Villana sanadora – Capítulo 39: Especial Akane y Teo

Traducido por Den

Editado por Nemoné

Corregido por Aurora Blue


No pensé que pasaría un momento como este en la escuela; un momento en el que no tuviera que estar preocupada como antes. Mis días ahora son tan sencillos: nada más me dedico a comer, estudiar y jugar en el taller de Shiwa; incluso cuando este taller esté en un pequeño cuarto dentro de la habitación de Luler.

¿Por qué Shiwa decidiría poner su taller en la habitación de Luler? Tengo muchas ganas de preguntar, pero no he querido ser impertinente… Bueno, ellos están comprometidos, así que no debería ser tan raro, ¿verdad?

Después de tomar un baño, me preparo para dormir, ya que quiero despertarme temprano como las otras personas. Quiero tener un día en el que pueda saludar a Shiwa con un: “Realmente te has despertado tarde, ¿eh?”

Ha sido difícil porque ella se despierta muy temprano.

Llaman a la puerta justo cuando me dispongo a dormir. Me pregunto quien podrá ser a estas horas de la noche.

Cuando abro la puerta para echar un vistazo, reconozco al instante a la persona que está parada afuera; no lo esperaba, en absoluto.

—Teo… ¿Qué ocurre?

—Akane…

Lo sostengo cuando se tambalea hacia mí; a tiempo de evitar que caiga al piso.

¡Su cuerpo es muy pesado! ¿Por qué los chicos tienen que pesar tanto?

—Teo, ¡¿qué ha pasado?! ¡¿Por qué estás así!? ¡¿Estás herido en alguna parte?! ¡¿Quieres que traiga a Shiwa?!

—No, llévame a tu cama…

—¿Mi cama…?

¿Por qué tiene que ser mi cama? ¿No tiene su propia habitación una cama también? Bueno, debería preocuparme de eso más tarde.

Lo llevo hacía mi cama y lo dejo recostarse ahí. Enseguida se acomoda bajo el edredón… ¡Espera un minuto! Si él va a dormir aquí, ¡¿dónde voy a dormir yo?! ¡Eso no importa! Su condición se mira muy mal: sus mejillas están rojas y su cuerpo está caliente. Cuando toco su frente, esta ardía demasiado.

Teo tose un par de veces.

—Te ves muy enfermo. ¿Qué debería hacer? ¿Debo traer a Shiwa para que te vea?

—No te vayas… —me suplica con apenas voz.

—¿Qué? ¡¿Eres de la clase de chico que no quiere tomar la medicina?! ¡¿Eres realmente un niño?!

No quería regañarle, pero debía hacerle entender que era por propio bien. Debe tomar medicina para mejorar, aun cuando esta sepa amarga. ¡No sería una medicina si no fuera amarga!

Teo se queda en silencio y no responde. De la nada, me agarra del brazo.

—¿Qué?

Usa su otro brazo para envolver mi cintura y me atrae hacia él. Siento una sensación cálida alrededor de mi vientre donde apoya su frente…

¡¿Qué está haciendo?! ¡Hace cosas muy extrañas cuando está enfermo!.

—¿Puedo dormir aquí? —pregunta, utilizando el mismo tono de voz afligido de hace unos momentos.

¡¿Aaah?! ¡¿Qué debería responder?!

¡Mi corazón está indeciso ahora mismo, pero no podemos hacer eso! Somos un chico y una chica. ¡No podemos dormir en la misma cama! ¡Cómo podríamos ir en contra de la tradición!

—T-Tienes que tomarte la medicina antes de eso. ¡Iré a traerla! ¡Me daré prisa y regresaré! —intento persuadirlo.

—Está bien…

Relaja su agarre y consigo salir de mi habitación para dirigirme a la de Shiwa.

S-Su enfermedad debe afectarle de alguna manera. De seguro regresará a la normalidad después de tomarse la medicina. Me aseguraré de que lo haga. Más tarde, le pediré a Shiwa que me permita dormir en su habitación.

Llamo a la puerta de la vampira esperando que aún se encontrara despierta. Al cabo de un rato, logro escuchar pasos. Sin embargo, quien abre la puerta no es ella sino su prometido…

—Akane, ¿deseas algo? —me pregunta al ver mi expresión en blanco.

—Luler… ¿Por qué… estás en la habitación de Shiwa?

—¿Hmm…? Vine a dormir con Shiwa.

—¡¿Qué?!

—Siempre duermo con ella. ¿Quieres algo?

¿Siempre duermen juntos? ¿Una cosa así se considera normal? Incluso si están prometidos… ¿Soy yo la anticuada?

—¡Teo está enfermo así que vine a pedir medicina!

—Espérame aquí.

Luler camina hacia la cabecera de la cama y saca algo de una bolsa negra que está en la mesita de noche. Shiwa duerme profundamente.

—Esta es la medicina que Shiwa siempre usa. —Luler coloca la medicina en mi palma.

—Gracias… —Le agradezco y me dirijo de regreso a mi habitación, todavía impactada por lo que acabo de descubrir.

¿Yo debería actuar de la misma manera con Teo? Supongo que sí… ¡Por el bien de mi reino, me haré más cercana a Teo!

Abro la puerta con determinación y me acerco a la cama.

—Teo…, te traje la medicina. ¡Debes tomarla y dormir!

—Um…

Después de que Teo toma la medicina, salto al otro lado de la cama y me meto bajo las tapas. Solo es dormir juntos, pero no consigo tranquilizarme como para poder dormir. ¡No logro calmar mi corazón!

—Akane…

—Todavía no te has dormido, Teo.

—Quiero tocar tu cola.

—¡¿Qué?!

—¿Puedo tocarla?

—E-Está bien, pero solo un poco…

No podía rechazarlo después de haber usado ese tono tan lastimero para hablar. Muevo mi cola hacia él. La toma con una de sus manos y la acaricia con suavidad.

Por lo general, él utilizaría más fuerza para acariciarla; pero, debido a su enfermedad, hoy está actuando muy extraño.

—Teo, ¿te has enfermado con la gripe de los lobos? —pregunto para cambiar de tema. El ambiente se está poniendo muy incómodo.

—Sí…

—Es malo, ¿verdad? Tener que enfermarse así antes de la luna llena.

—No es tan malo…

—¿Ya has tocado mi cola lo suficiente?

Quiero replegarla, pero no me lo permite.

—No…

—Pero…

De pronto, el sonido de unos ronquidos se escucha en el silencio de la habitación.

¿Está durmiendo? Pero… ¡Todavía está tocando mi cola! ¡¿Todos los lobos actúan así?! Da igual… ¡Lo dejaré pasar esta vez solo porque está enfermo!

♦️ ♦️ ♦️

A la mañana siguiente, me despierto muy cansada pues no pude dormir en toda la noche, por lo que apenas logro concentrarme en las clases. ¡Teo apretó mi cola incluso mientras dormía profundamente! Cada vez que apretaba mi cola, terminaba despertándome. ¡Ni siquiera pude soltarme de su agarre! ¿Esta era la especialidad de los lobos?

Regreso a mi habitación después de terminar la escuela, esperando que Teo hubiera vuelto a su habitación, pero…

—¡Volviste, Akane! —me saluda animosos en cuanto me ve entrar.

—¿Por qué aún sigues aquí?

Está leyendo un libro en mi cama; se ve bastante saludable… Entonces, ¿por qué no regresó a su habitación?

—No importa, ¿verdad? ¿Acaso no dormimos juntos anoche?

—¡Tú fuiste el único que durmió! ¡Por tu culpa no pude dormir!

—¿Anoche…? ¿Qué hice anoche?

—Apretaste mi cola. Incluso, apretaste con demasiada fuerza. ¡Si está hinchada, tienes que asumir la responsabilidad!

—Está bien, me haré responsable.

—¿Qué? ¿Cómo?

—Ven aquí… La lameré para evitar que se hinche.

Se acerca a mí con una sonrisa maliciosa en su rostro. Es verdad que para los de nuestra especie lamer la zona lastimada puede aliviar el dolor, pero…

—No importa… Ya está bien.

¡Cómo si pudiera dejar que un chico lama mi cola!

—Está bien. Puedo prometerte que soy bueno lamiendo heridas. —Me acorrala hasta que mi espalda choca con la puerta—. ¡Je, je, je! Es más divertido para mí cuando intentas huir. Puedes decir, que es el instinto de lobo…

—¿Qué? ¿Quién escapa de quién? Yo no… —Lamió mi oreja—. ¡M-M-Mi oreja, no!

—Entonces quédate quieta…

—¡No! ¡No tienes que lamerme!

—Soy un hombre, y los hombres tienen que hacerse responsables de sus acciones —declara con firmeza.

—Estoy bien, lo juro.

—Te dejaré elegir entre dos opciones: lamerte a la fuerza, o quedarte quieta y dejar que te lama. ¿Cuál elegirás?

¡¡¡No quiero ninguna de las dos!!!

5 respuestas a “Villana sanadora – Capítulo 39: Especial Akane y Teo”

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