Matrimonio Oculto – Capítulo 50: Sarang Haeyo

Traducido por Sharon

Editado por Ayanami


—Déjalo por aquí, y ayúdame a agradecer a tu pequeño maestro —dijo Ning Xi, mientras sacaba su teléfono para enviarle un mensaje a Pequeño Tesoro.

El equipo y los actores lucían como si estuvieran preocupados por sus asuntos, pero todos observaban la esquina de Ning Xi, curiosos sobre el nuevo regalo.

Al final, sólo eran tres botellas de… ¿jugo?

Ning Xi parecía preocupada por las rosas, y ni siquiera elogiada por el diamante. Sin embargo, esta vez, tenía una expresión de completa dicha, y ahora enviaba un mensaje con felicidad.

Cada uno se lamentó a su manera.

—Estos días el dinero no es suficiente para ganarse a la belleza, tienes que usar tu corazón.

—¿Verdad? ¿No escuchaste que esa chica dijo que fueron hechos a mano? ¡Qué dulce!

—¡Apuesto a que el último será el que gane su corazón!

—¡Entonces, yo apostaré por el del diamante!

—¿Por qué nadie apoya al que envió las flores?

♦ ♦ ♦

Después de terminar las bebidas, Ning Xi estaba emocionada y lista para trabajar.

Al mismo tiempo, Lu Tingxiao, que estaba tomándose un descanso del trabajo y acompañando a su hijo en su casa, miró su teléfono cuando éste sonó para avisarle de un nuevo mensaje.

La notificación decía que era de Ning Xi.

Lu Tingxiao lo abrió, y las esquinas de su boca se elevaron ligeramente.

»Cariño, ¡gracias por el jugo de fruta y la sopa, estuvieron deliciosos! ¡Sarang Haeyo!

Miró el mensaje por un tiempo, antes de hacerle un gesto a su hijo, que estaba mirando la ventana sin moverse.

—Pequeño Tesoro, ven aquí.

El niño le ignoró, y su padre suspiró.

—Hay un mensaje de tu tía Xiao Xi.

Pequeño Tesoro se paró como un cohete, e incluso comenzó a saltar para tomar el teléfono. Lu Tingxiao levantó el dispositivo más alto.

—Te lo dejaré ver si me llamas padre.

La expresión de Pequeño Tesoro estaba llena de protesta, indicando que se rehusaba a cooperar. Sólo cuando su ansiedad aumentó al punto del llanto, el CEO Lu se rindió y le pasó el teléfono.

Lu Tingxiao le observó leer el mensaje, completamente feliz, con una expresión preocupada. Había algunas cosas que le preocupaban, y pensaba que Dios le había enviado a Pequeño Tesoro para ponerlo a prueba.

El niño era extremadamente inteligente. A los 6 meses ya estaba hablando, y a pesar de su personalidad taciturna, desde ese incidente, nunca más volvió a hablar. Durante sus primeros años se había perdido de demasiadas cosas, y ahora que quería compensarlo por ello, descubrió que era demasiado tarde.

No sabía cuándo podría volver a escuchar a su hijo llamarlo papá.

Pequeño Tesoro observó el teléfono durante un largo tiempo. Al parecer, había algo que no entendía. Finalmente, se movió a su lado y le señaló las palabras “Sarang Haeyo” con su pequeño dedo, preguntando por su significado.

—Es una manera de hablar, no tiene un significado especial —le respondió serio.

—Pfff. No le enseñes a Pequeño Tesoro cuando no conoces de cultura popular. ¡Significa “Te amo” en coreano, ¿sí?! —Lu Jingli estaba saltando en su lugar, emocionado. Incluso hizo la forma de un corazón con sus dedos.

Pequeño Tesoro miró resentido a su padre después de escucharlo, y luego se fue corriendo para seguir haciendo jugo.

Lu Tingxiao podía hablar en doce lenguajes. Aunque Ning Xi haya escrito esas palabras en coreano, él definitivamente las reconoció. Sin embargo, como estaban escritas de la forma en que se pronunciaba en chino, no las entendió.

—¿No tienes que trabajar? —Preguntó, mirando con frialdad a su hermano con el porte de un jefe ordenándole a su subordinado. Lu Jingli sacó una silla de inmediato y se sentó frente a él, emocionado.

—¡Jefe, tengo algo muy importante que reportar!

Sin querer responderle, Lu Tingxiao le miró con una expresión desinteresada pero atenta. El otro hombre comenzó a mover sus manos por todos lados, muy emocionado.

—¿Sabías qué noticias recibí hoy? ¡Los ardientes pretendientes de Xiao Xi le enviaron regalos al set!

—Estás hablando del jugo que Pequeño Tesoro le envió —dijo Lu Tingxiao indiferente.

—Lo sé, pero antes de Pequeño Tesoro, otras personas le enviaron regalos. ¡Además, fueron dos! ¡Uno de ellos envió tantas rosas como para cubrir el lugar, y el otro le envió un diamante de 10 caras!

La expresión de Lu Tingxiao se volvió fría. En este clima cálido, sirvió para aliviar un poco el calor.

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