¡No quiero ser Princesa! – Capítulo 81: Conflicto de amigos de la infancia (4)

Traducido por Lucy

Editado por Ayanami


Eso estuvo cerca…

Después de separarme de Lidi en mi camino de vuelta a la torre oriental a la que estoy unido, estaba recordando lo que pasó hace unos momentos.

♦️ ♦️ ♦️

Mantenimiento de la puerta de traslado para uso exclusivo de la realeza.

Mientras caminaba por los aposentos reales para cumplir con mi deber semanal, de repente, una voz conocida me llamó la atención.

—¡Will!

Inconscientemente, mis piernas se detuvieron.

Cuando me giré en dirección a la voz, Lidi estaba allí, rodeada de guardias reales, llamándome.

—¿Lidi?

Cuando me apresuré a llegar a su lado, los guardias reales, conscientes de mi condición, se apartaron inmediatamente para dejarme espacio.

Ella me miró como si estuviera aliviada.

Su figura me sobresaltó por un momento.

No pude decir nada.

Se limitó a permanecer de pie con la espalda recta, como siempre.

Y, sin embargo, sentí una leve atracción en ella.

Sólo con que volviera sus ojos hacia mí, mi cuerpo se calentó.

Sintiéndome culpable, desvié la mirada, sólo para ver el vestido que llevaba.

Un precioso vestido azul oscuro degradado con un escote muy abierto.

El vestido hecho para ceñirse a su cuerpo le sentaba bien a su figura, pero al ver la flor que es el símbolo de Su Alteza, claramente grabada en su pecho, me dolió el corazón.

Después de un momento, volví a la realidad.

Conseguí refrenarme y, tras exhalar con cara de pocos amigos, le pregunté qué hacía aquí.

Entonces, habló como si estuviera un poco preocupada.

—He venido antes de tiempo por la fiesta nocturna de mañana. Estaba un poco aburrida así que pensé en ir a dar un paseo, pero… ¿por qué está Will en un lugar así?

Por la fiesta de mañana… Puede que eso no sea todo. He oído que Lidi también asistirá mañana a la audiencia del príncipe heredero de Sahaja. Me dí cuenta rápidamente de que había venido al castillo por esa razón.

Aun así, con los guardias reales alrededor, se contuvo y mencionó astutamente la fiesta de la noche.

Le seguí la corriente y, sin tocar el tema, respondí a su pregunta.

—El mantenimiento de la puerta de traslado real.

Lidi mostró interés en mi respuesta y sacó el tema de venir conmigo.

Pero, es una sala exclusiva para la realeza. Con el mantenimiento encomendado a mí, soy una excepción.

Quiero concederle cualquiera de sus deseos, pero seguro que las reglas no pueden ser ignoradas.

Me sentí apenado por tener que negarme, cuando la línea de visión se posó de nuevo en su pecho.

Ya veo…, ya está.

La existencia de la “Flor Real” demuestra que ella ya es reconocida como parte de la realeza.

Finalmente, me di cuenta de eso, ignoré la sensación de pesadez en mi pecho y asentí hacia ella.

—No…, no es nada. No hay problema si es Lidi.

—¿Puedo?

—Sí

—¡Gracias!

Cuando acepté, Lidi mostró una amplia sonrisa.

Sólo con ver esa sonrisa vale la pena escuchar su petición.

Pensar que realmente estoy afectado por una enfermedad grave, me burlé de mí mismo.

Entonces, llevé a Lidi a la sala con la puerta de transferencia, y diciendo que podía hacer lo que quisiera empecé a trabajar en el mantenimiento previsto.

Mientras trabajaba en cuclillas, la presencia que no era la mía, sino la de ella, estaba en mi mente sin importar nada.

Incapaz de concentrarme, le robé una mirada, para verla observando la puerta de transferencia con interés.

Con los ojos brillantes, contemplaba con curiosidad la puerta.

Se me escapó una sonrisa al verla desprevenida, rebosante de curiosidad como siempre.

Sólo pensar que estoy cerca de ella hizo que mi corazón diera un salto de alegría.

Tal vez, como materialización de mi deseo de pasar más tiempo con ella de esta manera, pasé más del doble de tiempo en el mantenimiento.

Al notarlo, sólo pude sonreír irónicamente.

Me sorprendió mi comportamiento excesivamente honesto.

Aun así, no pude alegrarme.

Pensando en las pesadas responsabilidades con las que está cargando, antes de darme cuenta se me escaparon las palabras.

—¿Su Alteza… te está tratando amablemente?

Cuando sus ojos se volvieron, me arrepentí de haber preguntado.

Es una pregunta sin sentido.

Comprendo que Su Alteza ama a Lidi más que a nada, y me hice a la idea de que ella siente algo por Su Alteza.

Es imposible que Su Alteza no la aprecie. Está tan encaprichado que haría cualquier cosa por ella. Es algo que puedo imaginar fácilmente.

Porque yo haría lo mismo en el lugar de Su Alteza.

Efectivamente, ella respondió positivamente con una suave sonrisa.

Era una expresión de verdadera felicidad, pero sólo me hizo sentir vacío en mi interior.

Luego, con una cara ligeramente preocupada, preguntó si parecía que estaba luchando.

No lo parece… Es imposible que lo haga.

Siempre decide todo por sí misma y camina sola.

Aunque se arrepintiera, ya que es lo que ella misma ha decidido, nunca se volvería atrás.

Simplemente miraba hacia adelante, y siempre me dejaba atrás.

Hasta que se fue a un lugar fuera de mi alcance…

—No… no es así. Lidi es… la misma de siempre.

Aunque hace cosas impensables para una mujer noble sin dudar, me gusta su forma de ser. Me encanta.

Sí, es la misma de siempre.

No importa el tiempo que haya pasado, la seguiré queriendo.

Aunque preferiría que cambiara, siento que puedo hacer cualquier cosa y todo por ella tal y como es.

—¿Verdad? Por eso está bien. Gracias por tu preocupación.

Cuando me miró a la cara de repente, perdí el aliento por la sorpresa.

Con ella tan cerca que podía sentir su aliento, mi corazón dio un salto. Incapaz de resistir el impacto, di un salto hacia atrás.

Los latidos de mi corazón se aceleraron tanto que me dolió. Sinceramente, pensé que moriría de la impresión.

Completamente ajena a mis sentimientos se enfurruñó.

Linda, aburrida y cruel Lidi.

Nunca consideras con qué sentimientos te enfrentas a mí.

Queriendo ver mis distintas expresiones, odiando si la malinterpreto.

Te lo ruego, no me hagas más feliz.

Incluso si soy demasiado consciente de que no hay un significado profundo en ello, no puedo tener esperanza.

Tal vez, aún me quede una pequeña oportunidad.

Aunque entiendo que no es el caso…

A pesar de la gran agitación en mi corazón, continué la charla trivial con ella. Me recompuse y reanudé el mantenimiento de la puerta de transferencia.

La charla giró en torno al Príncipe Heredero de Sahaja, con curiosidad por la clase de persona que viene, su rostro enrojecido con gran interés.

Cuando pone esa cara, algo malo sucede.

Tuve una mala premonición debido a mis experiencias hasta ahora y, sin querer, filtré mi verdadera opinión de que ella debería estar callada.

Y entonces, se acercó a mí con una mirada hosca.

Al parecer, un número considerable de personas ya la habían advertido.

Mientras me preguntaba quién la había aconsejado, me dio una patada por detrás con toda su fuerza.

—Ey.

—Ouch, Lidi… ¿Qué significa esto?

Mientras me levantaba y suspiraba, la sentí satisfecha.

Sorprendido, perdí la fuerza en mi cuerpo.

Aah… Es Lidi.

La chica que siempre he conocido y amado.

—Realmente… no has cambiado.

—Ugh… Estaba descargando mi ira. Lo siento.

Es imposible que me enfade.

No se puede evitar que me alegre de que me trate de la misma forma que antes.

No necesitaba una disculpa en absoluto.

Aguantando la sensación de querer gritar, hablé.

—No te preocupes, porque eres así, yo…

La miré por encima del hombro.

A la chica con cara llena de curiosidad.

Linda… No puedo evitar quererla. Es lamentable que no pueda darle todo.

La chica que tanto quería está tan cerca. A una distancia que si la alcanzara, podría tocarla…

—¿Will?

Oí la voz de Lidi.

Pero, no se siente real. Mis ojos sólo pueden verla a ella.

Quiero tocar su mejilla. Tocarla y abrazarla.

Y quiero robar esos labios de cereza…

El deseo se hinchó.

Incapaz de soportarlo, extendí mi mano hacia ella.

Ella sólo la miró.

Sin entender lo que está pasando. Es una expresión tan grande.

No tiene ni idea de lo que estoy tratando de hacer.

Pero, eso no importa. Quiero tocarla. La deseo.

El freno que siempre he aplicado se rompió. No pude soportar que mis sentimientos se hicieran más fuertes.

Casi. Un poco más y la alcanzaré.

Cuando pensé eso.

Su estómago retumbó.

Su cara se puso roja y dio un paso atrás.

Con su movimiento, por fin recuperé la cordura.

Increíble…

¿Qué estaba tratando de hacer justo ahora…?

Me quedé petrificado y en shock.

No podía creer mi comportamiento.

Aunque no pueda tenerla, con lo que siento por ella es suficiente si puedo ser útil.

Debería haber pensado así y, sin embargo…

Mis acciones de ahora me hacen querer golpear mi cabeza contra la pared.

Sólo un poco más y haría algo que no se puede deshacer…

Aunque recibí una descarga por lo que estaba a punto de hacer, en respuesta a su estómago vacío, todavía saqué un caramelo que siempre escondo en mi bolsillo del pecho.

De sabor a uva, su favorito.

Desde hace mucho tiempo siempre llevo bocadillos para ella, quien a menudo se queja de tener un poco de hambre.

Todavía no he dejado esa costumbre, parece que hoy ha sido útil.

—Aah.

Está verdaderamente desprevenida, pensando así, lancé el caramelo a la boca de Lidi.

Al verla sonreír felizmente, pensé que era realmente bueno que no siguiera con mi impulso de hacer lo que no se puede deshacer.

Así es, quiero proteger su sonrisa.

Qué haría si la arruinara.

Eso pensé y, sin embargo, ella volvió a hacer una pregunta cruel.

Por qué siempre tengo algo para comer.

Por supuesto, por ti.

Pero… no puedo decir eso.

Para engañarla, le dije sin compromiso que los magos tienen hambre, y Lidi, que no sabe usar las artes mágicas, lo creyó honestamente.

Esa honestidad también es encantadora… Y odiosa.

Por qué no te has dado cuenta, quiero agarrar sus hombros y sacudirlos.

Todavía…

Es a ella a quien amo.

Es ella a la que no puedo renunciar por mucho que pase el tiempo.

Soportando el dolor en el pecho que me daba ganas de llorar, simplemente agaché la cabeza y sonreí.

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