Villana sanadora – Capítulo 20

Traducido por Mei

Editado por Nemoné

Corregido por Aurora


No vimos a Teo durante el desayuno; cuando por fin nos encontramos con él, estaba parado fuera de nuestra aula, esperando a Luler. Los ojos de este nunca abandonaron el rostro de Akane mientras nos acercabamos. Me pregunté, no por primera vez, cómo puede un niño hacer una cara tan aterradora como esa.

—Te esperaré a la salida, Shiwa.

—¡Muy bien! Vámonos, Akane.

Le di con el codo en el brazo para despertarla de sus pensamientos; ella se petrificó por un momento, pero pronto reaccionó y contestó:

—S-Sí. Te veo luego, Luler.

La demonio zorro se despidió de él con un gesto de la mano. En ese momento, el ceño en la cara de Teo se arrugó otro poco. Luego, volvió a su estado natural y se encaminó en dirección a su aula.

—Nos vemos —se despidió, Luler, antes de darse la vuelta y alcanzar a su amigo.

—¿Está bien para mí actuar de esta manera con Luler? —preguntó Akane, una vez entramos al aula—. ¿No es tu prometido?

—No te preocupes —la tranquilicé—. Solo quiero comprobar algo.

—¡A ti siempre te gusta hacer las cosas más complicadas! —se quejó.

—Nuestras vidas siempre son complicadas. Si todo fuera tan fácil, entonces no sería divertido.

Ella puso una cara de no haber entendido ni la mitad de lo que dije, luego regresó a su asiento antes de que entrara el profesor. Por mi parte, despejé mi mente de todo pensamiento que no fuera concentrarme en la lección.

♦️ ♦️ ♦️

El día de hoy, tuve clases hasta el mediodía. Al finalizar estas y, no queriendo tener problemas con Luler, fui la primera en salir del aula. Sin embargo, Luler no estaba esperándome; algo bastante extraño. Tal vez su profesor no había terminado de impartir las lecciones todavía.

Movida por la curiosidad, me dirigí a su aula para comprobar por qué se había retrasado. Al llegar, la clase había terminado, el profesor no se veía por ningún lado, pero sí Luler, rodeado de un montón de niñas de nuestra edad.

—Príncipe Luler, ¿le gustaría almorzar conmigo? —preguntó una de ellas.

—Decidimos almorzar juntas —aclaró otra. Luego se dirigió a Teo y preguntó—: ¿Quiere venir con nosotras, príncipe Teo?

—¡¿No están pidiendo demasiado?! —se quejaron varias, al mismo tiempo—. ¡El príncipe Luler vendrá con nosotras!

—¡Tú también estás pidiendo demasiado! —increpó, la primera.

Y así, la guerra por la atención de Luler comenzó a causar conmoción dentro del aula. Este lucía bastante indiferente y aburrido; a diferencia de Teo, quien conversaba de forma amistosa con un grupo de chicas.

—¿Por qué solo es así conmigo? —Akane apartó los ojos, herida.

Sus sentimientos hacia Teo son muy puros. Ella solo está cumpliendo su deber como princesa y no sabe la razón por la que Teo la odia. Él siempre se muestra distante hacia ella, pero actúa normal alrededor de otras chicas.

No pude evitar suspirar. Los dos son bastante difíciles.

Golpeé la puerta del aula e hice ingreso a ella.

—Perdón por interrumpir, chicas —me disculpo, mostrando mi sonrisa más cortés. Todas ellas se voltean a verme.

—S-Señorita Shiwa —me saludaron con expresiones de respeto en el rostro.

Y era de esperarse. Mi rango es más alto que el de ellas, dentro y fuera de esta escuela; por lo cual, deberían actuar con cortesía frente a mí.

—Me temo que el príncipe Luler no podrá comer el almuerzo con ustedes —les explico en cuanto me acerco a su asiento—. Ya habíamos acordado almorzar juntos.

—¿E-Es así, señorita Shiwa? —pregunta una de las niñas, con el rostro desilusionado. El rostro de las demás se muestra igual de pesaroso.

No entiendo por qué se sienten desilusionadas porque almuerce con Luler. Debido a mi estatus, no podría actuar como una persona de mente abierta que comparta a su prometido con ellas. Es más, son ellas quienes no deberían interferir con los planes de una pareja de novios.

—Pero… el príncipe Teo aún no tiene a nadie con quien compartir el almuerzo —expresé, mirando en dirección al chico—. Espero que el él se encargue de mantenerlas entretenidas a todas.

—¡¿Qué?! ¡¿Cuándo he estado de acuerdo con eso?!

Tomé la mano de Luler y lo saqué de ahí.

—Vamos, Luler.

Teo es un caballero, seguro que sabrá lidiar con ese grupo de chicas. No las dejará solas, eso es seguro.

—¿Qué estás haciendo, Shiwa? —preguntó Akane preocupada—. Si dejas a Teo de esa manera…

—Es por eso que lo dejé allí… Lo viste actuar normal alrededor de las demás chicas, pero cuando se trata de ti, te ignora. ¿Todavía quieres acercarte a él?

Ella se detuvo a mitad del pasillo y me miró complicada, Luler y yo nos detuvimos también.

—Quiero llevarme bien con él… —Evitó mis ojos, sus orejas cayeron en respuesta a su pesar.

—Akane, no es como si pudiéramos llevarnos bien con todos —razoné con ella—. No puedes hacer que alguien que te odia te ame, no es así como funciona. —Ella permaneció en silencio—. ¿Por qué no te rindes con Teo? Incluso si no te casas con él, no va a ocurrir una guerra.

—¿Lo sabías…? —Abrió mucho los ojos cuando escuchó la palabra “guerra”.

