Matrimonio Oculto – Capítulo 63: 300 rondas de guerra

Traducido por Sharon

Editado por Ayanami


—Jiang Muye, ¿en cuál vives? —Preguntó Ning Xi con un tono casual, mientras el auto atravesaba las puertas principales.

—El número 6.

Ning Xi estaba algo asustada al escuchar su respuesta.

El Palacio Platino está dividido en varias secciones. La mejor era, sin lugar a dudas, en donde se encontraba la residencia número 8, donde el Rey Demonio Lu vive. Hay un lago y un jardín en la parte trasera, e incluso una cancha de golf privada que toma la mayor parte del área. Allí también se encuentra la residencia 7, la casa de Lu Jingli, y la número 6.

Nadie sabía a quién pertenecía esta última. ¿Quién habría pensado que sería de este tipo, Jiang Muye?

Viendo que Lei Ming estaba por girar a la derecha, Ning Xi le habló sin pensarlo.

—Ah, Ming, no vaya por ese camino, está bloqueado.

—¿Cómo lo sabes? —Preguntó Jiang Muye de inmediato. El corazón de Ning Xi saltó, pero actuó tranquila en la superficie.

—¿No viste la señal de advertencia? —Ella rodó los ojos.

En realidad, el camino fue destruido por un heredero rico que condujo borracho, y ella lo había visto el día anterior.

Jiang Muye miró la señal que decía “Camino en mantenimiento” a un lado, e hizo un sonido afirmativo. Por dentro, Ning Xi suspiró de alivio.

Aunque tenía razones legítimas para quedarse con Lu Tingxiao, explicarlas sería problemático. Además, sería difícil mantener su inocencia. ¿Por qué no evitar problemas cuando podía?

Cuando alcanzaron su destino, el rostro de Ning Xi estaba lleno de amargura escondida. ¡Realmente quería regresar a casa y abrazar al Pequeño Tesoro!

—Alguien le dió mantenimiento al lugar limpio —le explicó Lei Ming al bajarse—, así que puede mudarse directamente. Más tarde, dime si quieres quedarte aquí o en el departamento que arregló la compañía. Si quieres quedarte, podría ser algo inconveniente para ir y venir.

¡Por favor, no te quedes! Pensó Ning Xi. ¿Qué sucedería si se encontraban por accidente?

—Lo pensaré más tarde y te lo haré saber —Jiang Muye ondeó su mano, lanzándole una mirada impaciente a Lei Ming. Él suspiró y los miró a los dos.

—Ambos, no duerman demasiado tarde. Muye, no te olvides de que tienes un evento mañana… —dijo, incapaz de no preocuparse.

—¡Lo sé, lo sé! —Jiang Muye sólo le ignoró y tiró de Ning Xi junto a él mientras caminaba dentro de la casa. Lei Ming ya había perdido toda esperanza de que esos dos pudieran levantarse en la mañana.

Después de entrar a la casa, Jiang Muye contó con sus dedos como si estuviera listo para la guerra.

—No escuches sus tonterías. Ning Xi, hoy tienes que acompañarme 300 rondas de guerra. ¡Quiero ver si puedo matarte hoy!

Ning Xi lo miró de reojo con desdén.

—Hehe, ¡entonces, ven a mí! Has sufrido muchas derrotas bajo mi mano, y todavía puedes escupir tales estupideces. ¡Te haré llamarme abuela!

—¡En tus sueños! ¡Tú serás quien me llame abuelo! —Jiang Muye enterró su cabeza en su equipaje y rebuscó—. Traje el último modelo del extranjero, ¡así que saldrás ganando de esto! —Después de decir eso, se giró hacia ella y la vio como si fuera un espectáculo horroroso de observar—. Tú. Apúrate y quítate todo eso, estás destruyendo mi vista. ¿Pretendes usar eso para desanimarme? ¡Desvergonzada! ¡No voy a admitir mi derrota, te lo advierto!

—Desanimarte mi trasero. Debería bajar mis propias habilidades para que me ganes. ¿Piensas que disfruto de este traje? —Ning Xi se sacó la pesada peluca de la cabeza y se desabotonó la camiseta. Prácticamente, estaba abusando de ella misma para herir al enemigo.

Jiang Muye fue hacia la pantalla grande en la sala de estar y comenzó a conectar los cables.

—Tengo ropas en mi cuarto, busca alguna que te entre. ¡Rápido, rápido! ¡Mi espíritu de batalla está hambriento y es difícil de contener!

Ning Xi miró su apariencia emocionada sin palabras.

Otras personas buscarían una chica linda con quien acostarse una vez que regresaban a su país, pero este tipo… Él la arrastró para jugar videojuegos así tuviera que arrastrarla o engañarla. ¡Incluso quería jugar toda la noche! ¡Estaba completamente loco!

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