Vida en prisión de la villana – Capítulo 4: El duque comprende la situación

Traducido por Den

Editado por Sharon


Durante la fiesta de esta noche, que se celebró en el palacio real, donde se reunieron numerosos nobles jóvenes, entregaron un informe de emergencia de que el compromiso de Rachel había sido repentinamente abandonado por el príncipe.

En una situación que era casi imposible de entender, la casa del duque había caído en un estado de caos, y mientras todos acudían al duque en busca de respuestas… Él trataba de obtener información de sus vasallos para intentar comprender la situación lo más rápido posible.

Cada subordinado entraba corriendo y entregando un fragmento de malas noticias uno tras otro.

—¿Es seguro que el príncipe rompió el compromiso con Rachel en la fiesta de esta noche?

—Sí. Lo hemos podido confirmar desde múltiples fuentes. En medio de la fiesta de esta noche, la retuvieron en medio del salón de banquetes y se la llevaron.

El duque pudo sentir que se avecinaba una migraña.

—¡Ese príncipe idiota…! Me pregunto si pretendía que esto fuera sensacionalista, pero esto es demasiado malo. Nunca ha sido el más brillante, pero es una cuestión de sentido común…

El duque Dan ya había juzgado que el príncipe caería.

Terminar el compromiso y violar más de una docena de costumbres y modales nobles, no importa cuánto intente evitarlo, será malo para él.

Por supuesto, también estaba esa amarga ira dentro de él porque el compromiso de su hija se había roto de una forma tan descarada… Pero sinceramente, el problema actual que molestaba más al duque era algo mucho peor…

Golpeó el escritorio con las manos.

—La cabeza de ese chico siempre ha estado vacía… ¡Pero ahora ha despertado voluntariamente al demonio…!

La hija mayor del duque, Rachel, siempre ha sido una niña hermosa desde que era pequeña. Con su gestos modestos y su apariencia frágil, parecía una niña tímida y gentil desde el exterior. El duque y su esposa, que no sabían nada, siempre hablaban de ella y la elogiaban durante sus reuniones. Todos pensaban que era una niña maravillosa tanto en cuerpo como en mente.

Estaban equivocados.

A medida que la niña crecía y sus sentidos se desarrollaron, las sonrisas del duque y su esposa comenzaron a nublarse.

En cualquier caso, su comportamiento era malo en comparación con los otros niños de su edad.

Cuando un grupo de niños intentó intimidarla una vez, se subió a un árbol con una falda y les arrojó una colmena. Cuando los niños más mayores vinieron para intentar actuar como refuerzos, ella comenzó a derribarlos con un palo grande y castigó al principal instigador del acoso empujándolo a un estanque.

Una vez el duque escuchó todo el ruido y se dirigió hacia la escena, encontró a su hija tirándole piedras al niño cada vez que intentaba salir del agua por aire.

Cuando su impresionado padre intentó detener el incidente, su hija lo miró con una cara muy seria y dijo:

—Está bien. Si sigues tirando piedras lo suficientemente rápido mientras intenta salir, puedo evitar que vuelva a flotar.

Alrededor de ese momento, el duque llegó a la conclusión que había una alta probabilidad que su hija fuera una psicópata.

Por el momento, señaló la dificultad de enviar al niño al fondo del estanque arrojándole piedras, y se tomó el tiempo para explicarle la resistencia al agua y cómo la forma de estas piedras amorfas significaba que no podían garantizar dónde aterrizarían. La educó en todas las cosas, pero todo el tiempo Dan estaba en pánico dentro de su cabeza.

Los ojos de su hija brillaron.

—¡Como se esperaba de padre! —lo elogió, pero, sinceramente, fue la primera vez que había experimentado que el elogio de su hija entrara por un oído y saliera por el otro.

Valió la pena todo el esfuerzo que ambos padres hicieron cuando se dieron cuenta de la personalidad distorsionada de Rachel, y su hija pudo adquirir las habilidades sociales que coincidían con su apariencia a medida que maduraba.

Al comparar los modales y la moral con las reglas de un juego, lograron que creciera de la manera ideal, jugando las “reglas de la vida” para que sea un juego justo para todos.

Pero ambos padres siempre fueron conscientes.

Si alguna vez dejara de pensar que tenía que jugar según las reglas, entonces no tenían ni idea de qué tipo de cosas era capaz su hija.

Así que criaron a Rachel y a su hermano con un énfasis en la educación necesaria en ética para los nobles… Y entonces la anulación de su compromiso rompió todas esas reglas.

El duque sabía más que nadie lo que podría estar sucediendo en el salón de banquetes en este momento.

El idiota del príncipe Elliot había dado la vuelta al tablero.

♦️ ♦️ ♦️

Un mayordomo entró sin aliento en el estudio con un informe mientras el duque continuaba caminando de un lado a otro esperando impacientemente una actualización de la escena actual.

—¡Los detalles han llegado!

—¡¿Ha habido algún movimiento?!

La impaciencia del duque había alcanzado el nivel máximo, y la cara del mayordomo se puso azul cuando se dio cuenta que tenía que dar la noticia.

—La situación es un poco… Su Alteza no ha sentenciado a la señorita, pero como ella no se disculpó por la ofensa que aparentemente causó, al parecer fue arrastrada hasta el calabozo y encarcelada allí.

Todos los movimientos por parte del duque se detuvieron… justo antes de que perdiera toda sensación en sus piernas y se desplomara en la silla. El mayordomo fue corriendo a su lado.

El duque se quedó aturdido por un momento, pero pronto pudo decir algunas palabras:

—Esto es… Así que su Alteza está bien.

—Sí.

El mayordomo, que también sabía sobre el desarrollo que Rachel había experimentado desde su juventud, asintió con la cabeza.

La repentina y firme determinación de su hija no fue suficiente para calmar por completo las preocupaciones del duque. No tuvo más remedio que dejar que esa chica hiciera lo que quisiera para suavizar las cosas…

La aparente impaciencia del duque desapareció de su rostro. Se acercó a su escritorio y comenzó a llenar su pipa con un poco de tabaco.

Tomaría una bocanada por el momento. Eso es todo lo que haría por ahora.  Era todo lo que podía hacer.

El duque dio una fuerte calada a su pipa, saboreando el sabor del tabaco antes de escupirlo… Y entonces recordó algo importante.

—Si es así… George también estaba en el salón. ¿Qué estaba haciendo mientras sucedía todo esto?

Aparte de que Rachel era su futura esposa, George también era un buen amigo del príncipe. Antes de que se volviera un asunto serio, si hubiera intentado arbitrar o informar este asunto al duque, entonces esta conmoción podría haberse minimizado.

El mayordomo que había entregado el informe original, de repente volvió a parecer incómodo al verse obligado a mencionar la terrible información adicional.

—Parece… Que el joven maestro también se enamoró locamente de la hija del barón como Su Alteza y se unió a él para condenar a la señorita.

El duque y el mayordomo no podían verse directamente a los ojos, sino que miraron al techo.

—George… ya está muerto.

—Sí.

—Ese idiota ha estado con su hermana mayor durante dieciséis años. ¿Por qué no puede entender algo tan simple?

Había pasado un tiempo desde que Rachel había hecho alguna locura, pero aún así, ¿en qué demonios estaba pensando?

El duque no tenía ninguna intención de proteger a su hijo de la ira inevitable que Rachel desataría sobre su hermano menor.

Si fuera a hacerlo, entonces el daño solo se desbordaría por aquí también.

Se negó a hacer que todo por lo que trabajó se rompiera en pedazos debido a su hijo tonto.

Mientras miraba al techo, todavía disfrutando de calar su pipa, el corredor de repente se volvió ruidoso y su esposa irrumpió por la puerta.

—¡Ah, Dan!

—¡Iseria!

La esposa saltó llorando al pecho de su esposo justo cuando se levantó de la silla preocupado.

—Rachel está… ¡Rachel está…!

—Lo sé. Acabo de escuchar el informe… ¡Debemos mantenernos juntos!

Completamente alterada, comenzó a gritar entre lágrimas.

—Porque ella… Ella no tolerará esto en silencio… ¡Rachel va a matar a todos! ¡Nuestro futuro y el futuro de Su Alteza serán completamente destruidos!

—¡Está bien! Rachel ya tiene 17 años, ya no es una niña. Tiene la edad en la que puede juzgar las cosas como un adulto.

Dirigiéndose a su esposa que lloraba, el duque continuó tratando de calmar sus preocupaciones con palabras que en realidad no creía. Pero le proporcionó muy poco alivio a su esposa.

—Dan, no lo puedes entender… ¡No sabes lo que es ver a tu pequeña cantar el poema de Lizzie Borden mientras balancea un hacha! [1]

—¡Tienes que calmarte Iseria! ¡Está bien, estaremos bien! Ha crecido como una espectacular dama en la última década. La Rachel que es ahora no golpeará al príncipe hasta la muerte con un objeto contundente, sino que en cambio, ¡le arrancará el cerebro de una forma que es apenas legal!

—¿En serio…? ¿Estará bien con solo eso? ¿Esa chica no derribará el reino en un océano de fuego después de descuartizar al príncipe con un cuchillo…?

—¡Cree en nuestra hija, Iseria! Es una chica inteligente y lista. No hay forma de que sea tan estúpida para hundirse con sus víctimas. Definitivamente destruirá a Su Alteza sin mancharse los pies de sangre.

No obstante, el duque no podía predecir en qué estaba pensando su hija, ni sus planes acabarían o no con el asesinato del príncipe.

Cómo lidiar con esto… En esta etapa, el duque no podía hacer nada más que suspirar.

Había varios sirvientes a su alrededor… Y todos ellos habían sido miembros de esta casa demasiado tiempo para entender su conversación.

—Disculpe.

Mientras frotaba la espalda de su esposa intentando calmarla, una voz tranquila pidió permiso para entrar en la habitación, algo desconcertante en esta mansión actualmente caótica.

Entrando por la puerta estaba la amiga de la infancia de Rachel y la doncella Sofía, que inclinó su cabeza ante el señor de la casa.

—Ah, Sofia. Llegas en el momento perfecto. ¿Has oído lo que le sucedió a Rachel?

—Sí. Por supuesto.

—Iré allí de inmediato para protestar. Me gustaría que te prepararas y me acompañaras hasta allí. Si no podemos conseguir que Rachel salga de la prisión, nos aseguraremos de al menos brindarle sus pertenencias personales para que se sienta más cómoda. Si alguien se opone, avanzaremos con mi autoridad.

Tras haber encarcelado a Rachel directamente desde el salón de banquetes, necesitaría un cambio de ropa y otras cosas para vivir. Sofía era cercana a Rachel, así que llevarla haría las cosas más rápido, o eso pensó, pero…

—No, todo está bien.

—¿Ya has preparado todo? Como se esperaba de ti.

—Sí. Todo ha sido preparado y se lo han entregado.

—Ya veo, esa es una buena preparación… ¿Eh? ¿Se lo llevaste?

Dirigiendo toda su atención a la doncella que decía cosas que no tenían mucho sentido, vio a otras dos doncellas de cabello gis detrás de ella asentir.

—La Señorita obtuvo información sobre este evento por adelantado, así que preparamos comida suficiente y suministros para que viviera allí por tres meses. Ya hemos llevado todo a la prisión real.

En privado, las doncellas que trabajan bajo el control de Rachel a menudo eran más arrogantes que su maestro y como evidencia era la forma en que Sofía le respondió al duque con una expresión sorprendida como si lo que estaba diciendo fuera algo de sentido común.

—¿Eh…?

Numerosas dudas aparecieron al mismo tiempo en el cerebro del duque, pero intentó ponerlas juntas y le hizo la pregunta más importante a la seguidora de su hija.

—E-Espera un momento… ¿Obtuvo esta información de antemano? ¿Por qué no hizo nada? Además, ¿cómo escabulliste tres meses de suministros en el Palacio Real?

Esta doncella leal a Rachel respondió una vez más como si fuera obvio.

—Era dudoso si en realidad lo haría, pero la señorita recibió información sobre el “Plan del abandono del compromiso” del príncipe. “Una vez que ese idiota rompa el compromiso y anule mis responsabilidades, ¿no podré holgazanear y hacer lo que quiera durante un tiempo? ¡Eso suena maravilloso!” esas fueron sus palabras.

—Rachel…

—Entonces organizó a sus “Gatos Negros de la Noche Oscura” para que rodeen todo el palacio real. De hecho, fue un asunto sencillo escabullir sus suministros mientras se disfrazaba como servicio público.

—¡¿Rachel, qué demonios quieres…?!

El duque estaba aliviado de saber que su hija tuviera ingenio.

Pero además de eso, estaba temblando del miedo al darse cuenta de que la oscuridad en el corazón de su hija era mucho más profunda de lo que pensaba.

¿Y por qué tenía una organización de inteligencia de la que el resto de la casa no estaba al tanto? Y poder escabullir tres meses de suministros, ¿no es eso demasiado para una simple red de información? ¿No podría en realidad realizar un asesinato real si es así? Este y muchos otros pensamientos de esa naturaleza estaban rondando por la cabeza del duque…

—De todos modos, voy a ir a protestar por las acciones del gobierno.

—Por favor, siéntase libre.

Decidió fingir que no había escuchado nada.

[1] Es un poema de Mother Goose:

Lizzie Borden tomó un hacha

Y le dio a su madre cuarenta golpes.

Cuando vio lo que había hecho,

Le dio a su padre cuarenta y uno.


Den
Pero qué clase de poema es ese…

Sharon
No me canso de leer la parte donde el padre da por perdido a su hijo XD Muerto por jugarle al vergas. Aunque, veámoslo bien, ¡el chico debe ser idiota sabiendo que tiene una hermana yandere, y todavía va a molestarla!

9 respuestas a “Vida en prisión de la villana – Capítulo 4: El duque comprende la situación”

  1. Si les interesa y quieren ver más sobre Lizzie Borden, existe una serie y se llama “The Lizzie Borden Chronicles. Son 8 episodios. Antes estaba en Netflix, ahora me parece que la sacaron.

    Por otro lado, muchas gracias por traernos la traducción junto con una maravillosa adaptación.
    ¡Muchas gracias!

  2. Mejor protagonista ever, se necesitan más protagonistas inteligentes, que realicen sus venganzas y no se vuelvan a enamorar del mismo tipo después de reencarnar.
    Si saben de más novelas así agradecería infinitamente sus comentarios recomendándolas.

    1. La novela (también tiene adaptación a manga) “puedo pedir una última cosa es similar a esta en el sentido que son psicópatas y muy peligrosas.
      La diferencia es que está es una berserk sedienta de sangre que prefiere usar sus propios puños para, literalmente, explotar cabeza

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