¡Vamos a romper este compromiso! – Capítulo 43: Mi hermano regresa a casa (4)

Traducido por Kavaalin

Editado por Nemoné


El joven Alex, Sana y yo partimos al rescate de mi hermano. De acuerdo con el joven Alex, mi hermano se había quedado luchando junto a otros dos caballeros.

—Están con el comandante, así que no creo que les vaya a pasar nada malo. —dijo ansioso el joven Alex.

Probablemente estén bien, ya que me es imposible imaginar que mi hermano fuera derrotado. Lo más seguro es que este se esté encargando de protegerlos.

Nos apresuramos en llegar hasta ellos. Además, Sana lucía inusualmente ansiosa.

—Ya casi llegamos… ¡Oh! ¡Es por allí!

Al mirar en la dirección que apuntaba el joven Alex, pudimos ver una horda de monstruos. La cantidad era… era hasta problemático contarlos. Tal cantidad de monstruos aparecía muy raramente.

Mientras pensaba en eso, fijé mi mirada en el frente y… ¡allí estaban! Parecía que estaban luchando contra un precipicio. La situación no lucía nada bien, los dos caballeros que acompañaban a mi hermano parecían estar heridos. Mi hermano mataba monstruos mientras trataba de protegerlos, pero con esa cantidad no creía que hiciera mucho progreso. Tal vez si estuviera solo…

— ¡Joven Ricardo! —Sana gritó preocupada el nombre de mi hermano.

pesar de la gran distancia que nos separaba, él parecía estar mirando a Sana. No, eso no era posible. Es imposible que su voz le llegara a través de todo el ruido de los monstruos. Y, sin embargo, parecía estar mirando en nuestra dirección.

Incluso ahora, Sana parecía lista para lanzarse a luchar, pero parecía estarse conteniendo en espera de mis órdenes. Perdón, te hice esperar porque tenía dudas sobre la capacidad auditiva de mi hermano.

—Sana, lo siento por hacerte esperar. Vamos, ayudemos a mi hermano. Joven Alex, ahora nos abalanzaremos contra los monstruos, pero no tiene nada de lo que preocuparse. Nosotras estamos acostumbradas a luchar.

Dicho eso, Sana y yo saltamos de los caballos hacia una turba de monstruos. Trataríamos de atraer la atención de los monstruos hacia nosotras.

— ¡¡Aaaaaah!! —Dejé salir un grito que nunca soltaría en un combate real. En cuanto a Sana…

—Fufufu, aún les queda mucho que aprender… ¡si piensan que pueden hacerle frente a la señorita Lilina o al joven Ricardo! ¡Arrepiéntanse y mueran!

Sana empuñaba su látigo favorito mientras decía eso. Me pareció ver que los monstruos se alejaban aterrorizados de ella. Pero quizás sólo fuera mi imaginación, ¿verdad?

Parecía que los monstruos alrededor de mi hermano habían disminuido desde nuestra llegada. Llamé al joven Alex.

— ¡Joven Alex! ¡Ahora es su oportunidad! ¡Corra hasta donde se encuentra mi hermano y atienda a los heridos!

Al escuchar mis palabras, el joven Alex se apresuró en llegar al lado de mi hermano. Sana y yo luchamos con mayor vigor para distraer aún más a los monstruos y que así estos no fijaran su atención en el joven Alex. Sobre todo, Sana estaba dando lo mejor de sí.

—Idiotas impertinentes… ¡No los dejaré acercarse al joven Ricardo! Si aun así quieren intentarlo, ¡tendrá que ser sobre mi cadáver! ¡Ojojojo!

La personalidad de Sana se había retorcido… ¿Dónde había aprendido a reírse así? Ahora sentía más miedo de ella que de los monstruos.

Miré en dirección de mi hermano para ver cómo estaba… Parecía que el joven Alex había logrado reunirse con él y ahora se encontraba tratando a los heridos. Entonces, ¡encarguémonos de derrotar a estos monstruos!

Caminaba en dirección a mi hermano mientras mataba monstruos, uno tras otro. Sana también hacía lo mismo.

— ¡Kueeck!

En ese momento escuchamos un chillido. Miramos sorprendidos a nuestros alrededores para descubrir al monstruo del que profería el grito.

— ¡Kueeck!

Cuando se escuchó de nuevo el graznido, Sana exclamó ¡oh! mientras apuntaba con la mano. Al seguir la dirección a la que indicaba, vi… ¿algo caer desde lo alto de la muralla montañosa? No, no caía, ¡descendía en picada! Sana y yo gritamos al unísono.

— ¡Hermano! ¡Arriba!

— ¡Joven Ricardo! ¡Cuidado!

Para el momento en que mi hermano escuchó nuestros gritos, el monstruo ya se encontraba encima de ellos. Haciendo uso de su sexto sentido para detectar el peligro, mi hermano se dio vuelta para cubrir al joven Alex y a los otros dos caballeros. El gran monstruo ave ensartó su gran pico en la espalda de mi hermano.

— ¡Aah!

Sana dejó escapar un pequeño chillido. No importaba cuán fuerte fuera mi hermano, lo que había hecho seguía siendo peligroso.

Sana y yo nos apresuramos en llegar hasta donde mi hermano. Sin embargo, el gran número de monstruos no nos permitía avanzar tanto como queríamos. Sana había comenzado a impacientarse, lo que causaba que su precisión con el látigo disminuyera.

— ¡Sana, si se trata de mi hermano, estoy segura de que estará bien! ¡Por favor, cálmate!

Se lo decía tanto a Sana como a mí misma. Yo misma estaba tan preocupada que mi precisión también había disminuido.

Sana se calmó un poco al escuchar mis palabras, pero seguía sin recobrar su compostura usual. Mientras pensaba que comenzaríamos a vernos en problemas, escuché una voz.

— ¡Señorita Lilina!

— ¡Lilina!

Cuando miré en la dirección de la que provenían las voces… ¡vi a Thomas y al joven Allen! Dos los se acercaban rápidamente a caballo.

— ¿Se encuentra bien, señorita Lilina? —preguntó el joven Allen preocupado. Por supuesto, lo hizo mientras ambos luchaban contra monstruos.

—Sana y yo estamos bien. Sin embargo, mi hermano se encuentra en peligro porque trata de luchar mientras protege a sus subordinados. Y el número de monstruos es tanto que no nos han permitido acercarnos.

Ambos miraron en dirección a mi hermano después de escuchar mis palabras. Al parecer, ellos también creían que la situación era mala al ver el estado en el que se encontraba mi hermano.

—Lilina, ahora nosotros también estamos aquí. Nos aseguraremos de salvar al joven Ricardo, así que no pongas esa cara.

Thomas me miró preocupado. Parece ser que lucía más ansiosa de lo que pensaba. Pero era cierto, ahora que ellos estaban aquí, ¡estaba segura de que saldríamos de esta!


Kavaalin
No sé si todos tengan una imaginación tan vívida como la mía, pero esa risa villanesca de Sana se escuchó divina en mi mente.

2 respuestas a “¡Vamos a romper este compromiso! – Capítulo 43: Mi hermano regresa a casa (4)”

  1. Jajajaja siii, esa risa de Sana fue lo mejor! Pero me estoy preocupando 😱 ¿qué habrá pasado para que haya tantos monstruos atacando y así a Ricardo? Al menos espero que esto les de una oportunidad a Ricardo de ver lo tonto que es y ha sido siempre al no mirar a Sana para algo más u.u
    Muuuucha gracias por actualizar!! ,❤️❤️❤️❤️

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido