Vida en prisión de la villana – Capítulo 36: El mono pasea por el castillo real

Traducido por Den

Editado por Sharon


Al darse cuenta de que el cuarto había comenzado a iluminarse, Haley se frotó los ojos entreabiertos y pesados por el sueño. La luz exterior inundaba la habitación de piedra. La mañana había llegado.

Justo cuando pensaba que era hora de levantarse, algo abrazó ligeramente su cuerpo y tiró de él hacia atrás. Al parecer, se había quedado dormido anoche mientras su maestra lo abrazaba.

—Ook… (¿Qué hago…?)

No había nada más que pudiera hacer aparte de esperar a que su maestra abriera los ojos. No era como si su horario para la madrugada estuviera repleto. Además, sería demasiado lamentable que se despertara en una cama vacía porque interfirió con la siesta de una chica linda.

♦ ♦ ♦

Después de pasar otras dos horas en la cama, su maestra se despertó y comenzó a prepararse para desayunar con él, quien se sentó a su lado.

Haley tenía una dieta muy básica que consistía principalmente en fruta fresca. También había algunas verduras que él mismo recogía de afuera y que se podían comer tal y como estaban.

Podía comer carne o pan, pero Rachel se negaba a darle demasiada comida cocinada. Decía cosas extrañas como: “Las comidas cocidas son más saladas…”. A pesar de que las comidas saladas saben mejor. [1]

Algo que no podía entender por completo de esta habitación de piedra era que no había sirvientes atendiendo a su maestra como cuando estaba en casa. Por lo tanto, no había ninguna de esas hermosas doncellas mayores para mimarlo. No obstante, esto quería decir que podía pasar todo el día con Rachel. Eso era bueno a su manera.

Una vez terminaron de desayunar y su maestra lo cepilló, Haley se preparó para el resto del día. A veces pasaba un poco de tiempo jugando con su maestra, o por el contrario, salía de paseo, en especial si parecía que no había nada más que hacer.

Hoy no había recados por hacer ni nadie con quien jugar, así que antes de salir por la ventana usó el lenguaje corporal para informarle a Rachel que iba a ir de paseo.

♦ ♦ ♦

En este momento, Haley caminaba por el patio trasero del castillo hacia un corredor cercano mientras recogía basura del suelo y la guardaba en la cesta que siempre llevaba en la espalda.

Hace tiempo se propuso hacer esto siempre que pudiera cuando caminara por un sitio con mucho tráfico de personas.

—Oh, señor mono, ¿está recogiendo basura? Qué admirable.

—Tan lindo~

Mientras saludaba a las chicas que lo animaban, Haley siguió recogiendo la basura que encontraba. Siempre era agradable hacer esto donde otras personas pudieran verlo. De ese modo, la reputación de su maestra aumentaría, así que trataba de hacerlo siempre que salía.

Cuando estaba tirando las cosas que había recogido en un contenedor de basura que encontró, uno de los subordinados del rubio idiota pasó por allí. Estaba con una chica y ambos tenían un ambiente bastante bueno a su alrededor. El tipo de atmósfera donde probablemente estaban a punto de tomarse de las manos.

—¿Eh? Ese mono es la mascota de la señorita Ferguson…

—¿Eh? Pero ¿esa mujer no está en prisión? ¿Por qué su mascota está en el palacio real…?

Haley era un mono listo. Pensó que este chico podría ser uno de los subordinados del rubio idiota, pero podría llevarse mejor con Rachel si él le diera algo bueno.

Pero ¿qué sería un buen regalo…? Eso es. 

Ayer, en un edificio lleno de tipos que portaban armas, había recogido un libro que estaba detrás de la estantería de una habitación llena de camas y lo había estado guardando en su cesta hasta ahora.

—Ook.

Los ojos del hombre se volvieron redondos cuando el pequeño mono le entregó algo. Con el fin de aumentar su índice general de favorabilidad, Haley se aseguró de regalarle su sonrisa más amplia y sincera. Porque la emoción que proyectas en otros siempre es importante para cosas así.

—¿Eh? ¿Qué haría un mono…? Um… «Cien formas de acostarse con una chica ingenua»… ¡¿EHHH?!

—¡Oye, tú, ¿exactamente qué haces que te compre un mono…?!

—¡No, te equivocas! ¡¿Por qué razón le pediría a un mono un libro así?!

—Solo porque nací y me crié fuera de la ciudad… Jee, ¿pensaste que me acostaría contigo con facilidad…?

—¡N-No seas ridícula! ¡Nunca pedí esto, de verdad!

—Bueno, entonces ¿por qué te lo está dando…?

—¡No lo sé! ¡Realmente no fui yo!

Haley observó cómo la mujer se reía.

—Oye, señor mono, ¿este tipo te pidió ese libro?

Sin entender lo que estaba tratando de decirle, Haley asumió que estaba encantada con el regalo debido a la amplia sonrisa en su rostro. Así que decidió hacerle un favor al hombre y mejorar aun más su imagen. Por eso le devolvió una sonrisa, asintiendo con confianza.

—¡Ves! ¡¿Por qué está diciendo que te lo consiguió?!

—¡No lo sé! ¡No estoy mintiendo! ¡No hay razón para que te haga algo con este libro!

—Entonces, ¿qué? ¡¿Realmente estabas tratando de acostarte con una chica del campo que no sabe distinguir la mano izquierda de la derecha?! ¡Apestas!

—Nunca he pensado algo así. ¡¡No estoy mintiendo!!

Parece que ambos estaban peleando por el libro que les había dado.

¿Estaba bien que quisieran monopolizarlo hasta el final…? Tal vez habría sido mejor dárselo a Rachel después de todo. Haley estaba empezando a sentirse un poco arrepentido, pero no podía pedirlo de vuelta en este punto, así que decidió que sería mejor dejar a estos dos solos y marcharse.

Pero ¿por qué no pueden tomarse turnos para leerlo? 

No podía entender la manía detrás de los libros raros.

Por supuesto, eso no era lo que estaba sucediendo en este momento.

♦ ♦ ♦

Cuando terminó de recoger la basura, Haley trepó al árbol con todos los frutos rojos. Había estado comiendo muy bien gracias a este árbol, aunque todavía había muchas frutas que no habían madurado.

Se aseguró de coger solo aquellas que habían madurado por completo y las compartió con otros para almorzar. Había un hombre mayor y rollizo al que le había dado parte de su recolección antes, por ejemplo, cuando se dio cuenta de que lo estaba mirando.

A medida que los humanos envejecen, sus habilidades motrices se entorpecen y no pueden subir a los árboles como él. Como podía agarrar la fruta sin muchos problemas, ¿por qué no entregarles algunas a aquellos debiluchos para que también pudieran comer?

Después de terminar de recoger su cosecha, saltó al saliente de un edificio cercano, con el objetivo de visitar la habitación de ese hombre robusto. La mansión de Rachel era bastante grande, pero este lugar lo era mucho más, lo que le dificultaba desplazarse.

De camino, se topó con una calle por donde los carruajes pasaban con frecuencia. Como tales calles a menudo estaban llenas de esos vehículos y gente que caminaba, debía tener mucho cuidado al cruzar una.

Mientras pensaba eso, echó un vistazo a su alrededor y vio una cuerda atada a ambos extremos de la calle que sería perfecta.

Perfecto. Crucemos esto y lleguemos al otro lado, pensó.

Sin embargo, cuando llegó a mitad del cruce, se dio cuenta de su error de juicio.

El nudo al otro lado de la cuerda se estaba deshaciendo poco a poco. Al parecer, el original no estaba bien hecho y las vibraciones al cruzar no ayudaron en la situación.

Incluso para él una caída desde una altura de casi tres pisos sería peligrosa. Podría hacer un ukemi si tiraba la cesta, pero entonces todas las frutas rojas que había recolectado se desperdiciarían.

Pero su cuerpo se movió antes que su mente se lo pudiera decir y bajó por la cuerda en la dirección que apuntaba. Caerse estaba fuera de cuestión y volver atrás tomaría demasiado tiempo, por lo que la única opción que tenía era avanzar.

Por suerte, aunque el nudo estaba flojo, todavía no se había desatado por completo. El ritmo al que la cuerda se soltaba se ralentizó un poco y pudo llegar al otro extremo antes de caer al suelo.

—Ook…

Le recorrió un escalofrío por todo el cuerpo. Tendría que asegurarse de verificar más adecuadamente de ahora en adelante.

Reflexionó sobre esta lección mientras se secaba las gotas de sudor que se habían formado en su frente, antes de atar el extremo de la cuerda que pudo atrapar antes de caer en los accesorios metálicos.

Sería difícil para un humano volver a subirla a esta altura. Además, con su peso sería imposible volver a tensarla por completo, pero mientras el extremo permaneciera intacto, alguien podría hacer rápidamente algunas reparaciones.

Después de terminar su ingenioso arreglo, partió de nuevo hacia su destino sintiéndose bien por el servicio que había hecho.

♦ ♦ ♦

—¡Ja, ja, ja, ha pasado bastante tiempo desde que monté a caballo!

El comandante de los caballeros, Sir Abigail, se sentía bien después de cabalgar por primera vez en mucho tiempo, pero estaba yendo demasiado rápido.

—¡Capitán, todavía estamos en el palacio real! ¡¿No es peligroso ir tan rápido?!

Escuchando los gritos en vano de sus acompañantes que trataban desesperadamente de seguirle el ritmo, Sir Abigail soltó una carcajada escandalosa.

Hace poco su hijo se enfrentó a un problema y fue sometido a un castigo similar al exilio. Como resultado, se sentía bastante deprimido. Pensando en ello, ha pasado bastante tiempo desde que había inspeccionado las guarniciones suburbanas y mucho más desde que había montado en caballo, yendo todo lo rápido posible.

Cuando mueves tu cuerpo, se produce una sensación estimulante. Y gracias a ella, incluso el amargado comandante se estaba animando mientras sentía su sangre bombear con fuerza.

—¿Este es el egoísmo de un oficial real? ¡Es probable que provoque un accidente si galopa así!

Aunque estaba lejos del campo de batalla, él era un comandante chapado a la antigua que se negaba a quedarse sentado mientras cabalgaba. Viajaba todos los días por el sendero que se alzaba sobre todos los demás, montado en su enorme caballo de guerra. Se había familiarizado tanto con el camino que podía recorrerlo sin tener que prestar atención a sus alrededores.

Y por eso, se dio cuenta demasiado tarde de la cuerda caída que no estaba allí esta mañana.

—¡¡Gufuu!!

Incapaz de reaccionar a tiempo, la cuerda lo agarró de la garganta, echándolo de su silla de montar y levantándolo.

—¡¿Capitán?!

Su oficial al mando colgaba descuidadamente de una soga a gran altura del suelo. Al ver esa escena, el coraje de los dos acompañantes, que lo habían perdido de vista en el sinuoso camino por un segundo, se derrumbó.

¡¿Qué es esto?!

¡¿Qué había pasado?!

Era imposible suponerlo. Sería natural que dijeras algo así cuando de repente te enfrentas con tal situación… Pero porque estaban tan conmocionados, olvidaron detener sus propios caballos y, tras unos segundo, siguieron a su superior en su destino.

♦ ♦ ♦

Cuando el archiduque revisaba la montaña de documentos apilada en su escritorio que necesitaba firmar, el Primer Ministro entró repentinamente.

—Parece que incluso Su Alteza está liado con el papeleo.

—Cielos, con solo verlo es un montón de trabajo.

El archiduque comenzó a limpiar parte del desorden mientras hablaba. Tomó un sorbo de su té ahora frío con una mirada cansada en su rostro.

—Como Su Majestad no está aquí, me corresponde a mí tomar las decisiones. Originalmente todo esto debería recaer sobre los hombros de Elliot… pero piensa que todo esto es trivial y ha permitido que se acumule.

—El asunto con el príncipe es muy preocupante. Ya es un adulto y aun así no muestra ninguna experiencia laboral práctica. De esta forma su investidura será…

—Sin duda. Gran parte de los fondos que se destinan a la celebración del festival de la cosecha provienen de los pagos de estos permisos comerciales. Quién sabe qué pasaría si los dejara a discreción de un chambelán. Si Elliot ni siquiera puede hacer un seguimiento de estos, entonces en el futuro…

Cuando se trataba de distribuir el trabajo, esto recaía en un funcionario asignado. Pero cuando el rey se fue y Elliot hizo el escándalo de su compromiso, recayó en el archiduque, quien se hacía cargo personalmente.

De repente, el chambelán entró corriendo en la habitación.

—Informe urgente. ¡En la calle frente a la entrada central, el comandante de los caballeros y dos de sus subordinados fueron derribados de sus caballos por una cuerda que colgaba, y resultaron heridos!

El archiduque y el Primer Ministro se miraron entre sí.

—¿En serio? ¿Qué estaban haciendo? Viajan por ese camino al trabajo todos los días, entonces ¿qué pudo haber causado su accidente?

La causa ya se había escapado.

—Justo el otro día esa chica fuera de control se marchó con el hijo del comandante, por lo que quizás los caballeros se estaban sintiendo un poco mal.

—Entonces ¿el comandante de los caballeros fue descuidado y resultó herido al chocar por accidente con una cuerda…? En serio, ¿qué está haciendo sir Abigail?

El archiduque y el Primer Ministro se levantaron soltando un profundo suspiro. ¿Qué se dirá sobre el comandante, un miembro de alto rango de la administración, que tuvo un accidente justo frente al palacio real? Debido a esto, el archiduque tenía que investigar el incidente; de lo contrario, nunca podría explicárselo al rey.

—Me preguntó por qué ha habido tantos incidentes como este recientemente.

—Ha sido así desde que Su Alteza Elliot pidió terminar con su compromiso…

Los tres hombres abandonaron la habitación con el chambelán a la delantera.

Una pequeña brisa sopló en la oficina ahora vacía del archiduque.

Haley abrió la ventana de la sala, llevando su cesta en la espalda. Miró a su alrededor y, al no encontrar a nadie ahí, hizo un ruido manso.

—Ook…

Parece que el anciano no está aquí. Al parecer, recoger toda esa fruta tomó demasiado tiempo. 

Se subió al escritorio como si fuera natural y volcó la mitad de las manzanas de la cesta. Como era pequeña, solo equivalía a cinco o seis manzanas, pero seguía siendo una buena porción.

No, quizás solo es un pequeño tentempié para un hombre de ese tamaño… 

Cuando estaba a punto de volver a casa, se dio cuenta de los papeles debajo de la fruta roja.

Reconocía este trabajo a medio terminar. Era el mismo tipo de documentos que su maestra y su padre manejaban. Todo lo que tenía que hacer era poner una firma en el espacio de la parte inferior y listo.

Y resulta que él sabía hacer tal firma.

Una vez, cuando se habían amontonado una gran cantidad de documentos que Rachel necesitaba firmar, después de observarla desde un lado por un momento, pudo imitar bastante bien su forma de firmar.

En ese momento, su maestra le había preguntado si le gustaría firmar algunos. Si se trataba de ese anciano, probablemente le sería difícil firmar la cantidad de papeles que habían aquí. Por eso, cogió la pluma que estaba sobre el escritorio y después de observar cómo el anciano firmaba con su nombre, Haley intentó copiarlo.

Él sólo podía reconocer las letras como formas parecidas a un dibujo, pero cuando comparó su trabajo con el original, ciertamente se parecían.

Bien. 

Movió en silencio la pluma, colocando los que había terminado de la pila ordenada y amontonada con todos los otros que ya estaban hechos. Después de cuatro o cinco minutos, estaba completamente satisfecho.

Bien, el trabajo de ese hombre debería haber disminuido bastante con esto. 

Sin embargo, después de ayudar de esa manera, comenzó a sentirse hambriento. Sería bueno comer afuera en alguna parte de un espacio bien ventilado. Así que recogió su cesta una vez más, volvió a abrir la ventana y salió.

Más tarde, dos eventos que el archiduque normalmente habría rechazado con sólo verlos, “El desfile nudista en la calle principal del capitolio real” y “La primera convención nacional anual de luchadores de comida extraña” [2] terminaron teniendo sus peticiones aceptadas con una aprobación directa del susodicho.

♦ ♦ ♦

Un olor agradable provenía del primer piso del edificio donde vivía ese rubio idiota, por lo que Haley echó un vistazo por la ventana.

Un grupo de personas vestidas de blanco se movían ajetreadas por el lugar, usando diferentes herramientas para hacer algo. Haley había deambulado y visto un montón de esas cosas en la casa de Rachel, por lo que sabía que eran cocineros profesionales.

—¡Ya casi es hora del almuerzo de Su Alteza! ¡De prisa!

Había un hombre mayor, que parecía ser el líder, gritando órdenes mientras el resto de los jóvenes trabajadores se movían por el lugar haciendo un sin número de cosas diferentes al mismo tiempo.

Uno de ellos se acercó corriendo hacia su jefe mientras llevaba un plato con algo que parecía muy delicioso.

—Un plato principal de salchichas con salsa. En la receta, la salchicha se suponía que era hígado, pero…

—Cierto, Su Alteza odia el hígado. No tendrá ningún problema si usas una salchicha de frankfurt en su lugar.

—Entendido.

El jefe de cocina se dirigió a hablar con la mujer que se encontraba fuera de la sala. La mayoría de los otros cocineros también se fueron, llevando ollas y otros platos que habían preparado. Solo dejaron a una persona detrás que se aventuró por la puerta principal hacia uno de los almacenes de afuera para rellenar su suministro de alimentos ahora vacío.

Haley normalmente sólo comía frutas y verduras, pero podía ingerir cualquier cosa. Si podía conseguir eso, definitivamente podría disfrutar de un sándwich o incluso un bistec.

Pero en los últimos días Rachel solo le había estado dando fruta, sin servirle carne. Así que irrumpió en la cocina vacía.

Fue de inmediato por el plato del que el joven cocinero le había hablado a su jefe. porque tenía la forma de algo parecido a un plátano y se veía delicioso.

Se le hacía agua la boca… Cogió la salchicha caliente con las manos vacías y un poco de vapor emanó de la jugosa carne cuando sus dientes se hundieron en ella.

Como pensé, la carne sabe diferente. El sabor del bistec es más fuerte y más sustancioso mientras que este es uno más extraño y sin partes duras. No lo odio. 

Haley devoró la salchicha y antes de darse cuenta, otras dos que habían estado en el plato, ahora estaban cómodamente en su vientre. Luego se volvió hacia una pila de patatas blancas y blandas horneadas al lado.

Ésta sabía a alguien que había amasado la leche. Pero también fue sorprendentemente delicioso.

Al final, Haley se dio cuenta de que lo único que quedaba eran unas verduras con algunas salpicaduras de salsa aquí y allá.

Se dio palmaditas en su estómago abultado y de repente se dio cuenta de algo.

Esto… ¿Hice algo malo? 

Incluso él sabía que no se debía robar la comida de alguien más incluso si la otra persona es ese rubio idiota. Quitarle la comida también se vería mal para el dueño del mono.

El inusualmente preocupado Haley comenzó a mirar como loco la sala vacía. Si se iba de esa forma, temía que Rachel pudiera castigarlo más tarde.

Miró la mesa de trabajo y encontró varias ollas que contenían tanto la salsa marrón como esos bultos blancos… Después de eso, faltaría la carne que se dobla en el medio como un plátano.

Buscó todo lo que pudo, pero no había un plátano. Y la gente que la estaban preparando antes regresaría pronto.

Abrió impaciente una pequeña puerta cercana y encontró un montón de cosas parecidas a lo que estaba buscando colgando del techo.

¡Genial! Esto funcionará. 

El color era un poco más oscuro que el que había comido, pero olían igual, así que pensó que funcionaría. Más que nada, no había tiempo para encontrar algo más.

Tiró hacia abajo dos de los plátanos falsos del techo que estaban conectados entre sí, y se aseguró de cortarlos adecuadamente por la mitad antes de colocarlos en el plato.

Um, el tamaño es el correcto. 

Del interior del almacén recuperó un poco de morcilla (cruda) y un poco de salchicha de hígado (obviamente también cruda) y las colocó en el plato, vertiendo un montón de salsa con el cucharón que había sacado de la olla.

Ahí, ahora no puedes notar la diferencia. 

En cuanto a los bultos blancos, se sentían más suaves que los que acababa de comer. No obstante, encontró un poco de polvo blanco junto a la olla y lo vertió. Revolvió todo por un momento y cuando volvió a comprobar los bultos, se sentían tan duros como los que había comido antes.

Debería estar bien así. 

Haley había mezclado tanta harina en la olla que el agua hirviendo se endureció en su propia salsa blanca, la cual agregó como un pequeño extra.

Cuando estaba terminando de cubrir cualquier evidencia de su presencia allí, los cocineros regresaron.

—¿Eh?

—¿Qué pasa?

—Por alguna razón el plato principal se ha enfriado…

—De todas formas, Su Alteza tiene la lengua de un gato así que está bien. ¡Date prisa y llévaselo!

—Sí.

Los cocineros desaparecieron de la cocina una vez más, permitiendo que Haley saliera rápido de su escondite encima de un estante.

Excelente… Ahora me pregunto si la maestra… 

Haley volvió a abrir la puerta de la habitación llena de carne con forma de plátano y, una vez dentro, volvió a colocar la carne en su cesta. Ya que estaba allí, podría recolectar otra “cosecha” .

♦ ♦ ♦

Después de coger un par de recuerdos más, decidió regresar con Rachel. Hoy había tenido bastantes aventuras.

Cuando el sol había comenzado a ponerse en el patio trasero, apareció en la mazmorra lleno de satisfacción.

Regresó a casa, sin saber cómo sus acciones afectaron a su entorno.

♦ ♦ ♦

Cuando Haley se tumbó, cansado de jugar todo el día, Rachel lo miró bastante desconcertada.

—Este niño… Me pregunto de dónde demonios sacó la morcilla… En cuanto a eso, no tengo una olla para cocinarla…

—Señorita, ¿debería llevármela a casa?

—No, Haley no estará satisfecho hasta que me vea comérmela… Solo tráeme una olla la próxima vez que pases por aquí.

Al escuchar medio consciente la conversación de ambas, Haley comenzó a pensar en todas las aventuras que también tendría mañana antes de adentrarse en el mundo de los sueños.


[1] Los monos japoneses tienen un serio problema de obesidad. Los que viven cerca de las personas pesan el doble de los salvajes. Las pequeñas bolas de pelo comen cualquier cosa.

[2] Cuando dice “comida extraña”, se refiere a comida que normalmente dudarías ingerir, como insectos o carne de gato.

6 respuestas a “Vida en prisión de la villana – Capítulo 36: El mono pasea por el castillo real”

  1. Jajajaja Ese mono si supo dejar descontrol a su paso. El desfile debió ser muy interesante y el principe debió despidir a varias personas después de esto xD Es demasiado inteligente.
    Muchas gracias por el capítulo.

  2. jajajaja ay me encanta ese mono, quiero ver el desmadre,y baia el desfile en la calle principal XD suena interesante! muchisimas gracias por su trabajo <3

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