Riku – Capítulo 92: La decisión de Rook, La muerte de pelo rojo

Traducido por Kiara

Editado por Limsah

Corregido por Sharon


—Disculpen… Pero me gustaría ir al baño

Moviendo su rostro cerca de las barras Rook hizo una petición con un tono de súplica.

Era de noche.

Después de alejar el paño que cubría el carro de una manera poco sospechosa, se podía ver que el sol no se encontraba en ninguna parte.

De hecho, el cielo estaba cubierto por una espesa y deprimente nevada, y no sólo el brillo de las estrellas, sino incluso la luz de la luna no podía llegar a la tierra. Por mucho que se enfocara los ojos, sólo la oscuridad de la noche que parecía cubrir el entorno como un velo negro se podía ver fuera de la jaula. La oscuridad era más profunda que él hubiera imaginado, y no podía ver a nadie cuidando de él.

¿Podría ser que nadie lo vigilara?

Presionando su rostro sobre las barras de hierro todo lo que pudo, Rook sacó su nariz moderadamente larga fuera de la jaula… Justo en ese momento…

—No puedes. ¡Si quieres echar un pis, hazlo en la esquina! —Junto con un grito de enojo, un puñetazo voló sobre él.

Terminó bien porque movió su cuerpo hacia atrás. Si hubiera tenido mala suerte, obviamente habría terminado con la nariz rota. Rook fue asaltado por un sentimiento de un viento frío recorriendo su espalda. Sin embargo, no había manera de que pudiera vacilar por eso.

Haciendo gala de su mejor sonrisa, reunió valor y habló con el guardia.

—N-No… Pero ya sabes, ya que la marcha se ha detenido por una vez después de tanto tiempo…  ¿No está bien si es sólo por un poco?

—No puedes, estás planeando huir ¿verdad?

—¡No, no, no! ¡Espere! Verás, no querrías vigilar una jaula que huele a pis, ¿no?

Rook, suplico desesperadamente.

Con eso, el Demonio, pensó en sus palabras. Incluso si había turnos para vigilarlo, el guardia todavía no quería moverse a lo largo de una jaula que olía mal.

Y además, si el olor es realmente malo, ¿no haría más fácil para los humanos notarlo?

De hecho, en la esquina de la jaula…  En el baño, había un olor que hacía difícil acercarse.

Aunque estuviera del lado opuesto, todavía habría momentos en que había ligeros movimientos debido a querer cubrirse la nariz. Aun con los cambios de turno, la vigilancia era una penitencia para los Demonios.

—Espera un poco.

La presencia del Demonio se alejó.

Sólo habían pasado unos minutos. Sin embargo, sentía que el tiempo pasaba con lentitud mientras esperaba. En el silencio, sólo el sonido de las cadenas temblorosas reverberaba.

Finalmente, el guardia regresó. Como estaba oscuro, era difícil ver su expresión.

—Oye, ven conmigo.

El guardia abrió la jaula e inmediatamente agarró a Rook.

Él no se resistió. Debido a las esposas, ni siquiera podía enviar golpes, y también era difícil conseguir las llaves. El guardia puso una cuerda completamente nueva alrededor del cuello de Rook y se apoderó de ella.

—Gracias.

—Hacer esto es mi trabajo.

Rook caminaba mientras era arrastrado por el guardia. Habían pasado muchos días desde que abandonó la jaula. Rodeando su celda, había muchas antorchas que iluminaban a varios Demonios.

Como si ellos no quisieran verlo, sólo había unos cuantos que miraban su dirección.

Parece que la historia sobre los Demonios que evitan a los humanos era verdad. Riku sin duda pasó por mucho por eso… Mientras pensaba en eso, llegaron a un arbusto que estaba en medio de los árboles.

—Ahora, haz lo que necesites ya.

El guardia apresuró a Rook.

Parece que lo llevó a los arbustos para que los demás no le vieran ser considerado. Sintiéndose culpable, Rook se inclinó  ligeramente hacia adelante. Y entonces…

—¡Lo siento!

Un solo ataque usando sus pies desenfrenados.

Rook quería atacar al Demonio con la menor fuerza posible y golpear en un punto débil que rompería su equilibrio…  Así que lo pateó a un lado de su rodilla.

No importa quién fuera, recibir un ataque sorpresa inesperado atravesaría tu guardia y te haría mostrar una apertura. Lo mismo le sucedió al guardia.

Dejando escapar un jadeo, él tropezó ligeramente. Rook esperaba ese momento.

Apuntando hacia el centro de su cabeza, le lanzó  un cabezazo.

Sin que el guardia pudiera evitarlo, cayó hacia atrás con los ojos en blanco. En el tranquilo lugar donde estaba el arbusto, resonó el sonido de su caída.

—¡¿Qué sucede?!

Los otros Demonios oyeron inmediatamente el ruido.

Rook sacó rápidamente la espada de la guardia e infundió el poder de Prohibición del Demonio en ella.

—¡Toma esto!

En un instante, un brillo deslumbrante que haría creer que se hizo de día llenó los alrededores.

El atributo de Rook era ligero. Su plan era cegar a los enemigos al tener el atributo de luz infundido en su espada y hacer que brillara tanto como fuera posible.

Como era de esperar, los ojos de los Demonios que se habían acostumbrado a marchar por la noche se hicieron inútiles. Sacando el abrigo que llevaba el guardia, Rook se metió en el bosque.

—Pero aun así, a lo sumo compré unos minutos con ese truco… ¡Así que necesito salvar a la Princesa rápido!

Rook cortó la cuerda en su cuello y destrozó sus esposas. Ahora que tenía las dos manos libres, el resto sería fácil. Se puso el abrigo que robó y usó en su cabeza el arma secreta que había estado escondiendo en el bolsillo interior de su ropa.

—Bien. Con esto, de alguna manera…

—¿Qué estás haciendo ahí?

En el momento siguiente, una voz aguda vino desde atrás.

Ante la voz que parecía atravesar su corazón, Rook sintió ganas de disculparse, pero apenas aguantó.

Como si matara su propio miedo, apretó los puños y se volvió hacia la dirección del dueño de esa voz.

El que estaba allí estaba uno de los guardias asignados para vigilarlo. En una situación como esta, normalmente habría sido capturado y traído de vuelta a la jaula.

Sin embargo, en el instante en que el guardia vio a Rook, su tez cambió.

—Ah, que… Oh no, General

La palabra “preocupado” apareció en la cara del Demonio. Parece que fue capaz de engañarlo con éxito. Rook respiró mentalmente aliviado.

—¿Qué estás haciendo allí? Esa es mi línea —habló con un tono de voz tranquilo, justo el que necesitaba.

Lo que Rook llevaba era una peluca roja. Se disfrazó como su hermana mayor que era miembro del Ejército del Señor Demonio, Riku.

Originalmente, sus apariencias eran similares. Incluso su altura no era tan diferente. Si usaba un abrigo, la gente no notaría la diferencia en su físico.

Sea una fortuna o no, incluso la luna estaba escondida esa noche. Tal vez fue porque los Demonios mantuvieron la luz de las antorchas al mínimo para que su marcha no se destacara, pero era difícil distinguir los detalles.

Esta noche fue una buena noche para disfrazarse como Riku.

—Me han dicho que lleve a la Princesa a otro lugar debido a una misión secreta. Tráela de inmediato, y a un caballo.

Mientras imitaba el tono de voz de Riku, escogió cuidadosamente sus palabras. Poco a poco su tono de voz se convirtió en ocio, pero tal vez esto compensó la indiferencia característica de Riku en su lugar. Y luego, el Demonio…

—Por supuesto, Mayor General. ¡De inmediato traeré a esa mujer!

Diciendo esas palabras, el Demonio corrió hacia la dirección de la jaula. Era como si su culo se hubiera incendiado.

Ha. Pensar que una peluca sería útil en un lugar como este.

Rook soltó una sonrisa torcida mientras caminaba hacia la celda.

Originalmente, planeaba usar esta peluca para infiltrarse en el Castillo de  Señor Demonio. Definitivamente no era algo que planeaba usar para escapar, pero pareció funcionar. Utilizar lo que podía sin mezquindad era la definición exacta de esa situación.

Como lo pidió, le trajeron a la Princesa y al caballo arrastrados con una cuerda.

—La he traído, Mayor General.

—Buen trabajo. Vuelve de inmediato a la búsqueda de Rook. Además, puesto que mi tarea relacionada con la Princesa es secreta… En el instante en que abras tu boca sobre eso, te cortaré la cabeza, así que tenlo en cuenta.

—¡S-Sí!

Dando una reverencia profunda, abandonó el lugar como si estuviera huyendo. Mientras que la Princesa montaba, Rook murmuró:

— Riku-ane… Ella realmente da miedo.

