Gato K – Capítulo 26

Traducido por Anissina

Editado por Ayanami


—¡Lix!

El joven, que había estado sentado en la silla dando golpecitos con sus pies, puso una expresión brillante y feliz al verlo y gritó su nombre. Calix envolvió el abrigo que había traído con él, cómodamente, alrededor del cuerpo del joven hasta que no quedara ni el más mínimo hueco. Su corazón se sentía mucho más cómodo pero el joven no parecía estarlo. Los retorcidos ojos del joven le miraban con fastidio. Sin embargo, Calix no tenía la intención de echarse atrás con esto y ajustó el abrigo aún más.

—¿Encontraste el libro?

El joven preguntó con sus ojos redondos y brillantes mientras su cabeza se inclinaba lentamente. Él realmente sabía cómo actuar para engañar a alguien haciéndole creer que era inofensivo.

La vista del joven parpadeando con la cabeza inclinada no podía ser más adorable. Sus ojos brillantes lo presionaban silenciosamente.

¿No me lo conseguirás rápidamente? ¿No lo harás? ¿Eh?

Calix suprimió su deseo de extender inmediatamente su mano y acariciar la cabeza del joven. Disfrutaba sentir el toque del joven, pero verle mendigar así era su mayor placer.

—Llevará algo de tiempo

Ante las palabras de Calix, el joven asumió una expresión irritada. Observando como el joven movía silenciosamente su pequeña boca, parecía que estaba refunfuñando algo. Calix, de repente, sintió la necesidad de poner su dedo entre esos pequeños labios gruñones.

—Ah, claro Lix —El joven rápidamente borró su expresión irritada y habló.

Sus ojos negros miraron alrededor con afán… El joven, cuyos ojos revoloteaban como si estuviera eligiendo sus palabras por un breve instante, abrió la boca para hablar con una expresión bastante cautelosa.

—¿El Emperador está muy enfermo?

Fue una pregunta inesperada. Nunca había visto al joven mostrar interés en el emperador, así que se cuestionó acerca de que le hizo hacer este tipo de pregunta. Calix había recibido un informe donde decía que el joven había seguido al espía hasta el palacio donde residía el Emperador, pero no pudo haber visto u oído nada especial.

Bueno, puede ser denso en algunas áreas, pero era muy inteligente en otras, por lo que podría haber aprendido algo.

No era nada malo que vagara como deseara para evitar su aburrimiento, pero si se interesaba por algún asunto y se hacía daño de alguna manera, se volvería realmente difícil. Sin embargo, el joven era alguien que hacía lo que quería, así que atarlo a la fuerza tampoco sería un buen movimiento.

Qué debería hacer…

Calix se sentó y pensó, mientras miraba al joven y una sonrisa apareció en su rostro de pronto.

No era mala idea dejar al joven suelto para satisfacerlo de vez en cuando. Y necesitaba algo que alejara su mente de los libros, en cualquier caso.

—Rara vez es capaz de dejar su lecho

Los ojos del joven que escuchó esta respuesta brillaban con una luz cegadora.

Calix se tragó internamente su risa y comenzó a soltar el cebo suficiente para atraer la atención del joven.

—Es extraño, ya que no tiene ninguna enfermedad en particular.

Acercando su trasero, el joven se pegó a Calix y preguntó en voz baja.

—¿Cuáles son sus síntomas?

A pesar de que preguntó él mismo, sus ojos se movieron rápidamente y tragó ruidosamente.

Calix pretendió estar pensando y avivó la ansiedad del joven.

—Bueno…

El joven ansioso, incluso se colgó de su brazo y comenzó a molestarlo.

—Jo. Piensa un poco más rápido. Más rápido.

El aliento del joven, quien rebotaba sobre su trasero, le hacía cosquillas en su oreja. Calix, lentamente, observó al joven llorón con ojos tranquilos. Debía haber estado bastante ansioso al ver como parecía que incluso se subiría en su hombro. Calix podía sentir con claridad el cuerpo delgado y los movimientos de aquel que estaba colgando de su brazo.

En el preciso momento en que pensó que el joven apartaría la cabeza y se enfadaría de verdad si su ansiedad se prolongaba, Calix abrió su boca para hablar.

—Es solo que no puede despertarse de su sueño.

Los ojos del joven se abrieron sorprendidos. Calix envolvió furtivamente su mano alrededor del impactado joven y lo sentó en su regazo. Incluso cuando hizo esto, el joven no mostró signos de incomodidad, pues estaba realmente perdido en sus pensamientos. Por supuesto, como estaba tan acostumbrado a estar en su pecho, regazo y brazos, tal parece que era incapaz de sentir rechazo a ello. Calix sonrió satisfecho mientras presionaba sus labios contra el cabello del joven.

—Calix

El joven, que se había perdido en sus pensamientos por un rato, le llamó con una mirada que significaba que estaba decidido. Mientras lo miraba, tomó su mano.

—Me ocuparé de ello, así que no te preocupes más.

La actitud del joven parecía como si fuera a correr de inmediato y aplastar a las fuerzas enemigas.

¿Cómo podía este pequeño ser tan adorable?

Calix le sonrió silenciosamente al joven.

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