Riku – Capítulo 42: Noventa y nueve bendiciones, y una sola espina

Traducido por Gorrión

Editado por Nelea

Corregido por Sharon


Charlotte siempre organizaba una fiesta en el jardín con la llegada de la primavera.

En el momento en el que el frío del invierno disminuía y la nieve acumulada se derretía y se convertía en charcos las cartas de invitación se enviaban.

Los únicos invitados eran miembros de alto rango del Ejército Rey Demonio que habían realizado grandes contribuciones. Por lo tanto, era un mundo distante a Riku, que no era más que un mero oficial de campo.

Normalmente, ella ni siquiera sería consciente de que este tipo de evento incluso sucedía. Sin embargo, cuando seguía afiliada a la División del Dragón Demonio, como Leiven participaba, sabía que existía. La alta sociedad celebraba la llegada de la primavera, pero ella sólo era consciente de su existencia. Leivein siempre iba con Piguro y nunca la llevó a ella.

Secretamente, Riku siempre había deseado poder acompañarlo algún día, pero nunca se imaginó poder participar en la fiesta, creyéndolo algo imposible para ella.

… Eso era, hasta que recibió la invitación de Charlotte.

Gorrión
Hora de que el mundo vea la magnificencia de Riku.

Nelea
Ya se tardaron en alabar a Riku, haha.

—En serio… Si tienen tiempo para este tipo de cosas, deberían ir a entrenar.

Con su uniforme militar nuevo, ella estaba de mal humor.

En el tranquilo jardín, había una mesa común con sándwiches hechos de abundantes verduras de primavera y otras cosas, como queso de muy alta calidad y frutas rociadas con miel. Eran alimentos raros y extravagantes incluso cuando los comparaba con el periodo en que vivió en la Residencia Barusak.

Curiosamente, no sentía hambre en el momento.  Mientras gira el vaso lleno de agua carbonatada, dio un profundo suspiro.

—En primer lugar, ¿por qué me invitaron aquí?

—Hmm… supongo que es debido a sus logros después de todo, de gozaru.

Quien respondió el suspiro de Riku fue Asty.

Hasta ahora, Riku había estado pasando por nada más que campos de batalla. Sabía modales en la mesa en general, pero era la primera vez que realmente los puso en práctica.

Riku eligió a Asty, que parecía estar acostumbrada a estas cosas como acompañante en su primera aparición en la fiesta. Ella es la nieta de Gortoberuk, por lo que, ya debería haber experimentado lo que es la alta sociedad. Justo ahora, Asty estaba realmente disfrutando el banquete más que Riku. Tenía un vaso lleno de vino en su mano derecha, y una bandeja muy bien diseñada con todo tipo de alimentos en la mano izquierda.

—Quien salvó a mi honorable abuelo y tomó la cabeza de Selestinna Bistolru, además de salvar a Charlotte-sama, fue la Teniente Comandante Barusak, de gozaru. También alejó el Ejército que atacó Karkata, de gozaru. ¿No sería mejor no preocuparse por los pequeños detalles y llenarse de orgullo, de gozaru?

Para empezar, todas las acciones de Riku no eran por el bien del Ejército del Rey Demonio, sino en aras de Leivein. No obstante, no podía decirlo ahora.

—Ah, mira, ¿no es esta bebida famosa del gusto del Teniente Comandante, de gozaru? ¡Debe probar un poco, de gozaru!

—Aunque se trata de una buena oportunidad, no me siento como para beber en este momento.

Riku miró el vaso en su mano. Las burbujas del líquido subían a la superficie y desaparecían una tras otra.

No sabía porqué estaba en un lugar tan lleno de vida que no encajaba con ella a pesar de que sólo para ir a la Capital de los Demonios, Taita, debía gastar tanto tiempo. En cuanto a los otros invitados, se dio cuenta bastante rápido de que todos llevaban una cierta tendencia de la ropa. Las personas que vestían ropas militares como Riku eran pocos.

En su mente, Asty estaba nerviosa. No importa quién mirara a Riku, era fácil darse cuenta de que estaba aburrida. Al estar en un lugar como este con una cara tan triste, la gente podría considerarlo como si estuviera peleada con Charlotte.

Debido a esta ansiedad, sacó una carta que Vrusto Austeroid le dio antes de irse.

—A pesar de que dijo que era una carta que debía usar en el caso de que algo ocurriera… ¡Eii! ¡Este es el momento de usarlo-de gozaru!

La abrió con cuidado y vio una sola línea… Las palabras mágicas para controlar a Riku.

—…¡¡Teniente!! ¡Mira, el Teniente General Leivein está ahí!

Gorrión
Ya está, perdimos a Riku

—Gracias Asty.

En el instante en que Asty señaló dónde estaba Leivein, Riku comenzó a correr en esa dirección con un vigor inimaginable. Su expresión deprimente se desvaneció como si nunca hubiera existido, parecía estar llena de felicidad desde el fondo de su corazón. Ella era como un cachorro que agitaba la cola con una cantidad increíble de energía.

Asty se sorprendió por la transformación de su superior. Debido a eso, se quedó paralizada, sin poder moverse durante algún tiempo.

—C-Como era de esperar del Teniente Segundo Vrusto, de gozaru…

Con palabras de admiración, miró distraídamente la figura de Riku al alejarse.

Ignorando los pensamientos internos de Asty por completo, Riku se precipitó sobre Leivein. Piguro estaba junto a él, pero ella no podía ver nada más que al Capitán. Llevaba su uniforme militar sin una sola arruga, y sus heroicas alas de dragón negro brillaban. Tenía un aspecto más majestuoso que cualquiera de los Demonios reunidos en el partido, y Riku se llenó de orgullo por ser su subordinado.

—¡Ha sido un largo tiempo, Capitán! —saludó, enderezando la espalda más de lo usual.

Al ver a Riku, las cejas de Leiven se elevan ligeramente algo sorprendido.

—…Ya veo, también fueron invitados. He oído hablar de sus últimos logros.

—¡Sí! Ha sido un honor.

Hasta hace unos momentos, Riku lamentaba estar aquí. Sin embargo, ahora era todo lo contrario. Sentía que era bueno haber ido.

—¿Estás disfrutando de la fiesta?

—Sí, lo estoy.

—… Parecía que estabas aburrida, hace unos momentos, sin embargo… —murmuró Piguro fuera de lugar.

Insatisfecha, Riku pensó que debería haberla llamado si la había visto antes. Le dio una mirada, pero sólo eso. Piguro tenía un mayor rango que el suyo. Sabía muy bien que lo mejor sería no molestarlo.

Gorrión
De menor rango... Por ahora.

—…Ha pasado algún tiempo, Mayor Oficial Piguro.

—Finalmente me saluda, ¿verdad? He oído hablar de sus obras en Karkata, Teniente Comandante Riku Barusak. No importa cómo se mire, parece que fue una gran victoria. Al parecer, los de arriba habían estado hablando sobre promoverla a Teniente Coronel y que se le recompensará con una medalla especial.

Piguro elegía sus palabras con cuidado mientras mantenía una cara seria y Riku recibía el elogio en silencio. Entonces Leivein, que parecía satisfecho, también agregó algunas de sus palabras.

—La gran victoria de esta última batalla ha dejado a Charlotte-sama muy satisfecha. Estoy muy orgulloso de ti.

—¡Muchas gracias! Voy a seguir trabajando por el bien de nuestra División del Dragón.

Esas palabras de elogio fueron directamente a su corazón; Riku sentía que había ascendido al Cielo. Su cuerpo fue envuelto por la euforia que hacía que su cuerpo se sintiera cálido. Sin embargo, por un instante, sintió una desagradable sensación de hormigueo. Preguntándose qué era esa sensación que la perturbaba, Riku pensó en ello por unos momentos.

—… ¿Hay algo malo, Teniente Comandante Riku Barusak?

—No hagas esa cara en esta fiesta de Charlotte. Se levantarán sospechas.

Piguro y Leivein hablaron con ella. En el momento en Riku lo escuchó, se dio cuenta de la causa de la sensación que crecía dentro de ella. No sabía su verdadera naturaleza, pero sabía la causa. Por lo tanto, actuó para resolver este problema. Volviendo la cara a Leivein, ella bajó la cabeza ligeramente.

—… Lo siento, pero… tengo una pregunta que me gustaría hacer al Capitán Leivein… ¿Podría yo recibir permiso para hacerla?

Gorrión
Cuando Riku parece adorable...

—… Esto es algo raro viniendo de ti. De acuerdo, lo permito.

—Sí. En realidad… Me gustaría que el Capitán Leivein que me hablara de sus ideales y metas.

Aunque la expresión de Piguro mostraba que se preguntaba porqué ella estaba interesada en eso, no le importaba en absoluto.

Alzando su vista, Riku miró a los ojos del color del cielo de Leivein, que la hacían querer extender su mano a la figura de Riku reflejada en ellos.

—Siempre me he esforzado por el bien de los ideales del Señor Demonio. Le dedicaré hasta mi última gota de sangre. Ese es mi ideal y mi deber.

Leivein estableció sus ideales como si fueran obvios.

Por un instante, Riku sintió que no entendía lo que decía. En sus ojos pudo ver su figura sorprendida reflejada.

—Riku, somos honorables miembros del Ejército del Señor demonio. Por lo tanto, ¿no es evidente que luchamos por sus ideales? El débil abajo, y el verdaderamente fuerte sobre él. El Ejército del Rey Demonio lucha por el bien de realizar ese mundo —le explicó Leivein.

Riku recordó su primer encuentro.

Leivein había derrotado fácilmente a los comerciantes de esclavos, quienes no pudieron oponerse. Él aceptó su pelo rojo repugnante. A pesar de que ella no tenía talento como un Espiritista, le dio un lugar donde pudiera usar su propio poder contenido en su corazón. Le dio un lugar para vivir.

Pero esto se debía a que Riku era fuerte. Si fuera débil, no habría extendido su mano en ese momento y Riku habría muerto como un perro en ese asqueroso y oscuro callejón, o se habría visto obligado a trabajar como esclava hasta su muerte.

Leivein era más fuerte que cualquier persona que conocía. Incluso en ese momento en Derufoi, cuando peleó contra los Espiritistas, había manejado decenas de ellos por su cuenta sin siquiera sudar. Los sentimientos de Riku sobre su cautivadora fuerza iban más allá de simplemente la aspiración y estaban más cerca de culto.

Es por eso que Riku no podía comprender. No importa que, no quería entender.

—E-En ese caso por qué… ¿Por qué sirve a Charlotte-sama?

Riku puso el motivo de sus amargos sentimientos en palabras.

Si tenía que seguir al Señor de los Demonios, ella lo entendería. No quería aceptarlo, pero incluso cuando aún vivía en la Familia Barusak le habían advertido lo peligroso que era el Rey Demonio. Probablemente, era el portador de una fuerza mucho mayor de la que Riku podía imaginar, tal que podría cambiar el rumbo incluso en las peores situaciones.

Pero entonces, ¿qué pasa con Charlotte?

Se podría decir que era fuerte con la espada. Sin embargo, la única impresión que Riku había recibido de ella era de una niña que no podía luchar. Era sólo una niña promiscua que siguió de buen grado a un Espiritista y dejó a sus acompañantes morir, y después de haberle llevado más de cincuenta Espiritistas al huir, sólo podía esperar a que la batalla acabará en la sombra de Vrusto.

Hasta ahora, todo lo que Riku había visto de Charlotte era que la hermana pequeña del Señor Demonio era débil y traería problemas. Incluso en este momento, con su fuerza, sería capaz de matarla. Si ella misma era capaz de hacerlo, no había manera de que Leivein no pudiera. Más bien, con el fin de crear el mundo donde el fuerte se mantenga en lo superior, Charlotte sería alguien a eliminar.

—Ya veo. De hecho, en comparación con el Señor Demonio, Charlotte-sama es más débil.

—Entonces…

—Pero el Rey Demonio ha aceptado la fuerza de Charlotte-sama. Por lo tanto, Charlotte-sama conduce el Ejército del Rey Demonio como su sustituto.

Por lo tanto, ella sirve.

Dándole una mirada que decía que la conversación se había terminado, Riku no pudo decir nada más.

Si Leivein había aceptado Charlotte, no importa qué tipo de sentimientos amargos tuviera, ella aceptaría a Charlotte también. No importa lo débil que fuera y la forma en que ella era un peso muerto que agitaba su cola al enemigo, si Leivein lo decía, no había ninguna otra manera para ella excepto aceptarla.

—Entendido. Muchas gracias.

Riku bajó la cabeza.

No podía aceptarlo por completo, pero pudo averiguar los ideales de Leivein. Sólo por eso, ella ya estaba satisfecha. No había ningún problema. Riku podía aceptar el mundo donde el fuerte dictamina sobre el débil dirigido por Leivein. Tener una sólida posición por encima de los débiles, independientemente de los lazos familiares era realmente una cosa maravillosa. Con el fin de hacerlo realidad, Riku lucharía ansiosamente por Leivein.

Lo único que no podía aceptar era que Leivein reconociera a Charlotte. No obstante, si lo dejaba pasar, el resto estaba resuelto.

Sí… En otras palabras, todo lo que la molestaba era esa espina clavada.

—… ¿Estás insatisfecha?

Leivein habló como si hubiera visto a través de Riku. En un instante, su tez palideció.

—¡¡No, no es tal cosa!! —respondió Riku, en pánico. Pero Leivein no le contestó. Permaneció pensando en algo mientras la miraba y una extraña tensión comenzó a flotar en el aire. En el momento en que Riku tragó saliva sintiendo que la tensión estaba picando su piel, sucedió.

—¡Charlotte-sama! ¡Hay algo que debo informar-nya!

La voz rompió la tensión entre Riku y Leivein, e incluso el estado de ánimo tranquilo de la reunión. No solo ellos tres, sino todos los invitados se volvieron hacia el duelo de la voz.

Allí había una chica cuya apariencia decía que tenía la misma edad que Riku. Su pelo corto y castaño estaba atado en dos coletas. Debido a su uniforme similar al que Roppu utilizaba normalmente, se podría suponer que la chica era mensajera.

Sin embargo, a pesar de que añade un nya al final de sus líneas, sus esponjosas orejas eran las de un perro. En cuanto a su cola, que pasaba por el hueco de la ropa, no era la de un gato, sino de perro. Ese Demonio, que no se podía decir si era un perro o un gato corrió directamente hacia donde estaba Charlotte.

Dejando a sus guardias atrás, Charlotte se acercó al mensajero.

—Soy el Teniente Primero, Mei Asuteroid del Primer Ejército. Hay algo urgente que debo informarle a Charlotte-sama.

—Mmm, ¿Cuál es el problema?

Charlotte tapó su boca con su abanico y miró en silencio al Teniente Primero Mei Asuteroid. Uno sólo podía preguntarse qué demonios sucedió para que el problema sea tan importante como para interrumpir una reunión tan distinguida.

Riku asumió que Perikka u otra ciudad había caído, pero la expresión de Mei era alegre. Mientras ella pensaba qué había sucedido, Mei habló apresuradamente.

—¡Hemos encontrado la ubicación de la «Corona del Rey Demonio»-nya!

Con esas palabras, el lugar se vio envuelto en la agitación.

Los ojos de todos brillaron, susurrando con las personas próximas a ellos. Sin embargo, debido a que Riku no se preocupaba por la corona, no reaccionó para nada.

—Realmente, Teniente Comandante Riku Barusak, usted debe leer más. —Conmocionado, Piguro negó con la cabeza. Y entonces, de una manera que Riku lo entendería, le explicó: —La «Corona del Rey Demonio» posee parte del poder del Señor Demonio almacenada en ella. Se dice que al liberar su poder es posible aumentar la fuerza de uno varias veces. Aunque en un principio el Rey Demonio tenía el poder suficiente para hacer temblar la tierra, con la «Corona», podía estallar montañas y dividir mares lejanos… Pensamos que estaba perdida.

Charlotte estaba emocionada porque hubiera encontrado algo que el Señor Demonio poseyó. Con una expresión alegre, se acercó a Mei.

—¡Ya veo! Tenemos que ir de inmediato a recuperarla… Entonces, ¿dónde está?

Con esta pregunta, la expresión de Mei se ensombreció. Parece ser que a partir de entonces seguían malas noticias. La cola mullida de perro se relajó.

—En realidad… Parece que había sido sellada en el interior de un Templo Espiritista situado en la isla Sherr-nya.

—¿Eh?

Con la palabra ‘Templo Espiritista’, el estado de ánimo decayó en un instante. La alegría en el rostro de Charlotte desapareció.

La gente comenzó a susurrar con expresiones sombrías.

—Un ‘Templo Espiritista’… ¿No es un poco demasiado peligroso?

—Sin embargo, si enviamos una gran cantidad de tropas, tal vez con el poder de los números… Podríamos..

—No, espera…  es la Isla desierta Sherr, ¿sabes? ¿No es imposible enviar una gran cantidad de tropas porque las corrientes son muy fuertes?

—¿Es una broma? Entonces, no hay otro modo que el de seleccionar a unos pocos de la élite para ir.

—Pero, para hacer frente a los Espiritistas siendo tan pocos, ¿no un es poco imprudente…?

Poco a poco, el ambiente se hacía siniestro.

Parece que recuperar la «Corona del Rey demonio» será una tarea difícil.

Aunque Riku estaba pensando que esto era algo no relacionado con ella, su mirada se cruzó con la de Charlotte y un mal presentimiento la atravesó.

No quería demostrar un comportamiento vergonzoso frente a Leivein, pero quería huir a toda costa.

—Oh… ¡Oohh! ¡Es verdad, estabas tú!

Pero no tuvo oportunidad.

Con una sonrisa llena de felicidad, Charlotte atravesó la multitud de gente y se acercó a Riku. Posando de forma imponente con una mano en su cintura, la señaló con su delgado dedo.

Y entonces, Charlotte dio la Orden Imperial.

—¡Teniente Comandante Riku Barusak! ¡¡Debe comandar un Ejército de inmediato y retomar la Corona del Rey Demonio!!

Gorrión
Pobre Riku, atrae desgracias

Nelea
Y misiones problemáticas, por no decir imposibles

2 respuestas a “Riku – Capítulo 42: Noventa y nueve bendiciones, y una sola espina”

  1. Por que será que riku es como un imán para las misiones difíciles por no decir imposibles pero todo sea por demostrar lo que vale y cortar muchas cabezas en el camino muajajaja

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