Sentido Común de una Casa Guerrera – Capítulo 120: La confusión del primer ministro

Traducido por Lugiia

Editado por Sakuya


—Entonces, ¿quieres decir que el que estaba conectado con Nord era Cordis Sligar…?

Cuando Alf escuchó mi pregunta, inclinó la cabeza y respondió:

—Sí. Cuando seguimos la pista de qué firma manejaba las “plantas medicinales” de Cordis, confirmamos que la Firma Nord era una de las organizaciones involucradas… Me disculpo profundamente por el tiempo que tomó descubrir esto.

—No puedo decir que sea algo inevitable… ¿No estabas siguiendo la pista del jefe de la casa, Curtis Sligar? Bueno, puedo entender tu proceso de pensamiento sobre el asunto.

—En realidad… algunas dudas surgieron debido al atentado a los archiduques del Principado Rinmel en el reino de Tasmeria. Aunque realmente debo agradecer el trabajo de Bern y de la señorita Mellice en el asunto.

—¿Eres consciente de dónde está infiltrado Bern actualmente, Alf…? —preguntó Louis, el cual también estaba presente en el estudio.

—Sí… Con respecto a este asunto, ya habíamos establecido un sistema de cooperación. Actualmente, Bern está infiltrándose en una empresa del conglomerado de la Firma Nord que también está en contacto con Cordis.

—¿No está eso demasiado cerca? No creo que sea descuidado al respecto, pero… ¿qué sucede si por casualidad Bern es descubierto y se expone el hecho de que es del reino de Tasmeria…?

—Es más que consciente de eso, que del peligro. Así es como ha determinado que es importante adquirir información sobre este asunto tan pronto como sea posible.

—Ya veo… —respondió Louis, dejando escapar un profundo suspiro.

Eso solo fue para demostrar lo mucho que estaba preocupado por Bern. Aunque también debe haber entendido que el trabajo de Bern es esencial.

En realidad, la razón por la que el ataque a los archiduques del Principado de Rinmel terminó sin un gran alboroto, fue porque él había obtenido la información de antemano.

Aun así, es injusto decirle que no se preocupe por él. Después de todo, una persona que conoce desde hace mucho, está infiltrándose solo en un territorio enemigo.

Sin embargo, mientras pensaba eso, Louis sacudió débilmente su cabeza y bajó la mirada… suprimiendo las fluctuaciones de su corazón.

Desde luego, sentirse ansioso estando tan lejos no sirve de nada… En especial nosotros, quienes debemos mantener la calma y usar de manera efectiva la información que Bern obtuvo del territorio enemigo.

Con eso en mente, cambió sus sentimientos sobre el asunto.

—Volvamos al tema principal. ¿Estás seguro de que Cordis es el que está detrás del atentado a los archiduques del Principado de Rinmel? —le pregunté a Alf, convirtiendo mi expresión en la que uso cuando actúo como primer ministro ante los demás

—Sí…, estoy seguro. Cordis usó la Firma Nord, que está conectada directamente con él, para emplear a varias personas. Parece que incluso llegó a redactar instrucciones del plan —respondió Alf con calma, sin dejar de mirarme en ningún momento.

—Ya veo… Entonces, ¿el caso que involucra a la casa ducal Baskar también fue obra de Cordis?

—Sí, es como dice, maestro.

—¿Alguien que lo respalde?

—Estamos en ello.

—Pero… ¿qué mérito obtiene al hacer eso? Aunque soy consciente de que hay cierta discordia entre Cordis y el actual jefe de la casa, Curtis Sligar, para que sea capaz de deshacerse de su padre junto con su hermano menor contra el que está luchando para heredar la casa ducal… ¿por qué se esforzaría en empeorar la relación entre nuestro país y el suyo…? —preguntó Louis justo cuando el flujo de la conversación entre Alf y yo se detuvo.

—Bueno… quizás, al deshacerse de todos los archiduques al mismo tiempo, podría usar esa oportunidad para tomar el control del Principado de Rinmel en su totalidad… Después de todo, le sería más fácil unir el país usando el reino de Tasmeria como su enemigo común. Sin embargo, no importa cuánto discutamos, todas nuestras hipótesis seguirán siendo solo eso —murmuré mientras dejaba escapar un profundo suspiro; el sonido resonó en todo el estudio.

La pesada atmósfera y el silencio que envolvía la habitación parecían haber cortado el flujo del tiempo a nuestro alrededor.

—Con esto en mente, estamos seguros que se ha estado preparando desde hace uno o dos años… No hay duda de que es un tipo bastante cuidadoso. Me alegra mucho que Bern y Mellice hayan podido descubrir el ataque y prevenirlo.

—No, maestro… —exclamó Alf. Su audacia al expresar tales palabras de negación causó una preocupación en mi corazón.

Era inusual que respondiera de esa manera, así que Louis y yo nos pusimos nerviosos por su respuesta.

En medio de tal atmósfera, Alf expresó con seriedad:

—No se ha estado preparando desde hace uno o dos años. Por lo menos… es muy posible que lo haya estado haciendo desde hace tres o cuatro años.

—¿Hace tres o cuatro años? ¿Qué demonios…? —murmuré como si me hablara a mí mismo… y luego, a medio camino, me di cuenta de lo que Alf quería decir y me quedé sin palabras.

Todo mi cuerpo se endureció por completo ante ese pensamiento.

—No puedo creerlo, pero… no me digas que el incidente con Wels fue… —expresé, girándome hacia Alf con movimientos torpes.

—Sí… Nueve casos de cada diez, los que estaban detrás eran probablemente Nord y Cordis —respondió Alf con una tensión notable en su voz.

Su frente se arrugó, y tal vez porque había predicho mi reacción, desvió su mirada no sin antes visualizar una expresión de dolor.

—¡Espera un segundo! ¡¿Estás seguro de eso?! —gritó Louis, también horrorizado ante la magnitud del asunto.

Era natural…

Porque eso sería la prueba de que la casa del marqués Anderson se había estado comunicando con potencias extranjeras.

No importaba cuánto había contribuido Gazelle al país… si se revelaba que Wels Anderson, un pariente cercano, estaba unido a todo esto con Cordis Sligar, toda la familia Anderson asumiría la responsabilidad.

—Sí, estoy seguro. Eso ha sido reportado por uno de mis hombres que se ha infiltrado en la Firma Nord. Con el tiempo, deberían ser capaces de encontrar evidencia de ello.

—Aunque es información que quería saber, después de escuchar la respuesta, siento que es algo que preferiría no haber sabido… —murmuré en voz baja, mirando al techo como si quisiera renunciar a todo.

Una vez más, una pesada atmósfera se cernió sobre la habitación.

Louis y yo apartamos la mirada, mientras cada uno de nosotros se sumergía en sus pensamientos en un intento de ponerlos en orden.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido