Riku – Capítulo 51: Eligiendo un futuro diferente

Traducido por Gorrión

Editado por Nelea

Corregido por Sharon


Un gran número de flechas cayó sobre los cuatro barcos.

Era una lluvia de flechas potenciadas con el poder de Caza de Demonios. Continuaron su ataque mientra se acercaban a las naves enemigas para rodearlas y dejarlos sin posibilidad de luchar.

Sobre el mar, los sonidos de las flechas que cortaban el aire y golpeaban los barcos reverberaban por doquier.

Si los Espiritistas fueran los que recibieran ese fuego concentrado, no podrían aguantar. Incluso si los Demonios quisieran huir de la nave, sólo se encontrarían con el mar. Incluso si quisieran huir nadando, la Isla Sherr les quedaría lejos y necesitarían al menos tres días de natación sin descanso, por lo que sería imposible.

Además, incluso si hubiera demonios adaptados al mar, el resultado sería todavía obvio. Aunque saltaran al mar, les dispararían.

Lucharan o huyeran, el resultado sería un infierno.

Independientemente de cuál de los dos finales eligieran, los Demonios no tenían futuro.

—¡Eso es correcto, gritad más!

Como si se hubiera vuelto loco, siguió disparando flechas. Muchas veces, él apuntaba a los demonios que estaban de pie.

Que levanten más y más gritos e intenten correr por su vida. Que se desesperen y traten de resistir a la muerte. Mejor dicho, él quería que lo hicieran; cuando intentaran venir a luchar, se encargaría de matarlos a todos.

Este era su merecido castigo.

Era la retribución por matar a su querida Selestinna, a la joven Rebeca, a la ferviente Kurumi y a la devota Mary. Mientras gritaba, diciendo que los Demonios podrían ir a lamentar sus acciones después de morir al infierno, él preparó su arco.

—Respondan, hey. ¡Vamos, atáquennos! ¡Destruiré por completo su esperanza!

Estaba completamente llevado por su ira. Una vez que cerraran la distancia, abordarían su barco. Y luego, los cortaría uno por uno.

Deseaba que vinieran pronto, o que acabarán siendo aniquilados por las flechas.

Gorrión
Este chico

Rook empezó a enfadarse aún más con los Demonios que no atacaban. Pero de repente, tuvo un mal presentimiento.

Era posible que no los atacaran porque no tenían forma de lidiar con una lluvia de flechas tan feroz. Los Demonios estaban rodeados por todos lados; no había forma de que escaparan.

Tal vez, sin comida para sostener a los soldados, en lugar de dejar que se debilitaran gradualmente, lanzaron un ataque. En ese caso, deberían haber atacado más. A pesar de eso, no lo hicieron. En su lugar, sentía como si fueran a retirarse a la Isla Sherr.

Rook detuvo la mano que mantenía flechas disparando con su arco y entrecerró los ojos. Debido a que no veía bien en esta oscuridad, no podía ver ninguna de las caras de los demonios que estaban en la nave. Quizás fuera porque era una noche muerta, sin la luz de la luna, pero sólo veía sus débiles siluetas.

—… Raku-ane, hay algo extraño.

Rook miró a su hermana. Parecía que Raku ya había notado la anormalidad antes que él.

Bajando el arco, se inclinó al borde del barco. Como si estuviera pensando en algo, frunció el ceño.

—¿Raku-ane?

—Cállate un poco; me estás distrayendo.

Ante su tono serio, Rook se calló. Sin darle ni siquiera una mirada, Raku sacó el catalejo que tenía en su cintura. Parece que se proponía comprobar la situación del enemigo.

Entonces, Rook también comenzó a pensar en la situación por sí mismo y reflexionó sobre su mal presentimiento.

Lo primero que pasó por su mente fue la Batalla de Karkata. En ese momento, al igual que ahora, había manejado la situación unilateralmente al comenzar la batalla. Siguieron a los Demonios que se retiraron a la Fortaleza de Karkata y fueron sorprendidos, cayendo en su trampa.

Tal vez, esta vez también actuaban como si ya hubieran sido derrotados mientras planeaban hacerlos caer en su trampa.

—No, es diferente.

Rook sacudió la cabeza.

Los Demonios no habían sido conscientes de la existencia de esa trampa en ese entonces, o por lo menos fue así para quienes enfrentó directamente. Estaban desesperados, luchando con su vida en juego.

Mirando su flota, no podía advertir ninguna desesperación que proviniera de ellos. ¿Y por qué no estaban desesperados? Aunque estaban en una situación desesperada… Rook jadeó en voz baja.

—Ah.

Y en ese momento, la dirección de los barcos de los Demonios comenzó a cambiar.

Parecían haber reconocido su inferioridad y retrocedían a la Isla de Sherr. No había nada extraño.

Pero en lugar de estar feliz por su gran victoria, el mal sentimiento no se desvaneció. Mientras su estado de ánimo se ponía melancólico, Raku, que estaba junto a él, lanzó un grito agudo.

—¡Cambien a flechas de fuego! ¡Hay que prender su nave con fuego! ¡Inmediatamente!

—¡¿Fuego?!

Rook se sorprendió ante la inesperada declaración de su hermana mayor. Aunque los buques enemigos estuvieran a una distancia donde les sería imposible abordarlos, estaban dentro del alcance del fuego.

Si la dirección del viento cambiaba, era posible que el fuego acabará volviendo a ellos. Por eso no usaron flechas de fuego antes.

A pesar de eso, Raku dio su orden sin vacilar.

—¡No lo hagas, Raku-ane! ¡Es peligroso!

Rook se preguntó si su hermana estaba cuerda.

Al escucharlo, la expresión de ella cambió y su rostro se volvió cada vez más sombrío.

—¡Tonto! ¡Mira bien a los Demonios en esas naves!

Raku apretó el catalejo en el pecho de Rook. Tomando el objeto que le habían dado bruscamente, miró a donde le indicaba. Entonces, dejó escapar ruido sorprendido.

Hasta ahora habían estado disparando flechas a las siluetas que creían que eran Demonios. Sin embargo, en realidad las siluetas eran muñecas hechas de paja.

Docenas de esos muñecos estaban en los barcos, con las manos extendidas, con el pecho, la cabeza y el vientre atravesados por flechas. Cerca de ellos, varios Demonios controlaban el barco cubiertos contra el ataque.

—Esto… Una cosa así.

La sangre se le subió a la cabeza a Rook.

Era como si le hubieran regalado las flechas al enemigo.

Por supuesto, una vez que dispararan, los proyectiles se volverían inutilizables. No obstante, si estaban en buenas condiciones era posible volver a utilizarlas.

Las flechas que había estado disparando con todo el odio retenido en su corazón se convirtieron en algo ventajoso para el enemigo. Rook se desplomó suavemente, y se sentó en el suelo.

—¡Mantente firme! Rook, tú eres el Comandante, ¿sabes?

Al ser golpeado por detrás por Raku, Rook se puso de pie. Las flechas de fuego siguieron a las naves en retirada. Una de las naves fue alcanzada y comenzó a arder con un rugido.

Sin embargo, los tres barcos restantes se alejaron del cerco y regresaron a la Isla. Habían perdido una gran cantidad de flechas mientras que los Demonios habían conseguido un gran botín.

A primera vista podría parecer una victoria, pero habían perdido esa batalla.

Rook golpeó la pared del barco. Con una sensación de adormecimiento, el dolor pasó por su puño.

—… Raku-ane, ¿cuántas flechas nos quedan?

—… Desafortunadamente, si tuviéramos treinta flechas para cada persona sería pedir demasiado.

Ahora necesitaban volver a Fert para reabastecer sus flechas.

Dejaron los barcos que no agotaron tantas flechas y los que no podían pelear volvieron a Fert por le momento.

Después de hablar con Raku acerca de sus próximos movimientos para mañana, regresó vacilante a su dormitorio.

—Una vez más, perdí.

Se suponía que era el personaje principal.

Se suponía que el centro de este mundo era él mismo.

Pero entonces, ¿por qué sigue perdiendo?

Se suponía que disfrutaría de su vida en un nuevo mundo.

Pero, como si estuviera rodando por una colina, la situación empeoraba más y más.

¿Dónde se equivocó?

Lo único que lo diferenciaba del Rook Barusak del juego eran las reformas políticas y la gestión de su territorio. Nunca habría pensado que preocuparse por su pueblo le daría tanta mala fortuna.

Él sabía que algo dentro suyo fue la causa de todo, pero no entendía cuál era el problema.

—Eso es lo peor, de verdad.

Gorrión
El EGO de este chico no cabe en palabras

Aunque pensaba que viviría una vida divertida una vez que se reencarnara en este nuevo mundo…

Suspirando, justo cuando estaba a punto de abrir la puerta de su habitación para entrar, se dio cuenta que ya había alguien dentro. La cerradura debería haber estado bloqueada. No había llaves duplicadas y el único que tenía la llave de su habitación era Rook.

—¿Quién…? ¿Es un Demonio?

No pudo descartar la posibilidad que, después de la batalla, algún Demonio hubiera entrado furtivamente en el barco, y su cautela aumentó.

Moviendo su mano a la espada en su cintura, se preparó para poder pelear en cualquier momento. Contuvo la respiración y esperó el movimiento del enemigo.

Al hacerlo, el visitante en su habitación comenzó a reírse de forma extraña.

—Kukuku… No hay necesidad de que estés tan asustado.

Allí había un hombre con alas hermosas.

Aunque Rook sospechaba que era un Demonio, ninguna descripción de las especies Demoníacas descritas en los documentos correspondía a su apariencia.

No obstante, ya que claramente no era un humano, asumió que la persona frente a sus ojos era un Demonio. Mientras se preparaba para la batalla, Rook intercambió miradas con el apuesto joven.

—¿Quién eres tú?

—Yo soy un Shinigami, ¿sabes?

El joven que acababa de nombrarse mostró a Rook algún tipo de pergamino viejo que tenía cartas diminutas pegadas.

El Shinigami agitaba ese pergamino que parecía algo que uno se encontraría en un Museo.

Levantando las comisuras de su boca, como si estuviera planeando una travesura, miró a Rook, cuyos ojos no sonreían en absoluto.

—He venido a conceder tus deseos, Rook Barusak.

Gorrión
Todo va bien... ¡¡Hasta que aparece un tercero para fastidiarlo todo!!
Nelea
¡¡Hay que linchar a ese Shinigami!!

3 respuestas a “Riku – Capítulo 51: Eligiendo un futuro diferente”

  1. No me sorprendió ya esperaba eso después de todo en el momento que el shinigami dijo que había llegado demasiado pronto supe que el volveria a aparecer jajajaja

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido