Una vez más en la luz – Capítulo 2

Traducido por Den

Editado por Yusuke


Soy una idiota.

Si fuera lista, no estaría atrapada en la prisión subterránea durante una semana sin poder ver la luz.

Y no habría sido acusada de intentar envenenar a mi hermana menor.

Yací en la celda confundida.

¿Por qué Marianne me incriminó? 

Pensé al recordar la sonrisa extraña de esa niña.

Esa sonrisa no era de ninguna manera una expresión que uno haría para vengarse después de ser envenenado.

Fue como si estuviera feliz de verme desmoronarme… La malicia estaba en toda su cara.

Por primera vez en mi vida, supe que Marianne podía hacer ese tipo de cara.

¿Pero por qué razón? 

Marianne era hija de una doncella.

En mi undécimo cumpleaños, la niña que vivía en las calles entró formalmente al palacio.

Eso fue hace tres años, cuando esa niña acababa de cumplir 10 años.

La forma en que Marianne pudo ser reconocida como una hija legítima de la familia imperial fue a través del poder de sus ojos dorados.

En el imperio, el oro era considerado un símbolo de la nobleza ya que la primera diosa de Edenbell, Serena, tenía ojos dorados.

Los ojos dorados que aparecían ocasionalmente en la familia imperial incluso tenían el derecho de sucesión. A pesar de que Marianne no podía convertirse en una sucesora, su linaje era evidente.

Pero a pesar de que finalmente entró al palacio, pensé que no sería fácil convertirse en una princesa en un día en un lugar desconocido.

Por lo tanto, trabajé duro para siempre tratarla con amabilidad.

Si había una tarea difícil, le daba consejos. Si necesitaba ayuda, la ayudaba con devoción. Nunca hice nada malo que pudiera provocar resentimiento.

Entonces, ¿por qué esa niña guarda resentimiento hacia mí?

Todo era confuso.

Pero fue entonces cuando…

Escuché pasos desde la distancia.

—Debería ser la hora de la comida.

Abrí un poco los ojos.

Estar en la oscuridad te volvía sensible al tiempo. Todavía faltaba mucho tiempo hasta la hora de la comida.

Entonces lo escuché.

La hermosa voz de alondra de Marianne hablaba con un guardia de la prisión.

—Iré yo misma desde aquí.

—Pero, princesa Marianne, es peligroso.

—Estaré bien. De todos modos ¿no está atrapada en una celda? Sólo hablaremos.

Mi corazón latió rápidamente.

Era ella.

Escuché alejarse los pasos pesados del guardia de la prisión, y sus pasos ligeros como si estuviera bailando.

Entonces pude escuchar el pequeño agujero que se abría desde la parte superior de la puerta de hierro. Originalmente era un agujero que se utilizaba para vigilar al prisionero.

Igualmente, podía asumir que Marianne me estaba mirando.

—Hermana mayor.

Era una voz incesantemente llena de energía.

—Tú…

Porque no he podido beber agua, respondí con una voz bastante ronca.

—¿Fue muy difícil?

Extrañamente, pareció extraordinariamente feliz.

—Fue muy difícil, ¿verdad?

Esa voz que parecía segura. Como no respondí cuando me dejé caer, permaneció en silencio por un momento.

—Huhuhu…

Luego comenzó a reírse como si se hubiera vuelto loca.

—¡Huhuhu, jajaja, jajajajaja!

Incluso había locura en su voz.

—¡Jajajaja! ¡Ah, oh cielos…! ¡Esto es lo mejor, de verdad…!

Todo mi cuerpo temblaba.

—¿Marianne…?

Marianne definitivamente se había vuelto loca.

De lo contrario, no había ninguna razón para que se riera tan maravillosamente mostrando esta imagen.

—Tú, tú… ¿Qué es esto? ¿Simplemente que…?

Cuando tartamudeé al preguntar, se rió durante mucho tiempo.

Mi miseria parecía satisfacerla cada vez más.

—¿Vas a morir injustamente?

Su voz estaba llena de risas.

—Quieres salir de aquí, ¿verdad?

—Por… supuesto.

