Villana en un otome, ¿cómo acabaron las cosas así? – Capítulo 16: Lo que aprendí tras mi debut social

Es el tercer y último día de mi celebración de cumpleaños. La entrada estaba prácticamente siempre llena, y en el jardín se encontraban varias personas que no conocía. Eran nobles de dominios vecinos, y varios de ellos conectaron con el conde Terejia de algún modo. A pesar de conocer sus nombres, es la primera vez que me encuentro con ellos.

Asesiné a mi familia a una edad temprana, y no había salido del área de control directo hasta antes de ayer, por lo que no tenía forma de familiarizarme con otros nobles. Es la primera vez que veo a tantas personas aquí, en la mansión.

Desde la ventana de mi segundo piso, podría ver un gran diluvio de colores. Como todavía soy un menor, el conde se encarga de saludar a todos los invitados, quienes estaban esperando en el jardín.

—Ese joven chico de ahí es el único hijo del Vizconde Henzanut. Y, la persona justo a su lado, quien va vestido formalmente con un traje verde, es uno de los hijos del conde Genea.

—Están a punto de graduarse de la escuela. Si esto continúa siendo pacífico, será beneficioso para nosotros el tener buenas relaciones con ellos en el futuro.

Kamil se encontraba a mi lado, y me ayudaba dándome información sobre los nobles de los países vecinos. Debido a que ha estado sirviendo siendo el guardia del conde durante las visitas a otros dominios, ha podido reconocerlos.

Los nobles de la capital real eran en su mayoría nobles de rango inferior y nobles sin tierras propias, y tener a sus hijos acompañándolos podría ser considerado normal, pero los nobles de los dominios fronterizos más pequeños a menudo tenían plebeyos que los acompañaban. Como respetable noble de la capital real, el conde Terejia, quien tenía una historia de haber servido en el palacio real, cada vez que visitaba dominios vecinos, como lo haría con los nobles de menor rango que le sirvieran en la capital real, llevaba consigo a los sirvientes.

Y, debido a que no habían tantas oportunidades de visitar los dominios vecinos, es realmente conveniente el hecho de que Kamil haya podido ir con el conde.

Como es obvio, por muy estúpido que Kamil sea, como él es mi secuaz el conde debe haber intentado entrenar a Kamil y darle cierta experiencia. Hoy ha dejado a Kamil a mi lado también, lo que probablemente fue hecho a propósito.

Y así, mientras observábamos a los nobles a través de la ventana, el sirviente del conde, Bellway, subió de repente las escaleras. Este hombre es capaz de aparecer inesperadamente al azar. Me pregunto si es un requisito poder caminar muy rápido para convertirse en secretario del conde.

—Eliza-sama, parece que todos han llegado.

—Entendido. Iré pronto. Kamil toma a Rashiok.

—De acuerdo, Eliza-sama.

En frente de Bellway, Kamil no mostraba su actitud usual, por lo que le dejé a cargo de Rashiok. Un extravagante manto cayó de sus hombros.

Hoy, como siempre, llevaba puesto un atuendo caballeroso y formal. De hecho, el traje de hoy es más formal que de costumbre. La única parte que es algo informal era mi largo abrigo. Sin embargo, mi manto era más pesado y molesto que de costumbre, me cansaría si movía mi parte superior del cuerpo demasiado, pero no podía hacer nada para remediarlo. Hubiera sido mejor si hubiese podido montar a caballo como en el primer día de mi celebración de cumpleaños. Al tener que caminar, sentí, de repente, que mi vejación¹ era cada vez mayor. Levanté reflexivamente mi codo derecho para tratar de aliviar algo del peso, pero Bellway me reprendió suavemente, diciendo “sopórtalo, es sólo por hoy”.

—La vestimenta de las ceremonias formales son realmente pesadas.

—En realidad, es más ligera que un vestido. Su peso es debido a las prendas interiores.

—……

Bellway hablaba de la vestimenta de las mujeres como si no fuese nada importante, por lo que no me sentí capaz de responder y me mantuve en silencio mientras nos dirigíamos a la primera planta. En ese momento, mi atención fue involuntariamente captada por el rostro que vi aparecer al girar la esquina.

—Ahh, ¡Eliza-sama!

—Señora Galton…

Mi voz sonaba harta, y aunque quería encontrar una excusa para marchar, no podía hacer nada. Había una cantidad abundante de suave, pura tela en sus brazos, y ella también estaba sosteniendo un llamativo vestido. Ya que hoy es el primer día en que se me presentará a todos los nobles, ella me había implorado que al menos llevara un vestido para la ocasión, y había apelado una y otra vez a cualquiera y a todos sin tener en cuenta quiénes eran.

—Eliza-sama, ojou-sama, por favor, reconsidérelo. Si aparece frente a todos esos nobles vestida así, ¿no estará declarando públicamente lo mucho que trabaja a pesar de ser una mujer?

—Y, ¿Qué hay de malo en ello, Sra Galton?

Estoy bastante cansada de la discriminación de género. Naturalmente, mi tono se volvió más duro, y la Sra Glaton retrocedió ligeramente debido a la presión. Apuesto a que Bellway quien estaba detrás de mí, estaba igual de asustado.

—Sin duda alguna, soy la dueña de este dominio. No tengo parientes, y no puedo dejarle el cargo de todo al conde Terejia hasta que me gradúe. Él es ya bastante mayor, no sabemos cuándo perderemos su protección.

No tengo tiempo libre suficiente como para escuchar las quejas y peticiones de la Sra Galton. Especialmente ahora, cuando importantes nobles invitados están esperando mi llegada. Es muy lamentable que la niñera que me crió sea incapaz de discernir el tiempo y lugar apropiado para las cosas.

—Si eso ocurre, tengo que gobernar este dominio y la gente debe confiar en mí como su reina. Es por ello que intento aprender. Es por ello que apareceré frente a esos nobles tal y como soy. ¿Hay algún problema con ello?

—Eso….

Al ver que la Sra Galton se había quedado sin palabras, y debido a mis prisas, finalicé la conversación y seguí caminando. Ella se ha vuelto más molesta recientemente. Ya que estoy creciendo y su trabajo cómo mi niñera ha reducido, me pregunto si se siente frustrada.

Sea cual sea el caso, si no se calma aunque sea un poco, se aislará cada vez más dentro de la mansión. Sería extraño intentar confrontar su forma de ver, pero afortunadamente Bellway se siente tal y como yo y sabe mantenerla a raya.

Pude escuchar la banda empezar a tocar la música que tenían preparada. Me detuve por un momento en la entrada, para retocar mi apariencia una vez más. Bellway estiró su mano, y con gentileza ajustó la posición de mi pañuelo.

—Sus palabras afiladas justo antes, fueron bastante refrescantes de escuchar. Si Eliza-sama realmente piensa eso, el conde podrá sentirse complacido al escucharlo también.

—…… Debido a que regresé con una lesión en el primer día de mi celebración de cumpleaños, creo que esto me irrita aún más que de costumbre. Las acciones de la Sra. Galton, a su propia  manera, no son por mí ni por mi futuro.

—Sí, eso es cierto.

Bellway no sonrió al responder, y entró en el recibidor sin decir una sola palabra, por lo que decidí seguirle sin vacilar. Cuando las puertas se abrieron, la brillantez llenó el recibidor entero mientras montones de luces se encargaban de iluminar todo el lugar, a pesar de que era mediodía. Observé todo lo que me rodeaba, pero no pude encontrar ningún índice de aprobación en la mirada de los invitados. Bueno, eso no es algo que me haga titubear. Después de todo, es común en las primeras reuniones. Me acostumbré a ello a pesar de que es algo desagradable. Como era de esperar de los invitados reunidos por el conde, no hubo ninguna conmoción grosera por parte de ellos.

Puesto que es así, aunque no puedo dejar completamente de lado el problema con la señora Galton, decidí dejar de defenderla. Podría tener consecuencias para mí más tarde si no me mantengo atenta y cometo un error.

El Conde Terejia me llevó a todas partes, y me presentó a los huéspedes nobles. Entre la nobleza arxiana, hay costumbres y modales que deben ser observados cuando se presenta a alguien por primera vez. No se supone que debo hacer nada ya que soy la invitada de honor, y alguien debe  presentarme a todo el mundo. Por decirlo de otra forma, yo estaba limitada a saludar directamente a la gente. Me presentaron a los nobles de los dominios con los que teníamos relaciones, dominios con los que podríamos construir relaciones en el futuro, con nuestros dominios vecinos y con los nobles de la capital real que el conde ha conocido durante mucho tiempo.

Puesto que Kamil me había estado enseñando antes de esto, recordar sus nombres era un proceso relativamente fácil. Los huéspedes de los dominios importantes que se negocian con Henznaut y Rogshia tendrían que ser tratados con cortesía, mientras yo tenía que prestar atención con tal de no ofender a los de los dominios fuertes cercanos, como Genas o Jugfena, eso era algo bastante aburrido.

Entre ellos, había un joven que, extrañamente, no me parecía desagradable. Parecía joven, probablemente tenía poco más de veinte años. Su piel era blanca como la nieve, algo que casi nunca había visto desde que nací, su cabello plateado era extraño y sus ojos azules eran profundos. Debe de ser del noroeste de la capital real, sólo la gente del oeste de las montañas Albus tienen colores tan especiales en su aspecto, y mis ojos fueron involuntariamente atraídos por él. Me miró directamente y se echó a reír. Ante su completa aparente falta de malas intenciones, empecé a pensar que era sospechoso y simplemente asentí con la cabeza.

—Kamil, ¿Quién es el hombre de cabello plateado?

Cuando Kamil observó al joven muchacho que indiqué, pareció estar confundido por un momento, hasta que finalmente contestó con una voz carente de confianza:

—…Creo que es Margrave Molton, de la región de Foshubari.

Foshubari …… la región que está más situada al noroeste del reino. Debido a que está bastante lejos, sólo conozco el contorno aproximado de la geografía de esa región. Realmente ha llegado bastante lejos solo para visitar este dominio apartado, perteneciente a una vizcondesa menor. Se necesita casi un mes para llegar hasta aquí con un carruaje tirado por caballos. Cómo marqués, no creo que tenga tanta influencia en el palacio, así que no sé por qué el conde habría invitado a este hombre aquí.

—¿Te gustaría saludarle?

—…No. Está bien así.

El conde Terejia tampoco lo presentó. En vez de prestarle tanta atención, decidí que debía interesarme más en los otros nobles.

Y así, alejé aquél bello color plateado de mi mente, y volví a observar al conde Terejia. El joven siguió mirándome por un tiempo. Pude verle por el rabillo del ojo, él era el único de todo el lugar que mantenía una leve y suave sonrisa mientras me observaba, por alguna razón que yo no conocía.


  • Vejación¹ → Humillación

♥ ❤ ♥

2 respuestas a “Villana en un otome, ¿cómo acabaron las cosas así? – Capítulo 16: Lo que aprendí tras mi debut social”

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