Villana mimada por el príncipe vecino – Capítulo 92: El problema de Philiane

Traducido por Sharon

Editado por Ayanami


Aquasteed, que se había graduado de su posición como príncipe heredero, cambió su oficina a un lugar más grande. Ahora había más personas que lo visitaban, así que también tuvo que aumentar el número de estanterías para guardar los documentos.

Aun así, el interior seguía teniendo una atmósfera relajante, dándole a los visitantes una sensación agradable.

Las ventanas tenían una altura considerable, y la mesa de Aquasteed estaba posicionada justo frente a ellas. Su silla de cuero era negra y lucía muy cómoda. También tenía una mesa y sofá para discusiones. Sin embargo, hoy, Tiararose estaba sentada allí con una mirada perpleja.

Aquasteed y Elliot estaban trabajando, pero se miraron entre sí e inclinaron la cabeza, confundidos.

Tiararose, usualmente, era muy alegre, así que no podía evitarse que estuvieran sorprendidos. Viendo lo pensativa que estaba, no podían evitar pensar que estaba planeando algo de nuevo.

—¿Qué sucede, Tiara? Espero que puedas compartir conmigo si sucede algo.

—Rey Aqua… En realidad, parece que Philiane no se está sintiendo bien.

—¿Philiane? Eso en efecto es preocupante.

Aquasteed se paró y se dirigió hacia el sofá donde se ubicaba su esposa para sentarse a su lado. Mirándolo, Tiararose se inclinó contra su hombro.

—Estoy preocupada… —murmuró suavemente. De repente, tuvo un pensamiento y aplaudió, girándose para mirar a Elliot—. Ah, quizás… Elliot, ¿escuchaste algo de ella?

—¿Yo?

—Sí.

Con ojos amables y cabello castaño, Elliot tenía una personalidad suave, pero también era un excelente ayudante del rey. También era colega de Philiane, así que Tiararose pensó que podría haber escuchado algo de su doncella.

—Creo que está igual que siempre…

—¿De verdad? Philiane tiende a resolver sus problemas por su cuenta, así que es un poco preocupante.

—Eso es cierto, es una persona bastante independiente.

Él no había escuchado nada al respecto; ni siquiera le pareció que había un cambio en su comportamiento habitual. Tiararose se sintió decepcionada de no tener ninguna pista, pero, al mismo tiempo, pensaba que era de esperarse al tener en cuenta la personalidad de su sirvienta.

O mejor dicho, era porque habían estado juntas desde hace mucho tiempo que había podido notar el cambio en el comportamiento de Philiane.

Luce como si estuviera preocupada por algo…

Usualmente, se comportaba de forma alegre, pero en los últimos días había estado hablando muy poco. Sin embargo, le era algo difícil preguntarle a la persona de manera directa.

—¡Iré a ver cómo está!

—¿Debería ir contigo? —Preguntó Aquasteed cuando su esposa se puso de pie, preocupado. Sin embargo, Tiararose rechazó su oferta.

—No, rey Aqua, por favor, continúe su trabajo. Estaré bien sola.

—Lo entiendo.

En efecto, era algo inapropiado que un chico se metiera en una conversación entre mujeres, así que Aquasteed aceptó la respuesta.

—Ten cuidado —agregó, y la despidió.

♦ ♦ ♦

Con una mirada preocupada, Tiararose caminó por el corredor limpio y libre de polvo de punta a punta.

¿Debería preguntarle qué le sucede de manera directa?

Por ahora, decidió que primero debía ver cómo estaba Philiane, quien se suponía que ahora mismo estaba en el cuarto de descanso.

De hecho, Tiararose había preparado esa habitación para que su sirvienta pudiera utilizarla con libertad. Abrió la puerta un poco y espió dentro.

Parecía una persona sospechosa, pero afortunadamente, no había nadie cerca para verla.

Philiane se encontraba en una esquina del cuarto, sentada junto a la ventana y mirando algo.

¡Allí está!

Tiararose entrecerró sus ojos para ver qué es lo que estaba mirando su sirvienta; lucía como una carta. Ella parecía decepcionada, por lo que era probable que la carta fuera la razón de sus preocupaciones.

Sin embargo, no podía ver el contenido de la misma, y, por supuesto, no era bueno que le echara una mirada furtiva.

¿Debería llamarla?

No obstante, era probable que Philiane no quisiera compartir sus preocupaciones.

De esa manera, Tiararose permaneció preguntándose qué debía hacer, cuando sus ojos se encontraron con los de su amiga.

—Ah… —murmuró sorprendida.

Bueno, si fue atrapada, no podía evitarse. Abrió la puerta y entró en el cuarto, sentándose frente a la otra mujer que la estaba mirando con sorpresa.

—¿Señorita Tiararose? Si me hubiera llamado, habría ido con usted…

—Está bien. —Lucía apenada, por lo que Tiararose le sonrió mientras pensaba que era muy dedicada—. Si lo deseas, no tienes que decirme, pero… Últimamente parece que no te encuentras bien.

Philiane saltó al escucharme. Probablemente, lamentaba haber preocupado a su maestra, quien había dado en el clavo.

—Tal parece que no puedo esconderle mis secretos, señorita —asintió resignada, bajando la mirada.

—Philiane…

Sin dejarla continuar, ella le entregó una carta. Tiararose interpretó la acción como que estaba bien leer el contenido. El remitente decía que era correspondencia de la ciudad natal de Philiane, y no pudo evitar fruncir el ceño al ver la conversación de un solo lado.

—Como puede ver, mis padres me han dicho que me case… —Philiane dio una sonrisa amarga y agregó—: Porque ya tengo la edad apropiada.

Como dijo, el contenido de la carta era sobre matrimonio.

Philiane estaba por cumplir los 21 años, así que era tiempo de que se casara. Ella normalmente no hablaba de amor, así que a Tiararose no se le ocurrió que estuviera preocupada por asuntos matrimoniales.

Sin embargo, si lo pienso con cuidado, es natural.

Si no la hubiera acompañado a Marineforest, probablemente, ya estaría casada. Aun así, lo que le molestaba era la mirada dolorosa que tenía la sirvienta.

—No luces interesada en ello… ¿Quién es la otra persona?

—Es alguien que usted conoce, creo. Se trata de Lucas Dunston.

—Si no estoy equivocada, eran amigos de la infancia, ¿verdad?

—Sí.

Cuando pregunté por los detalles, descubrí que su compañero matrimonial era su amigo de la niñez. Por supuesto, Tiararose lo conocía.

Lucas Dunston, un noble. Era el hijo mayor de la familia Condal Dunston, y tenía 22 años.

Caía bajo la categoría de nobles ricos.

Tiararose también recordaba haber hablado con él varias veces durante las fiestas nocturnas.

Intentó recordar qué tipo de persona era, y le vino a la mente la memoria de él mirando mucho a Philiane.

Hablando de eso, recuerdo ver al joven Lucas persiguiendo a Philiane…

Parecía un amorío de un solo lado de parte de Lucas, por lo que la señorita le dio una sonrisa amarga.

—No quiero regresar a Lapis Lazuli para casarme. Quiero seguir trabajando para usted a partir de ahora y, por siempre.

—Philiane… Gracias. Estoy muy feliz al escuchar tus sentimientos. Sin embargo, si hay alguien que te guste, por favor, no seas considerada conmigo y persigue tu corazón.

No quería que su amiga tuviera que renunciar a su amor por su bien. Dejó su mensaje claro, pero Phillaine sólo le sonrió y le agradeció.

—Muchas gracias por sus palabras. Sin embargo, si debo casarme con Lucas, estoy decidida a cortar lazos con mi familia.

—Um, Philiane, ¿odias a Sir Lucas?

—¡Es imposible que me guste alguien como él! —Dijo con tanta franqueza que Tiararose abrió los ojos. Era raro que su doncella tuviera un exabrupto como ese. Philiane suspiró antes de continuar—. Lucas es una persona muy egoísta. Si las cosas no salen como lo planea, no le parece interesante. Por eso me está invitando con tanta persistencia, enviándome cartas regularmente, incluso ahora.

—No lo sabía…

Lucas podría estar actuando así por amor, pero parecía que sus acciones tuvieron un efecto opuesto al que esperaba.

—Me he rehusado continuamente al matrimonio, pero él es muy persistente. Espero que se rinda.

—Ya veo… Si no quieres casarte, no tengo nada que agregar. Por favor, dime si tienes más preocupaciones. Haré mi mejor esfuerzo para ayudarte.

—Muchas gracias, señorita Tiararose.

Philiane sonrió con una expresión aliviada, probablemente, se debe a que pudo hablar de los asuntos que solía llevar en su corazón.

—Bien, entonces, necesito regresar ahora.

—Sí. Si algo sucede, por favor llámeme.

—Sí.

Después de conocer la situación de Philiane, Tiararose salió del cuarto, ya que, si continuaba allí, su doncella no podría descansar apropiadamente.

Tiararose le dijo que podía tomarse su tiempo y regresar más tarde, luego se dirigió hacia el cuarto de invitados en el que se encontraba Sirius.

Él estaba de visita desde Lapis Lazuli, su tierra natal, debido a un intercambio escolar.

Había decidido que lo mejor sería preguntarle si quería saber más sobre los asuntos internos de Lapis lazuli. Por supuesto, también tenía la intención de obtener más información sobre Lucas, quien perseguía persistentemente a Philiane por un matrimonio.

Después de contarle a la sirvienta asignada a Sirius que tenía asuntos que atender con él, ella les preparó un cuarto y té. Por supuesto, no era posible para Tiararose, la reina del país, entrar al cuarto de un hombre como si nada.

Bebió su té negro y esperó por un tiempo hasta que Sirius llegó.

—¡Señorita Tiara!

—Príncipe Sirius, perdóneme por la visita repentina.

—No, estoy feliz de poder encontrarme con mi hermana mayor.

Sirius Lapis Lazuli entró en el cuarto con una mirada alegre.

Tenía cabello castaño dorado y ojos azules. A pesar de ser un joven de diez años con una sonrisa infantil, era el primer contendiente para tomar el trono del reino de Lapis Lazuli.

También era el hermano menor de Hartnight, el ex prometido de Tiararose.

—Sin embargo, ¿ha sucedido algo? Es raro que vengas a encontrarme por algún asunto, hermana.

—En realidad, hay algo que quiero preguntarte…

—¿De qué se trata?

Sirius la miró confundido, y Tiararose le pidió tomar asiento en el sofá enfrente suyo antes de continuar. Una vez que la sirvienta le preparó una taza de té negro, comenzó la conversación.

—Ya veo… El hijo de la familia Dunston, ¿huh? Por supuesto que lo conozco.

—Sólo sé un poco de él del tiempo antes de casarme, así que no estoy enterada de sus asuntos actuales.

—Ah, por supuesto.

Sirius intentó recordar, y le contó todo lo que sabía.

La familia de Lucas había tenido éxito en sus negocios de artes industriales en el procesamiento del Coral, por lo que tenían bastante dinero. Había muchas tiendas que les pertenecían en las calles, ya que eran una de las marcas más famosas de Lapis Lazuli.

—Ya veo. En efecto, si uno fuera a verlo como su objeto de interés, accedería de inmediato…

—¿Hermana Tiara?

—Al parecer Philiane recibió una propuesta de matrimonio, así que quería conocer sobre la otra parte.

—Ya veo… Recuerdo que la familia Sunfist es completamente opuesta, y que sus negocios no han estado saliendo bien —dijo Sirius. Agregó que, a diferencia de la familia Dunston de Lucas, la familia de Philiane no había estado produciendo buenos resultados en los negocios.

En primer lugar, Tiararose sabía que la familia de Philiane no era muy rica, pero no había esperado que estuvieran en una situación tan seria.

En otras palabras, se trataba de una unión política que involucraba el dinero.

—En términos de las condiciones, no creo que sea una mala opción, pero…

—Es cierto. Hablando objetivamente, es un matrimonio político.

Sirius parecía pensar que Philiane debería casarse, confundiendo a Tiararose. Ella no creía que su sirvienta debiera casarse si no lo quería. Si tuviera una excusa convincente, Lucas, probablemente, se rendiría.

Por ahora, Tiararose le agradeció a Sirius y dejó el cuarto.

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