La Tierra está en línea – Capítulo 23: Quiero saltar a…

Traducido por Shisai

Editado por Shiro


Hablar con una persona sabia requería un menor esfuerzo. Tang Mo le pidió a Fu Wenduo que abriera el archivo y, tres segundos después, notó que el símbolo «S» que había dibujado en el huevo de pavo blanco comenzó a parpadear.

Durará una hora. Una vez transcurrido ese tiempo, el contenido del archivo desaparecerá automáticamente. Solo hay una posibilidad de cargar el archivo —murmuró una voz masculina en su cabeza.

—Sí, gracias.

Las palabras de Fu Wenduo fueron concisas y explicaron con claridad las funciones del huevo de pavo. Su voz solo podía ser escuchada por Tang Mo. A ojos de Mario y los otros dos, solo vieron que él de repente se quedó en silencio.

—Niño, ¿odias este juego? ¿No quieres jugar con el tío Mario? ¿Por qué no eliges el cuadrado al que quieres saltar? —dijo Mario con impaciencia, su tolerancia había llegado al límite.

Tang Mo colocó con tranquilidad el huevo de pavo en su bolsillo y miró a la figura gigante no muy lejos.

—Pensaba desde el principio que en este juego han participado 6456 jugadores. Aunque solo hay 150 cuadrados, nadie ha ganado. Las probabilidades de que algo así suceda son anormales.

—Niño encantador, Mario no entiende lo que estás diciendo. Solo haz tu elección. —Parpadeó con lentitud.

—Elige rápidamente a cuál saltar. No pierdas el tiempo ni enojes a este tipo. Si vas a enojarlo, mantente alejado de nosotros. ¡No nos hagas daño con tus acciones! —gritó molesto el hombre de barriga cervecera, quien estaba detrás de él.

—Sí, la probabilidad es demasiado anormal —comentó el anciano.

Tang Mo lo miró de pie en la casilla 55.

Antes de que comenzara el juego, ocho personas habían estado paradas en la casilla de «START». En ese momento, había preguntado casualmente sobre el número «6456» en el panel de luces LED que colgaba sobre el escenario y, desde entonces, había tenido muchas dudas respecto a este juego.

Ese número indicaba que habían pasado por allí 6456 jugadores en grupos de ocho, es decir, un total de 807 grupos. Todos ellos participaron en el juego de Monopolio, donde la suerte era necesaria para ganar, pero fueron aniquilados. Tang Mo supuso que el grupo de jugadores probablemente se enfrentaba a este tipo de escenario: Un único jugador quedaba en el escenario.

Una vez que dos jugadores entraban en la misma casilla, el efecto «¿Quién compartirá tus alegrías y tristezas?» se activaría, cosa que los llevaría a enfrentar el castigo de nivel siete. Tang Mo no sentía que jugadores normales pudieran derrotar al terrible Mario Negro. Incluso Fu Wenduo no era necesariamente su oponente. De ese modo, mientras se activara el efecto, al menos una persona moriría.

Los casos como Tang Mo, donde un jugador ampliaba la distancia logrando alcanzar la casilla 83 con tres personas aún en juego, deberían ser una minoría. El resultado más frecuente debería ser uno en el que entre todos se mataban, quedando solo una persona al final. A partir de entonces, el efecto «¿Quién compartirá tus alegrías y tristezas?» nunca se activaría, y el último jugador continuaría tirando los dados hasta la línea de meta.

Era un poco cruel decirlo, pero este juego requería tal resultado.

En principio, tuvo dudas porque tal vez el «último jugador» ganaría el juego, pero Mario negó sus especulaciones. El último jugador en pie era solo un «pobre niño», por lo que no sería considerado como el último.

Por lo tanto, las probabilidades de victoria en este juego eran anormales.

Una muestra de 6456 era suficiente. Solo había 150 cuadrados, donde 30 eran de castigo y solo el 5% de las casillas totales eran de prisión, por lo que no habría más de 8. El hecho de que ninguna de las 6000 personas llegara al final ilustraba un problema.

Miró en silencio los cuadrados del 120 al 150.

—En estos 30 cuadrados, hay 6 cuadrados de prisión consecutivos. —La voz de Tang Mo era tranquila e indiferente, como si estuviera diciendo cosas ordinarias. Sin embargo, el rostro del hombre de barriga cervecera cambió mientras el anciano apretó su arma con más fuerza. Entonces miró a Mario y repitió—: Una persona culpable morirá. Como dijo la torre negra, los jugadores que pisen las casillas de prisión no podrán sobrevivir. Independientemente del número que consigan al lanzar el dado, 6 casillas consecutivas eliminarían a cualquier jugador porque alguna de ellas deberán pisar.

Los ojos negros de Mario se congelaron por un momento. El lindo y clásico personaje del juego colocó sus manos en sus caderas y rio.

—Hermoso niño, ¿cómo puedes decir eso? Este juego es una recompensa del tío Mario para los niños. El tío Mario compartirá muchos tesoros contigo. —Abrió los brazos y le preguntó a Tang Mo—: ¿No te dio el tío Mario la oportunidad de recibir recompensas?

—Hay una forma de ganar. Que tú quieras que ganemos o no ya es otro asunto. —Tang Mo sonrió.

—Niño, no eres lindo. —La sonrisa de Mario desapareció.

—¡No lo provoques! ¿Estás enfermo? Ninguno de nosotros puede vencerlo. Si se enoja y se abalanza sobre nosotros, no me importarás… No tengo nada que ver contigo. ¡Él te matará! —rugió el hombre de barriga cervecera.

—Si pudiera bajar, ¿permanecería allí tanto tiempo? —comentó el bibliotecario.

El otro se quedó paralizado.

Mario no pudo decir una palabra. No había forma de refutarlo.

Tang Mo creía que un juego de la torre negra tendría, sin duda, un modo para ganar. Fue como cuando participó en el juego «¿Quién robó mi libro?». Encontrar un libro entre miles de libros en veintitrés estanterías grandes parecía imposible, pero había una estrategia para tener éxito en el juego.

Al jugar al Monopolio de Mario, se debía prestar atención a dos puntos.

Primero, el uso flexible de la casilla de salto libre.

Había dos formas de utilizar esta casilla. La primera era avanzar cualquier número de cuadrados, 30 siendo el límite. La segunda era saltar hacia atrás cualquier número de cuadrados, sin contar los cuadrados en los que la persona ya se había parado.

Esta modalidad revelaba algo. Después de 120 cuadrados, no podría haber casillas de salto libre. De lo contrario, los jugadores podrían saltar directamente a la casilla 150. Esto no iba en consonancia con el mal carácter de Mario ya que, si de verdad hubiese una, muchas personas entre las 6456, la habrían activado, ganando.

En segundo lugar, necesitaban recordar el contenido de cada cuadrado que la gente pisaba.

Después de convertirse en un jugador oficial, la memoria de Tang Mo había mejorado. Desde que pisó el tercer cuadrado, había prestado atención a los contenidos de todas las casillas. De los primeros 83 cuadrados, los ocho habían pisado 61 casillas. Entre ellas, 16 eran de salto libre, 13 eran de castigo, 8 eran de recompensa y 24 estaban en blanco.

Las casillas de salto libre podían aparecer en cualquier lugar de los 120 cuadrados. Que hubiesen activado solo 16 casillas de salto libre, entre las 61 que habían pisado, quería decir que estas casillas eran muy escasas. Por esta razón, era posible que no hubiese ningún salto libre en los últimos 30 cuadrados.

Al mismo tiempo, era muy probable que los primeros 83 cuadrados no tuvieran casillas del rey o de prisión.

—Los cuadrados del rey pueden estar conectados con las celdas de prisión. —De pronto, Tang Mo expresó sus pensamientos—. Después de los cuadrados continuos del rey, habrá cuadrados continuos de prisión.

Su voz era muy suave. El hombre de barriga cervecera y el anciano no lo escucharon. Mario sonrió siniestramente, como si estuviera reconociendo sus palabras.

Los tesoros de plata y oro eran inútiles para la gente actual. El oro y los diamantes no era lo que motivaba a las personas que participaban en este juego. Además de verse forzados, solo el 5% de las casillas del rey les resultaba tentador.

Si las casillas del rey y prisión estuvieran seguidas en una fila, sería difícil para los jugadores. Estarían heridos y el final estaba cerca. Entonces, caer repentinamente en una casilla del rey les daría una alegría indescriptible. Los jugadores con buena suerte podían incluso pisar varias casillas del rey si obtenían números bajos al lanzar el dado, obteniendo así muchas recompensas.

Sin embargo, después de estos premios los esperaban casillas de prisión continuas.

En ausencia de casillas de salto libre, siempre que hubiera 6 casillas de prisión consecutivas, nadie estaría destinado a ganar el juego.

—He pensado lo suficiente. Ya decidí la casilla a la que quiero saltar —dijo con voz tranquila, metiéndose las manos en el bolsillo y levantando la cabeza.

Mario no esperaba que Tang Mo decidiera saltar repentinamente después de dudar durante tanto tiempo.

—Niño, ¿no tienes más nada que decir? ¿Planeas saltar ahora? —La sonrisa de Mario todavía era brillante, a pesar de todo lo que dijo Tang Mo. Se arregló la gorra roja, que había estado torcida, en su cabeza y dijo—: Al tío Mario le gustan más los niños inteligentes como tú. No hables de las muchas sorpresas que el tío Mario te preparó.

¿Los seis cuadrados de prisión consecutivos eran una sorpresa?

—Quiero saltar hacia atrás. —Miró con frialdad a Mario.

—¿A qué casilla quieres volver? —Agitó una gran mano.

—Al primer cuadrado.

—Oh, el primero… —La frase terminó abruptamente, quedando paralizado. Era como si alguien hubiera presionado el botón de pausa en un televisor viejo del siglo pasado. Dos segundos después, giró la cabeza con torpeza y miró al joven con ojos oscuros.

—¿El primer cuadrado? ¿No te habrás equivocado? —preguntó con extrañeza el hombre de barriga cervecera.

El anciano frunció el ceño y no habló mientras pensaba con detenimiento.

—Niño, ¿escuché mal? ¿Quieres saltar al primer cuadro? —Mario se acarició las comisuras de la boca y sonrió.

Tang Mo lo ignoró.

—Quiero saltar al primer cuadro —habló en voz alta mirando al cielo.

¡Ding, dong! Has elegido saltar de nuevo al primer cuadro.

Entonces se dio la vuelta, caminando paso a paso hasta el primer cuadrado.

La voz de Mario se elevó de repente:

—Si vas al primer cuadro, serás el último. Entonces deberás jugar el juego desde el principio. Incluso si los dos jugadores frente a ti caen, te quedarás solo. Niño, la próxima vez quizás no tengas tanta suerte. ¿Qué pasa si se activa un cuadro de castigo de nivel seis?

—Me gusta empezar de cero y desafiarme a mí mismo. —Tang Mo no se dio la vuelta.

—No eres un niño encantador. ¡Eres malo! ¡Te encontrarás con un castigo terrible la próxima vez! —Mario estaba nervioso.

—Creo que soy adorable.

Shiro
Yo también considero que Tang Mo es adorable. ( ꈍᴗꈍ)

—¡Tú…! —Mario nunca había visto a una persona tan descarada.

El estallido de una risa grave se escuchó en su mente, lo que hizo que Tang Mo se detuviera por un momento.

¿Te estoy molestando? —preguntó.

Él sabía que Fu Wenduo podía escuchar todo el diálogo, pero no tenía forma de bloquear los oídos del otro. Para usar el modo de guardado, solo podía dejar que esta persona escuchara.

—No.

♦ ♦ ♦

En el lejano Beijing, mucho tiempo había pasado desde que el hombre se había retirado el jabón de la cabeza y el cuerpo, tras lo que cubrió la mitad inferior de este último con una toalla.

Fu Wenduo había interrumpido su baño y ahora se hallaba sentado en el sofá. Tomó un libro de psicología de la estantería y revisó el contenido casualmente.

Una vez que el archivador se pusiera en marcha, las partes quedarían conectadas y escucharían los sonidos de ambos lados.

Pocas habían sido las oportunidades en las que Fu Wenduo y Tang Mo se habían contactado, pero sabían que ninguno era un estúpido. Este juego era lo suficientemente peligroso como para necesitar abrir el archivo. Debía ser muy difícil.

Fu Wenduo no podía bañarse mientras la otra persona participaba en un juego tan importante. No era como si a la otra persona le importara el baño, y aunque él no tenía mucho interés en el juego, el sonido del agua llegaría a los oídos de Tang Mo y podría alterar su juicio.

Por supuesto, también había otras razones por las que no quería que el otro supiera que se estaba bañando.

Puede que él no fuera una persona amable, pero no era lo suficientemente malintencionado como para molestar a otras personas mientras jugaban.

Aunque el archivador estaba abierto, él no le estaba prestando mucha atención. Por lo tanto, Fu Wenduo solo escuchó algunas palabras clave mientras leía el libro.

♦ ♦ ♦

Mario, casilla de salto libre, del rey, prisión…

Parecía un juego muy interesante.

La gente que jugaba también era muy interesante.

En el juego de Monopolio de Mario, Tang Mo no sabía que un hombre con solo una toalla escuchaba lo que sucedía en el juego en el que participaba. Fue hasta la plaza 70 y se encontró con el hombre de barriga cervecera.

Este se hizo a un lado, dejando que se alejara.

—Oye, ¿de verdad quieres ir? ¿Quieres volver al primer cuadro? —No pudo evitar preguntarle una vez llegó al 69.

El hombre de barriga cervecera rara vez se preocupaba por otras personas. Tang Mo lo miró con un poco de interés.

—¿Tienes una habilidad relacionada con el viento?

—¿C-Cómo lo sabes? —farfulló.

—Una vez que dejemos este juego, te mataré —dijo Tang Mo con ligereza.

El otro se quedó impactado por un momento.

—¡Estás loco! —respondió.

Entonces llegó adonde estaba el anciano. Este también se movió a un lado sin decir nada. Solo lo miró con ojos cautelosos.

Avanzó paso a paso. En ese espacio blanco de juego, el hombre de barriga cervecera, el anciano y Mario seguían mirándolo. Nadie dijo una sola palabra, ni expresó lo que sentía respecto a la locura que estaba haciendo el joven.

—La casilla 100 es del rey. Es la única casilla del rey antes del cuadrado 120 —dijo de repente Mario con voz elevada cuando Tang Mo llegó al tercer cuadrado—. Puedes saltar a la casilla 100 desde la casilla 83 de salto libre. Todavía no es demasiado tarde para regresar. Ahora estás volviendo a la primera casilla. Incluso si no eres la última persona, no necesariamente tendrás la suerte de volver a caer en la casilla 83.

—Escucharte decir eso hace que me sienta más tranquilo. —Dejó de caminar y se volvió para mirar al Mario gigante.

—¡Malvado, chico malo! No eres humano. ¡Eres el demonio!

—No soy un demonio, pero tú ciertamente no eres humano. —Tang Mo estaba calmado mientras le contestaba con sarcasmo.

—¡Tú…! —Mario luchó por saltar del escenario. Rebotó, sacudiendo al mundo entero en tanto que lo miraba furibundo. El hombre de barriga cervecera y el anciano ya no ponían en duda que Mario intentaba matarlo. Pero tal como dijo Tang Mo, estaba atrapado en el escenario.

Sus feroces movimientos hicieron que las baratas luces de neón que rodeaban el escenario cayeran al suelo. Sin embargo, no pudo abandonar el lugar en el que se encontraba. Solo pudiendo mirar a Tang Mo con ojos llenos de ira.

Este se dio la vuelta. De pie en el tercer cuadrado miró las casillas, segunda y primera respectivamente.

La mirada del joven se hizo más severa a medida que la alternaba entre ambas casillas. Finalmente, pasó el segundo cuadrado y se paró en el primero.

En el momento en que Tang Mo pisó el primer cuadrado, su expresión tensa cambió. Sus labios curvándose ligeramente mientras dejaba escapar un suspiro.

—Tu locura no llegó a ese nivel. Desperdicié una oportunidad de guardado…

Entonces se escuchó, en el mundo blanco, la voz clara y nítida de un niño:

¡Ding, dong! Se ha activado la casilla de despeje. A las 22:49 del 22 de noviembre de 2017, el jugador Tang Mo ha superado exitosamente la gran instancia del juego multijugador «El Monopolio de Mario» y ganó la recompensa «Tesoro del tío Mario».

El hombre de barriga cervecera se enderezó y miró a Tang Mo con ojos incrédulos.

El anciano lo miró con asombro, sus ojos llenos de duda y confusión.

Mario golpeó enojado desde el escenario donde antes había estado dando pisotones.

—¡Tú eres el diablo, eres el diablo! ¡Ese era mi bebé! El tío Mario trabajó duro en el alcantarillado durante veintiséis años por esto. Eres un humano perezoso, queriendo robar el tesoro del tío Mario cuando no hiciste nada. Nunca te lo daré —exclamó.

Sin embargo, mientras Mario decía esas palabras, una enorme colina dorada emergió en el mundo blanco.

La colina dorada flotaba frente a los ojos de todos. Mario saltó horrorizado, tratando de agarrarse a ella, pero su torpe salto solo le permitió tomar una pieza de oro.

La enorme colina dorada voló directamente hacia Tang Mo, quedando detrás de él. Innumerables cosas de oro y diamantes se encontraban allí amontonadas. Algunas monedas de oro incluso rodaron hasta sus pies, las cuales recogió.

—¿Por qué el primer cuadrado? —preguntó el anciano.

Tang Mo desvió la mirada de la moneda de oro.

—Este es un juego, por lo que debe haber una forma de ganar.

—El primer cuadro, el primer cuadro… —susurró el anciano con el ceño fruncido. Siguió hablando, tratando de encontrar una pista relacionada con el «primer cuadro».

—Ninguna de las 6000 personas pasó el juego. Esto prueba dos puntos. Primero, definitivamente no hay una casilla de salto libre después de la casilla 120. En segundo lugar, hay seis casillas de prisión continuas en los cuadrados posteriores al 120. Este tipo es malo hasta ese punto… —Tang Mo miró al tío Mario llorando en el escenario—. Debería haber establecido los últimos seis cuadrados para que fueran los cuadrados de prisión. Antes de eso, serían casillas del rey continuas.

Una persona eventualmente llegó al final, de repente cayó en una casilla del rey y solo quedaban seis cuadrados por delante para la victoria.

Sin embargo, esos jugadores nunca podrían llegar al final.

De principio a fin, este juego debía permitir a los jugadores encontrar la casilla de despeje.

—Al principio, pensé que el número de casillas de salto libre era demasiado alto. Las casillas de salto libre representan un 20% del total, es decir, 30 casillas. Al menos nueve adultos podrían saltar utilizando la casilla de salto libre, pero la gente normal no elegiría saltar al primer cuadrado. Las casillas frente a un jugador son desconocidas. Los jugadores generalmente elegirían saltar a un cuadrado que ya ha sido pisado o retroceder para evitar activar el efecto «¿Quién compartirá tus alegrías y tristezas?».

El anciano hizo esto. La primera vez que pisó una casilla de salto libre, saltó hacia la parte trasera del grupo.

El hombre de barriga cervecera seguía siendo un ignorante.

—Entonces, ¿por qué el primer cuadrado?

—Si no hubiese una casilla de salto libre entre los 150 cuadrados, ¿en qué casilla tiene el jugador menos probabilidades de caer? —preguntó Tang Mo.

El hombre de barriga cervecera pensó por un momento antes de reaccionar por fin:

—¡El primer cuadrado! Sí, es el primero.

Al menos no era tan estúpido como para perder toda esperanza.

Originalmente, planeaba golpear y romperle las piernas —en cualquier caso, la otra persona era un jugador oficial con una habilidad. Era probable que al día siguiente ya pudiera saltar de nuevo— a la persona que lo metió en esto al dejar el juego. En ese momento, el cerebro del hombre de la barriga cervecera finalmente estaba funcionando. Por lo que Tang Mo decidió romperle solo una pierna.

Si este tipo podía entender la verdad, entonces el anciano naturalmente lo entendería.

El juego de Monopolio de Mario tenía un total de 150 cuadrados. La mayoría de la gente pensaba que era muy poco probable que los jugadores pudiesen alcanzar la casilla 149 o 150. Pero, de hecho, era más difícil caer en la primera casilla.

Había numerosas formas de llegar a la casilla 150.

Si no hubiese una casilla de salto libre, solo habría una forma de llegar a la primera casilla: conseguir un 1 al lanzar el dado por primera vez.

Había dos formas de llegar al segundo cuadrado. Lanzar un 2 al principio o lanzar un 1 primero y luego otro 1.

Había cuatro formas diferentes de llegar al tercer cuadrado. Lanzar un 3 directamente, lanzar un 2 y luego un 1, lanzar un 1 y luego un 2 o lanzar un 1 tres veces seguidas.

Posteriormente, la manera en la que se podía llegar a cada cuadrado se multiplicaba.

Si solo hubiera una persona, la probabilidad de que alcanzara el cuadrado 150 era extremadamente baja. Incluso si llegaran al cuadrado 100, podrían enfrentar un castigo terrible.

Antes de Tang Mo, participaron en el juego un total de 6456 jugadores. Al menos una de esas 6000 personas debió haber pisado cada uno de los 150 cuadrados, tal vez incluso el cuadrado 149. Pero ninguno de ellos pisó la casilla de despeje.

Solo había dos posibilidades.

Primero, Mario estableció deliberadamente seis casillas de prisión consecutivas. De esa forma, el jugador moriría antes de pisar la casilla de despeje y sería imposible encontrarla.

Pero ese no era el caso. No podía estar establecida después de las casillas de prisión. De lo contrario, sería imposible ganar el juego. Si la torre negra realmente quisiera matar a todos los jugadores que ingresaran a la instancia, no habría necesidad de configurar un juego tan complicado. Mario era suficiente para matar a todos los que ingresaran.

Entonces debía haber una manera de ganar.

La segunda posibilidad era que, desde el principio, fuese imposible que todos los jugadores pudieran pisar con suerte la casilla de despeje.

De los 150 cuadrados, los jugadores necesitarían suerte para llegar al primer cuadrado. Pero si alguien tuviera un poco de mala suerte y sacara un 1 directamente al principio, no habría necesidad de este juego.

Existía la posibilidad de ⅙ de sacar un 1 en el primer lanzamiento. Mario había pasado tantos años reuniendo tesoros. No permitiría que tantos jugadores se llevaran uno.

Por lo tanto, la torre negra debía haber bloqueado esta opción al lanzar los dados por primera vez.

La única forma de llegar al primer cuadrado era a través de la casilla de salto libre. Tang Mo siempre se había preguntado por qué habían tantas casillas de salto libre, ya que no parecían ser muy útiles. Después de confirmar que el primer cuadrado era la casilla de despeje, la existencia de tantas casillas de salto libre se hizo obvia. Esto garantizaba que los ocho jugadores tuvieran una oportunidad para llegar a la casilla de despeje y, al mismo tiempo, también implicaba que solo se podía llegar a ella a través de las casillas de salto libre.

Mario se tumbó en el escenario y lloró con fuerza.

Tang Mo sacó el huevo de pavo de su bolsillo.

—Puede cerrar el archivo, Sr. Fu. Lamento haberle molestado durante tanto tiempo.

Fu Wenduo ya había cerrado el libro, dedicándose por completo a escuchar lo que sucedía al otro lado a través del huevo de pavo.

Parece que el archivador no fue útil. —Soltó una risita.

—Sí, desperdicié la función de guardar. Pensé que Mario estaría muy enojado. Las casillas de prisión son el 5% del número total de cuadrados, es una cifra muy sutil. No estaba seguro si serían 7 u 8 cuadrados en total. Al igual que con la casilla del rey, creo que Mario debió poner una casilla de prisión antes de la casilla 120. Lo más probable es que se encuentre entre los cuadrados 100 y 120. Él mismo dijo que el cuadrado 100 es una casilla del rey, por lo que la de prisión debería estar a 6 casillas de esa. Seguro encontraría interesante ver a la persona que cayó en la casilla del rey caer también en la de prisión —dijo Tang Mo con impotencia.

Es muy malo —afirmó Fu Wenduo.

—Si estuviera aún más loco, hubiese podido ubicar la séptima u octava casilla de prisión en el primer cuadrado. Como resultado, solo habría una forma de llegar al segundo cuadrado, la cual vendría siendo la misma probabilidad de alcanzar el primer cuadrado. Aunque al final me incliné más hacia el primer cuadrado, si este hubiese resultado ser una casilla de prisión, al menos habría podido cargar el archivo y elegir el segundo cuadrado. Es una lástima que todavía sea demasiado amable.

¿Pareciera ansiar que el jefe del juego sea más brutal?

—Es lo suficientemente brutal. —El rostro de Tang Mo permanecía inexpresivo cuando, de repente, se dio cuenta—: Lo siento. Dije muchas cosas y olvidé que no entiende el juego.

Fu Wenduo negó con la cabeza.

No, por lo que he escuchado hasta los momentos, parece ser un juego muy interesante.

Tang Mo miró el huevo de pavo en su mano sin expresión en su rostro, pero un sentimiento extraño afloró en su corazón.

Probablemente se debió a vivir la experiencia de conocer a una persona similar.

Quizás fue por esa razón que dio tanta información adicional. Después de todo, no tenía sentido decirle esas palabras a las demás personas. Mario solo quería matarlo y no quiso escuchar. Por otro lado, el hombre de barriga cervecera no tenía cerebro.

—Si el primer cuadro hubiese sido de prisión, ¿no hubieras muerto? —preguntó el anciano, el único que escuchaba.

Tang Mo no le dijo sobre el archivador. En su lugar, miró el huevo de pavo con ojos profundos.

El juego terminó de manera segura y Tang Mo cerró el archivo.

Mario se sentó en el escenario y lloró. Sus lágrimas parecían lluvia en el mundo blanco, empapando los pies de los tres hombres en un momento.

Tang Mo pisó la casilla de despeje, pero las tres personas no habían regresado del mundo blanco. El anciano se acercó.

—¿Es cierto que puedes aceptar esta montaña de oro si superas el juego?

—Creo que no podré llevarme todo este oro —dijo mirando la enorme colina.

—¿Qué es esto? —preguntó el anciano señalando algo.

Tang Mo miró hacia donde indicaba. En medio de la montaña de oro, una pequeña gema roja estaba incrustada en las profundidades de las monedas de oro. Extendió la mano y tomó el rubí. En un instante, el oro desapareció y los gritos de Mario se hicieron más fuertes.

—Mi bebé, mi bebé…

¿Esta es la verdadera recompensa? ¿El tesoro de Mario?, se preguntó en su interior.

Después de quitar este rubí, el cuerpo de Tang Mo se desvaneció gradualmente del mundo blanco.

Mario vio esta escena y dejó de llorar.

—¡Diablo! ¡Eres el diablo llamado Tang Mo! Te recordaré… Definitivamente lo haré… ¡Ah! —Se levantó y gritó.

La cara de Mario estaba cubierta por una tenue capa de niebla negra. Entonces dio un paso adelante solo para pisar un charco de lágrimas y caer hacia atrás. Al caer al suelo, su cabeza golpeó el borde del escenario. Incidentalmente, la pieza de oro que había sacado de la colina había caído al escenario, quedando atrapada en una pequeña grieta.

Antes, debido a los saltos de Mario, se hicieron muchas grietas en el escenario.

Había sido tan tacaño con las monedas de oro y ahora estaban atascadas en el hueco.

Mario estaba tan ocupado regañando a Tang Mo que resbaló en las lágrimas, su cabeza golpeando una de las monedas de oro que estaban ahora atascadas en las grietas.

De repente, sangre fluyó de la herida.

Las tres personas que lo vieron quedaron atónitas.

Tang Mo de pronto ya no quería este rubí. ¡Quería las monedas de oro!

Esa moneda de oro le rompió la cabeza a Mario, ¡era un gran arma! Si tuviera esa colina de oro, no necesitaría luchar en absoluto. Solo tendría que golpear el cuerpo del enemigo con las monedas.

Sin embargo, era poco probable que la colina de oro desaparecida volviera.

Miró el rubí en su mano.

Esperaba que el tesoro no lo decepcionara.

En un abrir y cerrar de ojos, el trío regresó al macizo de flores.

Era de tarde cuando entraron en la instancia. Cuando salieron, la luna ya estaba en lo alto del cielo.

En la noche oscura, la brisa del ocaso pasó silbando y sacudió los árboles en la calle. Una vez que emergió el trío, los cadáveres fueron arrojados por el aire. Fue como si alguien hubiera agarrado los cuerpos y los hubiera lanzado violentamente desde el cielo sobre el macizo de flores. La fuerza fue tan grande que terminaron al lado opuesto de la carretera.

La primera en ser expulsada fue la mujer de mediana edad, seguida del calvo y la joven pareja. El cuerpo del hombre de mediana edad con la menor presencia no fue arrojado. Tang Mo entonces recordó que en el mundo de Mario, el hombre fue devorado por innumerables peces voladores y ni siquiera quedaron de él los huesos, por lo que el cuerpo dejó de existir

Todos habían entrado en el mismo juego, pero las ocho personas no se conocían.

Tang Mo se dirigió al lado opuesto de la calle y confirmó que los cuatro cuerpos eran efectivamente jugadores que ingresaron a la instancia con él. Les quitó los abrigos del cuerpo y les tapó la cara. Era lo menos que podía hacer, se conocieron gracias al destino.

—Afortunadamente, sobreviví hasta el final y ese asqueroso Mario no me mató —dijo emocionado el hombre de barriga cervecera.

—Gracias a este muchacho. Perdón por verme obligado a arrastrarte… ¿Qué estás haciendo? —preguntó el anciano, antes de mirar con asombro.

Tang Mo sostenía el fósforo gigante en su mano derecha, mirando con calma a los dos hombres frente a él.

Ambos habían visto el poder del fósforo en la instancia. El anciano dio un cauteloso paso atrás.

—Tú… ¿Qué quieres hacer? ¿Quieres matarnos? —preguntó el tipo de la barriga.

—Te lo dije en la instancia. Después que saliéramos, te mataría. —Tang Mo permanecía indiferente.

El rostro del hombre cambió.

—¿No estabas bromeando?

—Yo nunca bromeo. —El bibliotecario le torció la muñeca—. No pelearé con el viejo por el momento. Si lo golpeo con este fósforo, podría morir. En cuanto a ti… Lo siento, tu habilidad ha cavado tu tumba.

El fósforo ondeaba en el aire mientras hablaba. No dudó en golpear al hombre de barriga cervecera.

Nunca tuvo la intención de hacer una broma.

El juego de Monopolio de Mario era tan peligroso que murieron 6461 personas —incluidas las cinco de esta última oportunidad—. Lo arrastraron al juego a la fuerza. Al final, no pasó nada y salió sano y salvo. Sin embargo, todavía tenía dos costillas que no habían sanado y sus pulmones aún sangraban debido al golpe del Mario Negro.

Las acciones rápidas y decisivas no permitieron que el hombre de barriga cervecera contraatacara. La velocidad de reacción, fuerza y velocidad del otro eran mayores. El fósforo golpeó la pierna derecha del hombre, la cual quedó visiblemente doblada después de romperse.

—No creas que ganar el juego es grandioso. Pudimos haber ganado sin ti. ¡Te cortaré! —El hombre gritó con dolor.

Abrió la boca y su pecho se hinchó. Al momento siguiente, se inclinó hacia adelante y exhaló. Un fuerte viento hizo retroceder los árboles al costado del camino.

Tang Mo se agarró a un árbol viejo para estabilizarse. El anciano no tuvo tanta suerte. Siendo lanzado al borde del macizo de flores.

El viento del hombre sopló durante tres minutos antes de detenerse finalmente.

La cara de Tang Mo estaba pálida y no había resultado herido. Por otro lado, el anciano salió lastimado.

El hombre de barriga cervecera miró al bibliotecario con horror. Usó su habilidad, pero no logró asesinarlo. Tenía que escapar.

—Lo siento… Perdóname. ¿No estás bien ahora? Por favor, perdóname…

Tang Mo lo miró con calma.

—Eres el indicado. El resto no importa. Tú eres quien me metió en el juego, así que estás muerto.

La voz del hombre de barriga cervecera se detuvo.

Tang Mo guardó el fósforo. Luego se inclinó y agarró el abrigo del hombre. Este lo miró con horror y no entendió lo que estaba tratando de hacer.

—Esto es mío, me lo llevo. —Lo miró con frialdad.

El hombre asintió de inmediato.

Tang Mo tomó el abrigo andrajoso y se volvió para irse. Tenía la intención de encontrar un lugar remoto para abrir el libro de habilidades y ver cuál era la habilidad del tipo. Esto fue para enseñarle a la otra persona una lección y para ganar su habilidad.

Tenía muy pocas habilidades ofensivas, y aunque la del hombre no parecía ser de mucha utilidad, era algo ofensiva. Siempre que se usara correctamente, podría servir como efecto sorpresa.

Estaba a punto de irse cuando se escucharon pasos desde la distancia. Tang Mo de inmediato se volvió para mirar al final del camino. Un hombre alto y delgado los estaba mirando con asombro, luego vio los cuatro cadáveres junto a ellos.

Las muertes del joven y la mujer estaban muy claras. Ambos se habían apuñalado en el pecho. Era obvio que se mataron entre ellos.

Tang Mo permaneció alerta mientras miraba con cautela al extraño, el cual se acercó y miró a los cuatro cuerpos durante un largo rato. Luego volvió la cabeza y los miró con extrañeza. Parecía estar comprobando si eran fantasmas o no.

—Quiero estar seguro… ¿Son personas que salieron con vida de la segunda instancia?

♦ ♦ ♦

La autora tiene algo que decir:

Tang Tang: Creo que soy muy adorable.

Mayor Fu: También creo que mi esposa es muy hermosa~


Shisai
¿A qué se refiere con segunda instancia? Espero que Tang Mo se lo pregunte.

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