Vida en prisión de la villana – Capítulo 42: El príncipe (planea) asesinar a la noble dama

Traducido por Den

Editado por Sharon


Una extraña atmósfera se cernía dentro de la oficina del príncipe Elliot.

Él finalmente había terminado su reclusión dentro de su dormitorio y ahora rezumaba un aura feroz similar a la de un chihuahua que había sido acorralado en una esquina.

Todos los miembros restantes de su séquito habían sido convocados aquí y lo observaban de cerca; nunca antes habían visto este lado de él.

—Caballeros, mañana, mamá y papá regresarán de su inspección. Se quedaron en la ciudad de Tyrell anoche, y me han informado que estarán llegando al castillo real al mediodía.

—Oh, finalmente han regresado…

—Su viaje de inspección fue demasiado largo esta vez…

—Aparentemente la salud de Su Majestad comenzó a deteriorarse por el camino.

Elliot levantó la mano y el barullo de la conversación de sus socios cercanos se detuvo al instante antes de que prosiguiera con lo que quería decir.

—Originalmente, nuestro plan era arrastrar a Rachel frente a mi padre, obligándola a confesar sus pecados. Como resultado, él aprobaría la disolución de nuestro compromiso y autorizaría el mío con Margaret. ¡Sin embargo…! —Levantó ambos puños por encima de su cabeza y golpeó la mesa lo más fuerte que pudo—. ¡A esa bruja escandalosa se le ha estado permitiendo hacer lo que quiera, pasándoselo en grande mientras está en prisión, sin haber admitido ningún delito! Nunca esperé que sintiera culpa de verdad, pero ¡¿por qué se divierte más todos los días allí que de lo que haría si estuviera fuera?! ¡¿No es extraño?!

Todos los seguidores se miraron entre sí.

Ciertamente todo lo que dijo el príncipe era cierto, un hecho que lastimaba dolorosamente… pero no entendían por qué era necesario reunirlos para oír lo obvio tan tarde en el juego.

—Pero eso no es todo —prosiguió mientras ellos inclinaban la cabeza hacia un lado—. Debido a que el viaje de inspección de mi padre tomó tanto tiempo, Rachel pudo hacer que sus subordinados se movieran en secreto… Ha podido orquestar una serie de incidentes, todos a su favor. ¡Y todos hemos estado escuchando comentarios de la gente dentro del castillo real que prueban que están de su lado!

Para ser precisos, la historia que viajaba entre los residentes de la residencia real incluía cosas que iban desde “El príncipe no es de fiar” hasta “¿No condenaron a Rachel por error?”. Así que no es como si estuvieran poniéndose directamente de su lado. Más bien, eran la clase de comentarios que no habrían surgido en absoluto si Elliot pudiera encargarse de las circunstancias sin ningún problema, pero él y sus hombres eran incapaces de hacer esa distinción… porque el pequeño Eli es un idiota.

—Si padre regresa con esta situación así, estos malentendidos que nos rodean serán nuestro fin. ¡No es una broma! ¡¿Por qué hemos estado luchando estos últimos tres meses?!

La situación en realidad era bastante similar a lo que Elliot había descrito, pero la forma en que llegó a sus conclusiones fue muy incorrecta.

—Entonces… —El príncipe finalmente se introdujo en el tema principal de la reunión. Todos sus seguidores lo observaron con gran expectación—. Se me ha acabado la paciencia. ¡Asesinemos a Rachel esta noche!

Para empezar, no tenías paciencia… Nunca salió un tsukkomi así.

Una tensión silenciosa recorrió a los chicos mientras el impacto de sus palabras se asimilaba lentamente.

La declaración de hoy tuvo un peso diferente al de las habituales. Todos miraron su rostro y vieron un perro rabioso que había sido acorralado. En seguida supieron que hablaba en serio. Sí, era exactamente como un chihuahua de pelo largo arrinconado que trataba imprudentemente de morder un mastín hasta la muerte [1].

Elliot señaló al hijo del conde.

—Ve a buscar las armas. Rachel tiene una ballesta. Quiero al menos tres escudos y tres ballestas. Si es posible, consíguenos también tres picas [2] largas para que luego podamos apuñalar su cuerpo y asegurarnos de que está muerta. ¡Lleva a tres personas contigo y haz los preparativos de inmediato!

—¡Sí!

El príncipe dirigió su mirada hacia el otro lado de la mesa, hacia el hijo de un vizconde.

—Lleva a dos hombres contigo y vigila a todos los que entran y salen de la mazmorra. En cualquier caso, padre regresará mañana. Aparte de los detalles generales, estoy seguro que también veremos a los subordinados de Rachel yendo y viniendo.

—¡Sí!

—Para evitar que nos descubran hasta mañana por la mañana, lo haremos después de que el guardia de la prisión haya regresado a casa para pasar la noche.

—Aunque es un carcelero, en realidad no hace turnos nocturnos.

—En este momento eso no me importa. ¡Ahora, pongámonos en marcha! —A su orden, todos los chicos salieron de su oficina a la vez.

♦ ♦ ♦

Un poco más tarde.

Una doncella que había estado sirviendo té para la reunión se fue después de limpiar las tazas restantes. No obstante, tan pronto como entró en el pasillo de los sirvientes, dejó atrás a su carrito del té y echó a correr.

♦ ♦ ♦

—Está bien revelarse… pero también desearía que Su Alteza nos lo hubiera dicho antes. —El hijo del conde dejó escapar accidentalmente su queja silenciosa, mientras corría con sus compatriotas.

Ya estaba anocheciendo.

Sí, anocheciendo… El mismo día que su plan designado.

Lo más probable era que el guardia de la prisión regresaría a casa en cualquier momento. Y cualquier caballero que pasara patrullando por el castillo sospecharía si veía una luz encendida en la mazmorra en medio de la noche, por lo que los chicos no podían retrasar su plan por mucho más tiempo.

—Si nos lo hubiera dicho ayer… Si al menos nos lo hubiera dicho antes del mediodía, podríamos haber cogido los suministros de casa.

Sin embargo, no estaba pensando en cómo habría pasado de contrabando lanzas o ballestas por uno de los guardias. Porque era uno de los hombres de Elliot.

Sin tener idea de cómo conseguir las municiones que necesitaban, los hombres no sabían a dónde ir. Y sin saber qué hacer, el grupo de potenciales asesinos siguió caminando sin rumbo por el castillo real.

—¿Deberíamos robarlos de la armería de los caballeros? Pero, con su seguridad…

Justo cuando el hijo de sangre azul de la casa de un conde estaba preocupado por el mayor de los problemas que había tenido que enfrentar en su vida… los tres hombres que había llevado consigo —todos de diferentes casas de barones—, le tocaron el hombro.

—¡Ahí! ¡Miré allí!

—¿Hmm?

Justo fuera de su campo de visión… había algo apoyado contra algún tipo de almacén. Inspeccionando más de cerca, se dieron cuenta que eran tres escudos, tres ballestas y tres lanzas. Incluso había un carcaj lleno de flechas para las ballestas.

También había un letrero colgado en la pared.

Se están aireando.

¡NO TOCAR!

Orden de los Caballeros.

Los chicos comenzaron a darse golpes en los hombros con alegría.

—¡Es nuestra racha de buena suerte!

—¡Genial, aquí hay suficiente! ¡Si le llevamos esto a Su Alteza, no nos gritará!

De esa manera, los cuatro hombres confirmaron que no los observaba nadie antes de escapar rápidamente con las armas a cuestas.

¿Por qué había el número exacto de armas allí?

¿Por qué los caballeros estaban ventilando tan pocas armas?

¿Por qué las armas estaban desatendidas sin vigías?

Los chicos no se pararon a hacer esas preguntas ni una sola vez. Porque eran hombres de Elliot.

♦ ♦ ♦

Como era de esperar, era necesario enviar una advertencia a la mazmorra después de que el hijo del vizconde hubiera establecido su vigilancia.

Después de abandonar la oficina del príncipe, la doncella le pasó el testigo a un jardinero que ahora estaba confirmando el nuevo sistema de vigilancia que habían puesto a una distancia de la entrada de la mazmorra.

Mantuvo su distancia, cambiando alrededor de la circunferencia exterior del área para inspeccionar cuidadosamente las cercanías… y entonces ladeó la cabeza.

—Están vigilando solo la entrada, ¿verdad…?

Tal como escuchó, había tres chicos nobles custodiando la mazmorra.

En verdad estaban haciendo su trabajo, pero los tres estaban de pie uno al lado del otro al aire libre y solo estaban observando la entrada del calabozo. En ese momento, un caballero escondido en un matorral junto a ellos, que era parte del servicio de vigilancia original del príncipe, estaba confundido por lo que estaban haciendo allí.

Sinceramente, el jardinero pensó que todo esto era parte de una trampa elaborada… pero aparentemente esta trampa era una mierda. Estaba confundido, pero se debía a que no entendía las cualidades que se necesitan para ser uno de los hombres de Elliot.

Por el momento, no parecía que vayan a ser un obstáculo, así que se acercó a la ventana de ventilación trasera. Dado que el caballero a cargo de monitorear detrás de la mazmorra era un camarada, le hizo señas, le explicó las circunstancias actuales y le pidió que corriera la voz.

—¿Qué pasa? Nunca antes había recibido una llamada de emergencia directa —respondió Rachel tan pronto como el jardinero trató de hablarle. Al parecer había anticipado su voz.

—Sí, de hecho…

La historia no tardó en concluir, pero Rachel se aseguró de escuchar cada detalle.

—Bueno, ¿pudieron obtener sus armas?

—Sí. Como medida de seguridad, le pedimos a un caballero que les preparara algunas armas inútiles para la ocasión.

—En ese caso, permitiré que el grupo de Su Alteza siga adelante con su ataque. Nos hemos esforzado mucho para acumular pruebas circunstanciales, así que terminemos con todo esto de manera dramática y consigamos algo por lo que ellos no podrían poner ninguna excusa.

—¡Sí!

Rachel apartó su mirada del jardinero, la posó en el caballero, y comenzó a dar órdenes para que también siguieran la Orden de los Caballeros.

—No hace falta seleccionar personalmente a nuestros propios subordinados para el turno de esta noche. Pero, como mínimo, trata de que uno de los nuestros actúe como líder del pelotón de turno.

—¿Deberíamos retirar la vigilancia alrededor del calabozo? Su Alteza parece haber olvidado el servicio que él mismo le puso.

—Déjalo como está. Después del incidente, surgirán preguntas sobre la razón de por qué no hubo vigilancia en esa noche en particular. Más bien, podemos hacer que esos guardias, de los que Su Alteza se olvidó, lleven a cabo su papel de informar a la oficina de la Orden de los Caballeros.

—¡Sí!

En ese momento, el grupo de Elliot estaba cada vez más emocionado ahora que habían conseguido las armas.

Pero el lado de Rachel también estaba haciendo sus propios preparativos.

♦ ♦ ♦

Cuando oscureció por completo…

—¡Vamos!

Por orden de Elliot, todos sus seguidores irrumpieron en la mazmorra a la vez. El sonido de sus pasos resonó fuertemente dentro de la sala del frente cuando los hombres se dividieron en parejas: un hombre al frente con el escudo y otro detrás con una ballesta cargada apuntando hacia la celda.

Elliot fue el último en entrar y comenzó a hablar con el habitante de la celda después de que cesaran todos los demás ruidos. Parecía calmado por fuera, pero cuando lo mirabas a los ojos, todo lo que veías era locura.

—Rachel, estoy seguro de que has escuchado que mi padre regresará mañana. Si haces un llamamiento a los reyes en ese momento, estoy convencido de que tu plan era hacer que mi madre, quien te favorece, te dejara salir… pero es realmente lamentable. Me temo que no te despertarás para ver el amanecer de mañana.

Asimilando la escena a su alrededor, ¿cómo reaccionaría Rachel? Frente al príncipe que estaba esperando ansiosamente ver lo que tendría que decir… Rachel soltó un largo suspiro como si estuviera verdaderamente atónita.

—Y yo que creía que Su Alteza finalmente se estaba esforzando en pensar un poco más…

—¿Eh? ¿Qué? ¿Creíste que nunca recurriría a la fuerza? Puedo parecer dulce, pero soy un hombre que hace lo necesario cuando llega el momento.

—Entonces, déjeme darle a ese “hombre” un consejo… ¿No es mejor no esperar hasta que la otra parte se refugie?

—¡¿Qué?!

Mientras los hombres estaban confundidos, Rachel se resguardó tras sus pilas de cajas de madera y armó su ballesta. De esta manera, había tomado una posición de tiro que servía como una protección mucho mejor que un simple escudo.

—¡¿Por qué le permitieron ponerse a cubierto?!

—No, pero no podemos empezar a dispararle de repente…

—¡Al menos deberían haber gritado: “¡No se mueva!”!

—Oh, ya veo.

Mientras Elliot tenía un ataque de ira ante la incompetencia de sus propios subordinados, Rachel le ofreció más consejos.

—No parece que hayan planeado cada detalle… Si no hacen algo así, ¿no terminarán con muchos problemas en el futuro? Al menos acabarán con el trasero en llamas. [3]

En lugar de enfurecerse, Elliot estaba impresionado de que ella pudiera seguir hablando a pesar de estar rodeada. Esto era el resultado de alguien con una mentalidad en la que malinterpreta, piensa que está en una posición ventajosa y menosprecia a los demás mientras se siente omnipotente.

—Hoh… Así que incluso mientras estás rodeada de esta manera, puedes seguir hablando como una persona importante. Ja, ja, ja, solo sigue pensando eso. Más bien, eres tú quien va a acabar con el trasero en llamas en poco tiempo.

—Se equivoca, Su Alteza.

—Fu~ Tu boca es realmente  buena en… ¿Hmm? —Mientras hablaba, de repente comenzó a sentir extraño su trasero. Echó un vistazo detrás suyo y vio que la parte inferior de sus pantalones se estaban quemando—. ¿Eh? —Mirando más abajo… en algún momento el mono de Rachel había dado la vuelta a su alrededor y había llevado una cerilla encendida al trasero de Elliot. Tan pronto como entendió lo que estaba pasando, comenzó a sentir su trasero aún más caliente—. ¡Uwa! ¡¡AAAAAAAAAHHHHHHH!!

Los subordinados se quedaron estupefactos cuando Elliot comenzó a rodar por el suelo. Afortunadamente, un par de chicos se dieron cuenta de lo que había sucedido y ayudaron a apagar el fuego, de modo que solo los pantalones y la ropa interior del príncipe se quemaron. Sería imposible saber qué daño le habían causado a su trasero sin ver a un médico mañana.

—¡¿Q-Qué cree tu mascota que está haciendo?!

—Bueno, Su Alteza, su trasero estaba “literalmente” en llamas, ¿no es una broma traviesa?

—¡¿Se supone que debo reírme de esto?! ¡Pensé que iba a morir!

—Qué declaración aburrida viniendo de un grupo de personas que en este momento están aquí para matarme… —Cuando su mono regresó a su lado, compartió una mirada con su mascota antes de encogerse de hombros—. Haley se esforzó mucho en esta broma… pero supongo que una persona no puede entender el sentido del humor de un mono.

—¡Ooki!

—¡Matadlo! ¡Matad al mono primero! —Mientras Elliot gritaba a sus arqueros que cambiaran de objetivo, Haley trepó por las cajas de madera y escapó por la ventana de ventilación.

Los hombros de Elliot comenzaron a sacudirse cuando estalló en un ataque de risa, mientras tenía un apsecto estúpido con un absurdo agujero en el trasero.

—Fufufufufu… ¡Rachel, me has enfadado!

—Creo que podría estar más molesta que usted porque Haley puso su cuerpo en riesgo por una pequeña broma.

—¡No seas estúpida!

Alterándose aún más, Elliot ordenó a sus seguidores que apuntaran. Rachel también levantó la punta de su ballesta.

Y entonces cuando el príncipe estaba a punto de dar la orden de disparar… el hijo de un vizconde que estaba más cerca de la puerta, habló con voz temerosa:

—U-Um…

—¡¿Qué?!

El joven retrocedió ante su voz enfurecida, pero aún así pensó que tenía algo que debería ser informado, así que señaló hacia la puerta que conducía al exterior.

—Um… Desde hace poco, ha habido algo de ruido proveniente de afuera. Alguien… algunas personas están…

—¿Qué? ¡Ve a echar un vistazo…!

—¡S-Sí! —El hijo del vizconde subió rápidamente las escaleras y después de ausentarse por un segundo, regresó corriendo a la misma velocidad—. ¡S-Su Alteza, el mono… ! ¡El mono está disparando un montón de escandalosos fuegos artificiales afuera!

—¿Eh…?

—¡El mono de la señorita Rachel ha estado disparando cohetes de fuegos artificiales desde hace un tiempo! —repitió el joven cuando los hombres no pudieron entender lo que estaba diciendo.

—Ahora que lo menciones, para empezar, ¿por qué tenía esa cerilla de antes…? —murmuró con total asombro el hijo vago de un conde que estaba detrás de Elliot.

Justo después, todos los presentes en el calabozo finalmente entendieran lo que significaban las acciones del mono…

—¡Todos suelten sus armas! —Varios caballeros se precipitaron en la mazmorra. Todos y cada uno de ellos estaban de servicio, así que ya estaban completamente armados.

—¡¿Q-Qué está pasando?! —gritó Elliot a los intrusos.

—Esa es mi línea. ¿Qué está pasando en esta prisión? —respondió de la misma manera el líder del pelotón de rostro sombrío.

Los otros caballeros ya habían rodeado al grupo de Elliot, desarmando a sus hombres.

—¡E-Eso es confidencial! ¡No hace falta decir nada a alguien como tú que no está relacionado con esto!

—¿Es así?

Mientras Elliot vociferaba de forma despótica, el líder de los caballeros se retiró fácilmente. Sólo para luego gritarle a sus subordinados.

—¡Comprueben sus armas!

—¡¿Qué?!

—Hace poco descubrí que algunas armas que había dejado para ventilar habían desaparecido. Reuní rápidamente a esta gente cuando nos topamos con este alboroto.

—Se ha realizado la inspección. ¡Son los bienes robados! —gritó de repente uno de los soldados.

—Entendido. ¡Lleven a estos chicos a la estación de los caballeros! Nos aseguraremos de escuchar todo lo que tengan que decir.

—¡Sí!

Elliot se quedó estupefacto mientras todos sus seguidores eran detenidos y arrastrados fuera de la habitación.

—¿Qué…?

El comandante de los caballeros emitió un veredicto al boquiabierto Elliot.

—Su Alteza, como una parte involucrada, también nos gustaría hacerle algunas preguntas más tarde. ¿Está bien?

—Entendido… ¡No obstante…! —señaló a Rachel que se había recluido más adentro—. ¡Esa mujer ya está en prisión, pero tiene un arma!

El capitán miró a la susodicha.

—Su Alteza, ¿por qué esa joven tiene un arma en este momento?

—¿Por qué? ¡¿Por qué me preguntas?!

—Hasta donde sabemos, esta joven noble dama fue arrestada repentinamente una noche durante una fiesta, y la encarcelaron de inmediato—respondió el caballero con evidente desconfianza en sus ojos.

—Sí, es cierto.

—Entonces ¿por qué tiene un arma? ¿Llevaba una ballesta bajo el vestido?

—Uh, eso… —Metió el dedo en la llaga—. No… ya lo había puesto de antemano en la prisión.

La mirada del capitán se volvió aún más intensa.

—¿En la prisión? ¿Cuando la detuvo de repente durante una fiesta nocturna? ¿Una joven noble dama que ni siquiera tenía una muda de ropa consigo?

—¡No, verá…! ¡¿No tiene demasiadas cosas allí?!

Incluso cuando miró dentro de la celda, la expresión del caballero no cambió.

—Por supuesto. Es una prisión para nobles. ¿No es natural que haya al menos el mínimo necesario? No obstante, dudo que haya una ballesta como adorno de pared en una cárcel.

—¡T-Tú…!

Cuando Elliot fue incapaz de responder, el líder del pelotón se volvió hacia Rachel.

Milady, ¿por qué tiene una ballesta ahí?

—S-Su Alteza está… él irrumpió de repente… quería asesinarme antes de que Su Majestad regresara… Después de rodearme, dijo que sería malo matarme sin ninguna razón y me arrojó esto… No quería dejar que lo hiciera, así que traté de defenderme, pero… —respondió Rachel aterrorizada, mientras temblaba. Su voz se quebró mientras trataba de contener sus lágrimas.

—Su Alteza… creo que hay otro caso sobre el que necesito preguntarle algunas cosas. —Los ojos del caballero estaban completamente centrados en el príncipe egocéntrico como si ya hubiera encontrado al criminal. Elliot entró en pánico.

—¡E-Espera! ¡Eso le pertenece a ella! ¡Yo no lo traje!

—¿No habría sido informado de algo así con anterioridad? Y, en primer lugar, todavía no me ha explicado cómo la noble dama que fue encarcelada repentina e inesperadamente llevaría una ballesta consigo.

Pero lo hizo.

Elliot estaba retrocediendo cada vez más por las preguntas difíciles de responder… pero entonces recordó algo.

—¡Eso es! La noche que encarcelé a esta mujer, los otros caballeros de servicio también la vieron sacar una ballesta de su equipaje. ¡Sólo pregúntale a uno de ellos!

—¿De hace tres meses? Todos los caballeros trabajamos en rotación, por lo que los que estaban de servicio fueron trasladados al frente hace dos meses. No volverán hasta dentro de cuatro meses.

—¡¿Qué…?! —Elliot había olvidado por completo que su tío abuelo y el primer ministro la habían visto usar su ballesta. Pero en cualquier caso, este líder de pelotón que estaba bajo el control de Rachel, así que nunca aceptaría la explicación de Elliot.

—D-De todos modos, ¡¿no es un problema que esa mujer tenga un arma?! —gritó desesperado. El caballero se volvió una vez más hacia Rachel.

—Disculpe, milady, ya he sacado a esos hombres afuera, así que ¿le importaría darme eso?

—Claro.

—¡¿Um…?! —Frente al Elliot boquiabierto, Rachel realmente entregó su arma sin ningún problema.

—Entonces, Su Alteza, me gustaría pedirle que no intente huir. Lo estaré esperando en la estación de guardia.

—¡Lo sé!

El oficial al mando estaba actuando cortés de forma superficial. Le recordó su situación y se retiró con el resto de los caballeros de servicio.

—Maldición, ese bastardo…

El príncipe estaba furioso por cómo lo trataba un caballero que se suponía que trabajaba para la familia real… Pero de repente sintió que tenía una oportunidad.

Ahora mismo puedo apuñalar a Rachel por la espalda…

Todavía tenía su sable personal. Con todos sus seguidores fuera, Rachel había bajado la guardia. Si se abalanzara sobre ella cuando no lo esperaba, podría marcar un golpe crítico y letal.

—Bien… —Agarró la empuñadura de su sable, sin apartar la mirada de Rachel, quien todavía estaba de espaldas a él, y comenzó a desenvainarla lentamente—. ¡Ahora!

Entonces, Rachel de repente sacó una ballesta diferente de una caja de madera cercana.

—¿Eh…?

Tiró hábilmente de la cuerda, preparó el mecanismo de disparo, y cargó una flecha.

—¡Los preparativos terminaron!

—¡¿T-Tenías otra de esas cosas por ahí…?!

—Su Alteza… —Se rascó la cabeza como si estuviera realmente asombrada—. ¿No es una norma común siempre preparar un repuesto en caso de una avería?

—¡No lo sabía!

Rachel le hablaba como si fuera una mercenaria veterana.

—Entonces, ¿charlamos un poco?

El sable de Elliot era obviamente inferior al proyectil de Rachel. Y esencialmente, él no tendría un segundo disparo como ella sí.

Súbitamente se encontraba en desventaja.

—Bueno, no es como si tuviera algo que decirle. —Rachel de repente bajó la ballesta que apuntaba a su pecho. Él comenzó a sospechar al verla bajar inesperadamente su arma… Pero entonces escuchó una puerta abriéndose detrás de él seguida por el sonido de alguien bajando lentamente los escalones.

—¡Bienvenida! Lo siento, sé que terminaste tu luna de miel el otro día.

—No, está bien. De todos modos, tengo algunos asuntos de los que ocuparme aquí.

En respuesta a la alegre bienvenida de Rachel, una voz imposible resonó detrás de él.

—De… ninguna… manera…

Como si se hubiera convertido en una puerta oxidada, se pudo escuchar un chirrido cuando Elliot giró bruscamente la cabeza para mirar detrás de él

—¡Hola, Su Alteza, cuánto tiempo!

Una chica con cabello negro atado en una coleta estaba de pie allí mirándolo.

—¿Por qué Martina está aquí…?

¿No la habían enviado de regreso a la frontera, llevándose a Sykes a la fuerza?

—Volví porque había quería escuchar de Su Alteza. —Había locura en esos ojos bien abiertos. La chica originalmente loca esbozó una sonrisa retorcida—. Leí este libro: «Su Alteza me tiene como objetivo». ¿Es cierto que Su Alteza obligó a Sykes y se lo “comió”?

—¿Eh? No, qué… ¿un libro?

—Cuando le pregunté a Sykes, dijo que no sabía nada, entonces ¿es mentira lo que está escrito aquí? De hecho, Sykes siguió insistiendo incluso después de haber sido hospitalizado… Así que vine a preguntarle a Su Alteza al respecto.

Rachel trató alegremente de dar una pequeña advertencia.

—Martina, está bien preguntarle a Su Alteza al respecto… Solo asegúrate de limitar el castigo físico a lugares que otras personas no puedan ver.

—Lo sé. “En cuanto a la apariencia”, gozará de una salud perfecta.

Martina le dio unas palmaditas en la cabeza con la palma de su mano y apartó a su nuevo amigo de la pata de un escrito al que se aferraba tan desesperadamente.

—Vamos, Su Alteza… nuestro tiempo es limitado. Por favor, cuénteme con claridad todo.

Los gritos de un hombre siguieron resonando en el patio trasero hasta que el sol comenzó a brillar en el horizonte.


[1] Se trata de un enfrentamiento entre un chihuahua de pelo largo y un mastín tibetano.

[2] La pica es un arma de asta muy usada por la infantería, en especial para hacer frente a los ataques y cargas con caballería. Las picas fueron usadas por primera vez por los antiguos griegos, en las famosas falanges, que eran grandes cuadros formados por filas de piqueros.

[3] Esta es una frase hecha japonesa que hace referencia a alguien que se pone ansioso o entra en pánico cuando llega el momento de iniciar un plan.

4 respuestas a “Vida en prisión de la villana – Capítulo 42: El príncipe (planea) asesinar a la noble dama”

  1. como me encanta Rachel, es tan lista y jamas se deja pisar por nadie, aunque supungo que al final igual tendrá que casarse con alguno de los príncipes…

  2. Dios mio, este capitulo si que me mato de la risa jajajajaja son un rayo de sol en mis dias mas oscuros (?
    Amo esta historia y no puedo dejar de agradecerles por actualizar. Loviu veri mach :3

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