Sirviente a Madre – Capítulo 3: ¿No eres un familiar? (1)

Traducido por Akatsuki

Editado por Ayanami


Han pasado veinte días desde que llegué a vivir a la mansión de Leonard-sama y, durante ese tiempo, mi vida cotidiana cambió gradualmente.

Cada mañana, los cuatro desayunamos juntos. Luego de despedirnos de Leonard-sama que va a trabajar comienzo a realizar mis deberes. Y como lo prometí, comencé a enseñarle a Jill cómo escribir y leer, además de aritmética simple. Luego del almuerzo y hasta la hora de la cena, Jill tiene el tiempo libre para ella sola. Cuando Leonard-sama regresa del trabajo todos vamos al comedor para cenar y, al final del día termino con un baño en mi habitación.

Por cierto, las compras se las dejé a Sid-san. Lo siento, pero no quiero volver a estar expuesta ante las miradas de las jóvenes celosas.

— ¡Okaa-san, lo hice~!

—Ok~ ¡Solo un minuto!

Cuando estaba por poner la tarta del almuerzo en el horno, Jill me llamó desde la sala. Parece que terminó de escribir sus alfabetos. Haré mal si la dejo esperando, así que rápidamente fui hasta ella.

—Bien, gracias por esperarme.

Por cierto, el libro de ejercicios que Jill está usando para escribir es un diseño mío. Mientras lo revisaba, note que ella los escribió bellamente, sin cometer un solo error.

—Mm~ parece que vas bien con los alfabetos. Ahora, leerás libros con ilustraciones para que te familiarices con las oraciones…muy bien, si quieres comer un aperitivo, tendrás que terminar aritmética.

— ¡Yaaay!

El aperitivo de hoy son dos tipos de magdalenas-uno simple y el otro con hierbas amasadas, también traje un poco de leche tibia para acompañar.

Es muy importante que un niño en desarrollo coma bocadillos entre cada comida, ya que, con su pequeño tamaño, no pueden comer mucho de una sola vez, pero, teniendo en cuenta la cantidad de energía que tienen, tres comidas al día no son suficientes. Por lo tanto, los bocadillos están para compensar la falta.

— ¿Qué es esto, Okaa-san? Tiene grumos.

—Eso es una hierba. La recogimos esta mañana.

— ¿Aquella flor?

—Sí. Tiene un aroma agradable, ¿No?

La hierba que use en las magdalenas es ‘Lavanda’. Sería un excelente popurrí, pero como ya lo preparé, decidí comerlo. *Crunch* Las magdalenas eran ligeramente resistentes y eso le da una textura interesante.

— ¿Las flores…se pueden comer?… Están dulce, Okaa-san.

— ¿Te gustan?

—Sí.

Por primera vez desde que la conocí, Jill tenía una tez regordeta, mientras se tapa la boca llena de magdalenas con una sonrisa. Sus inocentes mejillas se han vuelto muy elásticas. Sin embargo, aún es muy delgada. ¿Debería darle un poco más de carne?

— ¿Hay algo que desees cenar esta noche?

—Mm, eh…

De repente, la sonrisa en el rostro de Jill se congeló. Levantándose de su silla corrió hacia mi lado.

— ¿Jill?

—Está aquí… ¡Okaa-san, por aquí!

Mientras me hablaba, comenzó a tirar de mi mano mientras corría. ¿Eh, a dónde vamos? El lugar al cual me llevó fue en frente a la habitación de Leonard-sama que está en el segundo piso. Jill, confiada, puso su mano sobre la puerta.

—Abrir.

Hey, no podemos entrar libremente en la habitación de Leonard-sa… ¿Por qué se abrió? Sid-san no me dijo que está puerta tenía el mismo mecanismo que la principal. ¿Acaso es por eso que me dijo que no tenía que limpiar esta habitación?

Jill me llevó al interior de la habitación, mientras yo luchaba contra mi confusión y, una vez más, puso su mano sobre la puerta para cerrarla. Una vez cerrada, ella corrió hacia un gabinete y comenzó a hablar con una bola de cristal que sacó de allí.

—Otou-san, hay algo aquí. Está en el jardín.

Jill hablo con una voz firme. ¿Eso es un dispositivo de comunicación o algo así? Más importante aún, el jardín…

—Pensé que la mansión estaba protegida por la magia de Leonard-sama.

Jill me respondió con una expresión rígida.

—Cierto, pero se ha roto. Otou-san dijo que corriera hacia aquí si eso sucedía. Este lugar tiene magia mucho más fuerte y nos protegerá.

— ¿De verdad?

—Sí, por eso pensé que estaría bien si venía aquí con Okaa-san. También tienes un talismán mágico.

Oh, se refiere a la pulsera. No entendía la situación, pero, al parecer, era mejor para nosotras estar aquí por ahora.

—…Okaa-san.

Jill me sujetó la mano con fuerza. Oh, es cierto. A diferencia de mí, ella debe estar muy asustada por esta situación. Aunque todavía es muy joven, ella intentaba protegerme, gracias. Lamento no haber sido de alguna utilidad.

Mientras sujetaba su pequeño y tembloroso cuerpo, una sombra, nada natural, apareció dentro de la habitación y se movió hacia nuestra dirección. Esta era una situación con la que no estaba familiarizada.

Mi único pensamiento fue que necesitaba proteger a Jill, así que puse más fuerza en mis brazos para sujetarla-

—Aquí vamos…

Entonces, un ligero ‘nyo’ se escuchó provenir de la sombra, ciertamente se parece a… ¿Sid-san?

Sid-san nos estaba observando con sorpresa. Luego, su mirada se suavizó.

—Ya no tienen que ser cautelosas. Ambas lo hicieron bien, pequeña, jou-chan.

Mientras nos elogiaba, tocó suavemente nuestras cabezas. ¿Cómo debería decirlo? Eso me alivio un poco.

— ¿Sabes? La que mejor lo hizo fue Jill.

Fue ella quien se dio cuenta del peligro, me trajo aquí con ella y le reportó la situación a Leonard-sama. Yo, realmente, no hice nada en absoluto.

Aun así, Sid-san me miró con una sonrisa muy tierna y acarició mis mejillas suavemente.

—Estabas haciendo todo lo posible para proteger a la pequeña, jou-chan. Bien hecho.

—Es el deber de los padres proteger a sus hijos, ¿No es verdad?

—Jou-chan, apuesto a que no tienes idea de lo increíbles que son aquellas palabras que acabas de decir. Es por eso que el Maestro y la pequeña no pueden evitar quererte.

¿De qué estás hablando exactamente?

Aun estando perpleja por lo que dijo, Sid-san retiró su mano de mi mejilla y acarició suavemente la cabeza de Jill, antes de acercarse a la ventana.

—Ahora bien, podrán conocer al culpable que las asustó. —Fueron las palabras que mencionó Sid-san, mientras abría la ventana que daba al jardín

— ¿Cuántas veces tengo que decirlo? No es necesario que rompas la barrera cada vez que entras, Amdo.

¿Eh? ¿Era un conocido suyo? Cuando Sid-san se volvió para vernos nos hizo algunas señas.

—Perdón por lo que hizo. Su nombre es Amdo, es un espíritu de viento y, como yo, él es un espíritu que hizo un contrato con el maestro.

— ¿Como tú?

—Sí, un contratista. El hecho de que el Maestro tenga múltiples contratistas es una prueba de cuán grande es su maná.

¿Un contratista? ¿No se refiere a un familiar que fue invocado por un mago? Espera… ¡¿Sid-san es un espíritu?!

— ¿Por qué pones esa extraña expresión?

—Umm, sobre el contratista…

—Oh, es verdad. Los humanos que realizan contratos con espíritus son raros de ver, aunque no es imposible. Los espíritus sólo podemos hacer un contrato con humanos de nuestro mismo nivel. Además, hay grandes diferencias entre nosotros y los familiares. Primero, no puedes forzar a un espíritu a obedecerte. Segundo, es un requisito absoluto que durante el contrato el mago debe brindar suficiente maná para que el espíritu pueda mantener su forma física. Debido a esto se nos conoce como espíritus contratados.

—En resumen, nuestro contrato significa que ninguno de ustedes podrá restringir nuestra libertad.

—De modo que…un espíritu no llegara a hacer un contrato con alguien que no le guste.

Ya veo, entonces, Sid-san es un espíritu. Cuando lo conocí tenía la forma de un gato, y debido a mi idea preconcebida de que los familiares son animales contratados por un mago, tuve la impresión de que realmente era uno.

—Si Amdo es un espíritu de viento, ¿Qué clase de espíritu eres, Sid-san?

—Ah…

No era una pregunta difícil, pero Sid-san hizo una sonrisa amarga y perpleja por alguna razón.

—Si no pudiera responderte, ¿Qué harías?

—… ¿Qué haría?

No haría nada. ¿Por qué pones esa expresión tan ansiosa?

— ¿Acaso eres un espíritu maligno que planea convertir este mundo en un imperio malvado?

— ¡No, definitivamente no! ¿Cómo se te ocurrió eso? Dios mío. —Sid-san se quejó, y ahí estaba, la amable y servicial figura del hermano mayor que yo conocía.

—Independientemente del espíritu que seas, Sid-san, no olvidaré al gentil Sid-san que nos acaricia suavemente la cabeza.

— ¿Jou-chan?

—Para mí, eres quién eres. Un compañero residente de esta mansión. Eso nunca cambiará.

¡Oh, mierda! ¿Qué expresión acabo de hacer?

Mientras entraba en pánico, de repente, me jalo con fuerza hacia él y mi visión se obstruyó.

¿Eh? ¿Por qué Sid-san está abrazándome?

—Ah~ Esto, probablemente, no es bueno.

Estas fueron las palabras de Sid-san. ¡Lo que no está bien es mi respiración! ¡Sid-san déjame ir!

Después de luchar por un corto tiempo, finalmente, me libero y me sentí aliviada. Pensé que iba a morir asfixiada. Pero en serio, ¿Por qué me abrazó de repente?

Mientras recuperaba el aliento, Sid-san y Jill parecieron dirigirse hacia el jardín. Apresuradamente, los seguí a ambos.

Delante de mí, Jill estaba saltando de emoción.

— ¡Okaa~san! ¡Es asombroso!

—Oh no, Jill.

Incluso si es uno de los contratistas de Leonard-sama, debería tener más cuidado con…

Mientras los regañaba en mi mente, mis palabras desaparecieron en el momento que una escena entró en mi rango de visión.

—Waa…

Ah~ es cierto, no podía regañar a Jill. Incluso yo estaba emocionada por esto.

En el jardín, había un ave misteriosa pero elegante y era tan alto como una casa de dos pisos. Su cuerpo de color blanco estaba envuelto por una hermosa niebla verde pálida, aumentando más aún su misterioso encanto. Además, sus ojos de color verde eran excepcionales.

Mientras estábamos cautivadas por tal escena, Sid-san de repente hablo: —Está, es la persona que mencioné anteriormente, Amdo. Oí, deberías convertirte en tu forma humana.

— ¿Por qué?

Cuando Amdo-san miro a Sid-san como lo hizo Jill, Sid-san dejó escapar un ligero suspiro.

—Es difícil hablar contigo cuando estás en esa forma. Tenemos que mirarte.

—Ya veo.

Amdo-san asintió con la cabeza de inmediato y cambio de forma en un instante. En su forma humana, Amdo-san tenía unos ojos de color extraños y su cabello es de color verde pálido, de cierta manera, parece un joven lánguido y guapo…ah, cierto…en serio hay demasiados hombres guapos en esta casa.

Al darse cuenta de mi mirada, Amdo-san hizo una expresión confusa.

—… Hey, mujer. Estás haciendo una cara extraña.

—Oh, me disculpo si he herido tus sentimientos. Fue solo…un poco deslumbrante.

— ¿Deslumbrante? Hoy está nublado.

¡No estaba hablando del clima! Hasta que no me haya acostumbrado a ti, por favor, déjame en paz por un tiempo. Jill y Sid-san, no pongan caras tan preocupadas. Estoy bien.

—Okaa-san, ¿Estas herida?

— ¿Estás bien? ¿Necesitas acostarte?

—En serio. No se preocupen por mi…

Urgh…por lo que mis ojos pueden ver, él es simplemente guapo. De alguna manera, sentí que mi corazón recibió algunos daños…bueno, poco a poco me estoy acostumbrando a verlo.

—Lo siento por la molestia. Estoy bien ahora.

—Oh, está bien, me alegra escucharlo. No trabajes demasiado, ¿De acuerdo?

Oh, Sid-san ¿Acaso pensaste que fue debido a la magia? Aunque no era del todo cierto, no quería decir lo que realmente era, así que lo ignore. Cuando me puse de pie, Amdo-san miro a Sid-san queriendo que le explicará la situación.

—Sid.

—Cierto, ellas dos han estado viviendo aquí durante los últimos veinte días. La pequeña es Jill, es la hija adoptiva del maestro. Y la jou-chan se llama Lily, ella es la criada del amo y actúa como madre para la niña.

—Ya veo.

Lo comprendió de inmediato. Su manera de hablar se parecía a la de Leonard-sama. Aun así, recientemente, Leonard-sama parecía ser más conversador. Incluso me he acostumbrado a como habla.

—Soy Amdo, un espíritu de viento. Encantado de conocerte.

—Soy Lily, es un placer conocerte.

Cuando sujete la mano que extendió para saludarle, se sintió cálida, como si fuera la de un humano. Sería genial si también puedo llevarme bien con él. Inmediatamente después, soltó mi mano y se giró para ver a Sid-san y le habló.

—Sid.

— ¿Ah? ¿Qué sucede?

—Hay algo acerca de lo que tengo curiosidad.

Las palabras bruscas de Amdo-san hicieron que Sid-san se sorprendiera. Naturalmente, Jill y yo no teníamos ni la menor idea de lo que estaba tratando de decir. Aunque parecía que no iba a ser una buena conversación.

— ¿Ya se lo dijiste a Milis?

— ¿Eh? Ah~

—Probablemente, volverá mañana.

—Cierto, se lo diré al maestro.

—Me voy a dormir.

— ¿Hah? ¡Hey, espera!

Amdo-san murmuró algo e inmediatamente se convirtió en un ave. Pero, a diferencia de antes, esta vez era del tamaño de un loro adulto.

— ¿Los espíritus también necesitan dormir?

—Simplemente, le gusta hacerlo. En cualquier caso, Milis vendrá mañana…

Jill que vio a Sid-san parecer exhausto, quiso darle una palmada en la espalda…pero no logro alcanzarlo. Verlo de pie sobre la punta de sus dedos, mientras se estiraba frenéticamente lo hacía parecer lindo.

¿Qué podría hacer con él? Es tan adorable. Sin embargo, ¿Quién es Milis? Es la primera vez que escucho ese nombre.

Mientras inclinaba la cabeza, Sid-san pareció recordar algo y me llamo.

—Oh, Lily. El maestro volverá hoy para almorzar con nosotros.

¿Eh? ¡Debiste de haber dicho eso antes! ¡Ya casi es la hora del almuerzo!

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