Villana mimada por el príncipe vecino – Capítulo 72: La petición de Pheles

Traducido por Sharon

Editado por Ayanami


¿Cómo podría describir su apariencia?

Ya no era un animal esponjoso y lindo. Liliarge, ahora, tiene la apariencia de un monstruo de cinco metros de alto, y sus cuernos, antes redondos, son afilados. Éstos, llegan hasta el techo, causando que algunos pedazos caigan al suelo.

Pheles se balanceó hacia ella, pero Liliarge lo atacó con magia. Él, puso una barrera de inmediato, pero una gran cantidad de poder le asaltó.

—Kk…ghh…

Pheles y Liliarge están conectados por el Anillo del Cielo Estrellado. Como ella ha perdido su voluntad, la conexión se está volviendo inestable, así que su poder estaba retrocediendo y asaltando al primer rey.

Él cayó sobre sus rodillas debido al dolor, mientras intentaba soportarlo. Y, aunque Aquasteed lo notó de inmediato, no se podía mover porque los ataques mágicos de Liliarge no se detenían.

No hay límite para sus ataques. Como era amada por las Hadas, tiene un gran control sobre la magia. Normalmente, evita la magia agresiva por su personalidad tranquila, pero en términos de fuerza bruta, supera incluso a Pheles.

Aquasteed también era bueno con la magia, pero está acostumbrado a atacar.

Además, sabe que el monstruo es Liliarge, por lo que no puede matarla. Sin embargo, si continúa peleando a la defensiva, terminará en una posición difícil.

Tengo que hacer algo, o ambos reyes morirán, pensó Aquasteed, mientras evadía desesperadamente los ataques.

♦ ♦ ♦

— ¡Keith! ¡Vamos a apurarnos! ¡Estoy preocupada por el príncipe Aqua y los demás!

—Lo sé.

Mientras Aquasteed y el resto enfrentan al monstruo, Tiararose y Keith corrían hacia el cuarto sellado.

Se supone que sólo entrarían a colocarle el brazalete a Pheles, sin embargo, Tiararose terminó su parte primero.

Al principio, habían estado esperando a los demás, pero cuando se volvió claro que estaban tomando demasiado tiempo, ambos decidieron bajar. Si las cosas hubieran seguido el plan, ella y Aquasteed ya estarían reviviendo a las plantas muertas…no obstante, eso tendrá que esperar.

Keith tomó el liderazgo, y Tiararose le siguió.

¡Es tan rápido!

La princesa jadeó, mientras intentaba mantener el paso desesperadamente. Sin embargo, como hace tiempo que no realiza ejercicio, le está resultando difícil.

Al principio, ella fue quien apresuraba a Keith, pero ahora sus posiciones fueron invertidas.

—Oh, bueno. Supongo que no tengo otra opción.

— ¿Huh? ¡Ahhh!

— ¿No estamos en un apuro? —Preguntó Keith, mientras la levantaba. Estaba a punto de gritarle que esta no era la manera de tratar a una mujer, pero Tiararose ya estaba al límite de su fuerza.

—Uhh…

—Voy a llevarte allí, así que quédate quieta. ¿O preferirías que te lleve como princesa?

— ¡Estoy bien así!

No quería que nadie más que Aquasteed la llevara de esa manera.

—Ya veo. Te has vuelto bastante tímida.

—Sé que te divertirás si me resisto. ¡Prefiero que me lleves en tu espalda!

— ¡Haha! Ya veo —rió Keith, y continuó corriendo hacia el cuarto sellado.

Después de un tiempo, por fin llegaron a su destino. Elliot, Olivia y Levy estaban mirando el cuarto desde afuera. Tiararose se acercó, preguntándose qué sucedía.

— ¡Señorita Olivia!

— ¡Oh, princesa Tiararose! Estoy feliz de ver que se encuentra bien. ¿Eso significa…?

—Sí, recibí el anillo de Keith.

—E-Es tan lindo…

Los ojos de Olivia brillaron cuando observaron el accesorio del Rey Hada del Bosque. Pero se despertó rápidamente, y señaló el cuarto en pánico.

— ¡Hay otros asuntos más importantes!

— ¿Hm?

Tiararose y Keith observaron el interior de la habitación y jadearon. Había un monstruo negro atacando a Aquasteed, con Pheles observando estupefacto.

La princesa no podía entender lo que estaba sucediendo, pero supuso que ese era el monstruo sellado.

—Tsk. No pensé que Lilia perdería su mente de esta manera.

— ¡¿Qué?! ¡¿La reina Lilia?!

El monstruo, en efecto, es negro, pero los cuernos son completamente diferentes.

Estaba sorprendida por las palabras de Keith, sin embargo él lucía demasiado serio para estar bromeando, así que realmente debe ser Lilia. Debían actuar, o Pheles y Aquasteed estarían en peligro.

Mientras Tiararose consideraba qué hacer, Olivia y Elliot le explicaron lo que sucedió.

Para ayudar a su esposo, que había perdido la cabeza, Liliarge tomó más poder de lo que su cuerpo podía soportar, resultando en el despertar del monstruo.

—No, no puede…pero, ¿cómo la regresamos a la normalidad?

—No lo sé. Están peleando desde hace quince minutos.

—Quince minutos…

Entonces, Aquasteed no podría aguantar por mucho más tiempo.

—Keith, ¿hay alguna manera de ayudar a la reina Lilia? ¡Quiero ayudarla!

Él se rascó la cabeza frustrado y negó.

—Si pudiera, ya lo habría hecho. No podemos salvarla, aún con el poder de un Rey Hada. De hecho, ya intentamos…matarla, antes de que se convirtiera en esto.

— ¡¿Qué?!

—Por supuesto, Pheles hizo lo que pudo para detenernos. Sin embargo, no tenemos otra opción ahora que sucedió esto.

— ¡No puedes!

Tiararose no podía abandonar a Liliarge. No era una opción para ella. Aunque lo que está sucediendo frente a ella sea real, este seguía siendo el mundo de “El Anillo de Lapis Lazuli”, el juego que ama.

Debe haber una forma de llegar al final feliz, se dijo, mientras buscaba una solución.

Había algo en Liliarge que le hizo pensar que lucía triste mientras ataca salvajemente. Tiararose quería volver a verla sonreír sin importar qué.

Entonces, repentinamente, sus ojos se posaron en la mano que tenía su anillo. Las garras eran largas e increíblemente afiladas, pero el anillo seguía ahí.

Era el Anillo del Cielo Estrellado que Liliarge usualmente usaba alrededor de su cuello.

En el momento en que lo vio, el propio anillo de Tiararose comenzó a brillar.

Quizás pueda ayudar a la reina Lilia.

Los Anillos del Cielo Estrellado de Tiararose y de Liliarge se están llamando entre sí. De hecho, se habían encontrado la primera vez porque su anillo la había atraído, así que estos deben contener el secreto para ayudarla.

—Tiara, no creo que Aquasteed pueda aguantar por mucho tiempo…hey, ¿en qué estás pensando?

—Algo que sólo yo puedo hacer.

Keith estaba a punto de decir que debían atacar, pero Tiararose tenía una mirada llena de determinación que sólo pudo tragarse sus palabras. La princesa se adelantó y se acercó a Liliarge.

Estaba tan seria, que Keith vaciló en detenerla. Sin embargo, Elliot actuó rápidamente.

—Princesa Tiararose, por favor, permanezca atrás. ¡Es demasiado peligroso! Si algo le sucede, el príncipe Aquasteed estará demasiado triste.

—No sirve de nada. Tiara puede ser extrañamente terca cuando quiere. A juzgar por su mirada, no va a retroceder —dijo Keith con una risa, y Elliot le miró frenético.

— ¡Eres como la heroína! —Dijo Olivia, sin intención de detenerla.

No sé si tendré éxito.

Sin embargo, sólo ella puede salvar a Liliarge. Tiararose observó el anillo y besó la piedra en el centro.

—Oh, Anillo del Cielo Estrellado… ¡Conéctate con el anillo de Liliarge y dame el poder que la abruma!

Si es demasiado para que Liliarge lo contenga sola, entonces, podrían hacerlo juntas.

Tiararose oró al Anillo, pidiéndole su ayuda. Entonces, repentinamente, luces pálidas llenaron el cuarto, creando un ambiente parecido a un cielo estrellado.

Aquasteed notó de inmediato la diferencia y miró hacia la puerta…hacia Tiararose. Entonces, vio la increíble cantidad de poder que flotaba hacia ella y gritó de terror.

— ¡Tiara! ¡¿Qué estás haciendo?!

No sabían lo que podría suceder, y quería detenerla, pero su determinación era firme. Ella sacudió ligeramente su cabeza y sonrió, mostrando que no le haría caso.

—Soy tu esposa, príncipe Aquasteed. Debemos soportar juntos el peso de gobernar y proteger este reino.

Si eso significa que morirá porque no puede contener el poder, eso quiere decir que no era lo suficientemente fuerte para ayudarlo en primer lugar.

Sin embargo, Tiararose tenía una ventaja como la villana. Keith le había dicho que tiene la capacidad de tomar una inmensa cantidad de poder.

Ella lo soportará.

—Tiara…Tiararose…

—Príncipe Aquasteed y reina Liliarge. Los apoyaré a ambos.

Y con eso, el poder fluyó en su interior.

Al mismo tiempo, Liliarge detuvo sus ataques. Su cuerpo comenzó a encogerse, mientras su poder fluía a la princesa. Incluso sus cuernos volvieron a redondearse.

—Ha…Haa…

— ¡Tiara!

Era como si la magia desconocida le hubiera causado una fiebre. Tiararose colapsó justo cuando Aquasteed llegó a su lado.

El sudor bajaba por su rostro, pero ella intentó aceptarlo todo. Aquasteed la sostuvo y oró porque no hubiera aceptado más de lo que podía tomar.

Pheles fue el primero en mostrar cambios. El flujo de magia invertido se detuvo. Su expresión adolorida se calmó, y comenzó a arrastrar su cuerpo hacia su esposa.

Reunió el cuerpo tembloroso de Liliarge en sus brazos y lloró.

—Lo siento tanto —repitió una y otra vez.

Ellos sonrieron, Liliarge regresó a su tamaño original, y el flujo de magia hacia Tiararose se detuvo.

La princesa estaba aliviada de verlos a salvo, y suspiró. Por otro lado, Aquasteed estaba aún más aliviado de verla bien.

—Tiara, desearía que no hicieras cosas como esta. Casi se me detuvo el corazón.

—Aun así, creíste en mí lo suficiente para no detenerme. Gracias. Estoy feliz de haber podido salvar a la reina.

—Sí…

Aquasteed sólo podía concordar con ella. No, todos los que estaban allí estaban aliviados de que todo terminara bien.

Tiararose adquirió el anillo del Rey Hada del Bosque, y pudieron regresar a Pheles a la normalidad. Las estrellas seguramente ya habían regresado al cielo, y Marineforest, una vez más, podría ser un país próspero y pacífico.

Ayudando a la debilitada Tiararose, Aquasteed pensó en lo mucho que tendría que hacer de hoy en adelante. Aun así…ver a los antiguos reyes abrazándose felices hacía que quisiera observarlos en silencio.

¿Cómo podría ser feliz el reino si sus fundadores no lo eran?

Aquasteed sentía que él y todo su pueblo debían ser felices para que el reino lo fuera. Y, para su propia felicidad, necesita de Tiararose.

—Gracias, Tiara. Los necesito a ambos, a ti y al reino.

—Oh, príncipe Aqua…

Las manos de Aquasteed sostuvieron las suyas y entrelazaron sus dedos. Los dos observaban a Pheles y Liliarge.

Ella estaba llorando, mientras Pheles la consolaba y acariciaba, pero también lloraba feliz. Era una imagen encantadora y cálida. Es difícil creer que hace unos momentos ambos hubieran estado actuando tan salvajes.

—Pheles, finalmente puedo ver tu rostro…

Compartiendo el sentimiento de querer observarse, ambos miraron los ojos del otro.

—No había escuchado tu voz en tanto tiempo, Lilia…

—Lamento haberte dejado solo.

—Yo debería ser quien dijera eso. Te mantengo atada aquí como mi esposa. Si fuera más fuerte, no deberías soportar un peso tan grande.

—Prometimos que no hablaríamos de eso —La pata esponjosa de Liliarge tocó su boca para callarlo, y dijo: —Me quedaré contigo, incluso después de morir.

—Sí, sí…gracias, Lilia —lloró mientras la besaba —Gracias por estar conmigo.

—Sí.

—Por favor, quédate conmigo siempre.

—Por supuesto.

Sus lágrimas se combinaron y brillaron, como si fuera una bendición.


Sharon
Qué linda pareja Q-Q Nueva OTP, Lilia y Pheles

2 respuestas a “Villana mimada por el príncipe vecino – Capítulo 72: La petición de Pheles”

  1. Otra novela cuarentenezca que leo de principio a fín si paraaaarr (je,je)🙈🙊❗❗ Muchisimas gracias por su esfuerzo, tiempo, contancia y dedicación😍🙏💕❗❗ y por cierto Sharon, me encanta leer los comentarios que dejas😂💖❗❗

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