—Sí, leí sobre eso. La Guerra que duró cien años y el acuerdo con el clan de Teo. No tienes que casarte con él por esa razón. ¿No te sientes triste al pensar que te vas a casar con una persona que te odia y que tú no amas?

—Um… —Akane mordió su labio y apretó su falda.

No tuve suficiente tiempo para investigar a fondo, todo lo que conseguí averiguar lo reuní de la biblioteca y el periódico.

El Reino de los zorros y el de los lobos han estado en desacuerdo por causa de sus territorios y la supremacía de sus especies, por muchísimo tiempo. Para solventar esta disputa, ambos clanes quieren utilizar el matrimonio entre el príncipe y la princesa para unir ambos reinos y, así, evitar más derramamiento de sangre. Es un método muy efectivo, ya sea a corto o a largo plazo.

Sin embargo, son demasiado jóvenes para entender las implicancias de un matrimonio, sea político o consensuado. En su estado actual, veo difícil que puedan convivir en armonía; más bien, lo más seguro es que ellos terminen provocando una guerra.

—Tengo que hacer esto por mi gente —admitió.

—Esas personas deben estar tristes de ser el motivo de tu matrimonio; un matrimonio sin amor.

 —¿Qué debería hacer?

—No tienes que preocuparte por eso. Te ayudaré, pero tienes que rendirte con él. No puedes permanecer cerca de Teo más de lo necesario, ¿entiendes? Tal vez, si tenemos suerte, su lado cancele el compromiso y salgas sin ningún daño.

—¿Resultará de esa manera?

—Cree en mí.

—Um… Ya no me preocuparé más por él —estuvo de acuerdo.

Aún tiene una expresión preocupada. Rendirse de esa manera, es algo difícil para un niño. Este consejo es lo mejor que puedo darle. Ella no sabe lo que sucederá en el futuro, pero… ¡Yo lo sé! Y para evitar ese final, esa es la mejor solución para ella.

Pero, si terminamos las cosas de esta manera, ¿no será algo aburrido…?

♦ ♦ ♦

El día de hoy, Akane hizo todo tal cual le aconsejé: se comportó fría con Teo, evitó sus ojos en todo momento y lo rehuyó como si fuera una plaga. Me hizo sentir muy orgullosa.

En la noche, invité a Luler a mi cuarto ya que tenía que tratar algo con él.

—Shiwa, ¿qué ocurre? —pregunta nada más entrar.

Viste un pijama de color negro y, sobre este, un chal blanco. Debe haber salido recién de la ducha, puesto que puedo oler la ligera fragancia de su champú. Yo, en cambio, visto un pijama color púrpura.

—Acabo de recordar que tengo algo que darte —le anuncio.

—¿Qué es?

Abro el gabinete que está al lado de mi cama y de él saco un objeto pequeño y brillante.

Se lo muestro a Luler.

—Es la llave de mi cuarto —informo—. Pensé que querrías quedártela.

—¡Quiero quedármela…! —Este pequeño gato camina de inmediato hacia mí. Cuando está por tomar la llave, la quito de su alcance—. ¿Shiwa? —Me mira afligido.

—Te la daré, pero primero tienes que hacer algo por mí.

—¿Qué debo hacer?

—Tienes que prometer que lo harás, primero.

No me responde, quizá presintiendo que le pediré algo no le gustará.

Así que darle mi llave no es suficiente para que haga cualquier cosa que diga sin cuestionar. ¿Mm…?

Me siento sobre la cama y desabotono la parte superior del pijama, exponiendo ante él mi hombro y parte de mi brazo. Al ser un vampiro, debería entender el significado de esto.

¡Y resulta ser muy efectivo! Los ojos de Luler se amplían y su mirada se vuelve ansiosa.

—No es muy difícil —aclaro—, y si me prometes que lo harás, te daré ambas cosas.

—Shiwa… ¡Haré cualquier cosa por ti! —responde entusiasta.

Se sienta sobre mi cama y acerca su boca a mi hombro, en busca del mejor lugar para morder.

Conseguir que los demás hagan lo que uno quiere, solo puede venir de ofrecer a cambio lo que ellos necesitan. Me he dado cuenta de que gusta ese tipo de poder, como también, tener cierto control de lo que me rodea; sin embargo, a veces resulta un tanto aburrido. No obstante, no puedo esperar para ver los frutos de mi inversión.

—¿Quieres hacerle algo a Teo? —inquiere, luego de tantear dónde hundir sus colmillos.

—Es cierto. Necesito que…

—Sé que eres amable, Shiwa, pero… no quiero… —replica.

—¿Qué? No te puedo escuchar… ¡Ay! ¡No muerdas mi hombro!

—¿Un brazo está bien?

—¡Espera…!

Sus colmillos se hunden ahora en mi brazo. Comienzo a pensar que fue mala idea haberle dicho acerca de la llave de mi cuarto; toma confianza demasiado rápido. Sin embargo, hace un tiempo le expliqué las reglas de este cuarto para prevenir que toque mis cosas sin mi permiso, en especial, lo que hay en mi armario. Por ello, solo puedo esperar que haga lo que le pedí en lugar de solo asentir, como lo hace siempre, para después ignorar lo que le había dicho.

3 respuestas a “Villana sanadora – Capítulo 20”

  1. Por fin y dejenme repetirlo POR FIN!!!!!, ASÍ SE TRATA A LA BASURA JUSTO EN SU LUGAR EL DEMONIO CON TEO!(muy bien respira ondo), bueno ya me calme pero no saben cuan alegre estoy de que por fin muestran como deberian trarar a esas basuras(Prometidos) quienes son malos con las personas que de verdad los aman

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