Ante mi voz débil, gritó con una risa.

—No hay forma de que eso suceda. Como ya sabes, los demás miembros de la familia me quieren mucho.

—Sí, es cierto…

Siguió hablando alegremente.

—Vine a ver tu estado miserable antes de que mueras, hice bien en venir aquí.

—Tú…

—Te veré en la ejecución.

Cerró la puerta pequeña con un portazo.

—Oh, sí, ¿lo sabías? Que hermana mayor será decapitada.

Con una fuerte carcajada, se alejó de la prisión.

Seguí acostada, desesperada.

Decapitada. 

Esas palabras se adhirieron mi cuerpo y me hicieron sentir fríos los huesos.

♦ ♦ ♦

Me di cuenta de la verdad demasiado tarde mientras me mordía la mano hasta el punto de sangrar.

¿Qué puedo hacer? 

¿Qué puedo hacer para eliminar mi falsa acusación? 

No quiero morir así. 

Pensé frenéticamente.

Pero fue en vano.

A menudo era elogiada por mi inteligencia, pero como no comía ni bebía nada, me volví lentamente idiota.

—No hay forma…

En este momento, todos creían a Marianne.

Nadie me creía.

Basándose en pruebas y testimonios insignificantes, todos ignoraron mis palabras.

Sentí un escozor por los jugos gástricos fluyendo en mi estomago. Era una sensación horrible.

—¡¿Por qué razón?! ¡¿Por qué?!

Las lágrimas cayeron de la frustración.

No había nadie para ayudarme mientras me enfrentaba a las puertas de la muerte.

Aunque tenía algunos amigos, escuché que mi encarcelamiento estaba siendo regulado desde afuera.

Por lo tanto, no había nadie que me salvara.

Las lágrimas calientes se derramaron.

Arrepentimiento y resignación, desconfianza y traición, todos estos sentimientos mezclados.

Cuatro días no fueron mucho tiempo.

Sufría de incesante insomnio, aún más cuando pasaba la mitad de la mayoría de los días volviéndome loca.

Y finalmente el último día, como la última vez, las manos de los guardias de la prisión me arrastraron de esta.

Si hubo algo que fue diferente fue que mi cuerpo estaba muy delgado debido a que solo me permitieron un trozo de pan, y, segundo, hoy era el último día de mi vida.

El cielo primaveral me deslumbró.

Lo miré durante mucho tiempo.

Los guardias de la prisión me condujeron a un terreno vacío y secreto en el palacio imperial.

Allí estaban sentados mis hermanos y Su Majestad el emperador mirándome. Detrás de ellos habían pocos sirvientes y doncellas, no había otros nobles.

Al menos mis últimos momentos no serán un espectáculo. Me sentí aliviada sólo por ese hecho. Todavía tenía mi orgullo como la cuarta princesa.

Pero, al momento siguiente retrocedí sorprendida.

En el terreno vacío había una guillotina plateada.

La guillotina, que tenía una cuchilla afilada que brillaba a la luz del sol, parecía estar haciendo señas para que viniera.

Mi rostro se distorsionó.

Fue entonces cuando…

Una piedra me golpeó.

Aunque fue una piedra pequeña, su impulso fue aterrador. Me golpeó en la cabeza.

Cuando giré la cabeza, que no se estaba moviendo bien, hacia esa dirección, el sexto príncipe Relisis se estaba mofando de mí.

—¡Z***a asquerosa!

Fue una escena donde no se podía encontrar la dignidad de la familia imperial. Mis labios se movieron ligeramente.

—Reli… sis…

Hizo una mueca tan pronto como escuchó mi voz. Pareció disgustado de tan solo escucharla.

Y no fue solo él.

Mi familia me escupió, me reprendió como una bruja, y me señalaron con el dedo.

De hecho, era el momento en que la cuarta princesa de Edenbell sería destrozada y asesinada como un criminal.

El guardia de la prisión se dirigió hacia la plataforma de decapitación.

Al final, así es como moriré. 

Sin vivir más de 14 años. 

Como para demostrar su último ápice de bondad, el emperador dijo:

—¿Tus últimas palabras?

Últimas palabras. 

Mis labios formaron una sonrisa.

Sus miradas llenas de hostilidad y odio me atravesaron.

¿Tengo algo que quiero decir? 

Me eché a reír.

Mientras estaba en la celda, había pensado que todo esto era un sueño, que cuando abriera los ojos, me abrazarían calurosamente.

Pero eso solo fue un dulce sueño.

Había tenido un sueño tan gracioso, que, naturalmente, me reí.

Luego escuché una voz enfadada.

—Insolente…

Fue el segundo príncipe, Elsis.

Me reí. Hasta el punto en que mi cuerpo estaba tan cansado que no pude hacer ningún ruido fuerte. Después de reírme durante un momento, dije:

—Si fuera a hablar… ¿Me escucharías?

No lo hice yo. 

No fui yo, no soy yo.

Marianne estaba sentada detrás del emperador hoy también.

Y solo a mí me había mostrado esa sonrisa secreta.

Esa horrible y grotesca sonrisa.

La recuerdo riéndose de mí como loca en la prisión.

Pero si lo dijera, ¿quién me creería? Tenían una confianza incondicional en Marianne. ¿Por qué? ¿Simplemente por qué?

¿Por qué razón no me creen?

—Ustedes… Ni siquiera me creerán.

Lágrimas calientes se formaron alrededor de mis ojos. Para retener mis lágrimas, tensé los ojos. Entonces la tercera princesa, Adrianne, dijo con una voz aterrorizada:

—Eres una prisionera pero me estás mirando así.

—No deberías mirar a los ojos de un criminal condenado. Son impuros.

Relisis participó desde un lado.

—Así que incluso hasta el final, no estás reflexionando sobre tus crímenes —dijo el emperador con voz grave.

—No hice nada…

Insistí en mi inocencia hasta el final.

—Por qué razón envenenaría… ¿Por qué estaría celosa de Mari…?

El emperador no respondió. Levantó la mano y ordenó a otro sirviente.

—Quemadle los ojos.

—¡…!

Mi cuerpo tembló.

Poco después, el sirviente trajo fierro caliente. Lo conocía. Como persona del palacio de mi hermano mayor Lakias, era alguien que me saludaba alegremente cuando visitaba ocasionalmente el palacio de hermano mayor.

—Sería mejor si cerrara los ojos —dijo en voz baja.

Pero ante sus palabras abrí los ojos.

—Soy inocente.

Intenté pensar desesperadamente solo en eso.

Sin embargo, fue entonces cuando… Marianne me miró con ojos dorados y una sonrisa grotesca, que todo pareció teñirse de rojo.

Era un color muy horrendo y triste.

—¿Qué es esto…?

Pero no pude ver durante mucho tiempo.

Porque me acercaron un fierro caliente.

—¡Aaahhhhh!

Incluso con la desgarrante agonía, no cerré los ojos.

P***a venenosa. Bruja. Asesina. Escuché esa clase de palabras.

Mientras derramaba lágrimas de sangre, me mordí los labios.

Me dolía tanto el corazón, que solté una extraña risa.

Los miembros de mi amada familia me traicionaron, y nadie creía en mis palabras.

Todo fue en vano.

—Mátame rápido.

El guardia de la prisión me entregó a la guillotina como si hubiera escuchado mi deseo. No pude ver porque había perdido la vista.

Solo pude sentir todo.

Sentí algo frío.

—Diosa.

Recé a Serena, la diosa del imperio.

La diosa de la luna y la diosa de la venganza fría.

—¿No tendré ninguna oportunidad para vengarme? ¿No hay ninguna forma de liberar mis injusticias?

—Si es así…

—Entonces, mátame rápidamente sin dolor.

—Entonces, hazlo para que no renazca como humana.

—Así no podré amar a nadie, ni nadie me traicionará, y podré vivir una vida insignificante.

Me reí.

Todo fue en vano.

Soy Alisa del Edenbell, con 14 años, la cuarta princesa del Imperio Edenbell.

Fue una vida corta.

El cuchillo se deslizó.

♦ ♦ ♦

Hacía frío y calor.

Y detrás de eso, algo cálido me envolvía continuamente.

A veces escuchaba algo similar a una voz.

El frente estaba borroso como si estuviera cubierto, en el lugar pude suponer que las voces pertenecían a una mujer y un niño.

Aunque había momentos en que escuchaba varias voces, las voces de esos dos siempre estaban a mi lado.

—Sería genial si naciera ya.

Estuve perpleja por la voz del chico.

¿Nacer? 

—¿Príncipe heredero realmente está tan ansioso?

Alguien habló con voz risueña. Escuché la voz de la mujer que siempre estaba a mi lado.

—Juju, Esis. Incluso si no lo estás, en unos meses seguramente nacerá.

—Pero quiero conocerla ahora.

¿Príncipe heredero? 

¿Conocer? 

Palabras que no podía entender siguieron apareciendo.

Pero, sobre todo, lo más curioso fue que su idioma era muy familiar.

Era el idioma del Imperio Elmir que había sido el enemigo del Imperio de Edenbell por generaciones.

Como una princesa de Edenbell, aprendí un poco del idioma de allí como parte de mi educación fundamental.

Pero, ¿por qué escucho ese idioma en mi cabeza? 

No me lo seguí preguntando por mucho tiempo.

Siempre que trataba de pensar, comenzaba a sentir sueño. Una vez más me quedé medio dormida.

Y antes de quedarme completamente dormida, alguien me dio unas suaves palmaditas.

Fue el chico de antes.

—Ven rápido, mi preciosa hermana menor —dijo con una voz risueña y cálida.

—Todos en este mundo te aman.

El cariño impregnó por completo en mi corazón.


Den
Se me ha roto el corazón con este capítulo ಥ_ಥ Pobre Alisa, no se merecía eso. Espero que pueda conseguir su venganza.

20 respuestas a “Una vez más en la luz – Capítulo 2”

  1. Llore cuando comenzó a pedirle a la diosa hasta el final el capitulo. Fue muy triste y cruel.
    Desear venganza y si eso no se podía por lo menos no sufrir una muerte dolorosa, eso dolió y lastimo mi corazoncito de cristal.
    Pensé que ya no me quedaban lagrimas después de Mo Dao Zu Shi, veo que me equivoque.

  2. ¿¿¿Pero que le pasa a esos locos familiares???, me dolió mi corazón por ella TwT, estaré esperando su venganza, ojalá y les diga quien es, aunque no creo que se arrepientan u.u que horribles

    Y gracias por la traducción 💕😍

  3. Mira la guillotina puedo aceptarla porque es rápido PERO QUEMARLE LOS OJOS!!!????? PERO QUE MIERDA SE LES PASABA POR LA CABEZA!!!!???? Me dolía solo de imaginarlo, además de que murió sin una explicación, ya que traicionas y haces que condenen a tu hermana a muerte una explicación es lo minimo, digo yo!!!

    OJALÁ QUE LA PROTA PUEDA VENGARSE!!!!

    1. Totalmente de acuerdo contigo. Traducir esa parte me dolió en el alma, nunca me lo esperé. La pobre no merecería eso 💔
      ¡Gracias por leer y comentar!

    1. Ojalá matemos a Marianne en esta vida pq tendrá cara de ángel pero es el mal en dos patas 😔👊 y tambn a todos vdd, pq el emperador en qUE CABEZA SÉ LE OCURRIÓ QUEMARLE LOS OJOOOOOOOOOS 😭

  4. Definitivamente Marianne esta loca y los hermanos junto al padre son unos idiotas e inutiles, para que matarla a la prota especificamente cuando ella tenia mas que la prota…

    1. Como he visto otro tipo de novelas parecidas puedo suponer que Marianne tiene alguna especi de poder para encantar y lo uso en todos y posiblemente la prota tenia inmunidad así que decidio desacerse de el unico obstaculo que podia nacer

      1. Estoy llorando ( ⚈̥̥̥̥̥́⌢⚈̥̥̥̥̥̀) como pude ser tan crueles. Solo espero que en esta nueva vida viva feliz y obtenga su venganza

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