde, dónde está? ¿Está vivo?

Probablemente eso era lo que Mary quería evitar. Debido a su tono implorante, Riku quiso reír, pero no debía hacerlo ahora.

Con una sonrisa audaz, Riku la miraba en silencio. Mary comenzó a gritar mientras tosía sangre.

—Joven Maestro… Rook-sama. ¿Lo tienen de rehén? No me importa lo que me pase. Está bien incluso si me matan. ¡¡Pero, al menos ten piedad de Rook-sama!!

—Eres muy ruidosa.

Riku movió su mano hacia su espada de plata. Quería cortar la garganta de esta cosa para no tener que seguir escuchando su voz molesta que se parecía más a los gruñidos de un cerdo.

Sin embargo, si lo hacía, su tiempo de diversión disminuiría. Eso era un problema. Muy problemático. Finalmente consiguió un juguete para jugar, necesitaba tratarlo bien antes de que se rompiera. Con un profundo suspiro, Riku susurró al lado de las orejas de Mary.

—¿No te importará si te mato?

—Sí. Y a cambio, por favor, ¡salva a Rook-sama!

—Este sería tu deseo, ¿verdad?

Mientras daba una sonrisa dulce, Riku puso sus manos en sus bolsillos.

—… Pero ya estás a punto de morir. Estábamos tratando de mantenerte con vida de alguna manera, pero ¿no estás ya en una condición que sólo hablar es difícil?

Al escucharla, el rostro de Mary se ensombreció. Había dado en el blanco. Riku bajó su mirada hacia ella, con una mueca que expresaba que Mary dijo algo imperdonable.

—Incluso si yo tomara la vida de alguien que está así, tengo la sensación de que no significaría demasiado. Después de todo, estás a punto de morir de todos modos… Aunque acelere el proceso, no cambiará nada.

—E-Esto, esto, de alguna manera pásalo por alto, ¡por favor!

María lloraba lágrimas de sangre. Con un suspiro preocupado, Riku levantó su rostro como si hubiera comprendido algo. Y luego extendió su mano a Mary.

—No entiendo la razón por la que amas a Rook hasta este punto. Por lo tanto, voy a pedirte esto en un lugar un poco diferente… Es imposible moverte en este estado; Bien… Asty, Vrusto, traed la camilla.

Diciendo eso, Asty y Vrusto prepararon la camilla. Con la ayuda del carcelero, la confundida Mary fue puesta allí. Lentamente la llevaron, fuera de la mazmorra.

—Entonces, ¿por qué te gusta? —le preguntó Riku mientras subía las escaleras, y el rostro de Mary enrojeció un poco. De sus finos labios, salieron palabras muy dulces.

—Por supuesto… Porque quiero ver el futuro que el Joven Maestro traiga.

Inconscientemente, los ojos de Riku mostraron duda. Con una cara que parecía estar en trance, no parecía que Mary fuera la misma persona que había estado gritando de angustia hace unos momentos.

—¿Futuro?

—El futuro que el Joven Maestro prevé también es mi sueño. Por supuesto, incluso para mí, algunas partes de este son difíciles de creer, pero aún así, quiero ver la figura del Joven Maestro dirigiendo a toda la gente. Quiero ver el mundo que el Joven Maestro creará mientras camino a su lado. Servirlo y usar mi vida por su bien… Es el significado de mi existencia después de todo.

Los delgados labios de Mary se movían felizmente.

Al oír esas palabras, Riku recordó repentinamente a Leivein. Riku quería luchar junto a Leivein. En realidad no sabía si estaría muerta el próximo invierno como había dicho el oráculo, pero simplemente quería estar al lado de Leivein hasta ese momento. Quería ser de utilidad para él.

Con este deseo en mente, había luchado con fuerza.

Pero Riku no lo sabía.

¿Qué clase de futuro buscaba Leivein, cuáles eran sus objetivos? Ella no sabía de ellos.

—¿Un futuro que prevé, dices?

—Sí, el futuro que el Joven Maestro sueña.

Riku se detuvo en la cima de las escaleras. Pensando en sus palabras, se giró para ver el camino por el que había pasado. Las empinadas escaleras bajaban tan profundamente que no era posible ver su fondo sin forzar los ojos. Era como si todo eso fuera sólo oscuridad.

—Tengo que preguntarlo también.

—¿Al Joven Maestro? Esto es muy bueno. El mundo ideal que mi Joven Maestro prevé es mucho más maravilloso que cualquiera de los reyes…

—El mudo que el Capitán Leivein sueña.

Interrumpiendo las palabras de Mary, Riku hizo una señal con su mano. Obedeciendo, Asty y Vrusto dejaron la camilla. Ninguno entendía porqué Riku les ordenó subir las escaleras.

Mary la miró extrañada, y Riku sólo le devolvió la sonrisa.

—Por cierto, Mary. ¿Sabes esto?

Riku sacó las manos de su bolsillo, donde sostenía un broche dorado. Le mostró a Mary el broche que tenía la Cresta de la Familia Barusak. Al ver el broche que estaba ligeramente manchado de sangre, la cara de Mary se congeló.

—P-Podría ser… ¡T-tú! ¿No prometiste la seguridad del Joven Maestro? Esa promesa era una mentira, ¿verdad?

—¿De qué estás hablando? No me acuerdo de hacer promesas.

En primer lugar, no había manera de que Riku pudiera tener algo que Rook poseyera.

Ese era el broche de Riku. Al crecer, el abrigo que usaba hace diez años ya no le quedaba, sin embargo, a pesar de que pensaba que algún día lo tiraría, extrañamente se aferró a él. Preocupada por guardarlo, sólo se quedó el broche.

En aquella época, ella nunca se haría imaginado que usaría su broche de esa manera.

—Entonces, adiós.

Riku pateó a Mary con toda su fuerza.

Sin poder resistir, Mary cayó por la empinada escalera que subía del subterráneo y que no tenían pasamanos. No tenía de dónde agarrarse, aunque para empezar el dolor que sentía en todo su cuerpo no se lo permitía.

Cuando Riku y los demás bajaron una vez más las escaleras… Vieron la figura de Mary con sus miembros retorcidos en direcciones extrañas.

—¡¡Aha, jajajajaja!! ¡¡Te queda bien, te queda bien!! Oye, di algo. A pesar de que fui arrojada desde un acantilado, no morí, ¿sabes? ¿Podrías entender un poco mi dolor? ¡Oye! ¡Oye! ¡¡Oye!!

Pateó a Mary, que no dijo nada, muchas veces. Mientras sonreía insanamente, ella daba patadas a Mary implacablemente.

Sin poder quedarse quieto mientras veía a Riku actuar así, Vrusto apoyó la mano en su hombro.

—¡Oye, Ojou-chan! Esto ya es…

Vrusto se quedó sin aliento al ver el rostro de Riku cuando se volvió hacia él.

Sus ojos eran como los de alguien que acababa de ver una roca en la carretera. La locura que había en sus ojos hace unos momentos no estaba allí, ni había señales de que lo hubiera estado.

Todo lo que había en su rostro era una expresión aburrida.

—Ojou-chan…

—Roppu, ésta murió. Llama al grupo que trata con los cadáveres. Asty, ¿puedes guardar la camilla? Ya no es necesario después de todo.

—S-Sí.

—¡¡E-Entendido, de gozaru!!

Roppu y Asty desaparecieron a la velocidad de la luz.

Riku volvió a subir las escaleras. No se volvió a ver el cadáver de Mary.

Subiendo las escaleras sin saber qué hacer, Vrusto le habló en voz baja, fuera de su carácter habitual.

—… Esto… ¿Fue suficiente?

—¿Eso? Ya no me importa eso.

La expresión de Riku era como la de un niño que se cansó de su juguete.

No tenía ningún interés en el cadáver de Mary. Era porque estaba viva que podía disfrutar de su rostro torcido con angustia. Cuando murió, ese fue el final.

Sentía que no había conseguido todo el placer que podía, pero estaba satisfecha. La próxima vez, sería el turno de los otros líderes de Barusak, que estaban un poco más sanos que Mary. Si era posible, quería que fuera Raku o Rook, o su amado y respetado padre.

La sirvienta ya no le importaba.

—Más importante, necesito investigar qué clase de mundo espera el Capitán Leivein. Después de todo, no sé nada del Capitán.

—…

Ante su respuesta, Vrusto se quedó sin habla, sin saber qué decir.

Sintió que necesitaba decirle algo. Si no lo hacía, por cómo estaba yendo, sintió que acabaría dejando algo valioso atrás.

Como su niñera, y su instructor, necesitaba hablar con ella. Pero cuando estaba a punto de decirlo, una voz vino desde lo alto de la escalera.

—¡Teniente Comandante Riku Barusak! Ha llegado un enviado de la Capital. Debe ir a la Sala de Recepción de inmediato.

—Bien… Ven conmigo, Teniente Segundo Vrusto.

Riku le ordenó a Vrusto que la acompañara.

Después de preocuparse por un momento más, sacudió la cabeza. Entonces decidió actuar como su yo habitual charlatán.

—Ah ah. ¿No tengo descanso?

—Es una orden de su superior. Darse prisa.

—Sí, sí, entendido… ¡Después de esto, trátame con un poco de alcohol, Teniente Comandante Riku!!

Y luego, siguió a Riku como si fuera una molestia.

Gorrión
Wah, me dolió hasta a mí, pero... No pude parar de sonreír.

Nelea
Hahaha, ¡Vrusto, haz algo antes de que Riku se dirija a su destrucción!

3 respuestas a “Riku – Capítulo 40: Memorias Nostálgicas”

  1. Me preocupa Riku, apoyo su venganza pero creo que la esra consumiendo demasiado, espero Vrusto haga algo, despues de todo es la mejor niñera de todas 😉

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