Riku – Capítulo 64: Mundo congelado

Traducido por Gorrión

Editado por Nelea

Corregido por Sharon


El dolor se acercaba.

Un dolor más allá de toda imaginación.

En unos pocos segundos, su cabeza sería cortada y moriría.

Rook Barusak estaba asustado del dolor. Desde hace mucho tiempo, desde su anterior mundo, odiaba el dolor. Quería vivir confortablemente sin sentimientos dolorosos. Es por eso que estudió apropiadamente, fue admitido en una buena secundaria, bromeaba con sus amigos mientras tanto, y así, fue admitido en una universidad.

Como Rook Barusak, el camino que siguió era el mismo.

Haciendo uso de su conocimiento como el protagonista, intentó vivir su nueva vida sin sufrir tanto como fuera posible.

Ya que era su segunda vida, quería vivir hasta el último de sus días en un final feliz.

¿Dónde se equivocó?

Rook apretó los dientes intentando superar el dolor que estaba por llegar.

Y entonces, esperó el momento en que la espada de Selestinna cortara el aire y su cabeza.

—… ¿Huh?

Pero, no importó cuánto esperará, el dolor no llegó.

Alzando el rostro tímidamente, Rook vio que la espada de Riku se había detenido a medio camino.

No, esta simplemente se detuvo del todo. Sin que Riku pestañeara o moviera su pecho para respirar, y sin una sola fibra de su cabello que destacaba en la noche moviéndose, la espada estaba simplemente suspendida.

—¿E-Eh? ¿R-Riku…ane?

Levantándose con lentitud, Rook movió sus manos bruscamente, pero Riku no mostraba ninguna reacción.

Sin un solo signo de reaccionar en su rostro, ella simplemente seguía mirando al lugar donde Rook estaba acurrucado hace unos momentos.

Él se alejó lentamente, pero ella no mostraba ningún cambio.

—¿Qué pasa?

En ese momento, Rook se dio cuenta de que no había sonido.

Solo su propia voz, que sonaba alta y con un eco extraño, podía oírse.

Aunque la noche fuera tranquila comparada con el día en la ciudad, era imposible que no se escuchara nada.

No se oía el alboroto de la calle principal, los llantos de algún bebé, el sonido del viento, o incluso el sonido de la madera cediendo al fuego.

—¿Q-Qué está ocurriendo?

Solo su voz resonó en el callejón.

Rook observó sus alrededores.

Riku no era la única que no se movía. Había alguien más que no se movía en el su campo de visión.

Era Piguro Obis, el Oficial de Personal de Leivein Adlar, quien se había mantenido como espectador durante la anterior batalla y un poco alejado de ellos.

Observaba a Riku en silencio con una mirada arrogante.

—Hey, por favor responde. ¿El tiempo se detuvo? —le preguntó Rook con fuerza.

En el juego, Piguro cumplía el rol del Oficial de Personal de la Armada del Rey Demonio. Era alguien que daba la impresión de ser inteligente y podía resolver problemas en situaciones inesperadas.

Rook tomó precauciones al preguntarle al enemigo, lo cual iba en contra del orgullo de los Espiritistas. Si ellos lo vieran, le tratarían con desdén.

No obstante, él no pensaba que podría salir de esta situación por su cuenta.

—¡Te ruego que me respondas!

Quizás se moviera si Rook tocaba a Piguro, a pesar de que estaba detenido en el tiempo.

Aferrándose a esa esperanza, tocó su brazo.

En ese instante, el punto donde su dedo había tocado, se prendió fuego. Junto a un sonido rugiente, el fuego envolvió el cuerpo completo.

—¿U-Uwaaaah?!

Lanzando un grito sin sentido, Rook se distanció del fuego.

En ese instante, Piguro quedó envuelto por las llamas. Sin un solo grito o llanto, se volvió cenizas y el fuego se desvaneció en la oscuridad.

No había nada que recordara a Piguro estando ahí de pie hace unos momentos. Lo único que marcaba su existencia, era que el suelo estaba un poco quemado.

—¿Por qué… ?

—Es por el desgaste, Rook Barusak.

De repente, alguien le habló desde atrás.

Volviendo su cabeza rápidamente, Rook se encontró con el Shinigami.

Mientras se acariciaba sus suaves alas negras, el Shinigami mantenía las comisuras de su boca en una sonrisa como si estuviera extremadamente feliz.

—Ni siquiera yo puedo hacer algo como detener el tiempo. Todo lo que hice fue acelerar el tiempo del área alrededor de nosotros. Es por eso que todo parece haberse detenido, y todo lo que toques arderá en llamas.

Rook recordó una charla sobre cómo cuando algo va a mucha velocidad lo demás parece haberse detenido.

En el pasado lejano, tenía el sentimiento de haber escuchado hablar sobre cómo una persona normal acelerada podría hacer 10 veces las cosas que una en estado normal.

Por otro lado, si tocara cualquier cosa como papel o ropa, con el desgaste del aire, se prendería fuego.

Gorrión
Entonces, así sin más... ¿RIP Piguro? Nunca me cayó bien, pero...

Nelea
Me temo que sí, Gorrión

—¿Por qué has hecho algo así?

Habría sido diferente si el Shinigami se hubiera mostrado tras detener a Riku.

Si por lo menos le hubiera avisado que tocar algo haría que se prendiera en llamas antes de que tocara a Piguro, sin lugar a dudas se habría podido evitar tomar su vida.

Quien mató a Piguro no era él.

Era obvio que fue el Shinigami.

Rook lo miró. Él ladeó su cabeza como si pensara lo lamentable que era.

—Por qué, preguntas… Ya ves, porque si seguía de esta forma, habrías muerto. Sí, tu cabeza se habría separado de tu cuerpo con su espada. Si eso ocurriera, ¿no sería imposible escuchar tu deseo?

—¿Mi deseo?

En el instante que escuchó esas palabras, el corazón de Rook comenzó a latir más deprisa.

La conversación que tuvo con el Shinigami tras la batalla en la Isla Sherr afloró en su mente.

Él le garantizaba cualquier deseo a cambio de su propia alma.

En ese momento, como Rook estaba paralizado por haber parasitado el alma del protagonista, la conversación sobre el deseo terminó.

Pero eso no significaba que la discusión acabó allí.

Rook recordó que simplemente lo había pospuesto para otro día.

—¿Todavía puedes garantizar mi deseo?

—Así es. Vine aquí a escuchar después de todo —susurró el Shinigami con una dulce voz que podría embelesar a cualquiera. —Si lo deseas, puedo garantizar cualquier cosa sin importar lo que sea. Si… ¿No era tu sueño recomenzar tu vida?

—Rehacer… ¿Mi vida?

El pulso de Rook se aceleró.

Si hace 10 años… hubiera salvado a Riku, el desarrollo de la historia no habría cambiado hasta este punto. Por lo menos, ella no habría sido enviada a la Armada del Rey Demonio y Selestinna estaría viva.

Si Selestinna pudiera sobrevivir, entonces obviamente Rebecca y Kurumi no habrían muerto tampoco, y en estos momentos, quizá estuvieran sonriendo tras él junto con Anna. Piguro, que había ardido hace unos momentos, podría sobrevivir, y Charlotte no habría rechazado su ayuda aquella vez.

Quería volver al pasado.

Quería rehacer su vida una vez más.

Esta vez haría las cosas correctamente, y todo se desarrollaría como debía.

Si hacía el contrato con el Shinigami, entonces podría formar el Harem de sus sueños. Además, ese odioso futuro no existiría, y todos los que habían muerto encontrarían la felicidad.

Sería maravilloso que pudiera hacerlo.

—Rook, ¿qué ocurre? ¿Hay algo de lo que debas dudar en este preciso instante?

Aun así, Rook no tenía las agallas.

Quería conseguir ese deseo por su bien sin tener que pensar en nada más. Era la manera más fácil de resolverlo todo, y tenía el presentimiento de que todos podrían ser felices.

Pero, mientras apretaba sus dos manos, no podía verse accediendo a el contrato.

—Yo…

Rook estaba tan asustado de tener que cambiar el deseo por su alma que no podía soportarlo.

Si era capaz de rehacer su vida, sería capaz de volver a cuando era niño. Pero, no sabía en qué momento tendría que pagar la compensación.

Para empezar, ¿qué le ocurriría cuando su alma fuera devorada?

En el momento en que pensó sobre el futuro, su cuerpo comenzó a temblar.

—¿Tienes miedo? Rook Barusak.

El Shinigami gentilmente extendió su mano.

Como si lo consolara, la mano se extendió frente a sus ojos.

—Está bien. No hay necesidad de estar asustado. Está bien hacerlo como pienses que es mejor, y que vivas como desees.

—¿Vivir como lo desee?

—Así es. Estoy aquí para ayudarte en eso.

Tenía que darle la mano para aceptar el contrato.

Con las dulces palabras del Shinigami, Rook extendió su brazo. Pero, cuando estaba solo a un poco de tomar su mano, desechó la idea.

Habría sido mejor si hubiera aceptado el contrato sin pensar en nada.

Habría sido mejor desear aquello tal y como el Shinigami le había dicho. La vida de Rook y la gente que había muerto, todo iría mucho mejor si aceptaba.

—Necesito cambiar el mundo por el bien de todos.

Los rostros de las chicas que no podrían volver a sonreír de nuevo aparecieron en su mente.

Para que ellas pudieran sonreír de nuevo, para salvar a Riku, cuya vida había sido completamente destrozada, por el bien de los Demonios que habían sido asesinados injustamente y sus camaradas que murieron en Karkata. También por el bien del verdadero protagonista cuya alma se perdió por su culpa, necesitaba suprimir su miedo.

Para cambiar el mundo, el miedo no es necesario. Si no tuviera la resolución necesaria para tirar una o dos almas, no podría convertirse en el protagonista.

—¿Es ese tu deseo?

Los ojos del Shinigami tenían un brillo frío como dos joyas.

Rook lo observó en silencio. De alguna forma, lucía feliz. Su rostro tenso por el miedo se relajó un poco.

—Quiero cambiar este mundo. Quiero salvar a todos, que todos sean felices, y hacer un mundo donde todos puedan sonreír —susurró esas pocas palabras.

Sintió que con ellas, la mayoría de sus ambiciones se reforzaban.

—Pero, esto… Quizá esto es solo mi egoísmo.

—…

—Si. Probablemente sólo quiero ser feliz. Quiero crear un mundo centrado en mi.

Sus verdaderos sentimientos que había estado ocultando, finalmente salieron a la luz.

Querer matar a Riku era sólo su venganza personal por la muerte de Selestinna.

Querer salvar a Riku era sólo su arrepentimiento por haber dejado morir a una de las Heroínas.

Querer salvar a Piguro, a quien mató por accidente, y a los Espiritistas que perdieron su vida en la Batalla de Karkata, era porque quería escapar de sus pecados.

Todo era simplemente sus propias ideas, su egoísmo.

—Es por eso, Shinigami.

Por alguna razón, el corazón de Rook de relajó.

Como si aire fresco hubiera soplado hacia él, su corazón se calmó. No había nada más a lo que tener miedo.

No sabía si su elección sería la correcta o no. Pero quería creer que no era la errónea.

—Mi deseo es…

Tras que Rook dijera su deseo al Shinigami… El “tiempo detenido” comenzó a moverse de nuevo.

Gorrión
Ah... Aaaaaahhh.... AAAAAAAAH

Nelea
¡TCH! Diablos... Estaba tan cerca de la muerte, Shinigami metiche

2 respuestas a “Riku – Capítulo 64: Mundo congelado”

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