Vida Feliz – Capítulo 6: Edad de contraer matrimonio

Traducido por Kaori

Editado por Kaori

Corregido por Sharon


Al final, Su Alteza nunca me soltó y sujetó mi mano con firmeza… Mejor dicho, se convirtió en una situación donde me fue imposible separarme porque fui capturada.

Incluso si el hijo del rey está actuando de forma irrazonable, por ahora nuestras manos se llevan espléndidamente bien. Mientras miraba preocupada a Su Alteza, sin pretender separarse, él entrelazó sus dedos con los míos. Esto se refiere a la conexión de una pareja, ¿verdad?

Ugh, no. Siempre y cuando se separe en el momento en que me encuentre con mi padre, lo agradecería mucho.

Bueno, cuando se trata de padre, se podría pensar que está sonriendo, pero… no causemos un extraño malentendido. Seria problemático.

Sintiéndome feliz aunque estábamos conectados de mala gana, salimos de la biblioteca… Y nos encontramos con padre, quien nos esperaba donde lo dejé la última vez.

Sus ojos se iluminaron al vernos juntos, pero se congelaron al notar nuestras manos entrelazadas. En cuanto puso su mirada en la figura de padre, Su Alteza frunció el ceño.

—Entonces, ¿Su Alteza?

—¿Por qué estás aquí Welf?

—¿Y por qué está Su Alteza sosteniendo la mano de mi hija?

Hija. Esas palabras hicieron que el príncipe parpadeara. Me miró buscando confirmación, así que asentí mientras sonreía irónicamente.

¿No le parecía extraño que haya entrado con tanta facilidad al Castillo? Por otra parte, debería haber sido un claro indicador que una niña tenga estos inusuales ojos rojos.

Entre la nobleza, sólo nuestro linaje tiene esta característica. Generalmente eran azules. Aun así, en comparación con la Realeza, nuestra sangre es impura y diluida.

—Me disculpo por la tardía introducción. Mi nombre es Lizbeth Adelcian, hija de Welf Adelcian.

Expresando la sonrisa de negocios que había cultivado en mi vida anterior, los ojos de Su Alteza se abrieron de par en par. Después, alternó la mirada entre nosotros con sentimientos encontrados.

En todo caso, tomé la apariencia de mi madre, pero heredé las características de mi padre. Estas pupilas rojas son un claro ejemplo. Sería muy mala suerte si el color rojo se pareciera a la sangre. Sin embargo, se asemejaba a un rubí de alta calidad llamado Paloma de Sangre. Por lo tanto, estoy satisfecha con ellos.

—Esta vez no va a escapar. Padre~

—Ah bien… Su Alteza, tengo un favor que pedirle. Por favor, no trate de escapar de su entrenamiento

—No se puede evitar. Este chica ya me ha convencido.

Ah, él lo entendió, eso es genial. Por cierto, ¿por qué Padre se ve tan sorprendido?.

—¿No se echara atrás?

—Eso es correcto, ¡voy a soportar mi entrenamiento y estudios!

Su Alteza le frunció el ceño. Cuando le di un vistazo, padre asintió con la cabeza, y después sonrió ampliamente.

Es una sonrisa burlona bastante tenaz, ¿no? Debido a que asumió una hermosa forma, ¿podría estar solo burlándose de Su Alteza? Tengo el presentimiento de que va a arrastrarme a esto.

—Liz, ¿quieres seguir mis pasos para convertirte en un Mago Real?

—¿Eh? Ah, es decir, sí. Vine aquí para ese propósito.

—¿No quieres un marido tan fuerte como yo?

—¿Ah? ¿Eh? ¿No nos fuimos del tema de alguna manera?

—Está bien, ¿no?

—Bueno, pero no hagas un alboroto… No sé qué me depara el futuro. Por otra parte, incluso si mi marido es débil, siempre y cuando sea capaz de protegerlo está bien.

Más bien es increíble que esté hablando con una niña de cuatro años sobre el matrimonio.

Además, suponiendo que herede la Casa Adelcian, tendré un matrimonio político… Aunque no haya ninguno, sólo el compañero que mi padre apruebe podrá casarse conmigo.

No estoy considerando enamorarme de alguien ahora mismo. Siendo así, un matrimonio arreglado sería útil.

Padre se puso rígido por un instante ante mi respuesta. Luego disfrazó su reacción con una risa ruidosa y miró a Su Alteza al mismo tiempo.

Espera, padre. ¿Qué pasa con esa provocación de ahora?

—Usted la oyó, Su Alteza.

—No tengo nada que ver con esto.

—Ya veo. A mi hija le gustan los hombres que son amables, tranquilos y caballerosos. De ninguna manera amaría a alguien que escapa de su entrenamiento.

—Tsk, como he dicho, ¡esto no tiene nada que ver conmigo! ¡Ya basta, volveré a entrenar!

Tomando el cebo, Su Alteza soltó mi mano y salió corriendo. Debido a que su rostro estaba rojo, debió sentirse considerablemente avergonzado por la burla.

Cuando le envié una mirada de reproche a mi padre, se echó a reír. ¡Esto no es problema de otra persona!

—Padre, por favor. ¿Qué piensas hacer si Su Alteza pierde la cabeza por este imprudente error?

—Ya es demasiado tarde, todo lo que le di fue un empujón. ¿Qué creías que era, Liz?

—¿Qué era…? Sonaba como una animada charla.

—Bueno, con la actitud del príncipe, estoy preocupado por el futuro de mi hija.

—Su Alteza lo malentendió. Me vio bajo una nueva luz porque lo apoyé por casualidad. En primer lugar, ¿el amor de cachorro no desaparecerá con el tiempo?

No soy estúpida, sé que Su Alteza me quiere, pero eso es solo el efecto de puente colgante [1]. Arregló sus inquietudes y preocupaciones, porque yo intervine por casualidad. Atraído por esa imagen, condujo a este malentendido.

Por lo tanto, Su Alteza no me conoce muy bien; Sería imposible que le llegara a gustar mi verdadero ser, una mujer desagradable como yo. En primer lugar, las oportunidades de volvernos a ver son escasas.

Reunirse con el heredero al trono por casualidad es imposible, mucho menos intencionalmente. El mundo en el que vivimos es diferente, las conexiones problemáticas no son necesarias. Fue sólo un casual encuentro.

Encogiendo mis hombros, el rostro de mi padre se crispó un poco, aunque no hice nada. Ciertamente, las ventajas son grandes si conozco a Su Alteza, pero el riesgo es más aterrador. Teniendo en cuenta los riesgos tanto como sea posible, me gustaría evitar la idea de utilizar a Su Alteza.

—Dejando eso de lado… Padre, cumplirás tu promesa, ¿verdad?

—Ah, sí. Persuadiste adecuadamente a Su Alteza.

—¡Gracias!

Por su culpa activé una extraña bandera, pero mi objetivo original era la prueba de aptitud mágica. En pocas palabras Su Alteza era el encargo. No es como si lo odiara, pero con mi meta enfrente mío, tal vez él sería considerado insignificante.

—He llegado a sentir lástima por Su Alteza.

Logrando por fin mi ansiado deseo, sonreí con naturalidad mientras mi padre dejaba escapar un suspiro magníficamente largo.


[1] Efecto de puente colgante: Este efecto se produce durante las situaciones de peligro. Al estar con alguien con quien se puede sentir algún tipo de atracción, se tiende a confundir la aceleración del ritmo cardíaco y otros síntomas a un enamoramiento con la persona con quien se pasó el peligro a una respuesta del cuerpo ante el mismo.

2 respuestas a “Vida Feliz – Capítulo 6: Edad de contraer matrimonio”

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido