Villana sanadora – Capítulo 78: El pasado de Hades (2)

Traducido por Den

Editado por Nemoné


Hades, que se había convertido en Har, fue etiquetado temporalmente como un niño misterioso que encontraron dentro del bosque.

Afirmó que no podía recordar nada, incluso si otros aldeanos lo interrogaban. Actuaba como si tuviera amnesia y todos estaban de acuerdo de que podía ser un esclavo de ese ejército bárbaro que se perdió.

—Pasaste por muchas cosas malas, ¿verdad? No tienes que preocuparte porque nadie te intimidará aquí —Le dijo una mujer de mediana edad, que era muy hermosa como si estuviera veinte años.

—Gracias… —Incluso si no quería agradecerle, tenía que seguir la corriente.

—Te llamas Har, ¿verdad? Si no tienes a dónde ir, ¿por qué no te conviertes en nuestro hijo? —De repente le hizo esa pregunta con un brillo en los ojos.

Aunque ya tenía una hija encantadora, en algún lugar de su corazón, todavía quería tener un hijo. Su esposo estaba muy ocupado porque era médico. No tenía tiempo para ella, especialmente en estos últimos meses porque hay un conflicto con esos bárbaros. El cielo finalmente le había enviado un niño adorable. ¿Cómo no podría adoptarlo? Soi también tendría un hermano y parecía que serían buenos hermanos desde la primera vez que se conocieron.

—Espera… pero nosotros…

— ¿No sientes lástima por él? ¡No tiene a dónde ir!

Su esposo, que había estado de pie cerca de ella, estaba tratando de rechazar su idea, pero tuvo que tragarse sus palabras cuando vio sus ojos serios.

— ¿Amor, por qué no le preguntas a Soi primero? Tal vez a ella no le gustaría tener un hermano —Se volvió hacia su hija.

—No importa, padre. Si no se queda aquí, ¿a dónde más puede ir?

Soi no se sentía extraña de tenerlo como su familia. Deben ordenarle que trabaje hasta su muerte si intenta ahogarse. ¿Cómo podría dejarlo estar?

Tanto su esposa como su hija estuvieron de acuerdo con esta idea. No podía enfrentarse a ambas así que solo pudo dar su palabra acerca de adoptar a Har como su hijo. No se sentía disgustado ni nada, pero no estaba seguro de si los padres de este niño todavía estaban vivos o no. No quería prometer aceptarlo como su hijo.

Sin embargo, si este niño realmente no tenía padres, entonces no podía dejarlo solo.

Era el médico de la aldea y Soi era su hija. Aunque esta aldea no era grande, su tamaño tampoco era pequeño. Las personas de esta aldea estuvieron tranquilas durante mucho tiempo.

La aldea era bien conocida por su seda blanca y pura. La seda blanca y pura era muy rara y por eso era cara. Incluso si no eran ricos, podían vivir cómodamente porque tenían al jefe de la aldea que cuidaba de todos.

Sus padres tenían que informar al jefe de la aldea sobre la adopción de Har como su hijo adoptivo y también le confiaron que llevara a Har hasta su habitación. Su casa todavía tenía habitaciones vacías, ya que tenían dos habitaciones de invitados, así que no les importaba convertir una de ellas en la habitación de Har.

—De ahora en adelante tienes que llamarme “hermana”, hermanito —Soi lo molestó mientras tocaba con un dedo su mejilla.

—Nunca te diré “hermana” —Har apartó su mano.

—Habrá alguna vez en que me llames así. Ven aquí, te llevaré a tu habitación. Hoy también tendré que organizar tu habitación.

Har no dijo nada más, solo la siguió. No sabía qué iba a hacer a continuación, ya que de repente se convirtió en un miembro de esta familia. ¿Por qué esta familia mundana tenía que preocuparse tanto por él?

¿Era lástima?

—Esta es mi habitación y esa es la tuya.

—Umm.

— ¿Por qué has hecho “Um”? Siempre eres inexpresivo. En un momento como este deberías hacer “¡Um!” y sonreír, ya sabes.

Resopló.

— ¡¿Qué?! ¡¿Qué significa eso?!

Sin embargo, Har sólo sonrió y empujó con indiferencia la puerta de su habitación. Su acción hizo que la chica se enfureciera, pero no le importó mucho cómo actuó.

— ¡Bañate y baja a comer! ¡Estaré en mi habitación junto a la tuya así que llámame si quieres algo! ¡¿Entiendes?!

Har miró su imagen en el espejo y suspiró.

Un humano extraño… 

Esta era la definición que le dio a Soi. La chica que ayudó a un desconocido que se estaba ahogando y fácilmente aceptó que dicha persona fuera miembro de su familia.

Parecía que su plan de regresar al Inframundo debía posponerse por un tiempo.

♦ ♦ ♦

No importa cuánto tiempo hubiera pasado… Cinco años, siete años o doce años, su plan de regresar al Inframundo no tuvo éxito en absoluto. Cada vez trataba de suicidarse, Soi lo ayudaba justo a tiempo. Seguido de su regañina por su comportamiento de “odio esta vida”.

— ¡No lo entiendo, Har! ¡¿Por qué tienes que hacer algo así?! —Soi estaba de mal humor cuando vio que intentaba saltar por de un precipicio. Fue bueno que llegara a tiempo.

—Calmate Soi. Estoy seguro de que Har no intentaba hacer eso —August, que era el hijo del jefe de la aldea, estaba tratando de calmar a su amiga.

—Sólo estaba soñando despierto… —Har les respondió con un rostro inexpresivo. Esa fue una mala mentira y ya lo sabía, pero esa era la mentira que había estado usando por los últimos diez años.

Los tres tenían diecinueve años ahora. Era la edad en que eran adultos.

Soi se convirtió en una mujer encantadora como una hermosa flor floreciendo en esta aldea. Muchos hombres comenzaron a notarla. Decidió ser médico como su padre y había estado estudiando mucho desde entonces.

August era el hombre que había estado con Soi desde hace mucho tiempo. Era el único hijo del jefe de la aldea. Muchas mujeres querían que fuera su esposo porque era muy guapo, pero nunca eligió a nadie.

Era amable y gentil. Se podría decir que era un caballero.

Excepto por…

— ¡No te pongas de su lado! ¡También tienes que advertirle!

— ¡O-Ow! Deja de pellizcarme… Soi.

Le pellizcó el brazo con fuerza, pero solo mostró una expresión de felicidad en su rostro. Se alegraba cuando Soi lo lastimaba.

Un masoquista… 

Solo podía pensar eso cuando lo miraba.

¿Por qué el hilo rojo de Soi se unía a él?

Le dolía el pecho cada vez que veía su hilo rojo. Sabía que no debería ser así. Cuando veía lo mucho que Soi se preocupaba por él, se sentía feliz por eso. Sin embargo, no podía… hacer que su destino la vinculara a ella.

De hecho, ya no deseaba su muerte. Sentía que esta era la venganza de los cielos contra él. Porque un día, su pacífica vida terminó abruptamente.

—Este el decreto real. Cada aldea tiene que enviar al menos veinte hombres para participar en la próxima guerra con los bárbaros de Eldo. ¡Deben tener entre dieciocho y cuarenta años!

La guerra se estaba calentando con el paso del tiempo. Los soldados bajan en número tanto que tenían que reclutar soldados de cada aldea como se indica en el decreto.

Su aldea tenía veinte hombres para el requisito. El resto eran mujeres y ancianos.

Tanto August como Har tenían que participar en la guerra, les gustara o no.

— ¡¡Esto es una locura!! ¡¿Por qué tienen que venir a esta pequeña aldea como la nuestra!?

Soi que había estado enfadada desde que escuchó el decreto, corrió a su casa porque no podía expresar su desacuerdo frente a ese mensajero. August y Har la siguieron de cerca.

—Cálmate, Soi —August la consoló amablemente.

— ¡¿Morirán en la guerra?! ¡August! ¡Har! ¡¿Creen que podrán regresar a salvo?!

—Soi…

—Hmph… No puedo hacer nada. ¡Solo puedo hacer esto! ¡No puedo hacer nada en absoluto!

Incluso si no estaba de acuerdo con esto… Incluso si no quería que fueran en absoluto… No podía hacer nada, impotente… Era una mujer impotente.

Se desplomó y lloró.

Dios… Por favor deja que regresen sanos y salvos.

No podía rogar a nadie más que a Dios.

Sin embargo, este dios los miraba en silencio. Lo sabía mejor que nadie…

Sus ojos veían…

La marca de la muerte grabada en la nuca de August. La mayoría de los humanos no podían verlas, pero para empezar, él no era humano. Este hombre no escaparía de su muerte sin importar lo que sucediera. Ese era el significado de esta marca. Ni siquiera él tenía el poder para cambiarlo.

Ya había pasado un mes desde el momento en que partieron de la aldea. Tenían que usar armadura mientras caminaban hacia su destino. Podían descansar, pero era corto ya que tenían que apresurarse. Hay muchos hombre que se separaron de su lugar de nacimiento para formar parte de esta guerra. Solo querían regresar a salvo.

— ¡Descansaremos aquí! ¡Nos uniremos al ejército principal mañana!

El ruido del general era estridente frente al ejército. Todos los soldados voluntarios se estaban preparando para su comida y tienda de campaña. Tendría que descansar y reunir muchas más fuerza que los otros días. ¡Después de hoy, ya no sería un patio de juegos, sería una verdadera guerra!

En medio de la noche, Hades se sintió un poco mal, así que salió de su tienda. Se encontró con August, que estaba de centinela. Le sonrió y le hizo señas para que se sentara.

—Har, hemos estado juntos por mucho tiempo —August fue quien inició la conversación.

—Umm, mucho tiempo… —pero su respuesta fue muy corta.

—Creo que me golpeé demasiado contra un arbusto. Jaja, Har, sé que consideras a Soi mucho más que eso. Tus ojos dicen todo cuando la miras.

— ¿De qué hablas?

—También la amo.

August confesó su sentimiento sin miedo.

— ¿Quieres que me haga a un lado?

— ¡¿Qué?! ¡No! ¡Solo que no quiero ocultártelo! C-Creo que si puedo volver, quiero casarme con Soi. P-Pero… Si Soi no me elige, entonces estoy preparado para darte mi apoyo.

No respondió.

—Sólo quiero ver feliz a Soi.

Hades permaneció en silencio.

—Debería tener lo que es mejor para ella. Quiero verla sonreír. Es suficiente para mí incluso si esa sonrisa está tan lejos. Incluso quiero verla ahora, ¿piensas como yo?

—Creo que sí.

—Jaja, ¿qué pasa con tu respuesta? Mi turno ha terminado, así que regresaré a mi tienda.

August se levantó del fuego del campamento y regresó a su tienda. Hades sólo pudo sentarse en silencio y mirar al fuego. No sabía qué responder… Porque August no tenía la posibilidad de regresar.

♦ ♦ ♦

En medio del campo de batalla, había muchas flechas en llamas que eran disparadas aquí y allá. Solo hay fuego y un olor a muerte en este lugar. Los cuerpos de muchos soldados ensuciaban y cubrían el suelo con su sangre. Sus espadas se estrellaban violentamente, pero los oponentes eran demasiado fuertes. No tenían una manera de ganar esta guerra en absoluto.

— ¡Arg!

Había demasiados oponentes de los que podían resistir para contraatacar. Un enemigo intentaba apuñalar el brazo de Har,  pero pudo evadirlo. No golpeó su punto vital, pero solo rozó un poco el brazo. Esto hizo que no pudiera usar su brazo izquierdo.

— ¡Har, apártate!

August saltó frente a él para detener el ataque de un enemigo e intentó que Har esacapara de una barricada en la espalda.

¡Sin embargo…!

— ¡Urg!

— ¡August!

En ese momento, una flecha perforó la espalda de August. Atravesó el lado derecho de su pecho y entonces ya no pudo ayudar a Har. Se desplomó en el suelo y la sangre brotaba sin cesar. La temperatura de su cuerpo descendió de forma peligrosa. ¡Estaba caminando hacia la puerta de su muerte en un minuto!

Har no quería rendirse así que intentó aguantar el cuerpo de August incluso con el brazo sangrando.

—Detente, Har. Ya no puedo dar otro paso.

— ¡No hables así!

—Quiero que vivas, Har. ¿Puedes darle esto a Soi?

— ¡August!

Sacó una caja de terciopelo rojo de su bolsillo. Dentro de la caja estaba un anillo, la reliquia de su familia. Creía que si tenía esto con él, lo mantendría a salvo, pero no lo ayudó. Quería darle esto al menos.

—Cuida de Soi por mí.

Los enemigos estaban viniendo.

—Sólo puedo esperar conocerla en el próximo mundo.

— ¡August!

— ¡Vete! ¡Antes de que lleguen aquí!

Har tuvo que decidir en ese momento. Pero fue muy lento, los enemigos vendrían a quitarles la vida. Apretó con fuerza la caja de terciopelo en la palma de su mano. Incluso cuando decidió huir, ya era demasiado tarde…

Una gran espada le atravesó el pecho antes de que pudiera escapar.

Su corazón dejó de latir lentamente…

La guerra terminó con cuerpos sin vida en el suelo. Terminó con una muerte y vino con una pérdida.

El sonido de los pasos del señor del Inframundo se acercaban a dos cuerpos sin vida en el suelo. Miró la caja que estaba apretada con fuerza en la mano de Har.

—Qué humano tan tonto… —dijo Hades mientras se arrodillaba para recoger la caja antes de desaparecer en una nube de polvo negro.

♦ ♦ ♦

Llamaron a la puerta.

¿Qué era? 

Ya es de noche, pero Soi no podía conciliar el sueño. Estaba preocupada por esos dos que estaban en la guerra. No quería saber el estado en que se encontraban en este momento. No morirían, eso esperaba.

De repente llamaron a la puerta. Seguramente eran sus padres, así que abrió.

— ¡Har! —Dijo el nombre del hombre con alegría en su voz cuando lo vio de pie frente a ella. ¡Regresó y también estaba a salvo!

Pero… ¿por qué tenía una expresión triste?

El hombre cerró la puerta y entró en la habitación. Era Har, pero ¿por qué el aire a su alrededor parecía tan extraño?

— ¿Acabas de regresar de la guerra? ¿Por qué regresaste ahora? ¿Acabó la guerra? ¿Dónde está August? —preguntó todo al mismo tiempo, pero el hombre frente a ella se mantuvo en silencio.

Extendió su mano. Había una caja en su palma.

— ¿Qué es esto?

Aceptó la caja y la abrió con sospecha en mente. Cuando lo abrió, ¡vio un anillo de bodas dentro!

— ¡¿Esto…?!

—August me confió que te diera esto.

— ¿August…?

No respondió.

— ¿Por qué…? ¿Por qué tuvo que confiarte esto…?

Hades siguió sin responderle.

— ¿Por qué…? ¡Responde a mi pregunta! ¡¿Por qué no viene aquí y me lo da él mismo?! ¡Respondeme!

Preguntó incluso cuando sabía la respuesta a esa pregunta…

—No… ya sabía que tenía que ser así… Pensé que ya lo sabía…

Soi se desplomó en el suelo mientras continuaba sosteniendo el anillo de plata con su mano temblorosa en su corazón. Pensó que ya había tomado una decisión. Sabía que lo perdería, pero en el fondo de su corazón, siguió esperando de que regresara a ella.

—No… No… —sollozó.

Una lágrima se deslizó de sus ojos. No podía negar que no lo amaba… lo amaba con todo su corazón, pero dolía demasiado.

—Soi…

Hades se arrodilló mientras la abrazaba. La dejó llorar y ahogarse en su tristeza. El hilo rojo que la unía con August la estaba atando con fuerza en este momento. Vio que esa cosa la estaba lastimando demasiado.

—Pensé que no dolería… Pensé que era lo suficientemente fuerte… —dijo Soi mientras todavía lloraba. Su voz temblaba. Cualquiera con ojos podría saberlo.

—Si eso es lo que quieres, puedo hacer que tu dolor desaparezca.

—Si es así, no debería conocerlo… No debería recordarlo… No debería amarlo pero no puedo hacerlo, Har. No puedo hacerlo.

La mujer en su abrazo estaba llorando. Hay una manera de que no sienta este dolor, pero sería olvidarlo por completo. Eso sería imposible…

En ese momento, la mano de Har rodeó la espalda de Soi. De repente, unas tijeras aparecieron en la palma de su mano.

—Te ayudaré a olvidarlo.

— ¿Har?

—Serás la mujer más feliz.

Quiero que sea feliz

Fueron las palabras que le advirtieron. Incluso si está mal, ya no hay nada que lo detenga.

Chasqueó los dedos.

Solo fue una vez… Las tijeras negras cortaron con cuidado el hilo rojo del cuerpo de Soi.

Y sus ojos comenzaron a cerrarse y se sumergieron en la nada.

7 respuestas a “Villana sanadora – Capítulo 78: El pasado de Hades (2)”

  1. Wow qué capítulos y todo fue por amor pero no importa en qué vida se encuentren siguen amándose qué envidia es el verdadero amor

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