El Demonio de antes era un hombre grande y musculoso. En la sociedad demoníaca, lo más esencial era la fuerza. Por tanto, aunque ese Demonio era tan grande hasta el punto en que Rook tuvo que levantar el rostro para mirarle, su comportamiento obediente demostraba cuán fuerte es Riku.

Rook una vez más se arrepintió de haberse hecho su enemigo.

—¡Ahora, vamos!

Subiendo al caballo, Rook cabalgó dentro en el bosque. A veces miraba hacia atrás y comprobaba si había Demonios que los estuvieran persiguiendo.

Se dirigía a la Capital Real; a la Residencia Barusak.

Tal vez sería bueno para Rook ir directamente al Valle del Crepúsculo, para que los Espiritistas que protegen el lugar sepan del peligro que se aproxima. Sin embargo, esta elección llevaría al mal final.

La princesa, que equivalía a un poder de combate inexistente, sería tomada como rehén, y serían asesinados sin tener la oportunidad de lograr algo.

La elección correcta era dirigirse a la Residencia de Barusak. Allí podría pedir refuerzos, proteger a la princesa, que sólo se convertiría en una carga en la batalla, y finalmente, podría detener las ambiciones de Raimon Barusak.

—No puedo llevar a la Princesa a la ubicación del «Sello» de todos modos…  Así que esta no puede ser la elección equivocada.

Era diferente del método de escape del juego, pero fue un éxito. Después de eso, no habría ningún problema mientras él reflexionara antes de actuar sobre la historia del juego. Montando, Rook realizaba planes desesperadamente para prevenir lo que sucedía en el futuro.

—Necesito pedirle a Raku-ane que cuide de la Princesa…  y pedir refuerzos, pero ¿Raku-ane realmente me ayudará?

Un tinte de ansiedad apareció en su mente..

En este momento, Rook no era el personaje principal. Las posibilidades de que Raku le prestara su fuerza, cuando sólo había causado perjuicios al Barusak, eran bajas. Sin embargo, todo lo que podía hacer era apostar por esa pequeña oportunidad.

—Realmente, te lo ruego, por favor, ¡sé más rápido!

Rook golpeó fuertemente los lados del caballo y obtuvo su respuesta. La velocidad aumentó.

Debido a que la nieve ocultaba las estrellas, Rook no sabía en qué dirección estaba la Residencia Barusak. Sin embargo, todavía había una manera de saberlo. Rook señaló la espada que había obtenido antes al cielo.

—¡Dispersa la nieve!

La luz se juntó en la punta y luego se levantó al cielo. Al igual que la oscuridad, la nieve fue atravesada por el pilar de la luz. El fulgor deslumbrante de la luz alejó las enormes nubes. Un cielo lleno de estrellas apareció.

—Está bien, salió bien… Hmm, la estrella que está en el norte…  Es esa, así que la Residencia Barusak debería estar ahí.

Rook movió las riendas e hizo que el caballo se dirigiera en la dirección correcta.

Debido a que el cielo se hizo claro, la luz de la luna brillaba sobre el camino. También se hizo más fácil ver el camino.

Con estos resultados, habría sido mejor usar este poder antes.

Pero justo cuando Rook estaba a punto de concluir que el pensamiento era correcto…

—¿Qué estás haciendo ahí?

De repente, una voz le llamó.

Cuando Rook se volvió en su dirección, vio a las tropas militares que nunca antes había visto en el acantilado. Rook paró el caballo por el momento y miró a las tropas. Era una escuadra compuesta de soldados blindados negros.

—Ese cabello rojo…  ¿Por qué estás aquí?

Aquellos soldados bajaron por el acantilado y se interpusieron en su camino.

En el momento en que Rook los vio, sintió un vuelco en su corazón. El que mandaba esas tropas era un Demonio joven con alas de dragón negro.

—¿Leivein Adlar? ¿Por qué estás aquí?

Finalmente Rook empezó a retirarse. Sin embargo, su camino de retirada ya había sido bloqueado. Todos los lados ya habían sido bloqueados por Demonios musculosos.

—Vi un pilar de luz.

—Luz…  ¡¿Ah?!

Rook estaba cubierto de sudor frío.

No consideró que su posición pudiera quedar expuesta a causa de la luz. Rook apretó los dientes y lamentó su falta de cuidado. Sin embargo, incluso si lo lamentara, sería inútil. Necesitaba pensar en una forma de atravesar los Demonios.

—Ahora es mi turno para el interrogatorio. ¿Por qué estás aquí?

Rook enderezó la espalda desesperadamente.

Afortunadamente, todavía estaba usando la peluca roja. Además, adivinando el comportamiento de Leivein, parecía que aún no se daba cuenta del disfraz. Si seguía actuando como Riku, tal vez él podría superar esta situación de alguna manera.

—Recibí una misión secreta. Fue para traer a esta mujer.

Recordando el estado de ánimo de su voz, el tono, y su comportamiento, Rook intentó desesperadamente hacerse pasar por Riku.

Lo llamaron “Mayor General”. Leivein, que era General, tenía una posición más alta.

Sin embargo, estábamos hablando sobre Riku. Aunque la otra parte tuviera un rango más elevado, no había duda que ella respondería sin miedo.

—No importa cuánto me pida el General Leivein, no puedo entregarla. Muévete ya. Tengo prisa.

—Ho…  Así que me hablas de esa forma. —La boca de Leivein estaba retorcida. Luego continuó: —A pesar de ser el perro que he estado entrenando cuidadosamente.

Cuando vio la reacción de Leivein, Rook notó su error. Parece que se equivocó en alguna de sus decisiones.

Mientras sostenía las riendas, empezó a pensar cómo se suponía que debía escapar de allí.

—Usted es Rook Barusak, ¿verdad?

Kiara
Muerto por jugarle al vergas

—Tch, como si fuera así. Yo soy Riku. Riku Barusak del Ejército del Señor Demonio.

Pero aun así, siguió actuando como Riku con todo su corazón.

Incluso si ese Demonio delante de sus ojos había descubierto su identidad, tal vez los otros no. Si lograba engañarles, la duda nacería en sus corazones. Los Demonios que aún tuvieran dudas no vendrían a atacarlo.

Preguntándose si realmente no tenía ninguna oportunidad de escapar, Rook miró a su alrededor.

—¿Estás planeando huir? Tu actuación es demasiado cruda, ¿sabes?

—No es cruda ni nada…

Rook apretó las riendas con fuerza.

Si pudiera saltar sobre los soldados s, podría escapar fácilmente. Si tuviera su caballo de siempre, quizás podría hacerlo.

Sin embargo, había muchas cosas que todavía no sabía sobre la fuerza del caballo que utilizaba ahora. No sabía si había sido elegido específicamente para él, o si tendría esta extensión de fuerza de salto.

Si iba a saltar sin éxito a través de los soldados, se hundiría en el mar de Demonios. Dejando de lado a Rook, la indefensa Princesa definitivamente moriría.

Ahora que decidió protegerla, aunque tuviera que arriesgarse a una muerte segura, para acabar siendo humilde, era necesario que evitase esta crisis a toda costa.

Sin embargo, ni siquiera era necesario decirlo. Debido a que no podía elegir pelear, era necesario escapar. Y así, con su vida en la línea, trataría de huir y protegerla con su cuerpo.

Fortaleciendo su determinación, Rook pateó los costados de su caballo con todas sus fuerzas.

—¡Yo, yo soy Riku!

El caballo levantó un grito exaltado, pateó el suelo y dio un salto con Rook y la Princesa montados en su espalda. El caballo intentó saltar sobre los soldados demoníacos.

Sin embargo, no había manera de que las cosas salieran tan bien.

Sin que el animal pudiera obtener suficiente altura, poco a poco comenzó a caer. Lo que llenaba la vista de Rook era un mar de Demonios. Además, empuñando armas puntiagudas y afiladas le apuntaron.

—Como pensé, no es bueno.

Al medirlo con su vista, vio que la distancia era de cinco metros. Un infierno de espadas y lanzas esperaba a Rook y a la princesa.

Kiara
Hasta aquí, este Rook, nunca deja de sorprenderme

5 respuestas a “Riku – Capítulo 92: La decisión de Rook, La muerte de pelo rojo”

  1. Mier… Ese idiota de Rook, aún sigue sin ver todo el panorama, nunca creí decir esto pero, necesito k sigas vivo antes de k Leivein necesite de Riku para abrir el sello del Sr Demonio, rayos, esto va hacia el peor desenlace. K m importante la humanidad, me importa Riku, Mier…. Se ha quedado muy buena. Saludos y gracias por los dos capítulos.

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