Espada y Vestido – Capítulo 1 (3): Silla Epheria

Traducido por Kiara

Editado por Shiro


Estaba muy tranquilo dentro de la posada. Al parecer no era el horario más concurrido por parte de los clientes, pero aún así esto parecía muy sospechoso, incluso si esa fuera la razón. Además… sin contar al dueño del local, no había ningún otro personal, ni siquiera camareros. Mi instinto me hizo sospechar de que algo malo estaba a punto de suceder.

—¿Dónde está la persona que necesita ver?

—En el segundo piso —dijo el vizconde mientras señalaba el camino—. Por favor, sígame. 

—¿Está bien que me le una? 

El vizconde Schwart dejó escapar una sonrisa significativa y asintió.

—Por supuesto. Ah, sería un problema si la señorita no estuviera presente.

¿Estaba realmente relacionado con el contrato? Si ese era el caso, entonces el misterio estaba aumentando. Después de echar un vistazo al bastardo que subió junto al vizconde escaleras arriba, decidí seguirlos. Esperaba que el maldito de Caín también estuviera involucrado. Incluso si sólo era parte de un asunto tan trivial como éste, sería suficiente por estar a su vez relacionado con el Rey Demonio.

La habitación que el vizconde me estaba mostrando era bastante espaciosa. Miré alrededor y me volví hacia él para preguntar.

—Parece que la persona que quiere ver no ha llegado.

No había nadie adentro. No quería llegar tarde a la ceremonia del funeral, ¿cuándo vendrá esa persona?

El vizconde trató de contener la risa cuando escuchó mi pregunta, pero falló y finalmente se echó a reír. 

—Eso es suficiente. Ya no tiene que fingir.

¿Qué clase de tontería está diciendo este necio?

—No entiendo lo que quiere decir.

El vizconde pareció ofenderse al escuchar mis palabras.

¡No guardes todas las explicaciones sólo para ti, compártelas conmigo!

—No puede pensar que va a salir de aquí con vida, después de haberme seguido voluntariamente, ¿verdad?

—¿Aquí…? 

¿Qué tiene de malo este lugar? Esta es una posada… Ah… No podría ser…

Acababa de darme cuenta de que era una mujer, ughh… Quería decir… Que era una chica normal y este hombre era mi prometido estúpido y con una muy mala reputación, además el lugar en el que estábamos era una posada, nadie más podrá ver o escuchar lo que suceda. Oh ya veo. Había escuchado sobre este tipo de situaciones varias veces.

—Entonces su propósito es arruinarme, ¿no es así?

El hombre fue sorprendido por mis palabras.

—¿Podría ser que no se había dado cuenta hasta ahora?

Bueno, es bastante obvio que no lo había notado, ¿sabes? 

Casi no tenía experiencia en ser cortejada por hombres con buenas o malas intenciones. Sin embargo, eso no significaba que mi experiencia fuera completamente nula. El principal problema era que todos pensaban que era un hombre y la mayoría de ellos retrocedía en cuanto les decía que era mujer.

Entonces esto no tenía relación con el Rey Demonio, ¿verdad? Ja… ahora me sentía desanimada. Dejé mi sombrilla y le eché un vistazo a este bastardo que estaba de pie junto a la puerta. Podía usar la sombrilla como arma, pero se rompería y sólo la había usado una vez. Qué pena…

 —¿Ambos vendrán por mí? —Con este cuerpo podría tener problemas para enfrentar a estos malditos, así que tenía que escapar por la ventana. Mi pregunta hizo que el vizconde mirara a Caín con una expresión encantadora.

—Esa mujer dio una buena sugerencia. Sin embargo, no tengo objeciones. 

—No estoy interesado. Estaré esperando abajo —respondió sin ningún cambio de expresión y salió de la habitación. Al ver que se fue y amablemente cerró la puerta con fuerza, me hizo sentir un aprecio hacia él tan grande como el moco de una pulga. 

Muchas gracias por retirarte, voy a vencer a este violador de mierda con todo mi corazón.

—Eso es una lástima. —El vizconde Schwart se lamió los labios mientras se movía un paso en mi dirección. Observé su cara repugnante que todavía se reía y apreté furtivamente mi puño—. Todo este tiempo, siempre estuviste corriendo lejos de mí como como un gatito asustado, pero hoy te has portado muy bien. ¿Podría ser que te rendiste? 

Después de escuchar sus astutas palabras, sentí pena por la difunta Silla. En ese hogar había estado padeciendo todo tipo de males, y todavía estaba siendo perseguida por esta sucia sabandija en cuanto salía. No me compadeceré de él ni por un momento, al menos para consolarla.

—Vizconde Schwart.

—¿Hm? No tengo ninguna intención de dar marcha atrás después de que llegamos aquí, así que será mejor para ti aceptarlo.

—¡Cierra la boca! 

Ese bastardo Caín no debería venir aquí por los gritos. Golpeé el estómago del vizconde con mi puño que fortaleci con poder sagrado.

—¡Hnngghh!

Si golpeaba directamente en cualquier área vital, ni siquiera podría soltar un grito. Poco después, sólo pudo respirar y cayó al suelo. Podía silenciar a mis oponentes si los golpeaba en el epigastrio, que era la parte superior del estómago, desde el esternón hasta el ombligo. Si ni siquiera podían respirar adecuadamente, ¿cómo podrían gritar?

—No me gusta torturar a los demás. —Pasé por encima de ese imbécil que había caído al suelo mientras jadeaba por aire, dirigiéndome hacia la cama. Cuando rompí un trozo de las sábanas para usarlas para atarlo y rellenar su boca, ese maldito comenzó a ajustar su respiración. Me acerque a él y le di una patada ligera en el mismo lugar.

—¡Heuk! —De nuevo sólo pudo soltar todo el aire que había recuperado de golpe.

—Hay una venganza que necesito llevar a cabo y también hay algunas cosas que quiero preguntar. No te preocupes, no te mataré. —Bueno, no podía hacer nada si accidentalmente lo mataba. Una vez más, te lo dije, no me gustaba torturar a otros. Además en la iglesia, había otras personas encargadas de hacer ese tipo de cosas, por lo que no necesitaba hacerlo por mi cuenta. Quisiera advertirle que eran realmente despiadados.

Arrastré al vizconde del piso y lo senté en una silla. Después de que terminé de atarle las manos y las piernas, y también de llenarle la boca, le di unas palmadas en la mejilla hasta que se despertó por completo de su medio estupor.

—¡Hmmph! ¡Hmph! —gimió.

—Mi querido, vizconde Schwart —sonreí suavemente—. Morirás si gritas, ¿sabes? Antes de que ese bastardo de Caín venga aquí, escaparé por la ventana después de que te destroce la cabeza, ¡así que es mejor que renuncies a cualquier idea que tengas en la cabeza! Nadie creerá que una niña débil e indefensa como yo, podría matar a un hombre fornido como tú sin armas. Probablemente ese bastardo Caín se convertirá en el chivo expiatorio. Por eso, espero que puedas pensar cuidadosamente antes de hacer cualquier cosa. —Cada palabra que dije estaba llena de honestidad, especialmente la que dije sobre lo que iba a hacer antes de que ese bastardo de abajo se convirtiera en un chivo expiatorio. 

Después de que sus ojos se movieran rápidamente, el vizconde asintió a regañadientes con la cabeza. Retiré el contenido de la boca después de asegurarme de que entendía mis palabras.

—¿Q-Qué haces?

—¡Ssstt! —Levanté mi puño cerrado para hacerlo entender—. Soy yo quien hace las preguntas, tú sólo responde. —Le di una advertencia amistosa, pero el vizconde comenzó a retorcerse con expresión resentida en su rostro.

—Después de lo que has hecho, ¿crees que puedes…

—Parece que todavía no podemos tener una buena conversación. —Chasqueé la lengua y rellené su boca de nuevo—. Es poco probable que sueltes la lengua cuando te golpean tan sólo dos veces, ¿verdad? Creo que he juzgado mal. Debería haberte roto los brazos y las piernas uno a uno.

—¡Hmmphh! —continuó gimiendo. 

—Está bien… está bien… ¡no te preocupes! No los cortaré. No tengo una espada, así que sólo podría romperte los huesos. Realmente no hay nada de qué preocuparse, ¿verdad?

Bueno, realmente no le cortaré las piernas o los brazos, incluso si hubiera alguna espada aquí. Tal vez sería suficiente con cortar uno o dos dedos, pero brotará demasiada sangre si le corto los brazos o las piernas. Tenía que evitar cualquier posibilidad de que mi vestido se empapara de sangre, sobre todo teniendo planes de asistir al funeral. Además, esa era mi ceremonia de sepultura, al menos necesitaba verme presentable.

—Por lo que vi, parece que eres diestro.

Al principio, tenía la intención de ser amable y apuntar a su mano izquierda, pero ahora no tendré piedad, así que sostengo su mano derecha. El vizconde siguió luchando y sacudiendo la cabeza.

—¿Por qué demonios? Antes dijiste que no te contendrías más, ¡entonces tampoco debería de hacerlo!

La verdadera Silla debió estar indefensa frente a este imbécil. Bueno, ella no lo hubiera seguido como lo hice yo en primer lugar. Apreté la mano derecha de este violador con fuerza y ​​la giré en la dirección opuesta.

—¡¡Erghhhhh!! —gimió más fuerte.

—Ahora, es tu pierna la que va a girar.

—¡Emmh! ¡Emmhhh! 

—No entiendo lo que dices. ¡Habla apropiadamente, malnacido! 

Aunque sólo con un brazo roto podría caminar más tarde, lo mejor sería romperle una pierna, también del lado derecho. Para la parte de las piernas, le torcí la rodilla. Después de que terminé, la cara del vizconde se puso roja y se llenó de sudor. Sus ojos estaban inyectados de sangre, mostraban un horror extremo. Excelente. Ahora podríamos tener una conversación tranquila.

—¿Qué tal si comenzamos otra charla? Esta vez te aplastaré los huesos hasta que no puedas recuperarte si dices tonterías. Si los huesos se rompen, entonces podrían recuperarse rápidamente, pero si los retuerzo en extremo, sería difícil volver a recuperarlos, incluso mediante el uso de magia sagrada.

La fractura de huesos podría ser tratada con vendajes y se podría curar más rápido mediante la recepción de tratamiento de magia santa, si tuviera mucho dinero. Después de considerar estos puntos, creo que estaba siendo demasiado amable.

Cuando quité el trozo de tela de su boca, la cual se había mojado a causa de la saliva, esta vez sólo respiraba con dificultad sin decir nada, acto que aprecié.

—Entonces, ¿cuál es tu relación con la condesa?

El vizconde se tragó la saliva y respondió mientras tartamudeaba: 

—E… Ella me p-prometió una p-parte de tierra si me «encargaba» de t-ti…

—¿Así que ambos hicieron un trato? Pero, tu forma de hablar es realmente descarada, ¿no? 

—Ah, quiero decir… señorita Epheria.

—Bien. En resumen, ¿ambos me arrebatarán mi herencia después de casarte conmigo? 

—Sí. Pero, la señorita no cumplió obedientemente con el plan… así que la condesa me pidió que mancillara a la señorita a la fuerza… 

—¿Eso es todo? 

—¡Eso es todo! 

No pude encontrar signos de engaño en su rostro desesperado. Por supuesto, era posible que me hubiera mentido, pero en realidad sólo planeaba contaminarme. 

Al final, ¿tal vez el vizconde Schwart sólo está siendo utilizado por la condesa? 

—¿Sabes algo más sobre la condesa? 

—¿Q-Qué tipo de información?

—Cualquier cosa.

—Sobre eso… creo que usted, señorita, probablemente sepa mucho más…

Ughh… ¿acabo de obtener una información inútil? Qué lástima. Chasqueé mi lengua mientras recogía la sombrilla que estaba en el suelo.

—Te lo advierto. Nunca pienses en hablar sobre el asunto de hoy con nadie. Nadie creería que tus manos y piernas fueron rotas por una mujer tan insignificante, eso sólo haría que tu reputación cayera en picada. Una cosa más, debes cancelar nuestro compromiso. A menos que tu deseo sea ser golpeado hasta la muerte durante nuestra primera noche. 

Por supuesto, nunca tuve la intención de permanecer en silencio y casarme con él. Definitivamente lo enterraría vivo antes de la ceremonia de la boda. Miré al vizconde por un momento, el cual asintió con entusiasmo, antes de caminar hacia la ventana.

En el pasado, podía saltar fácilmente desde el segundo piso, pero ahora creo que debía ser extremadamente cuidadosa. La resistencia de este cuerpo era realmente baja, un movimiento incorrecto y probablemente me quebraría el cuello.

Abrí la ventana ampliamente y levanté la mitad de mi falda para poder sentarme en el alféizar. Había un pequeño callejón sin indicios de personas fuera de la ventana. Concentré mi poder sagrado en la totalidad de mis piernas antes de saltar.

¡Ay! ¡¡Duele!! ¡¡¡Maldición!!! ¡Olvidé que estoy usando tacones en este momento! 

Grité internamente mientras saltaba de dolor. Aunque no usaba tacones puntiagudos, pero debido a que generalmente usaba calzado plano, mi talón presionó las suelas de los zapatos. Si no fuera por la protección del poder sagrado, mi talón probablemente se hubiera roto en pedazos.

Ugh, ahora tenía que huir antes de que me atraparan.

Sería problemático si Caín notara lo que hice. Miré hacia la ventana abierta por un momento e inmediatamente salí del pequeño callejón.

El camino de la capital durante el día parecía bastante vacío. Todavía estaba lejos de la carretera principal, pero no tenía un solo centavo, así que sólo podía abrir la sombrilla y seguir caminando. Duh, también tenía que volver a la mansión a pie. Realmente extrañaba a Snowy. Éste no dejaría que extraños cabalgaran sobre él porque era un caballo sagrado feroz de pura raza. Dudo que pueda encontrar otro maestro.

¿Cómo estará ahora? Ya debe haberse enterado de mi muerte.

Me sentí conmovida pensando en cómo Snowy podría haberse sentido mientras esperaba mi regreso. Desearía poder llevarlo conmigo, pero será imposible antes de poder demostrar que era Roel. Sentí como si algo pesado estrujara mi corazón cada vez que recordaba que nos metimos en una pelea porque él tercamente quería acompañarme antes de que entrara al castillo del Rey Demonio. 

Mi pobre Snowy… lo siento mucho por haberte tratado mal hasta el final.

Caminé tambaleante mientras pensaba en mi querido caballo, sin darme cuenta de que había mucha gente caminando a mi alrededor. Se podía ver a un grupo de soldados haciendo fila ordenadamente en la calle principal que conducía al palacio.

—Incluso el Ejército Imperial está aquí. Vaya, resulta que realmente les importo. —Doblé mi sombrilla y observé lo que me rodeaba.

La audiencia variaba desde hombres y mujeres viejos a jóvenes. Estaban deambulando por la calle lateral, pero la mayoría de mujeres eran jóvenes nobles. Todos sus rostros parecían sombríos y de algunas de ellas se escuchaban sollozos mientras se secaban las lágrimas con los pañuelos.

—No puedo creerlo. Era tan joven… 

—¡Sir Roel! ¡¿Cómo pudiste dejarme así?! 

—¡Todavía tengo un montón de cartas que quería entregarle! 

¡Ja! Ya lo sabía, pero realmente soy popular. 

De hecho, era una mujer, pero incluso si hubiese sido un hombre todavía no podría casarme porque era un caballero sagrado. Aún así, las damas se reunieron para expresar su dolor. Entre éstas, también había niñas y mujeres casadas. Me sentía incómoda porque vi a muchas personas entristecerse por mi muerte. Además, todavía estaba viva, aunque mi cuerpo haya sido cambiado por otro… Me sentía un poco culpable.

De repente, alguien del otro lado del camino gritó: 

—¡Ahí vienen! 

¿La procesión fúnebre?

Después del grito, aquéllos que deambulaban en medio de la carretera, con una velocidad aterradora, rápidamente se metieron entre la multitud en la carretera lateral.

¿Qué hay para ver en la procesión fúnebre que los hizo meterse así? 

Estaba siendo empujada antes de que finalmente pudiera llegar al frente. Saqué la cabeza al lado del ejército que organizaba la audiencia. Al hacerlo, pude ver que la procesión fúnebre se acercaba.

Los Caballeros Sagrados vestían su uniforme ceremonial blanco, seguidos por un un ataúd de piedra de mármol blanco. El artefacto sagrado colocado sobre el ataúd, brillaba intensamente al ser tocado por el sol. Observé la escena en medio de las personas que estaban en silencio llorando.

El ataúd no lo llevaban los sirvientes o los familiares, sino aquéllos que se consideraron sus más fieles camaradas eran quienes movían el cadáver, como el último honor para el difunto. Al hacerlo, también elevaba la impresión de éste cuando estaba vivo. Por lo tanto, algunas personas dirán que el fallecido había vivido una buena vida antes de morir.

Por eso les daba mi más sincero agradecimiento de corazón. 

—¡Pero, ¿por qué…?¡

¡Esos malditos mocosos…! ¿Por qué ustedes tienen esas expresiones en sus rostros?

Esos rostros alegres que recordaba claramente en mi mente se veían sombríos y me hacían sentir mi estómago al revés. Sabía que estarían tristes porque alguien cercano a ustedes ha partido.

Aún así, nunca pensé que esos hombres adultos pudieran hacer ese tipo de expresión. Parecían unos niños perdidos.

Y esos idiotas eran ahora todo mi pasado, el cual la muerte me había quitado. Actualmente era una extraña que no guardaba relación alguna con ellos. Estaba acostada dentro de ese ataúd y pronto sería enterrada bajo el suelo. Esa era yo…

Mis sentimientos eran un completo desastre en este momento…

Podría adivinar fácilmente cuán severa era la arruga en mi cara actual, sin mirar el espejo. No debí haber venido a mi cortejo fúnebre. No debí haber visto la expresión de aquéllos a quienes dejé atrás…

El ataúd pasó frente a mí; mordía mis labios con fuerza. Por un momento, sentí la necesidad de empujar el ataúd. Quería reírme de esos mocosos que parecían haber perdido todo en este mundo, mientras gritaba: «¡¿Qué hacen llorando por este tonto caparazón?!»

En realidad, mi cuello sería cortado por la espada de mis camaradas antes de que pudiera acercarme al ataúd.

Mientras estaba ocupada mordiéndome los labios con sentimientos desordenados, la procesión fúnebre continuó, alejándose del verdadero personaje principal. Algunas personas de la multitud siguieron detrás de ésta, mientras que el resto comenzó a dispersarse uno tras otro para continuar con sus vidas.

Mientras tanto permanecí quieta en el mismo lugar que el ejército había preparado para la multitud, con la mente completamente en blanco.

Kiara
Pobrecita... aish

♦ ♦ ♦

—¡Señorita! —Sofía me saludó con la cara brillante tan pronto como llegué a la mansión con pasos tambaleantes. El sol casi se estaba poniendo. Asentí sin entusiasmo y la miré—. ¿Por qué la señorita regresa sola… sin carruaje? Eh, es imposible que la señorita haya deambulado por ahí, ¿verdad? La señorita fue con el vizconde Schwart después de todo. 

—Mhm… bueno —respondí incómodamente. Recordé lo sucedido con el vizconde Schwart. Con lo que había pasado, olvidé por completo lo que le había hecho. 

Me pregunto… ¿cómo habrá terminado después de todo lo que pasó? 

Lo más probable era que ese bastardo Caín lo cuidara y regresara a su hogar. Al escuchar mi voz desanimada, Sofía entró en pánico e inmediatamente sostuvo mi mano para apoyarme.

—Dios mío, ¿qué le pasó, señorita? ¡Vamos adentro! 

—Estoy bien.

—¡¿Qué quiere decir con que está bien?! ¡La señorita se ve muy pálida! Su rostro se ha vuelto tan blanco como el papel.

¿Se ve realmente tan mal? 

Esto era realmente vergonzoso. ¡Maldición! Como un caballero sagrado que siempre participó en la lucha para erradicar al Rey Demonio, esto era verdaderamente humillante. La muerte siempre acechaba en cada uno de nuestros pasos y eso nos hizo, a quienes estábamos bajo la guía de la Diosa, olvidar esos temores. La muerte era algo que siempre había enfrentado, pero ¿por qué…? ¿Por qué de repente me agité y me deprimí? ¿Mi alma no se encontraba aún viva y bien?

—Está bien. Estoy realmente bien. Sólo estoy cansada. No hay nada de qué preocuparse.

El que estaba en desgracia era el vizconde Schwart, no yo. Mi respuesta, la cual sonó un poco alegre, hizo que Sofía se sintiera aliviada.

—¡Entremos rápidamente y descansemos! He preparado un baño para la señorita. Ah, claro, ¿la señorita se las arregló para ver la procesión del funeral sin problemas?

—Sí… estaba realmente lleno.

—Eso es seguro. Muchas señoritas adoraban a Sir Roel después de todo. La gente decía que incluso Su Alteza, la Princesa Evellyn, se desmayó cuando se enteró de su muerte. 

¿Esa pequeña princesa? 

Los recuerdos de esa linda princesita vinieron a mi mente. La joven de doce años que siempre insistió en casarse conmigo en cuanto se convirtiera en adulta, me hizo sentir emocional y melancólica nuevamente. No había hecho nada malo, pero ¿por qué sentía que me había convertido en la mala? ¡Maldición!

Después de bañarme y cenar, tomé una decisión.

¡Debo volver!

¡¿Cómo podría pensar en comenzar una nueva vida después de ver las caras tristes de esos mocosos?! No había nada malo en vivir como un caballero sagrado una vez más. A decir verdad, ser un caballero sagrado era un trabajo muy respetado y honorable, y también tenía muchos camaradas que siempre estuvieron allí escuchando todas mis historias y quejas. Eso era más que suficiente.

—Dicho esto, primero tengo que reunirme con el Sumo Sacerdote, per… —murmuré suavemente mientras miraba fijamente el techo de la habitación con mi cuerpo acostado en la cama. El Sumo Sacerdote, quien podía comunicarse con la Diosa, podría reconocer mi alma. Ahora bien, a menos que fuera alguien con altas autoridades dentro de la iglesia, me resultaría casi imposible conocer al Sumo Sacerdote siendo simplemente la hija de un conde. Excepto que se trate de un caso muy especial.

Tenía que encontrar una oportunidad el Día de las Bendiciones.

El Día de las Bendiciones Santas era un día para conmemorar el momento en que la Diosa llegó al reino de los mortales. Ese día, aquéllos que han servido a la Diosa se reunirían dentro del salón principal de la Iglesia Central y serían bendecidos por el Sumo Sacerdote. No hacía falta decir que ningún ciudadano común podría entrar, y sólo los sacerdotes y los caballeros sagrados podían hacerlo.

En otras palabras, necesitaba convertirme en clérigo. No era difícil ser uno, cualquiera podía serlo siempre que poseyera poder sagrado.

Aunque era posible que el Sumo Sacerdote no pueda reconocerme si nuestra distancia era demasiado grande.

También era obvio que los nuevos clérigos se colocarían en el área más alejada. Por no hablar de mi alma, probablemente ni siquiera mi cara se podrá ver. Había otra forma más eficiente de conocer al Sumo Sacerdote que no era encontrar una oportunidad durante el Día de las Bendiciones, y era el dia de la Ceremonia de Inauguración de los Santos Caballeros.

La Inauguración de los Santos Caballeros y Sacerdotes sería realizada por el Sumo Sacerdote. Sin embargo, incluso si eras un genio, debías pasar un año en período de prueba para convertirte oficialmente en un caballero sagrado. En promedio, el período de prueba generalmente duraba de cuatro a cinco años y no se podría llevar a término en caso de carecer habilidad.

En conclusión, tenía que esperar un año, más otro año de período de prueba… Inconscientemente me agarré la cabeza.

—Tengo ganas de rendirme… 

Los caballeros en período de prueba tenían la palabra caballero y sonaba genial, pero en realidad, no eran diferentes de los sirvientes. ¡Eso significaba que tenía que servir a mis subordinados al menos durante un año! Sin embargo, con los rasgos únicos de mi poder sagrado, era posible que ni siquiera pudiera convertirme en un clérigo de bajo rango. 

Urghh, es realmente complicado.

¡Maldición! En lugar de hacerlo de nuevo, sería mejor si castigara al conde que cooperó con el Rey Demonio y tomara toda la riqueza de éste. Y entonces donarla a la iglesia.

Podría alcanzar fácilmente mi objetivo si sólo pudiera decir: «¡Quiero donar una gran suma de dinero y obtener las bendiciones del Sumo Sacerdote!»

Aunque estábamos bendecidos por la Diosa, al final seguíamos siendo simples humanos. ¡Necesitábamos dinero para llenar nuestros estómagos!

Todavía tenía tres meses hasta el Día de las Bendiciones y lo único que tenía que hacer era ingresar a la iglesia a toda costa… ¡Así que tenía que hacerme cargo de la casa del conde!

Al hacerlo, podía vengar a Silla Epheria, donar a la iglesia y demostrar mi identidad. ¡Mataría tres pájaros de un tiro! Ese era realmente un plan perfecto. Me alabé y enterré la cara en la almohada.

2 respuestas a “Espada y Vestido – Capítulo 1 (3): Silla Epheria”

  1. Osea, la mayoría de ellos retrocedía cuando les decía que era mujer, es porque se le “acercaron” pensando que era hombre… Mmmm

  2. Wow, que buena… el manhwa es uno de mis favoritos, me encanta por la ternura y comedia de los protagonistas, y la pareja principal sinceramente es como ver un par de niños que comparten travesuras juntos, jaja.

    Estoy feliz de encontrar la traducción de esta novela. 😍

    ¡Gracias! Y a esperar los siguientes con ansias 🤗❤

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