Emperatriz del Bisturí – Capítulo 59

Traducido por Maru

Editado por Yusuke


Elise de Clarence. A través de este incidente, se ganó dos apodos diferentes. La Madre de la Epidemiología Moderna y Victoria del Cólera. Estos fueron los primeros apodos de muchos que recibiría. Y después de que todo se calmó, entró al palacio para hablar con el emperador sobre el favor que tenía.

♦ ♦ ♦

—¡Jojo! Señorita Clarence, bienvenida. Estaba discutiendo qué tipo de recompensa debería darte con el príncipe heredero. ¡Realmente has hecho algo grandioso por nuestro imperio!

El emperador Minchestor la recibió con un rostro alegre.

—Gracias. Todo es gracias a su apoyo.

—Por supuesto que todo es gracias a ti. Realmente detuviste la plaga en tres días. Qué asombroso. Increíble.

El emperador continuó felicitando. Era alguien que presenció la muerte de 150.000 personas hace veinte años. Pero al ver que semejante plaga se resolvió así, las palabras no podían expresar su logro. Un milagro. Era un milagro.

—No sé cómo pagarte. ¿No es así, Linden?

—En efecto.

Linden de Lambert, que estaba sentado junto al emperador, asintió.

—¿Fue… ep… epidemiología? ¿Mapa del cólera? De todos modos, enséñale este método al departamento de salud pública. No pueden confiar en ti todo el tiempo.

Incluso en este momento, mientras hablaban, una plaga similar se estaba extendiendo en las grandes ciudades de todo el continente porque las personas vivían tan cerca unas de otras. Elise aprovechó esta oportunidad para sugerir una solución.

—Su Majestad, tengo un método para evitar que sucedan cosas como estas en el futuro.

—¿Qué es? ¿Tienes una buena idea? —preguntó el emperador emocionado. Ahora, confiaba en todo lo que decía Elise.

—La razón por la que el agua estaba contaminada con cólera fue porque el sistema de calidad del agua de la ciudad no funcionaba correctamente.

—Continúa. 

—Así que creo que incluso si requiere algunos gastos, deberíamos aprovechar esta oportunidad para arreglar las alcantarillas. Si las alcantarillas se arreglan correctamente, enfermedades como el cólera no volverán a aparecer.

El emperador pensó que ella tenía razón. La “Ciudad de la Luz”, París, de la República de Francois y Londo estaban luchando por cuidar su alcantarillado. Sería bueno arreglar las alcantarillas antes de que ocurriera algo peor.

—Te escucharé. Puede llevar un tiempo, pero deberíamos empezar ahora.

—Y como ya estamos en eso, creo que sería mejor hacerlo a mayor escala.

—¿Qué quieres decir?

—La población de Londo está aumentando, como capital mundial. Si lo arreglamos de acuerdo con la población actual de dos millones y medio, me preocupa que tengamos que comenzar a construir nuevamente en un futuro cercano.

—Entonces, ¿con qué población deberíamos compararlo?

Elise respondió después de un poco de contemplación.

—Creo que al menos cinco millones.

Tanto el emperador como el príncipe heredero tenían expresiones de sorpresa.

—¿Cinco millones? ¿Hablas en serio, Elise?

Cinco millones. Era un número colosal. No había un solo imperio en el continente que tuviera tanta gente en su ciudad capital.

—Sí. Considerando el crecimiento del imperio, creo que incluso esto es muy poco.

El imperio no podría mantener su posición como el más fuerte del mundo. Sin embargo, considerando la historia de la Tierra, la población de Londo pronto alcanzaría los cinco millones. En el futuro, en eso.

—Jojo, tu escala es más grande de lo que esperaba. Cinco millones, dices. Bueno, creo que es bueno que la futura Primera Dama del imperio tenga ese tipo de mentalidad.

El emperador hizo referencia a una conversación que tuvieron hace algún tiempo. Elise enderezó la espalda. Iba a hablar de la razón por la que vino aquí, ya que el objetivo de hoy no era hablar de las cloacas.

—Sí, veo que es hora de que escuche ese favor tuyo. Adelante. Haré lo que sea.

El emperador habló con una sonrisa. Elise hizo una pregunta antes de pedir el favor.

—Su Majestad, antes de eso, tengo algo que preguntarle.

—¿Qué es?

—¿Sigue vigente la promesa que hizo la última vez?

La última promesa era que haría cualquier cosa que ella le pidiera si no dañaba al imperio. El Emperador asintió con la cabeza.

—Por supuesto. Juré sobre el nombre de la familia Lambert. Mientras no se aparte del camino de Dios y el imperio, definitivamente lo haré por ti.

—Gracias.

Minchestor frunció el ceño.

—¿Qué es? Ahora me siento ansioso. Rápido, continúa.

Elise sonrió levemente. Estaba preocupada por lo que sucedería después de solicitar esto. Pero no había otra forma además de esta. Esta era la única forma en que podía salvar a su hermano y elevar el honor de su familia.

—No es un gran favor.

—Lo tengo. Así que adelante.

—Permítame participar en la Segunda Expedición de Crimea en lugar de mi hermano Chris para representar a la familia Clarence.

—¿Qué? 

La atmósfera se volvió fría. El rostro del emperador se endureció como si hubiera escuchado algo que no debería haber escuchado. Lo mismo ocurrió con el príncipe heredero, que estaba sentado a su lado.

—¿Qué dijiste?

Elise se arrodilló e inclinó la cabeza. Luego, volvió a abrir la boca.

—Para elevar el honor de nuestra familia, la hija de Clarence solicitó jurar lealtad a la Familia Imperial Lambert. Permítanme participar en la Expedición de Crimea para que pueda cumplir con mi deber.

Esta fue la respuesta que encontró. En lugar de Chris, ella participaría. Su familia seguiría actuando como nobleza obliga, mientras que su hermano se salvaría.

♦ ♦ ♦

Ella no supo qué pasó después de eso.

Elise salió por la puerta con piernas temblorosas. Todo su cuerpo estaba temblando. Mientras caminaba hacia el carruaje que esperaba en el frente del palacio, se derrumbó en el suelo. 

Lo hice. El emperador estaba enfadado con ella por primera vez en toda su vida. Y no solo había levantado la voz. Su voz estaba llena de furia. Él era alguien que siempre le había sonreído cuando cometía un error en el pasado. Así de enojado estaba.

Le pido disculpas, majestad. Ella lo entendía. Si supiera que el favor era para que la niña que él consideraba su propia hija fuera a la guerra, nunca habría prometido mantenerlo. Eso es todo. Todos estarían enfadados. Su padre y Chris estarían increíblemente furiosos. Incluso podrían echarla de la familia.

Pero esto era lo mejor. Incluso si era expulsada de su familia y alcanzada por una bala durante la guerra. Esto era mejor que escuchar la noticia de que Chris murió en batalla. 

Sí. Lo hiciste bien. Buen trabajo, Elise.

Fue cuando… 

—¿Qué estás haciendo, dama Clarence?

Una voz enfadada pero fría la atravesó. Cuando volvió la cabeza hacia atrás con sorpresa, el príncipe heredero la estaba mirando con ojos ardientes. Elise se sorprendió al ver sus ojos. Fue la primera vez que lo veía tan enfadado.

—¡Te pregunté qué estás haciendo ahora, dama Clarence!

E incluso levantó la voz. Elise se puso de pie frenéticamente. Aún le temblaban las piernas, pero lo soportó con una reverencia.

—No sé de qué está hablando, su alteza.

—¡Ah! ¡¿No es así?! ¡Elise!  

Elise se sorprendió. Él la había agarrado de la muñeca.

—¡¿Su alteza?!

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