Villana en un otome, ¿cómo acabaron las cosas así? – Capítulo 32: Orden para enviar tropas

Traducido por Kiara

Editado por Susibet


Los días fueron pasando de manera rutinaria, los informes sobre el exterminio de las polillas de fuego continuaron llegando, también los informes sobre el progreso de la construcción del pueblo en la parte oriental del dominio. Incluso hace unos días, se nos entregaron treinta caballos de guerra del dominio Ruktoferd, por lo que el establecimiento de la tan anhelada tropa de caballería por parte del Conde Terejia está cada vez más cerca de ser una realidad. Y salvo la última mención, no han habido muchos cambios.

Entonces  un día tan tranquilo como cualquier otro, un mensajero del ejército de el dominio real de Jugfena llegó al nuestro.

El conde y yo lo recibimos en el salón de la mansión. El soldado estaba completamente cubierto de la cabeza a los pies con una cota de malla, una túnica bordada con el escudo de armas del Reino de Arxia, una corona y el Código Sagrado, que cubría su armadura. Tiré de la manga del conde con cuidado para no ensuciarla, y obtuve -él es un caballero,  como respuesta a cambio.

Ya veo, entonces él es un caballero. Está bien usar caballeros como mensajeros.

Los Caballeros son lo que llamamos oficiales militares que se han convertido en nobles. Para ser más precisos, los caballeros son aquellos que han ingresado oficialmente como caballeros, y los plebeyos que ingresan a los caballeros también pueden convertirse en caballeros titulados. Dado que los nobles sin títulos pueden convertirse también en caballeros titulados, entrar en la caballería es básicamente una forma de ganar nobleza.

—Bienvenido al dominio de Kaldia.

—Agradezco su bienvenida. Traigo un mensaje del líder de los Caballeros de la Fortaleza Jugfena, Earl Einsbark.

El caballero entró sin siquiera sentarse, y permaneció de pie entre la silla y el escritorio. Al parecer se trata de un asunto urgente. Como se mantuvo de pie, el conde y yo también permanecimos de pie.

El caballero miró la expresión de anticipación del conde y solemnemente comenzó a hablar.

—Alrededor de diez mujeres y niños de la tribu Shiru llegaron a la fortaleza Jugfena. Actualmente están bajo nuestra protección.

En las palabras del caballero, cerré mis ojos suavemente. El tiempo finalmente ha llegado. Han pasado dos meses desde que decidimos aceptar a los refugiados, la tribu Shiru ha hecho bien en escapar del ejército Densel.

—Según uno de ellos, todavía hay cuarenta personas más de la tribu Shiru que están de camino hacia la fortaleza Jugfena, están siendo perseguidos por una compañía de trescientos soldados Densel. El dominio de Kaldia ha aceptado acoger a los refugiados, ¿habrá algún problema para aceptarlos?

—No hay ninguno.

Cuando respondí, el caballero me miró con sorpresa. Aunque luego miró al Conde Terejia, esperando su confirmación, para luego recibir la mía. Es un caballero digno de elogio. Incluso cuando otros saben que soy la vizcondesa de Kaldia, siempre tratan al conde como el señor del dominio.

—Muy bien entonces, junto con los mil refugiados que actualmente se encuentran bajo protección en el fuerte, ¿estará bien enviarlos aquí como se prometió?

—Sí, por supuesto.

El caballero asintió y luego vaciló un poco.

—Vizcondesa de Kaldia, El caballero Earl Einsbark desea solicitar tu ayuda para defender la Fortaleza Jugfena

Al ver su expresión noté que estaba preocupado y dudoso, me miraba de forma distinta, parecía sentirse culpable por algo, probablemente por que no quiere involucrar a los niños en la batalla.

Él es honesto acerca de sus sentimientos y muy ético.

Recordé que cuando el conde Terejia me enseñó por primera vez sobre el país vecino, había evitado mirarme a los ojos.

—Aceptaré esta solicitud. Llevaré cincuenta soldados del ejército de Kaldia y viajaré hacia la fortaleza Jugfena.

— ¿Lo hará personalmente?

Se sintió como si esa pregunta se le hubiera escapado a causa de la sorpresa. La expresión de su rostro demostraba un perfecto Ups, ¿que acabo de decir?, aunque en sus ojos se podía notar que su buena voluntad.

Sus valores parecen similares a lo que recuerdo de mi vida anterior. En este mundo, era muy común que hubiera niños soldados menores de diez años, y no era tan raro que los señores de los dominios que tenían poco más de cinco años estuvieran en la batalla. Sentí una extraña sensación de nostalgia cuando asentí con firmeza en respuesta a él.

—Entiendo. Le informaré al caballero Einsbark. Me disculpo pero tengo que partir ahora.

◆◆◆

A la mañana siguiente, llegó una paloma mensajera de la capital real.

El mensaje que trajo fue una orden para enviar tropas desde la Cámara Alta de los Lores. La Cámara Alta de los Lores también se conoce comúnmente como la “Corte Imperial”, es donde los representantes del rey y la Cámara de los Lores toman varias decisiones. Es similar a los gobiernos feudales que aprendí en mi vida anterior, y está formado por el rey, el primer ministro, el comandante en jefe, el sumo sacerdote, el arcipreste, tres jueces y cinco representantes de la Cámara de los Lores.

—La vizcondesa Kaldia dirigirá el ejército de su dominio y se unirá a la defensa de la fortaleza Jugfena… Incluso el palacio real se tomó la molestia de redactar tal orden.

No hay duda de que esto tiene que ver con las acciones del conde Terejia y nuestra aceptación de los refugiados. Recibir una orden directa de la Cámara Alta de los Lores, incluso tres veces en la vida, se considera algo muy raro. Además de eso, también fue sellado con sello real, de manera que es considerado decreto del rey.

Creo que una simple orden de la Cámara de los Lores debería haber sido suficiente, se siente que incluso las personas en los lugares más altos están dando su reconocimiento al dominio de Kaldia. Mientras miraba los documentos de la orden, me senté reflexivamente.

— ¿Cuánto tiempo vas a descansar y relajarte cuando no deberías tener el tiempo libre para holgazanear, Aida-dono?

—Es Eliza, Claudia-dono.

—Mis disculpas. ¡Bien, entonces es hora de que emitas un comando para que el ejército se mueva! Vamos, apresúrate.

Mientras miraba a la persona que estaba frente a mí, Claudia parecía demasiado emocionada y ni siquiera estaba tratando de ocultarlo. Esta chica…

—Hay algo de lo que me gustaría hablar contigo antes de eso.

— ¿Hm?

Suspiré cuando comencé a hablar con Claudia. Ella inclinó su cabeza, y sonrió con lo que se puede llamar su expresión seria. Nos hemos tratado durante varios meses, por lo que puedo detectar cuando toma una expresión seria, pero aun así, este es un tema muy serio, así que también hablaré con seriedad.

—Supongo que el conde  ha hablado contigo y te ha pedido que te conviertas en mi guardaespaldas en lugar de Kamil.

— ¡Mm!…¿Mm?

Me pregunto si tratar de tener una discusión seria con ella me convierte en una idiota. ¿Estoy cometiendo algun error? Ante la respuesta confusa de Claudia, de repente sentí una sensación de futilidad dentro de mí. Tal vez me estoy equivocando desde el momento en que decidí convertirla en mi guardaespaldas.

— ¡Oh, si, si! Ahora que lo pienso, me dijo algo así

Claudia se golpeó la mano con el puño mientras lo recordaba, y tragué mi inminente suspiro. Parece que ella se había olvidado por completo hasta ahora. Es solo que por una vez, ella pudo leer la atmósfera y aceptó lo que dije.

—Desafortunadamente, Kamil actualmente no puede regresar de supervisar la construcción del pueblo. No hay nadie más que pueda hablar el idioma de los nuevos habitantes del dominio, por lo que no hay nadie más que pueda hacerse cargo del proyecto de construcción.

—Ah, ahora entiendo.

Claudia siguió asintiendo y respondiendo vagamente, me pregunto cuánto de lo que dije pudo comprender realmente.

—Es decir, no es posible que Kamil regrese y sea mi guardaespaldas, así que si es posible,  siendo que tengo que partir hacia la Fortaleza Jugfena, me gustaría pedirle a Claudia-dono que se convierta en mi guardaespaldas. ¿Está eso bien?

—Por supuesto no hay ningún problema.

Ella respondió de inmediato con una sonrisa encantada. No hay problema, entonces está bien.

—Entonces, hasta que regrese de la Fortaleza, te dejaré a cargo de las cosas aquí en la mansión.

Claudia no parecía haber notado la forma en que había redactado mi pedido, aceptó sin más, sin decir que me protegería durante la batalla. Estoy muy contento de que ella no haya dicho algo así. Claudia ha sido confiada al dominio de Kaldia. Si ella muere o se lastima en la batalla, se convertiría en un incidente importante.

— ¡¿Qué?! ¡¿Entonces no podré protegerte durante la batalla?!

—Será menos peligroso aquí en el dominio de Kaldia, y por supuesto no puedo permitir que Claudia-dono me acompañe al frente de batalla en la fortaleza

—¡No! ¡Voy a ir contigo para protegerte!

Me apresure a retractarme de mi declaración anterior, decide escapar hacia la oficina del Señor del dominica. Tengo que hacerle un informe al conde sobre lo que acaba de suceder.

♥ ❤ ♥

7 respuestas a “Villana en un otome, ¿cómo acabaron las cosas así? – Capítulo 32: Orden para enviar tropas”

  1. Ya quiero que alguien le muestre respeto 😚 xq ella es genial y se lo merece, pero siento que aún la menosprecian mucho y eso me molesta 😑 bueno seré paciente con los avances, gracias

    1. Y está bien que te moleste, ¿a quién no le fastidia que le traten así? xd

      Por cierto, pasa por Kovel Times edición 15 para encontrar su siguiente capítulo

      1. Gracias!!!! 😘 Sabía que no era la única a la que le molestaba como tratan a la protagonista ✌️ bueno voy a descargar la revista 😉 gracias 💕

Responder a Catora Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido