Vida en prisión de la villana – Capítulo 28: El hermano menor escucha un hecho que había olvidado de su hermana mayor

Traducido por Den

Editado por Sharon


La fría luz del sol que brillaba indicaba que era hora de concluir con la gran alegría de la tarde. Dentro del calabozo de Rachel, los barrotes de hierro estaban atrapados entre un par de escritorios.

Hoy era la primera vez en mucho tiempo que Alexandra tenía tiempo libre, así que fue rápidamente a la mazmorra a visitarla. Las chicas no se habían visto desde que aplastaron juntas a George, por lo que Rachel se encontró con su amiga con una gran sonrisa.

—Entonces, ¿George demostrará ser útil?

Divirtiéndose agitando un poco su taza para disfrutar del aroma del té, Rachel se rio dulcemente.

—Fufu, estaré preocupada si no lo hace.

Alexandra arqueó las cejas mientras las comisuras de sus labios se curvaban.

—Ese chico se ve tan presumido en sus informes, pero siempre tropieza al final, ¿hay algún trabajo que le confiarías? No firmes ningún documento hasta que lo haya firmado.

—Sí, entiendo a qué te refieres. Es tan vanidoso cada vez que me trae su trabajo, sin embargo, siempre hay algo que pasa por alto… Bueno, esa parte de él es linda.

—Jaja, ¿puedes volver a decir eso?

Ambas se rieron sobre el tema de su prometido/hermano menor, respectivamente, antes de llamar a un chico que estaba de pie junto a Alexandra.

—Por cierto George, estas hojas de té fueron cocidas durante mucho tiempo. ¿No deberías haberlas sacado un minuto antes? ¿Leíste mi explicación correctamente?

—Las mías eran igual de toscas, no le servirías esto a un cliente, ¿verdad? Si ni siquiera puedes preparar una taza de té apropiada, puedes besar cualquier esperanza que tengas de convertirte en diplomático.

—Lo siento…

La fiesta de té de hoy consistía en dos chicas. Y un camarero.

Si vas a hablar mal de alguien a sus espaldas, deberías hacerlo en frente de ellos, era la política con la que vivían estas dos chicas.

 ♦ ♦ ♦

Mientras George estaba pidiendo que alguien lo reemplazara, Alexandra recordó que había algo que necesitaba decirle a Rachel.

—Hablando de eso, Rachel, el otro día escuché algo de George…

—¿Qué?

Rachel inclinó la cabeza ligeramente hacia un lado mientras su futura cuñada se encogía de hombros.

—Ese chico, aparentemente no podía diferenciarnos cuando era pequeño.

—¿De verdad…?

Con los ojos bien abiertos por la sorpresa, Rachel miró a la cara de su hermano.

George comenzó a retorcerse incómodo cuando le mencionaron a su hermana un tema que realmente no quería tocar.

No quería enfadarla por ese asunto, así que intentó rehuir su mirada concentrándose en preparar el té… Pero cuando fue a reemplazar el té que había hecho, la mirada de Rachel sólo se había intensificado.

George fue derrotado por su persistencia y asintió a regañadientes.

—Así es…

—¿En serio? ¿Por qué?

—Porque no estaba preparado cuando era pequeño… y ambas eran muy similares, hacían cosas parecidas.

—George, Alexandra tiene pelo rubio mientras que yo marrón oscuro.

—Bueno, sí, pero…

—Ambos compartíamos mesa y comíamos juntos mientras que ocasionalmente invitábamos a Alexandra, ¿sabes?

—Cuando lo dices así, tienes razón, pero…

—Además, Alexandra siempre usaba solo la boca para abusar de ti mientras que yo solo usaba el castigo corporal.

—¡¿Entiendes exactamente cómo funciona mi memoria?! ¡¿La razón por la que la evité?!

Después de todo, mi hermana mayor todavía tiene mal carácter. 

Al poder reconocer una vez más esa expresión desagradable, George soltó un suspiro.

Su vida ahora estaba atrapada entre su hermana mayor y su amiga Alexandra que compartía sus mismos intereses… Aunque dicen que lo que va viene… Esto es lo peor.

Un sirviente estaría verde de la envidia si pudiera estar atrapado entre un par de hermosas mujeres, pero cualquiera que dijera que estaría dispuesto a tomar su lugar, sin duda pronto estaría de acuerdo con él de que esto era lo peor.

Ah, cómo extrañaba pasar esos momentos divertidos alrededor de Margaret con Su Alteza… Es verdad. Porque ya había dicho esto… George mencionó ese otro tema con su hermana.

—Ahora que lo mencionas, hermana, mis recuerdos están un poco fragmentados…

El otro día le contó a Sykes sobre esas misteriosas escenas de su memoria. Esa historia donde Rachel le bajó los pantalones, con petardos en la mano, y no podía recordar cualquier cosa que hubiera sucedido antes o después… Incluso Alexandra retrocedió cuando escuchó eso.

—Rachel… Estoy totalmente a favor de las travesuras infantiles, pero para que se convierta en eso…

—Porque eres tú, hermana, estaba pensando que probablemente trataste algo en parte por diversión, en parte por interés…

Cuando los ojos llenos de culpa de ambos se volvieron hacia ella, Rachel gruñó con el ceño fruncido.

—¿Por qué estás hablando como si fuera una especie de historia extraña? ¡En ese momento, hubo un preámbulo!

—¿Y es…?

—¡George lo comenzó!

♦ ♦ ♦

Fue la noche antes de que Rachel le bajara los pantalones a George en ese jardín. Hasta el día siguiente, Rachel estaba resentida por una travesura que George había hecho.

—Justo cuando estaba pensando que era hora de ir a dormir, me fui a mi cama…

Pero, cuando le dio la vuelta a su ropa de dormir, saltaron cinco ranas que George había puesto.

—Porque sólo tenía cuatro años, por supuesto, entré en pánico.

Asustada por el salto, cuando se recuperó de la sorpresa y se dio cuenta de lo que había sucedido, rápidamente se metió en la cama, agarró a las ranas y las tiró a la basura.

—Rachel… Solías coger ranas con las manos desnudas…

—Ese no es el punto.

Reunió todas las ranas en un cubo de basura, colocó un libro grande encima para que ninguna pudiera saltar y escapar, y finalmente regresó a la cama.

Y luego, al día siguiente…

—Después de una buena noche de descanso, comencé a pensar cuidadosamente y supe que esta amenaza no la podía perdonar. El perpetrador necesitaba que le enseñara una lección. Se rompió la relación entre mi persona y mi futón debido al horrendo acto de terrorismo llevado a cabo para perturbar mi buena noche por un monstruo que necesitaba ser sentenciado y castigado.

—Pude haber hecho lo que dijiste, pero hermana, tu punto de ebullición es demasiado bajo…

—Rachel, siempre has odiado cuando alguien perturba tu sueño desde hace mucho tiempo…

Rachel celebró un juicio unilateral dentro de su mente sin argumentos finales. El juicio se derrumbó al instante, y Rachel formó un grupo especial de investigación, compuesto por una sola persona, y encontró a George en el jardín mirando algunos caracoles.

—Encontré al criminal diabólico que se atrevió a perturbar el sueño de otra persona jugando sin preocuparse por nada en el mundo, y cualquier vacilación que sentí, desapareció cuando mi rabia explotó.

—¡¿El punto de ebullición de mi hermana no es un poco demasiado bajo?! ¡Tus salvaguardas son más débiles que las alas de un pájaro!

—Rachel, a un niño de tres años…

—Si lo dices así, entonces yo solo tenía cuatro años. Pude sonreír porque al final todavía no había crecido.

Así que George, el principal perpetrador del terrorismo, fue atrapado, pero Rachel claramente declaró algo antes de bajarle los pantalones a George.

No hace falta decir que las ranas recibieron algunos petardos como su castigo… Pero, por supuesto, George también tenía que asumir la responsabilidad como culpable del mismo crimen que las ranas habían cometido…

—¿Verdad? Así que seguí la ley vigente desde tiempos antiguos, y como eras culpable del mismo crimen, recibiste el mismo castigo. Así que también metí mi provisión de petardos en el trasero del criminal…

—¡¿Qué tan horrible es tu forma de pensar que terminaste allí?! ¡¿No es una forma demasiado aterradora para un niño de cuatro años?!

—Rachel… ¿Qué provisión de petardos…?

—Y después pasé por muchos problemas por tratar de dar una linda explicación.

—¡¿Dónde?! ¡¿Oye, dónde?!

Rachel bebió de un trago la mitad de la taza de té que le quedaba.

—En resumen, realmente no hice nada por lo que debería sentirme culpable.

—Puede que no te sientas culpable por ello, pero cualquiera que te escuchara hablar sentiría escalofríos por lo absurdo…

Juntando sus manos mientras George refunfuñaba, Rachel miró a través de la ventana de ventilación hacia el cielo.

—Bueno, si me atrevo a decir que mi único arrepentimiento… sería que los petardos no explotaron a tiempo para George. Con las ranas fue un pop llamativo, pero George terminó con un gran… —murmuró las últimas palabras.

—¿Hermana qué estás murmurando? ¿Eh? ¡¿Qué palabras se supone que deben estar allí en lugar de ese murmullo?!

Después de respirar hondo, Rachel hizo una pose como si estuviera sumida en sus pensamientos. No parecía que fuera a dar más explicaciones sobre lo que había murmurado. Finalmente, Alexandra descansó la mejilla en su mano mientras lucía una expresión de asombro.

—Bueno, eh… Un petardo, incluso podría arrasar con una rana, supongo que sería imposible para un humano.

—Todavía era muy joven… Ese es el límite de un niño de 4 años.

Rachel se levantó de su asiento y comenzó a hurgar en una de las cajas de madera en el fondo de la celda antes de regresar con lo que había estado buscando. En sus manos había “algo” cilíndrico.

—Hoy en día puedo incluso conseguir dinamita si necesito…

—Eso… De ninguna manera… ¡¿Es real esa cosa?!

—Hmm, también me lo pregunto.

Dentro de la mazmorra, los nervios del hermano menor se destrozaron, y sus gritos resonaron en las paredes.

♦ ♦ ♦

Mientras observaba a George subir por los escalones de piedras, agotado tanto física como mentalmente, Rachel le susurró a Alexandra:

—Alexandra, George todavía tiene que darse cuenta… ¿verdad?

La amiga de la infancia de los hermanos hizo una sonrisa complicada mezclada con soledad e inquietud antes de mirar la espalda cansada de su querido prometido.

—Sí. Ese demonio sarcástico odia mostrar miedo, pero en realidad sólo está siendo atacado por su propia timidez… Aún así, no es como si George pudiera sólo aceptar y reírse de todo esto.

Rachel también miró la espalda de su hermano pequeño mientras se marchaba del calabozo.

—En otras palabras, George todavía es sólo un niño.

—Sí… Pero cuando lo dices de esa forma, ¿no es lindo?

—¿Debería obligarlo a madurar?

—¿Podrías no hacerlo? Si haces algo más que esto, ese chico podría terminar encerrado.

—¿No sería divertido? Un encierro.

—Para ti.

♦ ♦ ♦

Después de abandonar la mazmorra y llegar a tierra, George se tomó un momento para respirar hondo su libertad antes de que el guardia de la prisión se acercara con las llaves colgando de su cintura.

—¿Oh? Lo siento, no has estado viniendo últimamente. ¿También está Su Alteza?

—¿Eh? No, estoy acompañando a alguien más… La amiga íntima de mi hermana vino a visitarnos.

—¡Ah, ya veo! ¡Bien…!

George agarró al guardia de la prisión por el cuello de la camisa cuando intentó darse la vuelta y marcharse como si fuera normal.

—¿Oye, no viniste a inspeccionar la mazmorra? ¡¿Por qué de repente hiciste un giro de 180º?!

—¡Por favor, suélteme! ¡Si la señorita y una amiga íntima suya están juntas, definitivamente no está sucediendo nada bueno!

—Estoy completamente de acuerdo contigo, ¡pero es tu trabajo como vigilante comprobarlo! ¡Eso es por lo que te pagan!

—¡Si la señorita me atrapa, entonces no importará cuánto me paguen!

—¡Eso es perfectamente comprensible, pero es injusto que sea el único a quien destrocen sus nervios! ¡También puedes jugar con mi hermana!

—¡Nooooo!

Ambos hombres siguieron forcejeando hasta que Alexandra finalmente salió.

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