Sustituta vs Príncipe – Capítulo 8

Traducido por Nidhogg

Editado por Ayanami

Corregido por YukiroSaori


Me escoltaron hasta la torre más alta del palacio real. Me obligaron a subir un largo tramo de escaleras hasta que llegamos a una pequeña celda justo debajo del techo. Entonces, me sentaron con las manos atadas detrás de mí.

El capitán me miró y comenzó con su interrogatorio.

—Responde honestamente a lo que te voy a preguntar. Si mientes, tu culpa será aún mayor.

Repentinamente, mi estatus de “posible novia” se convirtió en el de “posible condenada”. Me sentí mal por mi padre. La razón del crimen, él cómo conseguí un poco de Ruda, la forma en que lo agregué al vino, por qué cambié de idea justo antes de que el príncipe lo bebiera, fueron solo algunas de las muchas preguntas que me hicieron, algunas veces amablemente, otras, amenazadoramente.

—Nunca he pensado en asesinar a su alteza… normalmente cultivo Ruda en mi jardín, pero siempre se mantiene bajo estricta vigilancia. No lo puse en el vino. No cambié de idea, solo tomé la copa para salvar su vida. No planifiqué nada…

Ni una sola pregunta, ni siquiera la más tramposa, podría hacer que admitiera el crimen. Les dije que se enfocaran en la señorita Cecille si lo que querían era encontrar al verdadero culpable.

—¿De verdad estás acusando a otra señorita? —El capitán probablemente no me creía, pero aun así envió a un subordinado a investigar.

Me sentí un poco aliviada. Me miró desconcertado al ver que apreciaba que mi petición no fuera ignorada.

Las horas pasaron y perdí la noción del tiempo.

Incluso si no pusieron un solo dedo en mí, mis brazos dolían y me sentía agarrotada al estar sentada por tantas horas. Hasta mi voz, lentamente, se volvió ronca después de todas esas preguntas… entonces, finalmente, me desataron.

—Eres realmente obstinada. No estás intentando adularme o dar lástima. Incluso me agradeciste…

Mientras miraba fijamente el rostro gentil del capitán, de repente recordé que ya lo había visto en algún sitio. Era el caballero del jardín. Al igual que los Caballeros Reales, los nobles de alto rango son escogidos para servir a su alteza. Estaba sorprendida del lenguaje vulgar que usaba, pensando que su rango es mayor que el mío, la hija de un barón, sin embargo, permanecí impasible para mantener mis buenos modales en esta pacífica situación.

—No puede acusarme, porque no tengo culpa. Tarde o temprano, comprenderá que interrogar a un inocente es una pérdida de tiempo.

—¿Puedes esperar solo un día?

—Tan pronto como pueda, por favor. No puedo soportar esta situación por más tiempo…

Él sonrió y me lanzó una pequeña cobija desde una esquina de la celda.

—Debo confesar, no creo que seas la culpable. Trata de dormir ahora. Mañana será un largo día.

—Le agradezco por sus amables palabras.

Me respondió de manera irónica y se marchó, cerrando la puerta con un candado oxidado.

Solo había una pequeña ventana con barrotes y el suelo parecía estar muy lejos de mi. De inmediato, descarté cualquier oportunidad de romper la robusta puerta, así que solo me derrumbé en el suelo, sobre la pequeña manta.

Oh, Dios, mis brazos duelen tanto y el duro suelo no ayuda en absoluto. 

Recuperé un pequeño marcapáginas que había escondido en un pliegue de mi vestido, cerca de mi pecho.

Como ya habían encontrado la Ruda en mi bolsillo, los caballeros no continuaron revisando. No encontraron esto, porque ellos estaban buscando “armas”.

Mi habitación debe ser un desastre en estos momentos, pensé.

Extraño mi hermoso sombrero, pero al menos estoy feliz de tener esto.

Dentro del marcapáginas, coloqué la flor de Lirott que su alteza me regaló. Como no quería perderla, la puse dentro, y dejé que se secara para conservarla. Los pétalos habían perdido su color, pero mi corazón y mi memoria los mantienen azules.

Al final, él no me miró… Recuerdo como su mirada no se encontró con la mía. Abracé el marcador cerca de mi pecho herido. Cerré mis ojos y me sentí aliviada, como si estuviera transfiriendo calidez a mi corazón.

—resa, Theresa ¡Hey! ¡Theresa!

—No, soy Anes… ¡Espera, ¿eres realmente tú, Peko?!

Aún medio dormida, me desperté, levanté mi cabeza y… entonces vi a la chica con cabello negro sosteniéndose de las barras de mí ventana… ¡Desde afuera!

Era consciente de la gran altura de la torre. No había ninguna saliente para apoyar los pies, y si caías, seguramente morirías. Peko estaba parada allí, como si estuviera de pie en algo que no podía ver, sujetando los barrotes con una mano, estaba mirando al interior con su cara apretada entre los tubos de hierro… ¡Era mejor no decirle que sus mejillas lucían muy raras de ese modo!

—¡¿Qué estás haciendo aquí, Peko?! ¡Es peligroso!

—No te preocupes. Estoy con un Protector. Estoy aquí porque escuché todo… Lo siento mucho…

Bajo sus ojos negros que me reconfortaban con su compasión, casi estallé en lágrimas. No quería ser una preocupación para una chica más joven que yo…

—No te preocupes por mí —le sonreí, sacudiendo mi cabeza—. No sé qué te dijeron, pero no soy culpable…

—¡Por supuesto que no lo eres! ¡Te voy a matar si piensas que he tenido dudas al respecto!

—Eres un monstruo, Peko. Si te dijera que tuve dudas, pasaría un mal rato… —Encontré algo de fuerza para bromear.

—¡Puedo juzgar a las personas! Si no creyera en tí, ¿cómo podría pretender ser tu amiga?

Era tan adorable verla enojada. Era realmente difícil para mí no empezar a llorar.

—¡No te alteres tanto, heroína, podrías caer!

—¡Deja de jugar con mi escote! ¿Por qué no puedes comportarte? —Peko regañó a su Protector.

La bestia junto a ella, con hermosas plumas doradas, debía ser su “Protector”. Era tan respetuoso y tímido…

—Me hubiera encantado tener una conversación calmada contigo, pero mi amigo aquí es demasiado visible, debo apresurarme… ¿Puedes resumirme lo que sucedió? ¡También haré una investigación!

—¿Lo harás? Ya se lo he pedido al Capitán…

—Al Capitán Jack, ¿verdad? Nos dijo que se necesita una investigación en profundidad. El veneno era demasiado débil como para matar a alguien, y el intento de asesinato fue demasiado torpe para hacerte ver como una heroína al salvar al príncipe. Sin embargo, ahora mismo eres la principal sospechosa. La principal razón de que estés aquí es que tuvieras el polvo de Ruda en tu vestido. También admitiste que la cultivabas en tu tierra natal. Las pistas son malas, pero no podemos encontrar otro rastro. ¿Puedes decirme algo en particular que hayas notado?

Le dije exactamente las mismas palabras que le había dicho al capitán.

Después de algunas preguntas, ella me sonrió y estiró un brazo entre los barrotes.

—De acuerdo, ¡creo que sé dónde investigar ahora! ¡Dame tu meñique!

—N-No puedo darte mi meñique…

—¡No, no! ¿Qué fue lo que entendiste? ¡Solo quiero hacerte una promesa!

Cruzamos nuestros meñiques como ella me pidió.

Pronunció algunas extrañas fórmulas mágicas, entonces, de repente, quitó su meñique.

—¡Cortar! ¡Ahora que corté mi meñique, tendré que tragar mil agujas si rompo mi promesa! No te preocupes, Theresa. Saldrás pronto, sin lugar a dudas. ¡Limpiaré cualquier sospecha de asesinato en tu contra, como si soplara una ligera pluma de Rionos!

Los ojos de Peko eran negros, pero no demasiado oscuros. Brillaban como si estuvieran habitados por las estrellas de los rinocerontes que guían cada amanecer. Tiene una mirada tan fuerte, que puede vencer la oscuridad…

—Gra…gracias por creer en mí… —No me di cuenta de que mi voz temblaba… su afecto me hizo estremecer.

Cada vez que ella o su alteza me llamaban “Theresa”, mi corazón se rompía bajo esta máscara falsa.

Soy Anessa. Vine al palacio real solo para remplazar a mi hermana, quien se escapó por amor. Soy una mujer que nunca hubiera tenido el derecho de poner un pie en este lugar, ni de ser una de las posibles novias.

Me duele usar esta máscara… el corazón debajo de esta máscara duele aún más, está en ruinas porque le gustaría decir la verdad y volver a casa.

—¡Espérame, volveré por ti lo más pronto posible!

Peko agitó su mano, y su cabeza lentamente desapareció. Preocupada, intenté mirar por la ventana. El sonido de las alas de su Protector rompió el silencio de la noche. Un viento dorado puro sopló y entonces, la heroína y la bestia sagrada se habían marchado.

Fue un largo día encerrada en esa celda.

♦ ♦ ♦

El capitán que me interrogó el día anterior solo me preguntó algo más por la mañana antes de seguir leyendo algunos libros. Parece que solo él estaba vigilando mi puerta, ya que no he visto a nadie más alrededor.

—¿No hay más preguntas para mí?

—Sí. ¿Lo hiciste?

—No. No lo hice.

—¿En serio? Todos dicen que son inocentes. Pero todo estará claro pronto. La Orden de los Caballeros es realmente buena encontrando pruebas. Un caballero ejemplar no lee libros mientras vigila —me dijo al darse cuenta que lo estaba mirando sin estar convencida—. El barón Dalton fue arrestado.

—¿M-Mi padre?

—Tenía bálsamo de Ruda consigo.

—¡Es mío! ¡Yo se lo dí!

—No me importa de quién es ese bálsamo. Fue un intento de asesinato contra Su Alteza. Es más razonable encontrar otras pistas y otros cómplices que pensar que una mujer pudiera haberlo planeado todo por sí misma. Aunque todavía no hemos descubierto nada.

Arrestaron a mi padre. Mi casa nunca había estado envuelta en enredos políticos antes, aparte de mí haciéndome pasar por mi hermana. No quería imaginar cuán grave era el delito de hacerse pasar por alguien más.

Fui yo quien aceptó la propuesta de mi padre. Solo espero que no se vea involucrado si me encuentran culpable.

—Están buscando en mi habitación también ¿verdad?

—Por supuesto, desde el algodón en el interior de los almohadones hasta cada página de cada libro.

—T-Tengo que pedirle un favor. Hay un sombrero color crema en mi habitación. ¿Puede simplemente decirles que no lo arruinen?

—Ah, ese. —Por alguna razón, sonrió—. ¿El sombrero tiene algo que ver con esta situación?

—¡No! E-Es solo algo importante para mí. Me hace recordar a alguien…

—Está bien, les diré.

♦ ♦ ♦

Incluso al día siguiente fue lo mismo. Me hicieron las usuales preguntas formales y luego tomé prestada una revista que el capitán ya había leído. ¿“Lugares donde encontrar mujeres hermosas”?

—No le digas a Su Alteza que es mía.

Le prometí que no diría nada y él me respondió con una sonrisa.

—Hoy es el segundo día, parece que he ganado la apuesta. —Entonces, me dijo algo que no pude entender—. Está bien que me hagas ganar dinero, pero deberías aprender a leer los sentimientos de un hombre.

—No sé nada acerca de tu apuesta, pero ¿cómo está?

—Él está bien. Está ocupado preparando la fase final de la selección de su novia. Habría tenido que participar en un baile en grupo, pero se ha pospuesto debido a toda esta situación. Hará todo el último día.

—¿Todo en un solo día? Pero no habrá tiempo suficiente para bailar con todas las señoritas…

—Bueno, eso no es un problema. Él no quiere bailar con todas ellas.

Es verdad. A nadie le gustaría bailar con más de cien personas.

Aún estaba reflexionando acerca de lo que me dijo cuándo presionó.

—¿Alguien te ha dicho que eres lenta para entender las cosas?

—Nadie en particular… ¡Ah! Solo una vez. Me lo dijo su alteza en persona.

—¿Oh, en serio? Bueno, esperemos que la pasión del joven logre hacer el truco. Sea inteligente, mi señora, y podría ser quien escuche el canto de los pájaros cada mañana…

Bajé mi cabeza, no entendí si esto debía animarme o no. Escucho los pájaros cantar cada mañana desde aquí también…

Ayanami
Anessa no dejas de sorprenderme…

♦ ♦ ♦

Durante el tercer día de detención escuche que habían liberado a mi padre al no haber encontrado nada sospechoso. Juzgaron a mi familia de ser completamente inconsciente de lo que ha sucedido. Me sentí aliviada…

El cuarto día pasó sin ningún progreso, lo pasé leyendo una novela de romance para damas que el capitán me dio con una sonrisa.

—Deberías estudiar esto…

Entonces, durante el sexto día, todo cambió.

A primera hora de la mañana, el Capitán corrió jadeando hacia mí:

—¡Atraparon a Cecille Ruff Galaner! Ella tenía un poco de polvo de Ruda…

Después de decir eso, se fue rápido. Pasé toda la mañana dando vueltas alrededor de mi celda, llena de agitación.

Era mediodía cuando el Capitán regresó.

—¡Buenas noticias, señorita! ¡La señorita Galaner ha confesado el crimen!

—¿La señorita Cecille…? ¿Pero cómo?

—Estábamos siguiéndola de cerca. Reforzamos la vigilancia, diciéndole que necesitaba más protección contra posibles asesinos, y colocamos muchos caballeros, tanto dentro como fuera del palacio. Luego, una noche, trató de colarse en el jardín y colocar un pequeño frasco de Ruda en su habitación. No pudo evitar ser vista por nuestros caballeros, después de todo, estaban en todas partes. Ella pensó que podría acusarte, pero estábamos esperando un movimiento como este y…

—¿En mi habitación?

—¡No te preocupes, lo vigilamos desde todos los lados!

—Pero…

Si ella fue declarada culpable solo porque tenía algo de Ruda con ella, no era muy diferente de mi situación.

No pude ocultar mi ansiedad, pero el Capitán me sonrió.

—¿Cómo puede defenderse, cuando la heroína misma, con su bestia sagrada investigó la escena del crimen?

Así que fue Peko. No sólo el Capitán y sus Caballeros estaban tratando de encontrar una solución, sino que había muchas otras personas involucradas.

—¡Muchas gracias…! No sé cómo puedo pagarle a la heroína, a usted, a los caballeros…

—Bueno, soy el caballero personal de su alteza. Puedes darle las gracias directamente. No estuve de acuerdo con él cuando decidió usarme para protegerte. Está tan preocupado por todos… si solo tuviera alas para moverse más rápido… él es realmente afortunado de tener a su cuñada siempre a su lado. Así que no olvides que había otra persona dedicada a tu caso.

—¿Q-Quiere decir…? ¿Quiere decir que su alteza dio una mano para resolver esta situación?

—Sí, lo hizo. Fue él quien sugirió enfocarse primero en investigar a otros sospechosos. Esa es la razón por la que pusimos a todos esos caballeros para custodiarla, con la excusa de proteger su vida. Prácticamente, estaba aislada. Ha sido un interrogatorio muy inteligente, enmascarado como un favor para ella. La señorita Cecille se ponía más nerviosa con cada día que pasaba, hasta el punto de que se nos ordenó prestarle especial atención porque pensó que haría un movimiento equivocado pronto. Finalmente, tuvo un colapso, después de darse cuenta de que el interés del príncipe por ella era, de hecho, por ser sospechosa. Es por eso que decidió poner todo en la línea y colocar falsa evidencia en su habitación. Pero tan pronto como lo intentó… fue atrapada por los príncipes… no, me refiero a la futura esposa de Su Majestad, Peko. ¡Nadie podría imaginar que el peligro habría venido del cielo!

—Pero ¿por qué…? No puedo entender por qué la señorita Cecille se había arriesgado tanto para culparme.

—Bueno, supongo que fue por celos. Una mujer puede obsesionarse por eso.

—Pero ¿por qué ha usado Ruda entre cientos de plantas venenosas?

—Bueno…eso. ¡Debe ser tu culpa! ¿Recuerdas cuando hablabas de lo poderoso que es el bálsamo Ruda, mientras te presentaste a nosotros? Debe haber estado muy celosa de la amistad entre usted y Su Alteza y, probablemente, también lo recordó. Debe tener más cuidado de no jactarse demasiado, acerca de sus habilidades de jardinería.

Estaba mortificada. Lo entiendo, pero no podía resistir hablar de mi amado jardín y sus plantas. Entonces, me di cuenta de lo tedioso que debía ser, hablándole al príncipe también, así que desvié la vista con una cara preocupada del capitán.

Un momento después de que el capitán se había marchado, Peko llegó. Apareció mostrando su dedo meñique, con una tierna sonrisa.

—¡Aquí estoy! ¡He venido tan pronto como lo he prometido!

—¡Peko……! —La abracé con lágrimas en los ojos—. ¡Gracias…! ¡Me salvaste…! ¿Está todo bien? Espero que no tengas que hacer nada peligroso por mí…

—¡Je, Je, nada comparado con mi cruzada contra el Rey Demonio…!

—¡No puedes compararlo! Pero estoy tan feliz de verte sana y salva… gracias de nuevo. Realmente no sé cómo pagarte…

—No te preocupes, hice lo que tenía que hacer. —Peko sonrió tiernamente—. Pero lamento haber llegado tarde. Debemos salir corriendo. ¡Mañana se celebra el gran baile formal! ¿Crees que puedas prepararte a tiempo?

Ella me dijo que podía prestarme uno de sus vestidos, pero me alejé moviendo la cabeza.

—No voy a ir al gran baile formal

—¿Por qué? No te preocupes, todo el mundo sabe que eres inocente. ¡Lo puedo repetir mañana si lo deseas!

—He oído que investigaron a mi familia cuando mi padre fue arrestado. Lo sabes, ¿verdad? No soy Theresa, la que fue enviada como pretendiente del segundo príncipe. Soy la hermana de Theresa y mi nombre es Anessa. Vine como un chivo expiatorio al palacio. Vine aquí actuando como ella. Me disculpo por haberte engañado. Usé un nombre falso y me acerqué de manera inadecuada. Hice este plan y convencí a mi padre y a mi familia de seguirlo. Estoy lista para recibir cualquier castigo que merezca, pero por favor, perdone a todos los demás…

—¿Algún castigo dices? —dijo con una voz tenaz y amenazadora.

—Sí.

Cerré los ojos, esperando que ella me golpeara pero, de repente, sentí una mano acariciando mis mejillas.

—¡Ah…!

—¡Tonta! ¿Qué significan esas palabras? ¡No sólo estás distraída, sino que no me escuchaste, en absoluto! ¿No te dije que puedo juzgar a la gente fácilmente? No me importa tu nombre. Yo también habría sido tu amiga si fueras “Elizabeth” o “Pochomkin”. No te has convertido en mi amiga solo porque soy una heroína, ¿verdad?”

—¡N-Nooo…! —Me quitó las manos de las mejillas y finalmente, encontré el coraje de mirar su brillante rostro rojo—. ¡No, no! ¡Por supuesto que no! ¡Quería ser tu amiga porque me caes bien!

—¿Y crees que tengo razón al ver nuestra amistad de la misma manera?

—Sí es usted…

—¡ABSOLUTAMENTE CIERTO! —Peko irradiaba felicidad.

Era obvio. Soy una tonta. Me sentí tan aliviada y mi tensión desapareció frente a su sincera sonrisa.

—Olvidemos su castigo por ahora. No nos involucremos en la cosa perteneciente a la política, no soy experta en eso. Vamos al gran baile formal, ¿sí? Solo unos pocos conocemos tu verdadera identidad…

—Ese no es el verdadero problema. No puedo cometer otro crimen. Ni siquiera tengo la edad adecuada para ser la novia de Su Alteza. Sería mejor para mí salir del palacio cuanto antes…

—¿Recuerdas lo que la reina dijo?

—Entre las muchas pretendientes de varias edades y filas sociales, seguramente habrá alguien a quien el príncipe le gusté…—respondí con confianza, recuerdo muy bien ese discurso.

Peko sonrió y me dijo:

—Eh, ¿podrías dejar un zapato aquí?

—Ok, si quieres… —Todavía me preguntaba sobre las palabras anteriores, mientras empezaba a desatar mis zapatos sin notar…

—No tienes esperanza, Anessa. Tienes más sueño que la Bella Durmiente… —Peko suspiró.

Bajamos de la torre. Peko me dijo que lord Dalton estaba fuera del palacio real. Su Majestad le dijo que esperara, ya que estaba planeando volver a casa conmigo.

—¿Vas a volver a casa sin despedirte de Su Alteza Ikuta…?

—Yo… me siento muy avergonzada. Ni siquiera estará dispuesto a verme, la mujer que lo engañó…

—No me respondiste. Sé que a él le gustaría verte…

La heroína no conoce el miedo, yo no podía mantener su mirada inquisitiva.

Me convertí en su amiga sólo porque pensaba que yo era Theresa.

Incluso si supiera que él nunca me hubiera elegido, lo engañé. Su mirada, sus palabras, la flor de Lirott que me dio… todo estaba dirigido a mi hermana.

—No quiero verlo. Me siento muy avergonzada de mi comportamiento irreflexivo. Tengo una conciencia culpable. También tengo mucho miedo. No puedo ver a su alteza mirándome con disgusto, me siento mal…

Peko escuchó mi cobarde confesión en silencio

—No puedo convencerte de que te quedes, ¿eh? —suspiró. Me dio unas palmaditas en el hombro y salió corriendo—. Voy a llamar al capitán.

Mi padre le tenía un temor reverencial a la heroína, así que me esperó dentro del carruaje de la Orden Real. Un caballero fue instruido a escoltarnos a casa, para evitar cualquier intento de escape.

4 respuestas a “Sustituta vs Príncipe – Capítulo 8”

  1. Oh raiox príncipe Ikuta tendrá q ser más específico cuando vaya x Anessa o seguirá sin entender 😅😅😅
    Gracias por la droga 😆😆😆

Responder a Resa Rin Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido