Solo soy la hija “normal” de un duque – Capítulo 20: Un cambio y un aliado de confianza

Traducido por Lugiia

Editado por Yonile


Finalmente, me despierto del largo sueño.

—No siento que haya dormido…

Han pasado tantas cosas. Bajando mi mirada, veo a Sui durmiendo y… Un niño parecido a Hal.

—¿Hal…?

—¿Eh? Rosarin, ¿te encogiste?

—Hal, los humanos no se encogen a pesar de que crezcan.

Bueno, los ancianos se encogen de una forma u otra, pero todavía soy joven. Este cabeza hueca por naturaleza, definitivamente es Hal.

—Felicitaciones por tu crecimiento, Hal—le dice Sui, despertándose.

—¿Eh? ¡En serio! ¡Qué genial!

Hal, corriendo al espejo, está muy feliz por su crecimiento. Pasó de ser del tamaño de la palma de mi mano a casi ser del mismo tamaño que yo. Al parecer, los espíritus que dan su protección crecen más rápido bajo la influencia del poder mágico del humano.

Usó mi poder mágico durante el sueño, así que probablemente su crecimiento se debe a eso.

—Rosarin, tu pronunciación parece haber mejorado. Además, cambiaste físicamente.

—¿Perdón?

Corro hacia el espejo y miro mi reflejo. Mi cabello, que era azul con plateado, ahora está mezclado con negro. Al parecer, el negro también se fusionó con mis ojos, ya que el color amatista se profundizó.

La dificultad que tenía para hablar desapareció y mi pronunciación se hizo más fácil. ¿Es porque me he convertido finalmente en Rosarin?

—Hmm… Me gustaba bastante el color de Rosalia…

—El color actual le sienta bien también, señorita.

—¡¿Ehhhh?!

—Parece que has podido reunirte con Rosalia, señorita.

Martha sonríe dulcemente.

¡No sentí su presencia! ¡¡Tampoco oí que llamaran a la puerta!!

Martha, ¿quién eres?

No, ¿qué eres? ¡¿Una ninja?!

Dejando de lado por ahora si lo es o no, tengo una petición que hacerle.

—Martha, quiero solicitarte algo. Me gustaría hablar contigo, con mis padres y con Arc antes del trabajo…

—Humildemente, seguiré sus órdenes —diciendo eso, me alista con rapidez y sale de la habitación.

Cuando doy el permiso para entrar después de oír que tocan la puerta, entra mi padre… cargando a mi madre.

Eso es algo nuevo.

Martha los sigue, agarrando a Arc, que está atado con una cuerda.

Decido no prestarle atención a eso. ¿No estás trabajando demasiado rápido, Martha?

La persona atada… no, Arc, comienza a hablar.

—Señorita, ¿por qué nos reúnes?

—Espera un momento.

Lanzo una barrera de luz alrededor de la habitación con magia de viento. Se ha convertido en mi especialidad después de practicarla cada noche contra el espíritu de oscuridad. Pero esta vez, el sonido no pasará al exterior.

—Eh… Es porque ustedes son los adultos en los que confío desde el fondo de mi corazón.

—Señorita…

Martha, están cayendo lágrimas por tus mejillas. Está bien ser feliz, pero ¿no sufrirá Arc si aprietas la cuerda aún más? Me gustaría que dejaras de torturar a la gente delante de los niños.

¿La razón por la que Arc no se queja de estar atado, es porque se ha rendido? ¿O descubrió un nuevo fetiche? Rezo para que no sea lo último.

—Hmm. Escuchémoslo.

Mi padre también ignora por completo la situación de Arc. Te entiendo…

Les cuento sobre mi reunión con Rosalia y la guerra que se supone que sucederá cuando cumplamos 18 años. Por esa razón, para evitar que suceda, les pido que reúnan información. Además, también les pido que localicen a las personas que se supone que estarán involucradas en la guerra.

—Entiendo. Estaré atento —dice mi padre, asintiendo con rapidez. Recopilar información, aparentemente, está dentro de su rango de deberes.

—También trataré de reunir información durante las fiestas de té. ¡Déjamelo a mí! ¡Tu madre trabajará duro!

Ella es tan linda… Más bien, por favor, no te excedas. Le pido que se ocupe primero de su condición física. Ya que está feliz de que alguien confíe en ella, está muy motivada.

—Investigaré también.

Aunque tu voz es la de un hombre muy apuesto, tu apariencia atada sugiere lo contrario, Arc. Muchas gracias de todas formas.

—Señorita.

—¿Sí?

¿Eh? ¿Qué está haciendo Martha…?

—La petición de la señorita, la lograré incluso a costa de mi vida. Por favor, déjemelo a mí, el “Diablo Rojo” que se dice que trae la desesperación al Gremio de Aventureros.

¿Quién es nuestra Martha? Está diciendo algunas cosas peligrosas. Tengo curiosidad, pero tengo que pedirle que se detenga.

—Gracias, Martha. Pero, odiaría que te hirieran o incluso que murieras. Si es a cambio de tu vida, entonces no necesito ninguna información.

—¡¡Señorita…!!

Superada por sus emociones, me abraza con fuerza.

—No hagas nada irrazonable, ¿de acuerdo? Prométeme eso al menos, Martha.

—Sí, usando toda mi habilidad, estaré a la altura de sus expectativas, señorita.

S-Suena como una persona digna de confianza, pero… ¿Estará bien? Mientras estoy completamente preocupada por si hará algo irrazonable, la charla llega a su fin.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido