Riku – Capítulo 1: El día en que se rompieron los engranajes

Traducido por Kaori

Editado por Kaori 

Corregido por Sharon


—Riku, mi querida hija —dijo padre—. A este ritmo, sólo conseguirás agotarte y acabar en el estómago de algún demonio.

Al hablar, me tomó por el cuello, levantándome mientras agitaba inútilmente las piernas en el aire entrando en pánico.

Este hombre caminaba con calma por el borde de un impactante acantilado, sin inmutarse ante el profundo abismo que se abría a sus pies, pero este lugar no siempre se vio así.

El mar embravecido esculpió el escarpado precipicio; sus olas golpeaban con rabia la roca, y el eco que producían parecía susurrar: “Vamos, ven, da un paso más para unirte”. Era un espectáculo aterrador.

—¿Padre? —le llamé al percatarme de que me miraba y sonreía con un amago de preocupación.

A pesar de la escena que se desarrollaba al borde del acantilado, él solía ser muy amable conmigo. Por eso, nunca abandoné el entrenamiento espiritual. No importaba lo buena que fuera en el manejo de la lanza, ni lo mucho que había mejorado con la espada, si no era capaz de utilizar el arte espiritual para impedirle al demonio el uso de su poder, fallaría y terminaría azotada y golpeada por él. Además, me prohibirían el uso de la espada. El dolor sería duro de soportar, pero no tanto como el ridículo, eso sí que lo odiaba con todo mi ser.

—¡Si sigues así, caeré! —le supliqué.

En el pasado fue amable y yo sabía quién era en realidad. Por mí no ponía en la mesa la comida que no me gustaba e incluso, cuando rompí alguna vasija, padre se limitó a sonreírme y perdonarme. Además, siempre que quería algo, lo compraba y también me regalaba lindos vestidos.

Madre murió cuando tenía 5 años a causa de una grave enfermedad. Pero padre se quedó conmigo, me consoló y desde entonces, se volvió más afectivo. Incluso disminuyó el tiempo de entrenamiento.

Sí, mi padre era muy considerado o eso era lo que pretendía aparentar. Porque no era posible que él actuara así ahora, en mi cara apareció una mirada de súplica y temor.

—Pero Riku, eres una niña inútil, lo sabes, ¿no? —Las palabras de mi tan amado padre, acabaron con mis esperanzas—. Por eso caerás.

Ya lo había notado. A pesar de que siempre sonreía, esa sonrisa nunca llegaba a sus ojos. Me mostraba el mismo rostro que cuando entrenamos, sus pupilas brillaban, frías e implacables.

—A pesar de ya tener 7 años, no puedes utilizar las Artes Espiritistas. Eso, hija mía, es un fracaso. Una niña sin talento sólo puede traer vergüenza a la Familia Barusak. Por eso, Riku, eres un estorbo y nadie te necesita.

—Pero…

Intenté responder, sin embargo… me dijo que era innecesaria, que no tenía talento. Entonces, ¿qué se suponía que tenía que hacer a partir de ahora? Si era expulsada de casa, ¿Cómo seguiría viviendo?

Como si tratara de abrazarlo, me aferré al brazo de mi padre.

—¡P-Padre! —tartamudeé—. ¡Voy a esforzarme mucho más! Así que, por favor, ¡deja que me quede! ¡Por favor, no me tires!

—Riku —me tocó la cabeza con su mano libre y la pasó por mi pelo.

Mi cabello rojo fuego parecía arder, nunca me gustó mucho que lo acariciara. No era que me desagradara el color de mi cabello ni nada por el estilo. Es sólo que no podía acostumbrarme a la forma en que lo hacía, me sentía como un sujeto de pruebas. Ahora mismo tenía mucho miedo, pero no podía hacerle enfadar, así que tuve que soportarlo en silencio.

—Esto ya es un hecho probado —argumentó mi tiránico padre—. Con 4 años Rook ya privó al demonio del uso de su poder, pero tú, Riku, no puedes hacer ni lo más básico. Y, de todos modos, siempre me dio asco tu cabello. Es nauseabundo —dijo, y se sacudió de encima mis delgados brazos.

En circunstancias normales, ese gesto no sería suficiente para que le soltara, pero ahora mismo, estaba profundamente impactada por lo que había dicho. Incluso con mi extraordinaria fuerza, no había forma de que pudiera mantenerme aferrada a su brazo.

El pelo rojo era algo singular en mí, nadie más en la familia tenía ese color: ni mis padres, ni mi hermana mayor, ni tampoco mi hermano pequeño. Lo cierto es que, mi cabello nunca fue muy apreciado por los demás. Pero aun así, que a mi amado padre le repugnara de tal forma, era algo impensable.

—Adiós Riku. No aparezcas ante la Familia Barusak, nunca más.

Y con esas palabras, me arrojó al mar.

Por un momento me sentí flotar, pero enseguida fui capaz de escuchar el sonido del viento que azotaba mi cuerpo. Me precipitaba hacia las agitadas aguas a una velocidad vertiginosa y las oscuras olas parecían estar llamándome, ”Ven, ven aquí”. En cuanto caí, el mar me envolvió y todo lo que alcanzaba a ver eran burbujas y agua. Desesperada, traté de salir a la superficie.

—Pa…a… —El vaivén incesante de las olas no me permitía articular palabra, pero lo intenté de nuevo con más ímpetu y lo conseguí. Por unos segundos me mantuve a flote y grité—: ¡Padre!

A lo lejos, sobre la cima del acantilado vislumbré la silueta de mi padre- Extendí el brazo, rogándole ayuda, pero la siguiente ola que llegó me arrastró hacia el oscuro fondo. Lo único que pude hacer fue luchar por salir.

♦ ♦ ♦

Su padre, Raimon Barusak, la observaba desaparecer entre el oleaje, envuelto en su cálido abrigo con el escudo familiar. Entre las agitadas aguas, pudo distinguir un diminuto brazo extendido, pero pronto una gran ola lo engulló, ocultándolo para siempre de su vista junto con el odioso cabello rojo que ya no se podía ver por ninguna parte.

—Así que, al final, no tenía ningún poder oculto —murmuró desilusionado—. Un desperdicio de expectativas después de todo.

El cabello rojo rara vez aparecía en este país, mucho menos una increíble fuerza en una niña de 7 años. Si no fuera por esas razones, ya se habría desecho de Riku Barusak. Raimon ya era consciente de que no tenía ningún talento en las Artes Espiritistas, aunque ella no lo supiera. Cuando cumplió los 5 años su madre fue asesinada, precisamente, por ser una inepta que dio a luz a una niña incompetente.

—Entonces, padre… ¿Por qué no la mataste antes?

Detrás de Raimon, apareció una pequeña sombra. Un chico con el cabello plateado y un flequillo que le cubría los ojos. Raimon le dio unas palmaditas en la cabeza con cariño.

—Porque había una pequeña posibilidad de que tuviera un poder especial.

—¿Un poder especial? Nunca he visto a mi hermana mayor lograr nada. —El niño estaba confundido.

Ante su reacción, Raimon sacudió la cabeza contrariado.

—El color de su pelo era rojo, ¿verdad?

—Sí, rojo.

—Existe una leyenda que sostiene que las personas que nacen con el cabello rojo y no se parecen a sus padres, poseen un poder oculto. Tampoco esa fuerza era normal. —Raimon entrecerró los ojos.

Dicen que el pelo rojo tenía un poder oculto y Riku, con sus delgados brazos, podía fácilmente manejar la pesada lanza y blandir espadas de doble empuñadura, algo que debería de haber sido imposible. Incluso cuando llevaba vasijas grandes, esas con las cuales los adultos debían hacer un esfuerzo para moverlas, ella no mostraba signos de fatiga, capaz de cargar un centenar.

Aunque al final, se le escaparon y las rompió todas.

Un niño normal de 7 años sólo llevaría dos o tres a la vez.

—Eso era anormal —susurró para sí mismo Raimon.

—Pero aun así, mi hermana no tuvo ningún poder espiritual al final.

En respuesta a Rook, Raimon asintió seguro.

Riku era claramente diferente, pero aún así, no tenía ningún poder espiritual. En cambio, su hermano pequeño Rook de 4 años, ya tenía un nivel muy por encima de la media, lo que le distinguía como un formidable espiritista. Algo extraordinario para quien eventualmente se convertiría en el sucesor de la Familia Barusak.

Aunque siempre pensé que podría casar a Riku con alguien digno si le llegara a pasar algo.

Porque, en resumidas cuentas, si la comparaba a otros portadores de poderes sobrenaturales, Riku, a pesar de su titánica fuerza, resultaba completamente inútil.

—Pensaba que la verdadera naturaleza de Riku se revelaría si se hallaba en peligro de muerte —suspiró—. Rook, como sucesor de la Familia Barusak, debes concentrarte completamente en tu entrenamiento, no puedes acabar siendo un inútil como ella. Como cabeza de familia, confío en ti.

—Padre, eso es cruel —Rook agarró la mano de Raimon con expresión triste—. Diciéndolo de esa manera, ¿no suena como si fuera inferior a mi hermana?

—No. Te has esforzado mucho, aunque sólo tienes cuatro años. Además, con respecto a la teoría has alcanzado un nivel con el que ni siquiera yo me puedo comparar. Sin duda, eres un genio de los que sólo nacen una vez cada mil años, —le alabó—. De hecho, ella no tenía ni una pizca de tu talento, de modo que en ningún caso se te podría comparar con esa cosa. Espero mucho de ti.

—¡Sí, padre!

Ambos le dieron la espalda al acantilado y se fueron.

Rook sintió pena. Miró atrás hacia el risco y con una voz apenas audible, para que ni siquiera Raimon pudiera oírle, dijo:

—Si hubiera sido un poco más linda, podría haberla salvado, pero aunque lo hubiera hecho, no sería beneficioso para mí.

—¿Dijiste algo, Rook?

—Nada. Tengo que hablar contigo respecto a la administración del territorio. Sobre el terreno que se suponía que recibiría mi hermana mayor, ¿podría ser mío?

—¿Ese pedazo de tierra? —preguntó sorprendido—. Realmente no tengo nada en contra, pero ni siquiera se puede cultivar trigo allí.

—No hay problema, aunque sólo tengo 4 años puedo gestionar adecuadamente el territorio. Como el próximo cabeza de la Familia Barusak, por el bien de nuestro pueblo y de nuestra posición como espiritistas, estoy deseando dedicarme a ello completamente. —Al ver la radiante sonrisa de Rook, Raimon se sintió aliviado.

Su hijo menor sería un sucesor realmente confiable, tanto en la administración del territorio, como en el trabajo espiritista. La Familia Barusak estaba en buenas manos, así que decidió de corazón, poner todo su esfuerzo en criar bien a su hijo.

Y para beneficio del excelente Rook, su deficiente hermana mayor Riku Barusak, con quien lamentablemente compartían el apellido, sería eliminada finalmente del árbol genealógico.

El tiempo transcurrió con calma, pero nadie hablaba de lo que le pasó a Riku. Era evidente que los sirvientes no comentarían el incidente, pero tampoco lo hicieron otros miembros practicantes de las artes espiritistas, quienes felicitaron a la familia cuando ella nació. Ni siquiera su hermana mayor o su hermano pequeño.

Todos la habían olvidado por completo, la desgracia de la Familia Barusak. Hay que tener en cuenta que alguien que no tenía talento como espiritista se consideraba una monstruosidad. Pero, con su desaparición, muchas personas sonreían felices.

En los años venideros, sobre este tema, todo lo que Raimon Barusak dejó escrito en el libro de “la historia militar de los espiritistas”, fue:

“Dejar caer esa cosa desde el acantilado… Qué tonto fui. Si tan solo la hubiese matado con mis propias manos, en ese momento…”

7 respuestas a “Riku – Capítulo 1: El día en que se rompieron los engranajes”

  1. Una historia interesante de hecho, seguiré leyendo más, espero que no dejen abandonada ésta novela.

    Por otro lado… He visto algunos errores de ortografía, me gustaría que los revisarán, para hacer que el trabajo se vea mas limpio y evitar algunas confusiones.

    De antemano gracias.

    1. Gracias por el comentario! Hace poco Nebbia, una de nuestras editoras, se puso la tarea de revisar todas las novelas ya subidas y revisar la ortografía. Pero le va a tomar tiempo, jaja, son MUCHAS novelas y caps por revisar.

    2. Buenas tardes, ya he empezado a corregir la novela pero, me gustaría pedir perdón de antemano por si tardo mucho, intento corregir tanto los fallos gramaticales como los morfosintácticos, reestructurando a menudo la oración para darle más sentido, trataré de corregir, al menos, un par de capítulos diariamente (Me gustaría que fueran más, pero entre la universidad, y la traducción y edición de las novelas ya cogidas… es difícil)
      De modo que me gustaría pedir por paciencia.
      También he de decir que hay cosas que simplemente no supe reestructurar pero, como se entienden, las acabé dejando.
      Y, una última cosa, si se me escapa cualquier fallo, me gustaría que se comentara para que así, vuelva a leer el capítulo y mirar qué puedo hacer y cómo corregirlo 😉

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