Riku – Capitulo 94: Corriendo en la oscuridad de la noche

Traducido por Kiara

Editado por Limsah

Corregido por Sharon


—¡¿Uwaah!?

El cuerpo de Rook golpeó algo suave.

No, fue abrazado. Un pecho caliente lo abrazó. El latido de un corazón reverberaba a su lado.

Rook no podía entender lo que pasaba. Antes, pensó que iba a caer al suelo o sobre la piedra dura, o tal vez sobre la lanza de un Demonio y ser perforado por ella. ¿Qué pudo haberlo atrapado?

—¿Qué sucedió?

Con su conciencia desvaneciéndose, a penas podía levantar los párpados. Cuando lo logró, se encontró con un cabello plateado ondeando en su vista.

Estrechando los ojos, Rook miró el cabello. Tenía la sensación de haber visto ese pelo largo antes, pero no podía recordar de quién era. Para cuando renunció a pensar en ello, escuchó la voz del dueño a su lado.

—¿Qué sucede Rook, ya estás agotado?

—Esta voz… ¿Raku-ane?

Debido a lo sorprendido que estaba, su cuerpo se despertó un poco y un gemido se escapó por el dolor en su espalda.

Viendo las acciones de su hermano, Raku soltó una carcajada.

—Como siempre, eres estúpido. Te vas tranquilamente por ti mismo, te acercas a tu muerte, y te atrapan de inmediato. Me pregunto cómo estarías ahora si no hubiera venido a salvarte.

Sin embargo, en contraste con el tono de voz feliz de Raku, su expresión era seria. Mirando rápidamente los alrededores, enviaba señales a los Espiritistas que corrían hacia ella en formación para rodearlos.

Antes de su aviso, Rook había cruzado el mar de Demonios. Podía oír los gritos y el sonido metálico de las espadas que chocaban detrás de él desde la distancia.

Esto no era más que una suposición, pero los Espiritistas probablemente habían apuntado a algún lugar donde la vigilancia de los Demonios era baja y lanzaron un ataque sorpresa. Utilizando pura fuerza, escaparon de las líneas de frente de la batalla después de haber rescatado a Rook.

Raku había venido a salvarlo.

Justo cuando se formaba una cálida sensación dentro de su corazón, se produjo la duda.

—¿Por qué estás aquí? Después de todo, Raku-ane… Debería haber estado juntos… con Raimon.

El conocimiento del juego comenzó a surgir en la parte posterior de su mente.

En este momento, Raku Barusak era subordinado de Raimon Barusak y haría todo lo que él decía. Para detener los planes de Raimon, era necesario capturarla en el harem.

Sin embargo, eso no sucedió. En su lugar, sus acciones debían haber provocado el odio de su hermana. Había causado que se preocupara en la Batalla de Karkata, y en la batalla en la Isla Sherr.

A estas alturas, no había manera de que lo viera favorablemente.

En cambio, estaba claro que lo dejaría morir mientras pensaba que se lo merecía. Sin embargo…

—Hmph, corté mis relaciones con mi padre, hace tiempo, ¿sabes? —declaró Raku.

Diciendo esas palabras con una voz algo enojada, abrazó suavemente a Rook.

—No hay forma de que pueda abandonar a este hermanito mío, viendo cuántos problemas me traes, ¿ves… ?Ahora, vamos a enfocarnos en la situación que tenemos en nuestras manos. Ya hemos identificado su destino, así que estamos retrocediendo y reorganizando nuestras tropas. Podemos ir a rescatar a la Princesa más tarde —murmuró rápidamente en el oído de Rook.

En ese momento, finalmente se dio cuenta de que la Princesa no estaba en sus manos. Apresuradamente intentó volver la cabeza, pero no pudo mover su cuerpo. El agotamiento y el dolor llegaban a los límites extremos y sentía que su conciencia sería cortada en cualquier momento.

—Cuando te enviaron volando, soltaste a la Princesa… No te preocupes, sigue viva. Después de todo, es necesaria para el ritual de la resurrección.

Dado que ese era el caso, entonces todo lo que había que hacer era  ir a salvarla.

Raku le dio unas palmaditas en la espalda de Rook para calmarlo.

Como si eso fuera la señal, Rook, que intentaba mantenerse consciente, se quedó dormido. Mientras una cálida sensación lo envolvía como si estuviera sumergido en una bañera, cerró sus pesados ​​párpados.

Sí. Si la Princesa no estuviera en sus manos, no serían capaces de resucitar al Señor Demonio. Sin embargo, de la misma manera, si no tuvieran Rook tampoco podrían. Leivein estaba seguro de que Rook iría a salvarla, así que Raku no lo perseguiría.

Y siendo ese el caso… él podría descansar.

Rook había tenido una vida en la que no había podido dormir en condiciones desfavorables y con olor a humo en el aire, pero en estos momento nada de eso importó. Su cuerpo estaba en su límite.

Ahora se estaba preparando para la batalla decisiva que tendría lugar después de aquella breve pausa.

♦ ♦ ♦

La oscuridad de la noche se acercó. Ese era el Ejército Rey Demonio.

Detrás estaban las tropas personales de Barusak comandadas por Raku. Además, había una fuerza más; Una pequeña sombra cabalgando a través de la oscuridad.

Era Riku Barusak.

Después de matar a Raimon Barusak, ella inmediatamente robó un caballo y escapó. Sin embargo, por alguna extraña razón, no sentía la presencia de perseguidores.

Además, la seguridad de la residencia Barusak era superficial. Aunque Raimon se cayó de la habitación de su oficina, no había señales de que alguien se precipitó hacia donde cayó para comprobar lo que pasaba.

Era como si todas las personas de ese lugar hubieran salido…

—Bueno, no me importa.

No volvería nunca más a la Residencia Barusak.

Ella se dirigía a la tierra del «Sello», tratando de llegar lo antes posible para que pudiera ser de ayuda, aunque sólo un poco. Estaba resuelta a recibir castigo por ir en contra de sus órdenes.

Sabía que sería castigada en el momento en que escapó del Castillo del Señor Demonio, pero no le importó, sin importar cuán severo sería.

Más bien, sólo si se hubiera quedado, se habría arrepentido.

En ese caso, sería mejor ir por un camino que no lamentara. Luchar hasta el final amargo sin ningún remordimiento y vivir su vida al máximo hasta el final.

¿Había algo de qué avergonzarse al hacerlo? No, no había.

—Además… Como pensé, realmente tengo cosas que quiero preguntar…

Apretando los dientes, Riku azotó a su caballo.

Si sus cálculos eran correctos, quedaban unas horas hasta que la Armada de Señor Demonio llegara a la tierra del «Sello». Si estaba en lo cierto, entonces le faltaba hasta una hora máximo. Montando a caballo a toda velocidad, las posibilidades de llegar a tiempo eran cincuenta y cincuenta.

—Realmente, ¿por qué tiene hoy tiene que estar tan nublado? —Riku miró al cielo irritada.

Si hubiera estrellas en el cielo, habría podido averiguar el camino. Sin embargo, no sólo las estrellas, sino incluso el brillo de la luna estaban siendo bloqueados por nubes gruesas y no llegaría a la tierra. Sólo la linterna que ató en la parte delantera de su caballo le daba una visión clara.

De haber sabido que su vista se vería entorpecido durante la noche se habría llevado a Vrusto o a algún otro soldado.

De inmediato sacudió la cabeza. No lamentaba haberlo hecho.

Sabía que, como no tomó el consejo de Vrusto, él rechazaría su idea, y que si sabía que iría en contra de sus órdenes, habría aumentado la cantidad de guardias.

La mayoría de sus excelentes subordinados se dirigían a la tierra del «Sello», y tampoco podía usar a Asty, quien estaba encargado de la protección del Castillo de Myuuz.

Aunque era tarde para pensar en eso, era consciente de los pocos subordinados que tenía que harían lo que ella deseaba.

—Realmente… ¿Hm?

Sucedió en ese momento. Una luz deslumbrante iluminó los alrededores. Entonces, Riku detuvo su caballo.

En un lugar no tan lejos de allí, la luz se desbordó. El haz de un rayo atravesó la oscuridad y cortó a través de las nubes. Era como un pilar de luz que alcanzaba el cielo estrellado.

—¿Qué podría ser?

Estrechando los ojos, Riku contempló el haz. La luz finalmente se fue apagando y desapareció, como si hubiera liberado al cielo nocturno. Pero, afortunadamente, el cielo continuó claro. Desde la brecha que se interponía entre las nubes, la luz de la luna brillaba sobre la carretera.

Riku miró las posiciones de las estrellas. Convenientemente, la dirección de la luz provenía de la misma dirección hacia la que se dirigía. Además, la luz provenía de algún lugar cercano a la región circundante de la tierra donde el Señor Demonio estaba sellado.

—¿La guerra ya comenzó?

Pateando los costados del caballo, Riku volvió a moverse. Golpeando su látigo sobre las nalgas del caballo, lo hizo correr más rápido. Hasta hace unos momentos, ella se había estado moviendo mientras constantemente comprobaba dónde debía ir. Sin embargo, ahora con las nubes despejadas, no tenía que preocuparse por eso.

Sabía la dirección. Ahora sólo necesitaba seguir hacia adelante.

Era como comer un pastel, algo muy sencillo. O eso es lo que pensaba.

De repente, apareció una lanza delante de su caballo.

Debido a que el caballo se sorprendió por el repentino ataque, levantó ambas patas delanteras con una fuerza que sacudió a su jinete. Riku se apresuró a controlar las riendas.

No cayó del caballo por suerte… Sin embargo, la agitación del animal continuó. Después de arreglar su postura, Riku volvió los ojos hacia la dirección de la lanza… y luego, exclamó sorprendida.

—¿Por qué estás aquí?

—Esa es mi línea, General Riku.

Al mismo tiempo de la respuesta, el segundo ataque siguió. Riku hizo que su caballo saltará ligeramente y pudo evadir el ataque. Y entonces, soltó las manos de las riendas.

—Ya veo, tú eras el perseguidor.

Rápidamente tomando su alabarda, ella tomó una postura de batalla.

Cuando lo hizo, el Demonio que estaba empuñando su lanza mostró una sonrisa intrépida. Al ser bañado por la luz de la luna, los colmillos que se veían brillaban con nitidez.

Era el Demonio que estuvo encargado de cuidar de ella durante diez años.

No era exagerado decir que él estaba bien familiarizado con sus hábitos en la batalla, y también su forma de pensar.

Era él, quien sospechó desde el principio su plan de escape. De alguna manera, Riku podía entenderlo.

Cuando el sudor apareció en su frente, murmuró su nombre

— Vrusto Asuteroid.

Kiara
Y seguimos con los capítulos. Ya estamos en el arco final, el giro que ha dado la historia ha sido impresionante. En un momento pensé que Rook no tendría ningún tipo de suerte pero al parecer aun la tiene de su lado. Nuestra Riku ahora enfrenta el desafío de enfrentarse a su mentor, ¿Cómo acabará todo esto? Que nervios.

4 respuestas a “Riku – Capitulo 94: Corriendo en la oscuridad de la noche”

  1. Guau, k desarrollo del arco final, como comentas Kiara, Rook aún tiene alguna deidad k siente algo por él, dándole oportunidad de seguir vivo, mientras k Riku, enfrenta a su mentor y apoyo, camino al infierno k será cuando se enfrente a su amado General, y lo k se escribe aquí,es k está dispuesta a morir si él le da la orden, Dios, k tensión, muchas gracias por el capítulo. Saludos

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido