Sentido Común de una Casa Guerrera – Capítulo 26: El Arrepentimiento de Padre

Traducido por Tomoe

Editado por Sakuya


—…Disculpe, General. ¿Puedo tener un momento de su tiempo?

Mientras estaba realizando mis deberes oficiales de la Casa del Marqués Anderson, Kuroitsu llamó mientras ingresaba.

—Has venido en un buen momento. Así que, ¿qué sucede? Kuroitsu.

Por alguna razón, la cara seria de Kuroitsu no vaciló.

Era serio hasta el punto en que uno era capaz de sentir lo mucho que lo estaba meditando.

—Quiero hablar sobre Mel.

— ¿Hizo algo Mel?

Escuchando el nombre de mi hija, inconscientemente me incliné hacia delante y pregunté.

—Más que Mel, es más sobre el General… ¿está consciente de que es lo Mel está intentando hacer?

—No entiendo el significado de tu pregunta.

—Hoy, yo… pensé que ella era aterradora. Viendo a esa niña pelear…

—Ella es un espléndido talento, ¿no lo crees?

Ante mis palabras, Kuroitsu dio una amarga sonrisa.

—…Solo un poco antes de la pelea, sentí que el aura que la rodea cambió. Ella estaba revestida en una espesa sed de sangre, como uno se sentiría en el campo de batalla. Es impensable que una niña pequeña sea capaz de emitir ese tipo de sed de sangre.

Sin dar un tono positivo o negativo… Kuroitsu escupió indolentemente esas palabras.

En su lugar, viendo como su figura trataba de prevenir que sus emociones se escapen, estreché mis ojos en un intento de descifrar sus verdaderas intenciones de su expresión.

—En realidad, cuando la pelea empezó, ella estaba sosteniendo la espada como un espadachín el cual su propósito es matar a las personas sin falta. Sin pensar sobre los peligros, su defensa entera era fina como el papel. Ella ingresó en el pecho del oponente sin ninguna duda. Era como si disfrutara del riesgo de perder su vida… no, para empezar, era un estilo de pelea que parecía decir que estaba bien perder su vida.

Esas palabras fueron habladas como si le tuviera miedo a mi hija.

No, en realidad… él probablemente estaba asustado.

Porque eso era algo que yo siento ocasionalmente.

Ambos Kuroitsu y yo, somos personas afiliadas a la armada.

Era precisamente el por qué nosotros naturalmente tenemos experiencias en situaciones donde las vidas son intercambiadas, así que ahora no pensamos mucho sobre eso.

Sin embargo, aun así… no, por eso, nosotros sentimos miedo.

De esa mordaz sed de sangre que parece ocultar una espada en ella, y de su estilo de pelea.

Era desconocido… hasta el punto donde sientes como si vieras a alguien de otro mundo. Así de prominente es.

—…Esa es Mel.

Tranquilamente, hable de una manera de advertencia.

—Más bien, desde que ha venido a la Capital, su espada ha perdido lo que la hace ella. Esa es la original ella, y su espada.

— ¿…Por qué el General le está enseñando la espada? Eso es… en mi humilde opinión, es un talento que nunca debía haberse despertado. Esa sed de sangre y resolución… si ella toma un solo mal paso, no sería extraño que se vuelva loca. ¿No habría podido hacer que procediera en una ruta más suave?

—…Era mi ego. —Murmuré suavemente. —Yo también perdí a mi esposa debido a los bandidos. Somos pájaros de un mismo plumaje. No tengo la cualificación para detenerla… y también, si ella puede aprender el manejo de la espada, entonces puede actuar como guardaespaldas de mi hija y proteger su bienestar.

En la Capital, incluso si es uno de mis subordinados de la Armada, la verdad de que Mel es mi hija es un secreto. Como resultado, hablo mientras mezclo una mentira.

—…No obstante, su talento estaba más allá de lo que había imaginado. Le enseñe las posturas básicas, y luego la deje participar en peleas de prácticas conmigo repetidamente, pero… incluso sin enseñarle, ella ha creado un estilo por sí misma antes de que lo supiera.

— ¿…Por qué cambió ella cuando vino a la Capital?

—Probablemente porque experimentó el combate real… aunque después de que la estimulé, ella volvió rápidamente a la normalidad.

—En otras palabras, la razón del porque su estilo de espada regresó a su estado previo, fue por el General. Incluso aunque era posible volver hacia atrás. Para ella, quien estaba asustada de la espada, ¡porque…!

—…A lo que temía no era la espada. Tenía miedo de su propio talento.

— ¿Su propio… talento?

—Su propio talento que le permitiría robar fácilmente la vida de las personas. Desde que vino a la Capital, estaba muy rígida, comparada a como era antes en mi dominio. En competencias en las que podía ganar, si movía su espada hasta que su corazón esté contento, ella inconscientemente ponía una barrera. Durante ese tiempo, antes de entrenar con todos, competía con ella, pero… el hecho de que no tenía muchas barreras durante ese tiempo, era una buena prueba. Viendo el futuro en el que fácilmente sería capaz de robarle la vida a sus oponentes, ella se oprimía a sí misma. En otras palabras, los de la Armada con los que estaba entrenando no eran oponentes para ella. Aunque decirte eso puede que sea un poco difícil.

—…De… ninguna manera…

—…Como dijiste, ella está a un paso de la locura. Incluso si tiene que tirar todo, incluso si no hay nada que ganar de ahí, ella tomó la espada por el bien de la venganza. Para ella, la espada es todo.

—…Entonces, ¿¡no estaría bien si le deja escoger otro camino!?

Ante el grito de Kuroitsu, estuve momentáneamente sin palabras.

—…Incluso yo desee que ella hiciera eso.

—Entonces…

—Sin embargo, estas mirando muy ligeramente su resolución. No, yo también era así…

— ¿…A qué se refiere?

—Más que estimularla, yo estaba tratando de poner un fin a su manejo de la espada. Si yo dejaba fluir implacables palabras en su corazón, que estaba al borde del colapso, pensé que fácilmente se derrumbaría.

No tomes la espada, -es lo que mi corazón gritaba en ese momento.

No obstante, ella peleó contra eso.

Más bien, en ese momento, Mellice me demostró vivamente un espíritu que me convencía de que, si ella dejaba la espada, su corazón se partiría.

—Su corazón está viviendo justo en el borde. La espada es todo, y no ve otra cosa que sea eso. Incluso si ella sabe que no hay nada que ganar en el futuro, escogió hacer eso. Sin importar si su espíritu es revivido, ella no abandonara la espada. Siendo ese el caso, su desconcierto en lo contrario la expondrá al peligro. Si contener sus habilidades se vuelve un hábito, entonces en el futuro se puede convertir en una trampa inesperada. Es precisamente por eso que, ella debe empuñar la espada de la forma en que desea. Mirando la posición en la que se encuentra de pie ahora, solo hay un método que le permitiría a ella bajar de este camino.

—Cuál… ¿cuál es el método?

—Matrimonio.

Incluso si yo asesinara el objetivo de su venganza, mientras ella sea la hija de la Casa del Marqués Anderson, personas aspirando a ella aparecerían.

Eso es algo que el Duque Armelia ha señalado.

Si fuera verdad… no, mientras la posibilidad exista, ella tendrá que proteger su bienestar.

Solo se volvería innecesario cuando no siga poseyendo el título de “hija del héroe” -el momento en que ella se una a la familia de su esposo.

— ¿Hay alguien quien pueda tomar sus riendas? Sería imposible si es un chico poco entusiasta.

—Tú verdaderamente la estás viendo cuidadosamente.

Dije eso mientras reía.

—Hablando honestamente, no tengo idea. Mientras sea capaz de encontrar a alguien que ella considere por encima de todo, no tengo un plan en detenerla… Anteriormente me preguntaste que pienso hacer con ella. La respuesta es: no quiero hacer nada. Solo quiero que sea feliz a su propia manera. Solo eso. Es solo eso, pero es un poco difícil de hacer.

—…Habla como un padre.

—Pienso en mí como su padre.

—…Entiendo bien los sentimientos del General. Me disculpo profundamente por tratar de ponerlo a prueba.

—Está bien. En el futuro, por favor continúa cuidándola.

Ante esas palabras, Kuroitsu bajo su cabeza para mostrar su reconocimiento.

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