Pronto, utiliza el rostro del demonio – Arco 2 – Capítulo 7

Traducido por Shiro

Editado por Meli


En el pasado, Ning Si Nian regresaba a la casa hasta la medianoche. Ahora, empacaba sus cosas a las cinco y media en punto.

Al ver que la hora se acercaba, Qin Li también llamó de vuelta a los chicos con rapidez. Mientras iba de regreso, Zhou Yun Sheng descubrió que Zhao Jun había instalado muchas cámaras en los árboles junto al lago y no pudo evitar lamentar el estatus forzado de lacayo del hombre.

—¿Qué tal tu día? —Ning Si Nian despidió a Qin Li y, cuando regresó a la casa, besó la frente de su hijo. Luego, con total naturalidad, sostuvo las mejillas del joven y también lo besó, como si hubiesen sido así de íntimos desde que nació.

Zhou Yun Sheng se había sorprendido al inicio, pero, a medida que pasaron los días, se acostumbró. Frunciendo los labios, asintió ligeramente mas no contestó.

«¿Qué tal tu día?». ¿No lo sabes ya? Maldito pervertido.

Zhao Xin Fang escuchó los sonidos y bajó las escaleras. De manera atenta, tomó la chaqueta y el maletín de Ning Si Nia. Se abrazaron, sonriendo y susurrándose al oído, como si fueran una pareja sincera y amorosa de esposos.

En esa familia, todos eran actores ganadores de Óscar, exceptuando a Ning Wang Shu.

Después de cenar y hacer que su hijo se durmiera, Ning Si Nian quería encontrar a Wei Xi Yan para charlar un rato con el fin de cultivar los sentimientos entre ambos; pero descubrió que el otro ya había escapado. Cerrando, además, la puerta de su habitación.

Si no fuera por su actitud previa, vil y errónea, Xi Yan no le tendría tanto miedo. Ning Si Nian alisó su cabello con nerviosismo; corazón arrepentido. No podía esperar para lidiar finalmente con Zhao Xin Fang. Qin Yu, sin embargo, todavía le era útil, por lo que solo podía tensar el arco sin disparar.

El adolescente sacó un álbum de fotos de la estantería y lo abrió sobre la cama. Entonces, sentado con las piernas cruzadas, lo hojeó mientras tomaba notas. Ning Si Nian sonrió, mirando con atención por un rato. Luego vio la hora y, al percatarse que aún era temprano, encendió la computadora para encargarse de asuntos oficiales.

Sin darse cuenta, dieron las diez y media. El móvil emitió un leve pitido para recordarle al hombre que todavía estaba ocupado.

Apagando la alarma, miró la pantalla. En efecto, el joven que siempre cumplía con el horario [1] se estaba desnudando, preparándose para tomar un baño caliente e irse a la cama.

La camisa blanca se deslizó por su hombros, y, al girarse, reveló escápulas gráciles, una cintura flexible, glúteos firmes… Apartó la vista sintiéndose intranquilo. Se levantó, se sirvió una taza de café y dio dos vueltas por el estudio mientras escuchaba el sonido del agua.

Cada vez más inquieto, abrió los dos primeros botones de su camisa y, con taza de café en mano, caminó de vuelta a su escritorio, ojos fijos en la pantalla. Tenía que admitir que casi todos los días anhelaba la llegada de este momento.

¿Qué diferencia hay entre esto y lo que hace un pervertido?, se denunció a sí mismo en su corazón, pero no podía controlarse.

Dejó la taza de café y sacó un cigarrillo. Una vez lo encendió, intentó borrar su línea de visión con el humo, pero esto era superfluo, la cámara ya había sido empañada por el vapor de agua caliente, mostrando solo una silueta de jade.

Ning Si Nian comenzó a sentirse insatisfecho de nuevo, maldiciendo en su interior.

Cuando el sonido del agua se detuvo, su cigarrillo también se había terminado. No obstante, debido a lo concentrado que estaba en la pantalla, casi se quema los dedos. Murmurando una retahíla de maldiciones, metió la colilla en el cenicero sin piedad.

La puerta del baño se abrió y el joven salió con el cabello mojado, vestido solo con una camisa blanca holgada que apenas llegaba debajo de sus caderas, cubriendo sus lugares más secretos pero dejando al descubierto sus piernas delgadas y rectas. Sus pies eran muy delicados, formados a la perfección, y cuando pisó la alfombra de lana, enganchó los dedos en ella. Esta acción era linda al extremo.

Como no salía del estudio todo el año, era muy blanco, los vasos sanguíneos casi quedando expuestos a través de la delgada piel. Debido a esto, su apariencia era más suave y frágil.

Última vez. Esta es la última vez. Mañana retiraré todas las cámaras.

