Riku – Capítulo 28: Perdiendo el ritmo

Traducido por Gorrión

Editado por Nelea

Corregido por Sharon


Charlotte cogió la espada que yacía en el suelo junto a ella. Su punta estaba oxidada, pero no hasta el punto de ser algo de lo que preocuparse.

Mientras balanceaba ligeramente la espada unas cuantas veces, intercambió miradas con el chico.

La razón por la que Charlotte tomó esa espada fue muy simple. Planeaba derrotarlo y alejarse de esta ciudad. Tal vez por el camino, tiraría la espada oxidada y conseguiría una nueva.

Viendo a Charlotte poniéndose en posición de luchar sin vacilar, el chico de pelo plateado… Rook Barusak gritó confundido.

—Eh, ¿espera un segundo? ¡¿Que es todo esto?!

—No hay nada que preguntar. Es imposible salvar al mundo con tus ideales infantiles. Y si fuera a hacerlo, entonces en lugar de hacerlo junto contigo, ¡salvar a onii-sama es un camino mucho más cercano a la paz!

La espada de Charlotte apuntó directamente al lado de la garganta de Rook, quien vaciló en tomar su espada. Sin embargo, si se resistía en esa posición, la Demonio le cortaría la cabeza.

—¿Qué pasa? ¿Por qué no intentas quitarme la espada? ¿Quieres morir?

Al decir eso, blandió la espada oxidada. Mientras él esquivaba el golpe, pensaba desesperadamente.

En los recuerdos de Rook no había nada de un terremoto. Que el evento fallara y Charlotte lo atacara sólo sucedería más tarde. Sin embargo, aunque debería haber dicho las mismas palabras que se dijeron en el juego, Charlotte lo atacó.

Ya que en el instante en que apuntara su espada contra Charlotte sería el final de su ruta, él no la usó. Lamentablemente, Rook se volvió incapaz de pensar en lo que debía hacer a continuación.

—¡Eso es porque no hay manera de que pueda apuntar mi espada a ti!

No era tan sádico como para levantar su mano contra un personaje que amaba. A pesar de que no era su favorito, todavía estaba entre los cinco primeros.

Incluso antes del juego, no le gustaba tomar decisiones que le hicieran daño.

Mientras esquivaba los ataques de Charlotte, Rook se estaba desesperando y trató de pensar en lo que debía hacer.

—¿Qué ocurre, mocoso? ¿No vas a luchar?

—Eso es … porque no quiero herir-

—¿No quieres hacerme daño? Hmph, ¡no me interesan tus ideales infantiles! ¡Yo y mi hermano mayor pasamos nuestra vida llevando al Ejército demoníaco por estos ideales! ¡Un mocoso no puede hablar!

Junto con estas palabras, la fuerza de los golpes aumentaba. En la frente de Rook, el sudor fluía como una cascada.

Sin importar qué, no podía volver a parecer un santo. Más que eso, en este estado, ¿no era ya imposible evitar el mal final?

Sólo malos pensamientos pasaban por su mente.

—¡Estás perdiendo el control! ¡Estás lleno de aperturas, mocoso lleno de ideales inmaduros!

El ataque de Charlotte rozó la mejilla de Rook, quien sintió un dolor agudo. Evitando el siguiente ataque por un pelo, Rook alzó la voz.

—Ya sea infantil o no, ¡no sabrás si no intentas!

La voz llena de dolor resonó en toda la habitación de las celdas.

Al oír estas palabras, Charlotte dio una sonrisa audaz.

—Ya lo sé aunque no lo intente, mocoso.

Charlotte golpeó con el mango de la espada el estómago de Rook con toda su fuerza.

Sin poder defenderse, todo el aire salió de sus pulmones de una sola vez. Debido a todo el dolor, Rook se agachó mientras sostenía su vientre.

Ella no dejó pasar esa oportunidad.

Después de levantar la espada, lo hizo girar para detenerla junto a su cuello. Mientras reflexionaba sobre algo, miró a Rook gruñir. Y luego, después de decidir algo, puso la espada en su vaina.

—… Experimenta más el mundo, mocoso. Después de eso, escucharé tu respuesta. Luego de que veas cómo es este mundo, si todavía muestras esos ideales ingenuos, estaré esperando con interés. Eso es… si no mueres para ese entonces.

Diciendo esas palabras con una sonrisa irónica, ella dejó el lugar silenciosamente.

Rook se mantuvo inmóvil durante algún tiempo. No por el dolor, sino porque las palabras de Charlotte le sorprendieron.

—…¿Qué es esto?

En el juego, si fallara en esta escena, habría sido asesinado.

Pero a pesar de que debió haber fallado, Charlotte lo dejó vivo.

¿Es por el amor que Charlotte me tiene? ¿Me tiene lástima?

¿Fue algo que hizo sólo por capricho?

—¡De verdad, ya no lo sé!

Mientras sostenía su vientre, abandonó la bóveda inestablemente.

A pesar de que era la residencia del Señor, Rook lo transformó en un lugar lleno de Espiritistas, al punto donde sólo tendría que caminar unos pasos para encontrarse con uno. Allí, no había forma en que Charlotte pudiera escapar a salvo con sus cuernos de dragón.

—Por favor, regresa con seguridad, Charlotte-chan.

—¿Qué te pasa, Rook?

La que reaccionó ante sus murmullos fue una chica que tenía un mechón de pelo recogido justo encima de su oreja. Dueña de los voluptuosos pechos que harían inconscientemente lanzarse sobre ellos a cualquiera, tenía un aspecto y un aura muy tranquilos.

Aún así, no era alguien a quien debiera despreciarse por su apariencia.

Esa chica era el personaje que presumía con la mayor fuerza de combate durante el juego, Cellia Buryuuser. Sin mostrar misericordia, llegó al punto de llamarse “Buryuuser Cañón”.

Por supuesto, dejando eso de lado, era una Heroína tranquila y suave.

—Cellia, por casualidad, ¿viste al Demonio que estuvo aquí hace un momento?

—¿Demonio?

Sus pálidos párpados se alzaron un poco.

—Rook-kun es demasiado amable. Los Demonios son nuestros enemigos, ¿sabes?

—Pero … Ella no era un Demonio malo.

—No hay tal cosa como ser malo o bueno para los Demonios. Así es… Acabo de recordar algo. En realidad, mis excelentes subordinados encontraron una posada donde se escondían Demonios.

Cellia se sonrojó de felicidad. Era como si fuera un cachorro esperando ser elogiado. Pero en lugar de hacerlo, la sangre dejó la cara de Rook

—¿C-Cellia? Luego, ¿qué…? ¿Qué pasó con esos Demonios?

—Por supuesto, les ordené matarlos a todos. A esta hora, la posada del lado oeste debería estar teñida de sangre. Por supuesto, sangre del enemigo.

Con una sonrisa brillante, dejó caer el infierno sobre Rook.

En el juego, a excepción de una sola persona, todos los escoltas de Charlotte habrían sido asesinados. Esta única persona debía ponerse en contacto con el Demonio de nivel Jefe Leivein Adlar, quien estaba en la guarnición cercana y venir a rescatar a Charlotte, o así es como Rook pensó que la historia se desarrollaría.

Desafortunadamente, no sabía los detalles sobre cómo ese único Demonio llegó con Leivein. Era muy probable que el Demonio de la posada tuviera relación con Charlotte.

No, más que eso, si la información de que todos los Demonios habían sido aniquilados llegaba a los oídos de Charlotte sería un gran problema.

Justo cuando acababa de decirle que quería cooperar con ella por la paz… Por cómo terminaron ocurriendo las cosas, Charllote ya habría perdido el interés en su propuesta.

—¿R-Rook-kun? ¿Qué pasa? ¿Q-Quizás Rook-kun también quería matar a algunos demonios?

—No es eso aunque… jajaja.

Estaba mostrando una sonrisa vacía en su rostro. En este momento, todo lo que podía hacer era sonreír.

Cellia estaba ansiosa por cómo actuaba Rook. Se preguntaba si había dicho algo extraño para él. Corriendo hacia ellos, un Espiritista se acercó apresuradamente.

—R-Reporte.

Aunque no fuera un Espiritista, Cellia tenía el mando con el Emblema Buryuuser en su armadura.

Pero el Espiritista temblaba. Era posible ver un poco de sangre en su armadura.

Sentía que era de un Demonio, pero aún así, un mal presentimiento atravesó a Cellia. Sin embargo, como no había forma en que les mostrara a esos dos sus preocupaciones internas, mantuvo su rostro apacible de siempre.

—¿Qué pasa? —preguntó mientras palmeaba el rostro del desesperado Rook.

El Espiritista respondió sin dejar de temblar.

—¡S-Sí! En realidad… ¡Se ha informado que los Espiritistas que fueron a la posada fueron aniquilados!

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