Vida Feliz – Capítulo 4: Visitando el lugar de trabajo

Traducido por Kaori

Editado por Kaori

Corregido por Sharon


—Liz, estamos aquí.

—Nmm… ¿Papá…?

Con su suave y susurrante voz, mi padre me acarició suavemente la espalda para despertarme. Me froté los ojos, preguntándome cuándo me quedé dormida.

Nuestro destino, estaba muy lejos como para que una niña lo caminara, así que mi padre me había llevado en sus brazos. Ese olor parecido al sol y el calor de su cuerpo, lentamente me dejaron en un estado de somnolencia, así que me quedé dormida por accidente.

Bostecé estando medio despierta, y después de poner un poco de esfuerzo, logré abrir los ojos.

Wow.

Lo que vi en mi estado somnoliento era una enorme puerta y, elevándose por detrás, había un Castillo como de fantasía. ¿Realmente mi padre trabaja en un lugar como este?

Una vez más recordé su verdadera grandeza.

—Padre, padre, ¿realmente trabajas aquí?

—Efectivamente.

—¡Eso es increíble, Padre!

La alabanza no era injustificada, y causó que se ruborizara. Él acarició mi cabeza muy feliz en agradecimiento por el cumplido.

Todavía en sus brazos, mi padre me llevó hacia la puerta, y se acercó a uno de los porteros. Como era de esperar, el Castillo tiene sus porteros apropiados.

Por supuesto. De otra forma, la gente invadiría el lugar.

—Oh, cielos. Señor Welf, ¿esa es su hija?

—Sí, esta es mi hija. Liz, preséntate.

—Bájame primero, padre.

—Ah, por supuesto.

Welf es el nombre de mi padre.

Él no es de las personas que mezclan su trabajo con sus asuntos personales…

Me gustaría decir que esta vez no cuenta, pero yo soy la culpable.

Ver que mi padre en realidad trabajaba en un lugar tan increíble es impresionante. Eres increíble, padre.

La gente que trabaja en un lugar como este seguramente utilizan a otros para sus propios beneficios… Ah, pueden estar seguros de que estoy elogiándolo.

Padre es tan amable, que estaba preocupada de que la gente pudiera aprovecharse de esa misma bondad.

Él me bajó al suelo. Alisé todas las arrugas en mi ropa, y volví a mirar a los porteros.

—Es un placer conocerlos. Mi nombre es Lizbeth Adelcian, hija del marqués Welf Adelcian. Estoy muy agradecida de tener a mi padre a su cuidado.

Bajé la cabeza completando mi perfecta introducción a los porteros, quienes ahora estaban ligeramente desconcertados.

Su reacción es perfectamente normal. Nadie podría esperar que una niña tan joven se presentara con un lenguaje tan educado. Yo era lo que dicen, “una niña inesperada”.

—Perdóname Señor Welf, pero ¿qué edad tenía tu hija otra vez…?

—Acaba de cumplir 4 este año.

—Para ser exactos, tengo exactamente 4 años y 7 meses de edad.

Esos años y medio son muy importantes para los niños, así que corregí la declaración de padre con una sonrisa adorable. Y no es que importe mucho, pero es mi mejor sonrisa de negocios que resalta a fondo toda la ternura de una niña.

Es un poco diferente de la que les daba a mis padres.

Esa sonrisa pareció aclarar todo su desconcierto, y los porteros comenzaron a inspeccionar mi cara y la de mi padre.

—Ambos se parecen mucho. Aunque ciertamente veo algunas huellas de Selen allí.

—Jaja, ¿es así? Ella es nuestra hija después de todo. ¿No es demasiado linda? Y no es sólo linda, ella también…

—Padre, estoy muy contenta por tus elogios, pero tenemos asuntos que atender.

Si lo dejaba, se habría jactado de mí durante horas, así que lo interrumpí rápidamente. Esto hizo que los porteros se sorprendieran de nuevo.

Pero, vamos. Sería vergonzoso que mi padre se mantuviera alardeando de mí enfrente de mi rostro. ¡Me haría querer esconderme en un agujero! Ya hace lo mismo con todas las sirvientas y mayordomos de nuestra casa. Me siento tan incómoda que podría morir de vergüenza.

—Ah, eso es verdad… ¿Está bien que entre en el Castillo? La traje para inspeccionar su aptitud mágica adecuadamente.

—¿Eso es cierto? Es su hija, así que no veo el problema.

—Pueden pasar.

—Gracias, son de gran ayuda.

Así, algunos de los guardias retrocedieron.

Después de obtener su permiso, mi padre tomó mi mano y pasamos por la puerta.

Como es su lugar de trabajo, sus pasos eran majestuosos mientras avanzaba. No podía sacar esa misma magnificencia en mi forma de caminar, así que sólo lo seguí a un ritmo moderado.

Oh verdad, cuando pasamos por los porteros, me asegure de sonreírles y darles un saludo.

Quiero dejar una buena impresión por si necesito volver al Castillo. Por eso me despedí de esa forma. Ellos se sorprendieron por mi sonrisa, y sin que padre los viera, me saludaron de regreso.

Todavía estaban de guardia, así que tienen que mantener una discreta actuación.

Tengo que asegurarme de saludarlos al salir.

Mientras mi padre me guiaba por los terrenos, muchos transeúntes nos observaron. Eso era de esperar, al ver como alguien tan importante como padre estaba con una niña.

A veces conversaban con mi padre para preguntar sobre mí, así que me presentaba e inclinaba la cabeza.

Las primeras impresiones son muy importantes.

—¡Señor Welf!

Una persona increíblemente hermosa se acercó sin aliento, como si hubiera estado corriendo. Que use tal honorífico indica lo sorprendente que es Padre.

—¿Qué pasa, Nadia?

—¡El Señorito Julis ha desaparecido!

—Se ha escapado de nuevo…

La persona llamada Nadia tenía una expresión seria grabada en su rostro, y las cejas de mi padre se crisparon mientras se esforzaba por contener su reacción.

Por sus palabras, parece que este “Señorito Julis” tiene una tendencia a escapar, haciendo que Nadia se preocupara. Esto es evidente por la reacción de mi padre.

Además, esto podría ser presuntuoso, pero es probable que sea de la Realeza. Lo supuse por la forma en que ambos hablaron de él con tanto respeto.

Aunque, creo que padre tiene una mejor comprensión de la situación. De otra forma Nadia no habría venido a él. Aunque padre tenga un puesto extremadamente importante, también tiene un muy importante título como marqués.

Y considerando las restricciones en su escape, en este asunto no es necesario la restricción física ya que el objetivo es comprender la mentalidad del fugitivo para resolver este asunto.

En otras palabras, la respuesta está a la vista. Con todo el debido respeto… Bueno, es fácil concluir el paradero del Príncipe.

—Su Alteza Real nunca aprende…

Un VIP salió inesperadamente. No esperaba que fuera de la Familia Real. Además, tiene el hábito de escapar como un criminal.

—Un lugar donde Su Alteza pueda caminar libremente sin sus guardias dentro del Castillo…

Donde no se espere que se encuentre el primer príncipe…

Bueno, no es como si no lo entienda.

Como parte de la Familia Real, hay una asombrosa cantidad de expectativas y la presión se muestra especialmente siendo el hijo mayor.

Creo que el conocimiento, la educación y el comportamiento apropiado para el siguiente sucesor es algo requerido. Sin embargo, para sentirse cansado hasta el punto de huir… Supongo que es inevitable.

Aunque si es un actitud buena o no es otro asunto.

—Señor Welf, me gustaría solicitar su ayuda.

— Lo siento, pero me niego.

—Padre…

—No hagas esa cara, Liz. Sé dónde se esconde Su Alteza. Es donde suele estar todo el tiempo.

Suspirando mientras murmuraba las palabras, parpadeé sorprendida.

Si lo sabes, ¿por qué no lo traes de vuelta?

Las palabras que quería expresar se podían leer fácilmente en mi rostro, ya que una sonrisa irónica podía verse graciosamente subiendo a la superficie.

—Normalmente, lo dejo pasar debido a que está agotado por los estudios y las disputas de poder.

—El príncipe lo tiene difícil.

—Liz también es un miembro de la nobleza, no falta mucho para tu debut en la alta sociedad.

—Entiendo.

Lo comprendo hasta cierto punto.

A menos que otro niño nazca después de mí, mi deber es heredar el patrimonio familiar. Aunque estaba preocupada, siempre termino olvidándolo cada vez que veo a mis padres flirteando juntos.

Los deseos manchan el mundo de un adulto.

Pensar que incluso yo, quien una vez fui un adulto, sentía que era problemático… Me atrevo a decir que, dejando de lado la edad, el sentimiento es el mismo que el príncipe tiene que soportar.

Es natural pensar en querer escapar.

—Por ahora, puedo entender los sentimientos de Su Alteza. Sin embargo, siendo ese el caso, es aún más imprescindible que deba centrarse en la adquisición de conocimientos y en su educación. Adquiriéndolos hoy, servirán como su armadura de defensa en su futuro

—Liz, a veces simplemente no puedo entenderte. Está bien con estar contento.

—Estoy ansiosa por las perspectivas del futuro de Su Alteza. Tomarlo a la ligera ahora, sólo afectará su futuro.

Aunque no se trata de comentarios infantiles, padre ya se ha acostumbrado y casi no lo cuestiona. Al contrario, la boca de Nadia se abrió de par en par mientras nos miraba.

Sí, obviamente soy un niña que ha madurado más allá de mi edad. Quizás sea mejor que me comporte más infantil.

Padre le dio una sonrisa irónica a Nadia quien todavía estaba un poco congelada. Y entonces, me miró inmóvil.

Ah, tengo un horrible presentimiento…

—Liz. Si vas a decir eso, tú también podrías persuadirlo, y guiarlo.

—Es imposible. Después de todo, soy un niña desconocida para él.

—Estará bien, la ternura de Liz se encargará.

Este no es un lugar en el que eso va a ser útil.

—Entonces vamos a hacerlo de esta manera. Si eres capaz de persuadir a Su Alteza, te enseñaré magia.

—Eso no es justo

—Jajaja. No te preocupes. Si es Liz, definitivamente lo lograrás.

Por favor, no actúes tan irrazonablemente. Ni siquiera me preguntaste si tenía alguna queja. ¡Si tan solo no hubiera actuado como de costumbre….!

Por el momento, oremos para no establecer ningún tipo de bandera innecesaria.

2 respuestas a “Vida Feliz – Capítulo 4: Visitando el lugar de trabajo”

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