Sosteniendo la taza de café, Ning Si Nian se apaciguó a sí mismo como de costumbre, tras lo que sucumbió a mirar con avidez.

De pronto, se escuchó que llamaron a la puerta. Era Zhao Jun.

Las manos del hombre temblaron y la mitad del contenido de la taza se derramó sobre su camisa y pantalones.

¡Mierda!

Se levantó de inmediato, secándose con una toalla de papel, encontrándose en el proceso con una zona muy dura en su ingle.

¡¡Mierda!!, se maldijo con ferocidad mientras se miraba perplejo, tras lo que se llevó el cabello hacia atrás con fuerza. Lo sabía, de continuar así, tarde o temprano se iría por el mal camino. Sin embargo, se encontraba indefenso ante su naturaleza pervertida.

—Pasa. —Se sentó, expresión decrépita, voz sombría.

En su momento de pánico, el joven en la pantalla curvó hacia arriba las comisuras de su boca y articuló en silencio: Buenas noches, maldito pervertido.

♦ ♦ ♦

Dos meses de vacaciones de verano pronto terminaron. Ning Si Nian vivía en una lucha constante todos los días, sintiéndose agotado tanto mental como físicamente.

Tal vez debería pensar en una forma de alejarme de Xi Yan, se dijo a sí mismo.

No pasó mucho tiempo antes de obtener lo que pidió.

—¿Por qué empacaste? —En cuanto vio al chico cargando con una maleta con ruedas en la planta baja y un aire decía «me he preparado para un largo viaje», su complexión se vio afectada al instante.

—Regresaré al dormitorio. —Zhou Yun Sheng escondió el equipaje detrás de su espalda, semblante algo incómodo.

Ning Si Nian tosió, modulando el tono de voz.

—¿Cuándo vuelves?

—En las vacaciones de invierno.

¿Vacaciones de invierno? En otras palabras, al menos tres o cuatro meses antes de que regrese, sintió la mente zumbar.

—No, no tienes permitido vivir en el dormitorio —refutó en tono firme. La determinación de alejar a Wei Xi Yan por completo olvidada.

Te has vuelto adicto, ¿no es así, maldito pervertido?, se burló Zhou Yun Sheng en su interior, pero en el exterior se mostró temeroso y agraviado, lo observó con su par de ojos acuosos y seductores.

Bajo la mirada del joven, la mitad del cuerpo de Ning Si Nian se adormeció, orejas enrojeciéndose de manera involuntaria; sin embargo, su expresión se tornó más solemne.

—Tus habilidades de cuidado personal son deficientes. Una vez que comienzas a pintar no te detienes. Incluso olvidas comer tres veces al día. Es mejor que vivas en casa, seré responsable de llevarte y buscarte en la escuela todos los días. De lo contrario, no estaré en paz.

Zhou Yun Sheng, sentado en la esquina más alejada del hombre, guardaba silencio con la mirada clavada en el desayuno.

Era muy testarudo. A Ning Si Nian no le quedó alternativa: recurrió a su hijo para persuadirlo.

—Bebé, Xiao Shu tiene que ir a la escuela y no regresará por tres o cuatro meses. ¿Lo extrañarás?

Ning Wang Shu comprendió la seriedad de la situación y de inmediato saltó de la silla y corrió junto a Zhou Yun Sheng. Con sus pequeñas manos, agarró con firmeza la pernera del pantalón con expresión triste, a punto de llorar.

Pervertido irremediable, hasta usas a tu propio hijo.

Zhou Yun Sheng quería llevarse la palma de la mano a la cara, pero se controló.

—Si no voy a vivir en la escuela, tendré que hacer el papeleo para convertirme en estudiante diurno —dijo con lentitud.

—Bien, te llevaré para que llenes los formularios en un momento —contestó, satisfecho. Aprovechando la oportunidad, caminó y se sentó junto al joven, cargó a su hijo y lo besó felizmente.

Buen chico, ayudaste mucho a tu papá.

Con un delantal, Zhao Xin Fang fingía preparar congee en la cocina y, al escuchar este intercambio, su rostro se tornó sombrío. En los últimos dos meses, Ning Wang Shu no solo había comenzado a regresar a la normalidad, incluso la actitud de Ning Si Nian hacia Wei Xi Yan había atravesado cambios monumentales. Cuando el joven recién llegó, para Ning Si Nian era invisible, pero, ahora, lo mimaba como a un precioso niño.

¿Qué diablos está pasando? No hay manera de que haya olvidado cómo Wei Xi Yan trataba a Ning Wang Shu, ¿cierto? Es imposible que conozca la verdad, si la supiera no cuidaría tan bien a Wang Ma ni sacaría tiempo para ir a visitarla todos los días al hospital. Seguramente, son esos dos viejos tontos los que deben estar insistiendo en proteger a Wei Xi Yan, y a él no le queda alternativa. Ahora que su relación mejora constantemente, qué haré si Wei Xi Yan le dice acerca de aquel día que nos topamos en el hotel.

¡Tenía que deshacerse de Wei Xi Yan lo más pronto posible!

En ese momento, los ojos de Zhao Xin Fang se pusieron en blanco; se le había ocurrido una idea maravillosa.

♦ ♦ ♦

Wei Xi Yan era estudiante de primer año en la Academia de Bellas Artes de la capital. Sin embargo, no participó en el examen de ingreso a la universidad, en su lugar, fue reclutado gracias a una carta de presentación escrita por un famoso pintor al óleo del País F amigo de su padre adoptivo.

Ning Si Nian dejó que un asistente se encargara de los procedimientos para que Wei Xi Yan se convirtiera en estudiante diurno mientras él personalmente iba al dormitorio a ayudar a Wei Xi Yan a empacar.

—Yo lo hago, tú siéntate. —Se quitó la chaqueta de su traje, se enrolló las mangas y apiló varios álbumes enormes de fotos, preparándose para sacarlos.

Como el protagonista masculino, la apariencia de Ning Si Nian, era sobresaliente. Aunque no era apuesto de manera impecable como Du Xu Lang, tenía un aire heróico y masculino que lo envolvía. Medía casi 1,90 m de altura, y su par de largas piernas desfilaban frente a Zhou Yun Sheng, mareándolo. No conforme con eso, su delgada camisa dibujaba vívidamente sus explosivos músculos.

El hombre era un banco de hormonas en movimiento.

Zhou Yun Sheng era plenamente consciente de este hecho, y no tuvo más remedio que desviar la mirada.

—¿Tienes calor? Mira tu cara, está toda roja. Vivir en casa es mucho más cómodo, tenemos aire acondicionado.

Las mejillas del joven estaban ruborizadas, ojos brillantes. Al verlo, la boca de Ning Si Nian se secó y, aprovechando el comentario y el momento, se acercó y le pellizcó la nariz. Con apariencia tímida, él bajó la mirada y asintió, cosa que hizo hormiguear su corazón de manera intolerable.

Colocó los álbumes y las brochas en una caja de cartón, las sostuvo con una mano y con la otra arrastró al adolescente hacia el estacionamiento y se dispuso a guardar las cosas en el maletero.

—Xi Yan, ¿viniste a reportarte tu llegada? —gritó un hombre.

Zhou Yun Sheng miró a la persona conocida que caminaba hacia él, una sonrisa malévola de inmediato se coló en sus ojos. Era un estudiante de último año: Fu Xuan.

Después que Wei Xi Yan dejó la casa de la familia Ning, se le presentó una oportunidad para recuperarse, pero esa persona la había destruido. Plagiando su pintura, participó en la Ceremonia Internacional de Premios de Pintura al Óleo. Al final, recibió el gran premio y se hizo famoso al instante. Fue la gota que rebasó el vaso, aplastándolo por completo.

Zhou Yun Sheng entornó los ojos, se acercó a él y lo saludó con respeto. Cuando Fu Xuan se enteró que se convertiría en estudiante diurno, lo llevó a un lado para decirle algunas palabras. Por supuesto, era para saber si había culminado su trabajo para la ceremonia de premiación y, además, animarlo a que se la mostrara en caso de que no estuviese satisfecho con algo ya que podía darle algunos consejos.

El joven asintió aunque no continuó la conversación. En ese momento, Fu Xuan vio a un hombre estacionado junto a la carretera en la distancia que lo mirada con ojos despiadados mientras fumaba. Temeroso, buscó una excusa para retirarse.

—¿Quién es? —preguntó Ning Si Nian con severidad cuando subieron al auto.

—Un estudiante de último año. —Zhou Yun Sheng parpadeó en su dirección con sus ojos acuosos y seductores.

La amargura del hombre se evaporó, pero aun así murmuró:

—Es bastante conversador.

Zhou Yun Shen, sofocado a causa del olor a cigarrillo en el auto, frunció el ceño, sintiéndose incómodo.

—Apaga el cigarrillo.

Ning Si Nian cumplió de inmediato con su petición y luego levantó las manos en gesto de rendición. Esta reacción, hábil y natural, sorprendió a ambas personas.

Zhou Yun Sheng lo observó durante mucho tiempo, esforzándose por encontrar algún rastro de familiaridad en ese hermoso rostro. Su afán fue en vano y, de camino de regreso, ambos cayeron en un silencio incómodo.


[1] Para las personas con TEA (trastorno del espectro autista), las rutinas son de suma importancia, sobre todo cuando son pequeños. Para más información pueden hacer clic aquí.

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