Sentido Común de una Casa Guerrera – Capítulo 92: Mi mejor amiga y yo

Traducido por Lugiia

Editado por Sakuya


Después de ocuparme de las estudiantes que me habían llamado, regresé al dormitorio.

Mientras estoy sentada tranquilamente en el sofá de la sala de estar, bebo el té que me entregaron en la cafetería.

Puede ser bastante grosero de mi parte decir esto, pero ese intercambio fue un mero juego de niños.

Para empezar… desde que me llamaron por primera vez de forma tan estúpida y directa, en un aula donde había muchas miradas externas, tuve la sensación de que las cosas irían en ese rumbo. Sin embargo, las batallas entre mujeres de las que había oído hablar a la señora Aurelia, eran más astutas y confusas.

Aun así… Cerré los ojos mientras me entregaba a la ola de pensamientos en mi mente.

Como pensé, Louis es popular entre las mujeres… hasta el punto en que les disgusta una prometida que apareció de la nada.

Bueno, es natural si piensas en el poder y la riqueza de su familia, además de su propia apariencia…

En el futuro, probablemente mis oponentes no serán tan directas y honestas como esas estudiantes.

Existe la posibilidad de que aparezcan personas que utilicen medios maliciosos, como las que mencionó la señora Aurelia.

—Pero, aun así, no voy a huir…

Inconscientemente, murmuro mis pensamientos internos mientras abro los ojos. Parece que, por fortuna, no hay gente a mi alrededor que pueda escucharme.

—Señorita Mellice, ¿es un buen momento?

No obstante, en el momento en que comienzo a sentirme aliviada, la señorita Sharia me llama.

—¿Eh…? S-Sí. ¿Cómo puedo serle de ayuda, señorita Sharia?

—Oh, muchas gracias. Quiero hablar de un asunto un poco complicado, pero…

—Entonces, ¿qué tal si vamos a mi habitación?

—¿Estaría bien?

—Sí, por supuesto.

¿Podría ser que me descubrió…? Mientras soy incapaz de pensar en otra cosa que no fuera eso, la guío a mi habitación.

—Por favor, siéntase libre de sentarse —comento señalando el asiento frente al mío—. Entonces, ¿cómo puedo ayudarla?

—Preguntaré sin rodeos… Usted es Mel, ¿no es así, señorita Mellice? —pregunta, con un brillo de convicción en sus ojos. Eso es suficiente para decirme que engañarla será inútil.

—Es bastante temible una pregunta cuando la persona que la hace está completamente segura de su respuesta. Me temo que cualquier negación sería en vano.

—¿Entonces…?

—Sí, como ha podido ver, soy tanto Mel como Mellice —respondí mientras dejaba escapar un suspiro—. Por cierto, ¿cuándo se dio cuenta de este hecho?

—Desde el principio…

—¿Desde el principio?

Inconscientemente, repito sus palabras, encontrándolas un tanto inesperadas.

—Sí. Lo supe desde ese momento —respondió ella con calma y una sonrisa.

—¿Cómo…?

—De verdad, gracias. Porque nos protegiste estoy… estamos todas a salvo. No puedo agradecerte lo suficiente —repite exactamente las palabras que me dijo durante el caso de secuestro—. Con eso, no había manera de que pudiera olvidarme de usted. Incluso si se presenta como una doble de cuerpo… Nunca pensé que la señorita Mel fuera alguien similar en físico, sino usted misma.

No pude evitar reírme de sus palabras.

Entonces, esa es la razón por la que puso una cara tan desconcertada cuando hablamos por primera vez en la Academia.

—Debo disculparme por eso. Aunque te diste cuenta, no lo comentaste y simplemente seguiste la historia que creé.

—No… Es natural. Después de todo, usted es mi salvadora.

—Sin embargo…, si ese es el caso, entonces ¿por qué lo confirmaste conmigo ahora? Como mencioné antes, no tiene sentido confirmar algo de lo que ya estás convencida.

—La verdad es que, aunque es bastante vergonzoso para mí haberlo hecho, estuve observando su intercambio con las estudiantes del curso superior… Aunque pensé que era algo innecesario de hacer para la señorita Mel, de igual forma estaba preocupada… Si la situación empeoraba, estaba planeando llamar a un profesor.

—Ya veo… Está bien. Estabas preocupada por mí después de todo. Más bien, estoy agradecida.

—No… No era eso lo que quería contarle. Era que, aparte de mí, había otra persona observando la escena.

—¿De casualidad era el príncipe Edgar…?

—Me sorprende que lo sepa.

—Bueno…, parece que me ha estado investigando por alguna razón. Aunque no tengo nada que alguien de la familia real pueda estar investigando.

—¿Podría ser que esté buscando a la señorita Mel?

—Aunque ese fuera el caso, a la familia real no debería interesarle alguien como Mel… Bueno, está bien. Sé que te tomaste la molestia de confirmar las cosas conmigo solo para decirme eso. De verdad, le estoy agradecida.

—No hay necesidad de dar las gracias.

Cuando expreso mi gratitud, ella hace una sonrisa tímida y afectuosa. Por un corto periodo de tiempo, me quedo fascinada ante su encantadora apariencia.

—Sé que esto podría sonar bastante egoísta de mi parte, pero ¿podríamos seguir siendo cercanas? Después de todo, aunque dije que quería ser tu amiga, hasta ahora te había estado engañando con lo de Mel…

Devolviendo mi conciencia a la realidad, hago una sugerencia.

Estos minutos de interacción me hicieron sentir que de verdad quería conocerla mejor.

—No creo que haya intentado “engañarme” en absoluto. Más bien, era normal hacerlo… En vez de eso, soy yo quien descaradamente le hizo exponer su secreto… Por favor, cuide de mí en el futuro también.

Y entonces, después de los acontecimientos de ese día, Sharia y yo nos volvimos aún más cercanas que antes. Fue hasta el punto en que pasábamos el tiempo juntas entre clases…

Estar con ella no era diferente de cuando estaba con Louis. Pude tomarlo con calma, ya que no había necesidad de fingir ser alguien que no era.

En realidad, esta era la primera vez que tenía una amiga. Estaba tan emocionada, que rápidamente se la presenté a Louis.

—En cualquier caso, Mellice… Me pregunto qué estaba pensando Su Alteza al final.

—Ha pasado bastante tiempo desde entonces, y no ha hecho ningún movimiento en absoluto… Honestamente hablando, me he dado por vencida.

—¿Es así…?

—Ahora que lo pienso, Sharia, ¿qué planeas hacer durante las vacaciones?

—Volver al territorio es problemático, así que estaba planeando quedarme en nuestra villa en la capital.

—Oh, Dios, ¡¿en serio?! Entonces, podremos encontrarnos durante las vacaciones. También planeo quedarme en la capital.

—¡Estoy deseando que llegue el momento! Hay un café al que he querido ir desde hace mucho tiempo, y si es contigo, podremos ir juntas sin preocupaciones.

—Si es así, por favor, déjemelo a mí… La protegeré, señorita.

—Hmm… Suenas como un joven maestro. No, eres mucho más genial que esos chicos de quién sabe dónde.

—Me siento honrada, señorita.

Y así, las dos nos reímos de ese intercambio.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido