Vida Feliz – Capítulo 5: Edad rebelde de su Alteza

Traducido por Kaori

Editado por Kaori

Corregido por Sharon


Ahora bien, yo, Lizbeth Adelcian, comenzaré mi persecución para persuadir a Su Alteza…

¿Me pregunto cómo debería llevarla a cabo? Sería extraño que una niña desconocida le dijera las cosas francamente. Incluso si el primogénito de la Familia Real lo permite, solo soy una forastera. Una despreocupada extraña no relacionada.

Su Alteza será el futuro rey que deberá asumir la responsabilidad de su Nación.

Estar preocupado por tal persona es impresionante… Bueno, es preocupante tener que hacer valer mis opiniones mientras cuidadosamente trato de no ofenderlo y causar un colapso aristocrático.

—Si eres tú, puedes hacerlo —dijo mi padre sin comprender mi estado mental, apoyándome por completo como si fuera el asunto de alguien más y él no estuviera relacionado.

También me obligó a entrar a la biblioteca donde está Su Alteza… Contra mi voluntad.

Suspirando, me preparé.

♦ ♦ ♦

La biblioteca a la que me vi obligada a entrar, era fría y con poca luz, además de un aroma polvoriento. Aunque es un poco antihigiénico, inesperadamente, no odié este olor rancio.

Me picoteaba la nariz la fragancia del papel y la tinta. O más bien, se podría decir que el polvo me hacía cosquillas.

—Achuu.

—¡¿Quién está ahí?!

Ah, encontré a Su Alteza.

En realidad no lo veo, pero el rostro de un chico se asomaba por el borde de la estantería, por lo que me di cuenta al instante.

Parecía tener dos o tres años más que yo. Incluso con la poca iluminación y la leve luz solar que invadía el lugar desde el techo, la calidad de su sedoso cabello rubio era inconfundible. Esa piel blanca como porcelana, incluso ni las mujeres poseen fácilmente una piel tan suave.

Mirando a través de su flequillo, estaban sus ojos azules, y la cautela que tenían se proyectó hacia mí.

Me pediste que manejara un asunto realmente problemático, ¿verdad, padre…?

—¿Me puedo presentar? Mi nombre es Lizbeth.

No me moleste en añadir que era un placer conocerlo, ya que no quiero preocuparme por la Realeza hasta ese extremo. Ni tampoco deseo quedarme envuelta en una disputa de poder.

Tomando mi falda ligeramente, hice una leve reverencia. Su Alteza me miró con sospecha.

De repente apareció una niña de la nada.

Tal vez llegó a la conclusión de que fui enviada por un adulto.

—Por favor relájate. No estoy aquí para llevarte de regreso en contra de tu voluntad.

—No puedo confiar en tus palabras.

—¿Verdad? Pero no tengo la fuerza como para obligar a Su Alteza a regresar.

Porque aunque se lo dijera, sólo soy una niña de 4 años. Incluso si heredé ciertas cualidades, si el crecimiento físico no se acompaña no se puede hacer nada.

En primer lugar, si me comportara rudamente con Su Alteza, él me podría condenar a muerte. Pero tampoco es mi intención simplemente halagarlo y manejar su estado de ánimo.

Sin dejar que mis intenciones se escaparan, levanté ambas manos levemente en una pose de rendición. No tengo ninguna intención de utilizar medidas físicas. Sería algo imposible para una niña.

Bueno, entonces… Para persuadirlo, tendré que ser elocuente.

En este caso, tengo que provocarlo.

Recé para no recibir un castigo más tarde. A la hora de la verdad, voy a implorarle al rey con mi “cara de niña”.

—Entonces, ¿hasta cuándo quiere permanecer aquí?

A pesar de pronunciar mi pregunta con suavidad para verificar, su rostro cambió con una expresión de hostilidad.

¡Oh bien! Viniendo de Su Alteza, debo ser percibida como un peón inferior, ¿cierto? Una niña inmadura que es bastante descortés y directa, ¿verdad? Estoy cabreada.

¡Bueno, es una broma! Sé que no soy linda debajo de toda esta ternura y por eso, que no sea estúpida es comprensible.

—Todo el mundo está preocupado por ti.

—¡Eso no es cierto! ¡Esos tipos solo lo hacen porque soy el hijo del rey! ¡Además, todo lo que quieres es halagarme para después usarme!

Las alzadas cejas de Su Alteza fueron acompañadas por una voz tensa.

Ya veo, para un niño que fue criado como un adulto, es una forma muy dura de pensar. Básicamente no hay sentimientos de confianza.

—Supongo que podrías decir eso. ¿Así que…?

—¿Así que… ?

—Eso es solo una excusa, ¿no? Su Alteza sólo está escapando de sus responsabilidades, abandonando su deber.

Declararlo así está mal, pero tengo que decirlo. Aunque no me guste lo que hago, y me gustaría haberlo evitado tanto como pudiera, ya está hecho. Ahora no es el momento para acurrucarse en una persona influyente y aspirar por las dulces recompensas.

Comprendo que por haber nacido en la Realeza tuvo que rodearse con personas que albergan malas intenciones. Sin embargo, si esa era la razón para justificar su huida, entonces las cosas nunca se resolverán. Más bien, se deterioraran.

—Tú… ¡Nunca podrás entenderlo!

—Por supuesto que no. Corriendo y corriendo, incluso si la verdad está ante tus ojos, inmediatamente apartas la mirada de ello.

Tirando su razonamiento a un lado, intentó acercarse rápidamente a mí, pero cayó en su trasero de forma magnífica. Al golpearse por entusiasmarse demasiado, ni siquiera pudo contestar.

Tal como es, Su Alteza se inclinó sobre mí, temblando de rabia con sus temblorosas manos agarrando mi cuello. La violencia… no es buena.

Me parece que encendí su fusible, resultando que enloqueciera por completo. Aunque las palabras que dije eran para su beneficio, no sólo no respondió con un argumento, sino que terminó perdiendo la calma. Lo que nos trae a esta situación.

Bueno, si me golpea, eso será todo. Mi madre me curará… Si no estoy muerta… No bromeo.

—¡Tú, ¿cómo podría ser posible que me entiendas…?!

—Entiendo que estas razones no nacieron voluntariamente. Sin embargo, nacer en la Realeza significa tener el deber de cumplir con tus responsabilidades. Además, es para su beneficio personal.

Yo también sé cómo enfadarme. No obstante, enfurruñarse y huir no resuelve nada. En los pensamientos simplistas de un niño, nada cambiara la situación actual.

—¡No discutas conmigo!

—Entonces por favor no sea tan egoísta. Si esto es todo lo que puede hacer, sigues siendo solo un niño. Y por eso, tu egoísmo será perdonado.

Su Alteza todavía está en su tierna edad, por eso no se le puede poner tanta carga en sus hombros. Por lo tanto, suponiendo que deja de salir corriendo, con el tiempo su entorno se volverá más tranquilo.

Pero, porque es ahora, se le puede perdonar.

—Sin embargo, tarde o temprano te convertirás en un adulto. En ese momento, no se pasará por alto que huyas. ¡Porque tendrás que asumir el país como nuestro gobernante!

—Yo…

—No hacer nada ahora es una opción. Será una de tus armaduras, simplemente estarás perdiéndola.

—¿Armadura…?

Calmándose poco a poco, pareció responder a mis palabras.

—Debido a que todavía estás siendo protegido no lo entiendes. Cuando huyes de todo, pierdes el arte de protegerte a sí mismo. ¿Qué lecciones aprendiste? La magia y la lucha con espadas son beneficiosas para tu protección. Estudiar es por el bien del país y para que otros países no nos desprecien. ¡Todo está determinado para facilitar tu futuro, ¿no puedes entender que es por tu bien?!

Incluso si le digo esto a un niño, será imposible que lo entienda. Pero Su Alteza es sabio, y una forma madura de pensar. Debería ser capaz de comprender la verdadera intención de mis palabras.

—Pido disculpas por decir demasiado. Sin embargo, por favor, considéralo. Todo el mundo ha sido severo contigo por tu bien.

Al declarar esto, me miró con los ojos bien abiertos. La fuerza que utilizó para agarrar mi cuello con sus diminutas manos se aflojó.

Todo lo que queda es un empujón más…

—Caminando por este sendero, conocerás gente que tratará de usarte. No negaré eso. Sin embargo, al adquirir el arte de defenderte a ti mismo, serás capaz de juzgar entre las buenas intenciones y la malicia. Podrías eliminar los que pretendan hacerte mal, o por el contrario, utilizarla como ventaja.

Extendí una mano lentamente a Su Alteza, quien todavía estaba inclinado sobre mí. Aparté sus manos de alrededor de mi cuello, y lo atraje con suavidad a un abrazo hacia mi pecho. Por favor, tengan una mente abierta, esto es para el bien de su futuro.

—Por lo tanto, ¿dejará de huir? Cuando te vuelvas más fuerte, serás capaz de defenderte con naturalidad. Sólo por ahora, puedes actuar mimado si quieres… ¿bien?

¿Qué palabras puede usar una niña de cuatro años y medio para ganar una discusión?.

Sin embargo, Su Alteza, incapaz de analizar cuidadosamente la situación, estaba pegado a mi tabla de planchar. Las manos que una vez me sujetaron el cuello buscando un propósito, descansaron alrededor de mi espalda. Alzando mi cuerpo ligeramente, le acaricié suavemente la cabeza y le froté la espalda mientras lo reconfortaba.

Sip, esta no es la acción de una niña de 4 años.

—Plano. Es muy diferente de mi madre.

— Su Alteza, todavía soy sólo una niña, así que deje de exigir ternura de mí.

Por un segundo quise darle un puñetazo, pero eso sería considerado como un crimen, así que voy a parar. Si pongo una mano en Su Alteza, me matarán.

En esta ocasión mi boca fue eficaz para prevenir mi caída.

♦ ♦ ♦

Después de abrazarlo durante un rato, Su Alteza levantó lentamente su rostro. Sus pupilas estaban delicadamente húmedas, evidenciando que había llorado un poco. Decidí abstenerme de preguntar sobre ello.

Me sentí perpleja cuando se quedó mirando mi rostro por largo tiempo. O mejor dicho, está demasiado cerca, más allá del rango de lo aceptable.

Hasta ahora, debido a que él siempre me había estado mirando, no me di cuenta de que tenía una cara muy hermosa.

En este momento, pienso que todo está arreglado. Con esos formidables genes Reales en el futuro, ¿no será realmente guapo?

—¿Qué pasa?

—¿Cuántos años tienes?

—Cuatro años y siete meses.

—Imposible.

Ante el sorprendido murmullo, puse una sonrisa amarga. Después de todo, el contenido es el de una mujer cerca de los 30 años. Si tuviera que decirle, pensaría que crecí más allá de mi edad. Cambiando el sentido de mis palabras.

Arreglándose, él se limpió el polvo que se aferraba en su ropa, y sin revelar sus pensamientos, me extendió su mano. Sorprendida por su inesperada conducta, mis ojos parpadearon, frunciendo mis cejas.

—Las mujeres son criaturas delicadas y deben ser tratadas con cuidado, como me dijeron.

El comportamiento de un caballero.

¿No se disculpa por lo ocurrido antes? Bueno, supongo que está bien, ya que no estoy herida. Para ser honesta, creo que casi todas las niñas son más fuertes que los chicos, pero vamos a mantenerlo en secreto.

—Sobre lo anterior, lo siento mucho —se disculpó.

—No, también tuve la culpa por avivar el fuego. Pido disculpas por eso sinceramente. Por favor, perdone mi rudeza anterior.

—No necesitas ser tan formal. La forma en que hablaste antes está bien.

De alguna manera, parece que he escapado de ser castigada. Me sentí aliviada desde el fondo de mi corazón. Parece que mi boca funcionó espléndidamente.

Suspirando de alivio en secreto, finalmente me di cuenta de que estamos tomados de las manos desde entonces.

—¿No me soltara?

—No te puedes ir, sin mi permiso…

¡Oh, qué tiránico!

Ah, bueno, supongo que se siente emocionalmente unido a mí. Hmm, no estoy segura de qué bandera acabo de activar, pero por ahora, misión completa. Tengo que informarle de nuevo a mi Padre.

De cualquier manera, Su Alteza me acompañó sin cuestionar y sin prestar atención a nuestras manos juntas…

Ser tratada con restricción y seductoramente, es aterrador.

4 respuestas a “Vida Feliz – Capítulo 5: Edad rebelde de su Alteza”

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido